Dorian me recibió en mi cama dormido. Realmente apreciaba el hecho de que me haya esperado, pero no sabía si podría mentirle sobre la repentina aparición de su hermano como pareja de la mía.
Me descalce y me escabullí con cuidado a su lado, tratando de moverme lo más mínimo. Su cuerpo irradiaba calor y un pequeño olor a hierba buena que embriagaba. Dorian lucia tan pacífico, tan tranquilo. Sus largas pestañas rozaban sus mejillas y yo no podía apartar la vista. Era hermoso, de la forma más oscura y tentadora que puede existir. No pude resistirme y llevé mi mano hacia su mejilla derecha, deslizándola tímidamente por su mandíbula. Luego mis dedos se perdieron en perfilar sus carnosos labios, un suspiro se me escapó. Deseaba tanto besarlo, deseaba tanto sentirlo. Lo deseaba a él.
Un par de ojos grises tormenta junto a una voz ronca me sobresaltaron haciendo que mi mano retroceda.
Una pequeña sonrisa se formó en su boca.
-¿Ahora te gusta verme dormir?
Volvió a tomar mi mano y ponerla sobre su mejilla. El gesto me hizo sonrojar.
-Ya sabes lo que dicen "Calladito te ves más bonito ".
Dorian cerraba los ojos cada vez que rozaba el comienzo de su cuello.
-¿Estas bien? -la preocupación en su tono de voz era genuina. Solté un largo suspiro.
-La familia no se elije. -susurre finalmente. -Noelia ha vuelto y parece que ha traído más de un problema con ella.
-¿Qué ocurre? -pregunto. Me quede callada. – Noah, puedes confiar en mi.
Me mordí los labios.
-Resulta que no es capaz de decir la razón por la cual se fue de casa. Y todos estamos preguntándonos si tal vez fue por nuestra culpa.- por mi culpa, quería decir.
-Dramas familiares, ¿no? -bromea tomando mi mano que bajaba lentamente por su cuello y deposita un pequeño beso sobre ella.
-No tienes idea. -repongo. Una sonrisa traviesa aparece en sus labios. Sus ojos se nublan en el momento en que bajan a mi escote.
Dorian acerca su rostro al mío lentamente, como pidiendo permiso.
Cierro el espacio entre nosotros y me pierdo en sus labios. Nos besamos como si estuviéramos muertos de hambre, como si el mundo se acabará mañana. Como si nada mas existiera a nuestro alrededor. Todo pensamiento se esfuma de mi mente y solo queda la lujuria y la pasión.
Dorian me hace rodar de tal forma que quedo encima de él y puedo sentir como su deseo es igual de fuerte que el mío, su centro se encuentra con el mío y gimo en su boca. Ese gesto lo descontrola, sus manos se deslizan debajo de mi blusa y envuelven mi cintura. El contacto de su piel con la mía me corta la respiración. Nuestra respiración es pesada, Dorian me guía hacia bajo sobre su erección cada vez que aprieta mi cintura. El dolor entre mis piernas disminuye ante el contacto, pero el deseo es aún más grande.
-Noah, dime que pare. -jamás había escuchado la voz de Dorian así, mas profunda y embriagadora. Los besos que repartía alrededor de mi cuello me estaban llevando al borde.
No quería que se detenga, lo deseaba más que nunca.
-Dorian yo no…
"Te espero dentro de una hora en el jardín."
La voz de Caleb corto todo tipo de excitación dentro de mi. Me pare en seco.
Dorian lo noto.
-¿Noah? -me miró con curiosidad y aún un visible deseo.
Pensé en una excusa rápida.
-No... Creo que sea el momento. Estamos apresurándonos. -me miro con el ceño fruncido. -Quiero tomar las cosas con calma.
El rostro de Dorian se relajo. Sacó sus manos de mi y tomo mi rostro.
-Tu marcaras el ritmo, cariño. -deposito un beso en mi frente. Luego me bajo con gentileza de encima él dando una sonrisa tensa cuando acomodó su erección.
-Necesitaré una ducha fría. -aviso y yo solté un pequeña risa. -También tengo unos asuntos de clan que hablar con Agar. Te veré luego. -beso mis labios una vez más y se marcho.
Mi semblante cambio apenas salió por la puerta.
¿Que diablos quería ahora Caleb?
¿No le había bastado ya?
