Ren logro escapar de su casa y ahora mismo se encuentra en la ciudad, dirigiéndose a la torre en el borde de la ciudad.
'¡Después de tres días de fingir por fin logre huir!'
Con algo de entusiasmo de por fin vender la espada y a la ves nervioso por las consecuencias de huir de casa, sigue su camino a través de los edificios y personas.
*****
Cuando por fin llega a la torre ve al hombre barbudo y calvo afuera hablando con un vagabundo.
"Te lo digo viejo. ¡Este huevo debe ser de las bestias de los rumores!"
"¿Y quien me lo confirma? ¿Viste salir esa cosa de una bestia?"
"¿No ves su tamaño? ¡Aquí podría caber un niño grande!"
"igual, puede ser de un Gijornoz, vete ya y no moleste."
Gijornoz: Una bestia gigante sin pelo o plus con anatomía similar a un avestruz y una grande boca con un pico con el cual rompe huesos duros o remata a sus presas.
Dice en un tono serio.
"Demonios... ¡Bueno tu te lo pierdes!"
El vagabundo se va corriendo con el huevo en brazos.
"Cielos... ese tipo si que era persistente..."
"¿Quien era?"
Ren camina hasta el hombre.
"Nadie, probablemente solo trataba de estafarme. Bueno, ¿Qué traes hoy?"
Ren sonríe de forma picara y saca la espada de los trapos.
"Mira esto~"
Ren pone la espada en sus manos y se la acerca al hombre, este al principio parece reacio pero luego acepta.
'¿Que tengo que perder?'
El hombre toma la espada por un momento, revisándola cuidadosamente.
"Jum... te daré 50 monedas de cobre."
"¡¿Que?! ¿Por qué tan poco?"
"Solo es una espada negra oxidada, ¿Por qué pensaste que valdría mucho?"
Justo cuando el señor termino de hablar un pedazo de oxido cayo y dejo ver una franja blanca que recorría el dorso de la espada.
"¿Ah?"
'Esto no será...'
El hombre mira sorprendido la espada y un sudor frio cae por su frente.
"Entra."
"¿Que?"
"¡Que entres!"
Dice el hombre con voz apresurada.
*****
"Si es..."
El hombre y Ren están dentro de la torre, los alrededores están llenos de herramientas y artículos varios, espadas, accesorios y libros están regados por allí y allá, algunas mesas de trabajo y poco mas.
'Nunca había entrado aquí...'
Mientras observaba los alrededores no pudo evitar ver un reloj plateado puesto cuidadosamente en una estantería.
"¿Oye me escuchas?"
El hombre saca a Ren de sus pensamientos.
"Ah. Si claro que si!"
*suspiro*
"Repetiré, esta espada no es cualquier espada, es una vieja 'espada tecnopata'."
"'¿Espada tecnopata?'"
"Si fue usada por los soldados robots del antiguo imperio, es probablemente de las espadas mas valiosas del mundo."
"¡¿Entonces?!"
Dice Ren emocionado.
"No la comprare..."
Ren palidece decepcionado.
"¡¿Porque no?!"
"No es porque no quiera... es absurdamente cara, solo algunos generales y la iglesia las poseen."
"¿E-entonces cuanto cuesta?"
*gulp*
Ren traga saliva esperando la respuesta.
"Al menos unos cientos de monedas de oro..."
"¡¿Oro?!"
Ren aturdido se sume en sus pensamientos.
'Cada moneda de plata cuesta 100 de cobre y una de oro cuesta 100 de plata, Ren y patricia Vivian al mes con unas cuantas decenas de monedas de cobre, si quiera una moneda de plata ya era considerada un tesoro para ellos, y esta espada costaba cientos de oro... ¡Con esta espada podrían vivir toda su vida y les sobraría dinero!'
"¿Cuanto?"
El hombre ignora el comportamiento de Ren y dice.
"Evidentemente no puedo pagar eso..."
El hombre saca de sus pensamientos Ren y envuelve la espada en los trapos.
"Quizás en la capital te la puedan pagar a cuotas."
El hombre presiona la espada en el pecho de Ren.
"Cuídala, es tu boleto para salir del bajo mundo."
"Si... Gracias."
Dice Ren todavía aturdido.
"Ya te puedes ir"
Ren baja la cabeza y sale de la torre, cuando sale se detiene afuera, parado y mira hacia el cielo, el sol del atardecer ilumina a Ren, que sujeta la espada fuertemente contra su pecho.
'Que suerte...'
*****
Elviroon mira la ciudad amurallada en la distancia.
'Bien, llegamos a tiempo'
"¡Atención! ¡Acampen afuera de la ciudad!"
"¡Si comandante!"
Todos los soldados responden. afirmativamente a Elviroon.
"Jean, acompáñame."
"Okey~"
Ambos se digen hacia la ciudad mientras los soldados velozmente comienzan a armar un gran campamento.
*****
Elviroon y jean entran a la ciudad y todas las miradas de las personas se dirigen a ellos.
'¿Que hacían aquí los soldados del reino?'
Era lo que probablemente pasaba por la cabeza de todos los presentes.
Una vez Elviroon estuvo complacido con la cantidad de personas presentes hablo.
"¡Estamos aquí bajo las ordenes del Rey! ¡Estamos realizando una operación de purga de bestias en nombre de la iglesia! ¡Nos quedaremos aquí unos días y luego partiremos!"
Todos los ciudadanos se calmaron y soltaron un suspiro grupal.
Elviroon volteo hacia uno de los guardias de la ciudad.
"Tu, trae aquí al alcalde."
"¡Si señor!"
Respondió inmediatamente el guardia con sudor frio recorriendo su frente.
*****
Mientras escuchaba el anuncio del caballero plateado estaba boquiabierto.
'¿Estos eran los soldados del reino?'
Todos a su alrededor parecían pensar lo mismo mientras miraban con los ojos bien abiertos.
'No... mas importante, no se estaban reuniendo en el sur? que hacían aquí, en el oeste, quizás su misión había cambiado o...'
Mientras Ren se sumía en sus pensamientos no podía parar de repetir en su cabeza '¿Las bestias se movieron...?'
'Da igual, no tiene nada que ver conmigo...'
Sale de sus pensamientos y se dirige a la salida discretamente, finalmente sale por un borde del portón.
Afuera observo los miles de soldados haciendo un campamento debajo de una colina.
'Que increíble...'
Ren apretó la espada contra su pecho y camino en dirección a su casa.
'Todo estará bien...'
Se repetía así mismo, sin saber que pronto todo se iba a poner muy mal.
*****
Ren antes de volver a casa, mas por miedo que por otra razón, entra al bar y se sienta junto a Javier.
"¿Donde has estado mocoso?"
"Estaba en la ciudad..."
"¿Jum? ¿Por que te ves tan pálido?"
"Los soldados, los que dijiste que estarían en el sur..."
Damián y los demás miran con incertidumbre hacia Ren.
"Ellos... Están aquí..."
Dice Ren todavía conmocionado con lo que vivió hoy.
Javier riega su cerveza sorprendido, los guardias y Damián miran con los ojos abiertos a Ren.
"¿C-como dices?"
*****
Mientras Elviroon espera al alcalde, apoyado en una pared, ve a un vagabundo caminando con gran huevo, al fijarse en el huevo, Elviroon piensa.
'Ese huevo no será...'
Elviroon se acerca al vagabundo y le quita el huevo.
"¡Ey! ¡Eso es mío!"
'Oh Mierda...'