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Chapter 27 - Capítulo 25

No hay como dar descripción de lo que estoy viendo. No. Es un ángel, un ángel de verdad, no esos que ves en biblias o museos, no. El aura que desprende aquel ser ahí tirada, es armónico y creo que un poco sombrío.

Ni su cuerpo delgado y maltratado, podría restarle belleza. Su rostro es definitivamente el más hermoso que he visto, haciéndolo lucir casi irreal. Combinado con unos ojos entre azules y grises en los que creo me he perdido.

¿Esto es lo que se siente ver a un ángel? ¿O esto es lo que se siente ver a este ángel?

Ella es el tipo de belleza que te deja sin palabras y preguntándote como alguien puede ser así de… perfecto.

-¿Quién eres tú?- y no me había dado cuenta, pero su voz es como un susurro, casi un canto. Me siento hipnotizada.

Sigo observándola sin responder porque nada me importa ahora mismo más que observar esa enormes alas y me equivoque, si. Sus alas no son completamente negras, ahora que estoy más cerca, puedo ver que sus puntas son de un color dorado y brilla más que el oro.

-Hey, tú. Necesito que me ayudes.- despierto de mi asombro.

-¿Ayudarte?

-Si, no eres como los otros que suelen bajar aquí a ver el espécimen tan raro y maravilloso que oculta estas catacumbas.

-Agar…

-¿Agar? Agar es todo lo que aborrezco de esta especie. Engaña a todos con su cara llena de mentiras. Él me ha metido aquí.

-Pero tú eres un ángel, como un soldado puede haberte metido en esa jaula.

-¿Soldado?- una risa amarga escapa de sus gruesos labios. -Él no es más que un caníbal. Es no es digno de ser llamado soldado. Y mucho menos jefe.

-Parece que lo conoces muy bien.

Ella se encoge de hombres.

-Lo he observado mucho todo este tiempo. -Eso hace que mi curiosidad se dispare.

-¿Llevas mucho tiempo aquí?

- Casi dos años.

-¿Dos años? ¿Metida en esa jaula?- sus ojos reflejan una tristeza momentánea. Pero rápida es recompensada con ira y desprecio.

-He tenido mejores momentos. – es lo único que dice.

-Tus alas, son negras…

-Bueno, te presento a un ex ángel de la guerra. Pero he caído y mis alas se están volviendo negras. -eso explica las puntas doradas. Ella gira su cabeza a un lado y frunce las cejas, observándome descaradamente.

-¿Cómo te llamas?

-Noah.

-Qué nombre más bíblico.

-¿y tú?

-Eva.

-Qué nombre más bíblico. – repito y ella tuerce su labio en una pequeña sonrisa.

-Noah, ¿por qué no te puedo definir? No sé si eres mala o buena y creo que eso te hace alguien confiable.

-No entiendo nada. No sé ni cómo di con este lugar.

-Los caminos forjados por el señor.

-No sé, si sea así. Caleb me dijo que buscará…

-¡Caleb! Conoces a Caleb. – sus ojos se iluminan y como si cayera en cuenta en algo. -Entonces también conoces a Dorian.

-Si. ¿Tú como… -. Entonces somos interrumpidas por unos pasos.

-Vete, al final de aquel túnel hay una mini puerta que da al jardín. Tú podrás caber por ahí si problema. – señala a su izquierda. Asiento y empiezo a correr.

Antes de desaparecer en la oscuridad de aquel túnel. Eva me dice :

-Por favor, vuelve. – un ángel me súplica.

¿Cómo negarme?

Asiento y ella vuelve a sonreír.

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Eva tenía razón, salí por el jardín principal, justo al lado de aquel árbol de roble que puedo ver desde la ventana de mi habitación.

Camino rápidamente por los rosales, mirando a todos lados, esperando no encontrarme con nadie.

-¿Noah? -una voz me hace sobresaltar.

-Oh Dios mío, Drac. Casi me matas de un susto. - me relajo inmediatamente al verlo.

-¿Qué hacías saliendo de las catacumbas?

Me atragantó con mi saliva. Mierda, me ha visto.

-Me perdí. - me rasco el cuello por lo estúpida que ha sonado esa mentira. Él ríe.

-Te perdiste y por casualidad fuiste a dar a las catacumbas. -Soy idiota. Me encojo de hombros.

