Una hora más tarde la banda que está tocando detiene la música y la cantante dice unas palabras al público:
-Bueno, quería decirles que esta noche es especial. ¿Por qué? Porque, va a poder subir un cliente ó una a cantar lo que quiera con nuestra banda-.
Me sorprendo y éso me anima porque, a mi me encanta cantar. Nunca tuve una banda pero, tengo una guitarra que me regaló mi padre cuando tenía 14 años y tomé clases durante un año.
La gente comenta entre ellos.
-¡Andá Sol! Vos cantás re bien, tenés una voz re linda- me anima Bianca contenta y entusiasmada.
-¡No! Sola ni loca, me daría mucha vergüenza- le aclaro porque, no quisiera pasar el ridículo frente a todos.
-¡Oiga, acá mi amiga canta y tiene una voz muy linda!- le avisa emocionada a la cantante y sin importarle lo que acabo de decirle.
-No voy a subir- le aclaro con vergüenza y sin mirar al escenario.
-Buenísimo, genial- habla la cantante animada y está esperando que yo me levante de mi silla para ir.
-Andá no te quedes ahí sentada- me insiste Bianca.
-No, sola no. Si venís conmigo, sí-.
-Yo no sé cantar. Si subo con vos vas a a pasar vergüenza-.
-¡No importa chicas si no saben cantar! La idea es divertirse- vuelve a hablar la cantante y muy sonriente.
Entonces, me armo de valor y me levanto llena de nervios. Antes de ir para el escenario le lanzo una mirada de odio a mi amiga y sigo mi camino. Subo por una escalera. La chica me pregunta mi nombre y le respondo. Me pregunta qué deseo cantar y... dudo un poco en decir la canción hasta que me decido por una romántica pero movida.
-Para ese tema se necesita de una voz masculina también- aclara sonriendo con picardía y me guiña un ojo.
-¡Ay no...! Me da mucha vergüenza- le aclaro llena de vergüenza y nervios, estoy temblando.
No hay demasiada gente en el bar pero, hay muchos ojos mirándome. ¡Mierda hacía mucho que no me sentía así de nerviosa! Ojalá que no suba el que me gusta.
-¿Alguien que quiera animarse a cantar este tema con la bella Sol? Sí o sí necesitamos un dueto para esta canción-.
-Ay, bueno gracias por el halago- le agradezco pero, siento que me está avergonzado aún más.
Miro al sujeto que me gusta y está observando hacia acá pero, no hace ningún gesto. Sólo mira seriamente.
-Yo la acompaño- es Ezequiel, vaya por lo menos no voy a sentirme tan incómoda.
-Muy bien. ¡Venga!- lo llama la rubia, la cantante tiene cabello claro.
Vuelvo mi mirada hacia el "hombre guapo", pensé que por ahí querría cantar pero, no sé por qué pensé éso. Miro a Bianca, luce contenta y parece que disfruta verme en el escenario.
-Qué joven caballero y valiente. También, muy guapo como la señorita- lo halaga pero, hablando al público.
-Gracias- agradece contento, no parece sentirse incómodo ó nervioso.
Veo también, que ella es una mujer muy halagadora.
-¿Como es su nombre?- pregunta y luego pone el micrófono a la altura de sus labios.
-Ezequiel-.
-Bueno, Ezequiel espero que disfruten la canción. Asique... - dirige la mirada a la banda- ¡Música por favor!-.
Se sienta en una esquina del escenario y comienza la música. Empiezo cantando primero. Trato de cantar lo mejor posible y de no desafinar aunque, por momentos desafino. Ezequiel tiene muy linda voz, con razón me llamó la atención de que estuviera tan tranquilo al principio. Debe ser que canta ó tiene alguna banda. Me siento a gusto cantando con él. Nuestras voces se acoplan bastante bien. Al terminar el tema, el público nos aplaude y antes de bajar le agradezco por haberme acompañado porque, pude sentirme tranquila y no tan nerviosa. Contento me agradece y bajamos para volver a nuestro lugar. El hombre guapo está sentado a dos mesas de la nuestra y me mira haciendo una pequeña mueca como si sonriera pero, no dice nada.
