Las palabras de Caleb me dejaron un mal sabor de boca.
Mientras caminaba de regreso a mi habitación, escuche unos gritos que provenían de la oficina de Agar, recordé que Dorian había ido a reunirse con él.
Se que esta mal espiar conversaciones ajenas, pero… me acomode detrás de la puerta. No fue difícil distinguir lo que decían.
-Ya no nos sirve. No puede comunicarse con Caleb. Es un riesgo innecesario. -decreta la inconfundible voz de Agar.
-Ella es jodidamente importante. Caleb vendrá a verla estoy seguro. -replica Dorian enérgico.
-Pero no lo ha hecho. Ha pasado mucho tiempo desde aquella carta y él no ha dado la cara. Estamos poniendo el clan en peligro, si los demás clanes se enteran de que tenemos a alguien como ella aquí, nos tacharan como traidores.
-Eso no lo pensaste al principio, ¿no? Fue tu decisión que ella se quedará, que viviera. -defiende Dorian.
-Pues ahora me opongo. Tenemos que deshacernos de ella. -Agar acaba de sentenciar mi muerte. La sangre hierve dentro de mí.
-Sobre mi cadáver. Si te atreves a tocarla, si alguno de ustedes se atreve a tocar, les arrancaré la cabeza. -Dorian amenaza abiertamente a todos los presentes que ahora se que hay.
-¿Fuiste tan estúpido como para enamorarte de ella? -Lea pregunta con indignación.
-Me iré de aquí con ella si me entero que tratáis de hacer algo en su contra y entonces los otros clanes si se comenzarán a preguntar porque gente sigue abandonando este distinguido clan.
Por unos segundos reina el silencio.
Escucho unos pasos pesados y apresurados acercarse a la puerta e inmediatamente corro hasta el otro lado del pasillo escondiéndome al doblar la esquina.
Después la puerta siendo azotada fuertemente.
Me quedo un rato arrimada contra la puerta, esto se esta descontrolando. Pienso en lo que dijo Caleb. Talvez si estoy equivocada y el no es tan malo.
Y Dorian… simplemente me ha dejado sin palabras. Se esta poniendo en contra de su clan por mi.
Luego esta el pensamiento de que Gala y Drac estaban en esa habitación, ¿Estarían ellos de acuerdo con Agar? Caleb me dijo que confíe en Drac, pero el ya se había ganado mi confianza hace un tiempo. Gala… hace tiempo que no hablaba con ella, estaba un poco distante. Pero ella me ayudo desde el principio.
Estaba segura de dos personas en este clan, Drac y Dorian.
Ahora mas que nunca quería conseguir para Caleb lo que Agar escondía en su oficina. Tal vez podría encontrar otras pistas, información e incluso razones por las que Caleb dejo el clan. Es la gran incógnita para mi y creo que para un par de personas más. Tenía que ir con extrema precaución no podría arriesgarme a ser atrapada. ¿Qué diría? Agar podría matarme en ese momento.
Poseía una vida rodeada de enemigos. Pero por lo menos sabia quien realmente esta a mi lado. Quien era de mi confianza.
Me alegraba que Dorian sea uno de ellos.
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Dorian no volvió a la habitación. Supuse que necesitaba tiempo y espacio, así que lo deje tranquilo.
Recibí un mensaje del teléfono de mi hermana mientras estaba en la ducha, pero era Caleb. Parece que ahora prefiere los mensajes a hacer ruido en mi cabeza. El mensaje decía que debía tener prisa. Nada más, tampoco es que lo necesitara.
Estaba un poco inquieta, por supuesto. Pero de todas formas era mejor quitárselo de encima de una vez por todas. Había pensando en un rápido plan, tal vez no era el más extraordinario, pero esperaba que eficaz.
Sabía que la oficina no tenía código como el resto de habitaciones. Ahora entendía que era para darle una falsa sensación de confianza a los demás miembros, así que suponía que sus "trapos sucios" no estarían a simple vista.