-Soy muy distraída. Bueno, me tengo que ir. Chao. – empiezo a caminar.

-¿Viste a Eva?

Me detengo en seco.

-Oh, así que la viste. Noah, sabes que puedes confiar en mí.- y tiene razón, puedo.

-¿Cómo sabes sobre ella?

-Por la misma razón que tú, curiosidad.

Mi razón en realidad era Caleb.

-Descubrí que Agar tenía puesta unas cámaras de vigilancia en su oficina.

Drac ve mi cara de "la he cagado" y se apresura a tranquilizarme.

-Cambie las cintas por unas repetitivas donde no se ve nada ni nadie. Obviamente no quiero ser descubierto. -suelto un gran suspiro.

-El tema es que, Agar siempre habla sobre las transparencia de sus acciones y que nada es oculto en este clan. Sobre a nosotros que somos el consejo, pero entonces ¿por qué las cámaras de seguridad? ¿a quién quiere vigilar? O mejor dicho… ¿Qué no quiere que sepamos? Demasiadas incógnitas para este cerebro inquieto.

-Eres todo un genio. -le sonrió ampliamente.

-No te diré que no.

-¿Por qué está ahí abajo encerrada?

-No lo sé, ella no habla mucho conmigo. Le llevo comida ya que aveces no es alimentada.

-Dios, eso es horrible. ¿Por qué no has intentado liberarla?

-Por qué no se como. La cerradura tiene una llave en forma de hexágono que no he logrado encontrar, ni fabricar. He intentado derrumbar la puerta, incluso derretirla. Pero nada sirve.

-Debemos encontrar una forma. -pienso en todas las posibilidades que definitivamente probaré.

-Noah, ¿estas segura en lo que te estás metiendo?

-No. Pero ella… parece inocente y parece que está sufriendo. No se merece eso.

Mi corazón se parte al recordarla deshecha en el suelo de aquel frío lugar y mi pulso se acelera al pensar en lo que podría estarle ocurriendo ahora.

Algo me dice que nada bueno.

-Debo irme. Dorian tiene que estarme buscando. Hablaremos de esto mañana; encontraremos una solución.

-Nos vemos.

Al llegar a mi habitación me encuentro con la cama vacía. Dorian no ha venido. Me entristezco un poco, pero tengo la cabeza demasiado ocupada.

"Vuélvelo a intentar mañana"

La voz de Caleb retumba en mi cabeza.

"¿Quién es ella? " pregunto, pero no recibo respuesta.

Decido meterme en la cama, esta apunto de amanecer y necesitaré dormir unas cuantas horas.

Estoy quedándome dormida cuando la puerta hace clic y se azota fuertemente.

Un Dorian con los ojos salvajes y asustados interrumpe mi sueño. Esta empapado, la ropa húmeda se aferra a su fuerte torso. Me mira tumbada en la cama y deja escapar la respiración.

-Diablos, Noah. ¿Dónde has estado? – no se acerca. Me mira desde el marcó de la puerta, como si no pudiera descifrar si soy real o no.

-Tenía insomnio, así que salí a caminar al jardín. - entonces da un paso hacia a mí y luego se derrumba en el suelo. Me levanto rápidamente, alarmada. Me arrodilló a su lado, tomó una de su manos y levanto su cabeza para que pueda mirarme.

-¿Qué ocurre?. – sus ojos grises brillan con alivio. Levanta su otra mano y toma mi mejilla en ella.

-Me asuste, pensé que algo te había sucedido.

-Hey, estoy bien. Estoy aquí.- lo tranquilizo, se lo que le ocurre. Después de lo que escuche, se que teme que me hagan daño.

-Estas empapado, ¿Dónde has estado? – le sonrió dulcemente.

-No te lo vas a creer, me caí en la piscina.

Suelto una pequeñas risa y eso hace que el sonría. Una sonrisa que he empezado a querer.

-¿Tenemos una piscina? -El asiente.

-Te busque por todos sitios. – me mira fijamente. -Eres hermosa.

Siento mi cara arder.

-Venga vamos a la ducha.

-¿Me acompañaras? – sus ojos brillan con picardía, pero aún puedo ver un pequeño rastro de angustia.

-Puede ser.-le guiño.