Esta es una escena clásica en las novelas de transmigración y fantasía, pero Jill nunca pensó que tendría la oportunidad de experimentarla en carne propia... O mejor dicho, en espíritu propio, porque este cuerpo definitivamente no era suyo.
En el espejo se refleja una apariencia completamente desconocido pero al mismo tiempo hay un sentimiento de familiaridad.
La imagen en el espejo es la de una niña de diez años, su carita enmarcada por ondas castañas, pecas claras se extendían sobre el puente de su nariz como un rubor y su rasgo más sobresaliente eran los grandes ojos de color azul.
Suspirando después de un largo tiempo, Jill caminó hasta la cama individual y se recostó abrazando la almohada fuertemente en sus brazos.
¿Cómo llegó ella a esta situación?
Jill cerró los ojos con fuerza, no queriendo pensar en lo que ocurrió en su "otra vida" y la confusión que la inundó al despertar en el cuerpo de esta tocaya suya.
Toc toc.
El sonido de la puerta de la habitación abriéndose suavemente junto con el suave golpeteo distrajo a Jill de sus pensamientos. Incorporándose levemente, vio a una mujer asomarse con una bandeja en las manos.
-Jilly, te traigo la medicina.
Esta mujer es la madre del cuerpo que Jill ocupa.
Cuando despertó en el hospital, Jill estaba muy confundida y no entendía el idioma ni sabía porqué estaba en el hospital. No creía que fuera posible recuperarse después de haber caído al suelo y ser pisoteada por las personas a las que solo les importaba entrar en los abarrotados vagones del metro en la hora pico.
Jill no pudo evitar sentir una opresión incómoda en el pecho al pensar en esa escena.
Una multitud realmente puede aplastarte hasta la muerte.
-¿Te duele algo Jilly? ¿Estás mareada?
Jill no se dio cuenta de la mueca que había hecho al pensar en la escena que probablemente fue la última de su "vida anterior". Bajo la mirada llena de amor y preocupación de esta mujer que ahora era su madre no pudo evitar sentir pena y un poco de vergüenza al ocupar el cuerpo de su hija y rápidamente se sentó en la cama y negó con la cabeza, sonriendo un poco para calmar a la mujer.
-Solo estaba pensando, no me duele nada ni me siento mareada.
Soltando un suspiro de alivio, la mujer se sentó en la cama y le tendió un vaso con agua junto con una pastilla blanca para que Jill bebiera. Mirando a su hija, la preocupación en los ojos de Muriel no se disipó en lo absoluto. Jill no lo notó en absoluto y le entregó el vaso vacío.
Muriel se fue de la habitación después de darle a Jill un beso en la frente. Por otro lado, Jill sintió un calor desde el fondo de su pecho al sentir el amor que tenía esta madre hacia su hija. " Ya que estoy viviendo en el cuerpo de su hija siento que debería ser más atenta y tratarla como mi madre, después de todo, viviré como Jill Woods de ahora en adelante"
Tal vez fue la aceptación de su nueva identidad y la resolución de dejar atrás su "antigua vida", Jill sintió su cuerpo ligero y una ola de somnolencia le hiso cerrar los ojos.
Una hora después, Muriel y un hombre se asomaron a la habitación de Jill. El hombre tenía una nariz llena de pecas claras y ojos azules.
-Parece que se ha dormido. Se ve mucho más saludable ahora.
La voz baja del hombre no molestó el sueño de Jill, pero aún así, Muriel se puso el dedo sobre los labios para indicarle que hiciera silencio y rápidamente cerró la puerta después de ver que su hija estaba durmiendo dulcemente.
-Solo estoy feliz de que no tenga ninguna secuela. Caer desde el balcón y ser golpeada por un auto...
La voz de Muriel tembló al llegar a este punto. Su esposo la abrazó y le susurró al oído palabras reconfortantes mientras ambos caminaban a la habitación. Ya era bien entrada la noche y esta última semana habían dormido muy poco debido al susto que les causó el extraño accidente de su hija.