Salí de mi habitación descalza y en pijama. Ya conocía casi a la perfección el castillo, escuche pasos en el piso de arriba y asustada corrí de puntillas hasta el otro lado del Gran salón donde se encontraba la oficina y su habitación de Agar. La una enfrente de la otra. Una vez estuve en frente de la oficina, deslice con mucho cuidado, mordiéndome los labios cuando oí el clic de la puerta. Me escabullí dentro de la oscura habitación rezando porque nadie escuchara el cerrar de la puerta. Una vez dentro deje escapar un pequeño suspiro. Había traído una linterna, no me iba a arriesgar a encender las luces.
Era mi primera vez aquí, el espacio era bastante amplio y luce como cualquier estudio u oficina, estanterías llenas de libros con tapas bellamente detalladas.
Ni siquiera sabía por dónde empezar.
Horas más tarde aún no había encontrado nada. Lo curioso es que todo está completamente disponible. No hay seguros, ni cajones bloqueados, ni cajas fuertes. Nada. Incluso había movidos los cuadros y no había absolutamente nada. Tal vez Caleb se había equivocado, pero eso poco probable ya que él había sido jefe del clan. También estaba la posibilidad de que Agar cambiara todo de sitio, lo que era más que seguro. Estaba jodida, aquí no iba a encontrar nada.
De repente escuche una puerta abrirse. Justo la de al frente, mire a todos los sitios, no había ningún sitio en el que esconderse. Rogué a todos los Santos para que Agar no entrará aquí.
Mis ruegos no fueron escuchados, escuche el clic de la puerta. Me arrincone lo más que pude contra la estantería y cerré los ojos. Sentí como mi pie se hundió en una baldosa.
Entonces me moví. Un pequeño chillido salió de mi garganta, la estantería dio la vuelta y me llevó a un pasillo paralelo. Luego volvió a su sitio dejando una pared sólida.
Esto… esto era un tipo de pasadizo secreto. Por las grietas de la pared entraba una pequeña luz, lo que me decía que efectivamente Agar había interrumpido mi búsqueda.
Me pregunte a mí misma varias veces si seguir por este estrecho pasillo era una buena idea.
Decidí investigar, después de todo, está era mi única salida.
El piso estaba extremadamente frío, mis pies estaban prácticamente congelados. Todo el lugar era frío y húmedo. No sé escuchaba nada, iba a seguir hasta averiguar hasta dónde llevaba este lugar.
Camine aproximadamente diez minutos más sin encontrar ni ver nada cuando escuche un gemido resonar contra las paredes. Me congeló momentáneamente. Había alguien aquí abajo.
¿Y si era un demonio?
Al fin y al cabo ahora me seguían. ¿Podría luchar con una bestia parecida aquella?
Entonces volví a escuchar el mismo gemido y era uno más parecido a una queja de dolor.
Tal vez alguien estaba herido.
Camine el resto del camino hasta que ya no necesite más la linterna porqué habían pequeños paneles que se encendieron al pasar.
Me encontré con una enorme estancia.
Pero lo que me congeló el corazón fue la jaula en medio de la enorme habitación. Era una jaula de cristal con pequeños orificios. Había una cama, un retrete y un lavamanos. Una pequeña cajonera en una de las cuatro esquinas y una pila de libros.
-¿Se ha acabado mi castigo? -una voz resonó en toda la estancia. La voz de una mujer partida y agotada.
Entonces la vi, arrinconada contra una de las cuatro puntas de la jaula.
El pelo negro azabache largo se pegaba a su cara sudada.
Y las alas.
Un par de gigantes alas llenas de plumas negras cubría su cuerpo semidesnudo.
Un ángel.
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¡Buenas! ¡Buenas! Queridos lectores, ya se que he estado muy ausente últimamente, pero la condición de toda esta cuarentena me ha tendió un poco down. Espero que todo os encontréis genial. A quedarse en casita sano y salvos, pronto se acabará esto!
Miles de besos y abrazos para todos y mucha fuerza 💖
Me pueden encontrar en instagram como @melaniepin.
Tratare de subir un capítulo de Almas Condenadas pronto.