Algo me decía que ni siquiera había empezado.
Me metí enseguida al baño a tomar una ducha rápida y poder comer algo… estaba hambrienta. Necesitaba algo de… carne.
Me cambié y me puse unas zapatillas deportivas. Dejé que mi pelo se secara libremente.
Baje al sótano – despensa y me alimente. Siempre me invadía la culpa después de hacer esto. Yo no quería ser así y sin embargo… era parte de mi.
Cada vez lo comprendía más… convertirme en esto, era parte de mi vida. No podía cambiar eso.
Pero para mi siempre sería mas fácil culpar a Caleb.
Ya había pasado una hora desde que Caleb se comunico conmigo. Llegaba tarde, pero que se joda.
El sol ya se había escondido y las estrellas empezaban a relucir en el cielo oscuro. Quería volver antes que Dorian.
El solo pensar hacia agitar mi corazón.
Lo que Caleb llamaba jardín, a mi me gustaba llamarlo camposanto. Habían unas pocas tumbas esparcidas alrededor, muchas ya desgastadas por el paso del tiempo. Sabrá Dios que había debajo de toda esa tierra y plantas.
Escuche una pequeña risita y entonces lo vi, casi se camuflaba con el árbol . Apoyado contra el, un cigarro entre sus dedos. Caleb parecía la visión de un fantasma.
-Llegas tarde. -el reproche fue lo primero que salió de su boca.
-Es una pena. -me encogí de hombros para dejarle en claro que me importaba una mierda.
-Noah, no seas una niña malcriada conmigo. No te conviene. -sentenció.
-¿Qué es lo que quieres? -pregunte queriendo acabar con esto lo más pronto posible.
-Verás necesito algo que Agar tiene escondido dentro de un habitación secreta que tiene en su oficina. Digamos que es algo que me pertenece y que él me robo. -dijo mientras expulsaba el humo de sus pulmones.
-¿Qué es? -con el ceño fruncido, sabiendo que lo que Caleb quería es que robe por él.
-Mi sangre. -susurra con la mirada perdida.
-¿Qué?
-Algunos soldados desean habilidades que otros soldados poseen y creen que con un maldito intercambio de sangre lo conseguirán. Se necesita más.
Entonces recuerdo la historia donde algunos soldados deseaban la sangre de un cambia formas para poder ser igual de poderosos que ellos.
¿Acaso Caleb era uno?
Pero también estaba posibilidad de que me esté engañando, de que simplemente me esté utilizando para ser un cómplice.
¿Y que opción tenía? Bajo ningún concepto pondría a mi familia en riesgo.
-¿Por qué debería creerte?
-No tienes otra opción. Noah, tienes un visión distorsionada de quién es bueno y malo en esta guerra. Recuerda quien estaba dispuesto a matarte al principio.
-Si mal no recuerdo fuiste tu quien estuvo apunto de devorarme aquella noche. -Los labios de Caleb se curvan en una sonrisa amarga.
-Te equivocas otra vez, mi intención nunca fue matarte, yo quería darte el poder.
-¿Poder para qué? ¿Para convertirme en el puto apocalipsis?
-Para que seas parte de la salvación. Los ángeles ya no son como antes, ahora hacen trato con el diablo. Los soldados son la respuesta y la lucha, ¿pero confiara Dios en la creación del pecado? ¿Confiara Dios en su propio castigo?
Nada de lo que decía tenía sentido para mi.
-No llego a comprenderlo.
Caleb asintió casi entendiéndome.
-Es pronto y tu aún estas incompleta y ahora dime, ¿lo harás?
Lo pensé durante un segundo, ¿Qué otra opción tenía?
-Lo haré.
Caleb no sonrió, se mostró serio. Más serio de lo que jamás lo vi.
-Noah y no confíes en nadie.
Estaba apunto de marcharse cuando regreso sus ojos a mi.
-Excepto en Drac, confía en Drac y puede que un poco en Dorian.
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Hola mis queridos lectores esto es todo por el capítulo de hoy, espero que los disfrutéis. Siento no estar mas presente con la historia, aveces necesito un tiempo para poder crear y que la inspiración vuelva.
Espero que esten todos bien con todo esto que esta pasando!!
Os quiero.
Lávense las manos! Y quédesen en casa!
Me pueden encontrar como @melaniepin en instagram. Besos y brazos y nos vemos en el próximo cap ❤️