La cantidad de información en las palabras de la profesora McGonagall eran demasiadas. Tanto Muriel como Dominic estaban estupefactos ante la situación y aunque la expresión de Jill era diferente, sus ojos estaban totalmente vacíos, perdida en su mente sin prestar atención a lo que ocurría a su alrededor.
Después de unos minutos de silencio, la primera pregunta vino de Muriel.
-Usted dice que Jill fue aceptada como estudiante, pero nosotros nunca solicitamos una plaza en el colegio, ni siquiera sabíamos que existía un colegio llamado Hogwarts, mucho menos... ¿Realmente dice que es un colegio de magia? ¿Cómo puede ser real algo tan absurdo?
Dominic asintió suavemente a las palabras de su esposa.
-Temo que esto sea un fraude. ¿Puede usted demostrar la existencia de magia? ¿Cómo podemos saber que no es un truco o un espejismo?
La profesora McGonagall parecía muy tranquila ante la evidente incredulidad de los adultos frente a ella. Con calma, sacó un palo delgado de su manga y lo agitó hacia la pequeña mesa ratona frente a ella como un director guiando a su orquesta.
En el momento siguiente, la mesa se transformó en una gran liebre peluda. Dominic se quedó rígido, Muriel soltó un pequeño grito y Jill no pudo evitar mirar con ojos casi feroces el animal que movía su nariz y orejas a menos de treinta centímetros de sus piernas.
-Esto... Esto... ¿Muriel?
-Cariño, yo... la mesa ratona que nos dio tu madre...
-Esto es magia de transformación avanzada - dijo la profesora McGonagall y con otro movimiento del palo de madera la liebre que se estaba moviendo por la sala volvió a su apariencia de mesa ratona y voló a su lugar original.
Jill se acercó a la mesa y la tocó con el dedo. Seguía siendo la misma mesa dura y fría.
-Ahora, este hechizo es para demostrarles que realmente existe la magia. La señorita Woods ha sido aceptada en el colegio desde que demostró tener magia y ser una bruja.
Hubo una pausa y los atónitos padres de Jill aún no volvían en sí.
-Por supuesto, existe la posibilidad de rechazar la plaza Hogwarts, pero no es recomendable, ya que el poder mágico crece con la edad y es necesario aprender a manejarlo, ya que el descontrol de la magia tiene efectos muy desagradables.
-Entonces qué pasa con su vida después de haber asistido a la escuela de magia? ¿Cómo puede un certificado de una escuela así servir en el mundo real?
Dominic estaba preocupado por las consecuencias de la magia descontrolada de las que hablaba la Profesora, pero estaba igualmente preocupado por el después, el futuro después del control.
-Señor Woods, su hija es una bruja y como tal es más probable que ella decida quedarse en el mundo mágico. No hay mejor escuela en toda Inglaterra que Hogwarts, y cada graduado ha podido encontrar trabajo luego de dejar Hogwarts.
-¿Soy una bruja?- Jill no pudo evitar hacer esta pregunta en voz alta. Cundo se dio cuenta de que había atraído la atención de los tres adultos en la sala, se sintió incómoda por la atención.
-Si, Señorita Jill usted posee el don de la magia. En estos días no es infrecuente que una pareja muggle de a luz a un pequeño mago o bruja, eso significa que algún ancestro en tu familia alguna vez fue un ser mágico.
-¿Muggle?
Las caras de Muriel y Dominic se retorcieron un poco al escuchar la palabra. Aunque no sabían qué significaba, podían inferirlo por lo que se había dicho hasta el momento, pero por alguna razón, ambos sentían que era más un insulto que otra cosa.