Ezequiel se sienta al lado de su amigo y yo al lado de la mía. De repente, ella me abraza muy contenta.
-¡AAHH! !Te felicito amiga! ¡Los felicito, mejor dicho! Lo hicieron muy bien. Hacen un lindo dueto. Deberían juntarse y cantar juntos- nos alienta pero, yo no quiero éso.
-Sí, estaría bueno- afirma Ezequiel mirándome y yo le sonrío-. ¿Te animarías a cantar conmigo, Sol? Tengo una banda con unos amigos y... soy cantante, no profesional pero, canto. Y... podrías venir a casa a practicar con nosotros ó... sólo conmigo- me invita mostrándome una sonrisa pícara y me guiña el ojo.
No puedo evitar sonreír y ruborizarme. ¡Guau! Asique toca en una banda, era de suponer. Pero... qué lindo modo de invitarme. Con ese guiño me doy cuenta que me invita "para otra cosa".
-¡Ay, no sé! Me encantaría pero... no nos conocemos, como para que... ya vaya a tu casa- le aclaro educadamente pero sonriendo.
Prefiero aclararlo de buena manera y no mal. Creo que es lo mejor.
-Sí, tenés razón. No nos conocemos casi nada pero... podemos ir conociéndonos de a poco. ¿Qué te parece?- acepta mi respuesta de buena manera y sonriendo pero, sigue insistiendo.
-No sé- hablo poniéndome seria-. Perdón pero, me dieron ganas de ir al baño- miento y miro a mi amiga-. ¿Me acompañás?- le pido.
-Dale. Ahí venimos chicos- les avisa.
-Ok. No hay problema. Nosotros vamos a pedir algo para tomar y las esperamos- nos avisa Ezequiel.
-Ok- digo.
Cuando entramos al baño, vemos que está vacío. Bianca me habla sorprendida preguntándome por qué no me gustaría cantar con él y practicar canciones en su casa.
-Amiga, somos grandes. ¿Sí? Él no quiere cantar y tocar la guitarra. Quiere tocarme a mí- le aclaro molesta.
-Bueno.... éso es obvio, también. Pero... éso se da en el momento y... si se da. Tampoco pienses que todos los tipos "quieren éso" nomás- afirma algo molesta por cómo reaccioné.
-Y... la mayoría sólo quieren sexo. Y él es uno de esos-.
-Bueno, tranquila. ¿A caso no te gustaría salir con él y... que pase algo más?-.
-Sí, me gustaría pero, no con él. Además, me doy cuenta que es muy agrandado-.
-¡Ya veo que no querés éso con él!- y me mira como si supiera en quién estoy pensando-. Y puede ser que sea un poco agrandado pero, no parece mala persona. Tampoco te estoy diciendo que te pongas de novia y termines en su banda. Pero... te pido que te diviertas y "te quites el estrés de encima"- me pide amablemente.
-Con que me quite el estrés, ¿te referís a éso?- pregunto sorprendida.
-Y sí. Aprovechá el momento y que estás sin tus hijos-.
-Sí, tenés razón respecto a éso pero a lo que voy es que...
-No te calienta- me interrumpe terminando la frase y me río levantando las cejas.
-Exactamente pero, no lo iba a decir esas palabras- le aclaro sonriendo aún sorprendida.
-Bueno tranquila. Dejá que fluya. Recién se están conociendo y si no te gusta, fue. Ye entiendo, no te voy a presionar-.
-Y sí amiga- afirmo sin gesto alguno.
-Vos quedaste embobada con el otro, ¿o no?- habla seriamente.
-Sí es que... es hermoso. Parece un galán de telenovelas- y no puedo evitar morderme el labio inferior.
-¡Bueno sí! No lo voy a negar. ¿Querés que lo diga para hacerte sentir bien?- me interroga sonriendo.
-Sí, amiga. Me encantaría saber qué opinás de ése galán-.
-Que sí, también está bueno. Pero... para mi gusto es muy grande. Y Mirá que hay mujeres de mi edad que están con "hombres mayores". A mí me gusta que sean de mi edad ó sólo un par de años más grandes- acabo de escuchar con mucha atención su opinión y no sabía de sus gustos respecto a la edad.
-Está perfecto. Sobregustos no hay nada escrito. Pero, la edad es sólo un número. ¿O no?- y le sonrío.
-Sí obvio pero, en parte juega un poco en contra la diferencia de edad. Y a vos te gustan más grandes, ¿puede ser?- me habla sonriendo a lo último.
-Sí porque, los veo más maduros. Mi ex, el padre de mis hijos es tres años menor y era un inmaduro total. Seguro lo sigue siendo- comento sin sorprenderme.
-Claro. Tuviste una mala experiencia con él, éso pasa-.
-Sí. Mis otros exces eran más grandes que yo, no me llevaban tanta diferencia de edad, mínimo cuatro años- le cuento.
-Ah, bien. Pero, éste te llevaría como quince años, no sé- comenta riéndose-. No sabés cuántos años tiene y ni siquiera su nombre. Para la próxima avisame y te presento un amigo de mi viejo. ¿Dale?- me habla burlándose.
-Te vas a la mierda, Bianca. Esos sí que son viejos. Tu papá... debe tener cincuenta y pico y... no. Gracias. ¡Paso!- le aclaro molesta y poniendo cara de asco.
Observo cómo se ríe y la golpeo con mi cartera pero, suavemente. Yo tampoco, puedo evitar reirme. Me causó gracia cómo lo dijo porque, sé que bromea conmigo.
-Pero te gustan los viejos y le tenés ganas al... "galán", como lo llamás vos- y me sigue molestando.
-¡Basta! No me gustan los viejos. Sólo que sean un poco mayores- vuelvo a aclararle.
-Sí, sí claro. Te presentaría a mi abuelo pero, tiene esposa- vuelve a cargarme y observo como estalla en carcajada pero, éso ya no me causa, se pasó.
-Qué irrespetuosa. Si tu abuelo te escuchara-.
-Estamos riéndonos entre nosotras. No seas tan aburrida-.
-Okay. Me gustaría poder hablar con él- le comento con algo de vergüenza.
-Y hablale- me dice sin dudar.
-Sí, es fácil para vos decirlo porque, no te gusta- le aclaro.
-Te puedo ayudar, entonces- y me sonríe con picardía.
-Sí claro- agrego sin creerle.
-En serio, amiga. No me cuesta nada-.
-No, mejor no. No queda bien que una mujer se acerque a un hombre. Debe ser al revés-.
-¡Ay Sol! Vos sí que estás chapada a la antigua-.
-No es ser anticuada pero... queda más caballero. ¿O lo vas a negar?-.
-Bueno, en sí tenés un poco de razón. Queda más lindo. Pero, éso no significa que una mujer no pueda encarar a un hombre-.
-No. Pero, después hablan mal de nosotras-.
-Pero, no te dejes llevar por éso. Lo que piensen los demás que entre por un oído y te salga por el otro. Yo nada más te digo que... si te da vergüenza acercarte a hablarle, yo te puedo ayudar-.
-Está bien, dale- acepto su ayuda con alegría.
-Pero, si te rechaza diciendo que es un hombre casado, no te amargues. ¿Sí?-.
-No, obvio. Pero con averiguarlo, no pierdo nada-.
-¡No, más vale! Siempre hay que ir por el sí-.
Nada más me parece muy atractivo físicamente porque, tampoco sé que clase de persona es. Pero, sólo quiero saber si es soltero ó casado. Perl cuando me habló, mi cuerpo temblaba por completo. Es como si me hubiera encendido. ¿Por qué siento éso? ¿Me sentiré admirada por su belleza? Es como... si me cautivara y más con esos ojos verdes. Para colmo, amo cómo quedan los ojos verdes en las personas.
Nos quedamos un ratito más en el baño y después, volvemos a la mesa.