Chereads / Incompleteness / Chapter 8 - Ominous Omen

Chapter 8 - Ominous Omen

Unos minutos antes.

Ren, al escuchar el caos exterior, inmediatamente se dirige a una ventana, con los ojos bien abiertos y su mandíbula caída, ve la gran cantidad de bestias gigantes emergiendo del suelo.

Los gritos de las personas, mas el fuerte ruido de las constantes derrumbaciones, solo sirven para que la situación se vea mas desesperada.

Cuando de repente, siente un fuerte dolor en su corazon, y sin saber porque el niño empieza a correr por los pasillos de piedra con desesperación.

Mientras tanto, Damián y Víctor, observan el caos en las puertas de la torre.

"¿Cuando demonios sucedió esto?"

Pregunta Damián, aturdido, haciendo la pregunta mas para si mismo que para Víctor.

"Sabia que algo grave estaba pasando, pero esto es..."

Unos pasos provenientes de la torre llama su atención.

"No lo encuentro..."

Temblando y desesperada, Patricia mira a los dos hombres con sus ojos llenos de terror.

"..."

Víctor, mira por un momento todavía aturdido por la situación, pero quien responde mas rápido es Damián.

"Yo estaba en la sala de estar y en ningún momento lo vi salir, todavía debe estar adentro."

Víctor, recuperándose del aturdimiento habla.

"Vamos a buscarlo, debe estar asustado."

En un habitación vacía, un niño de pelo negro quita los trapos que cubren una espada.

Temblando y con sudor frio corriendo por todo su cuerpo, Ren no puede evitar preguntarse porque esta buscando la espada, no es como si pudiera hacer algo, desde pequeño nunca se involucro en peleas, teniendo una habilidad con la espada no mayor a la de un bebe recién nacido.

'¿Qué diablos me pasa?'

Cuando termina de quitar los trapos, sujeta la espada con dos manos, observando como casi todo el oxido que la cubría anteriormente a desaparecido, dejando solo el metal negro con una gran franja blanca recorriéndolo.

Cuando un dolor parecido al de una aguja aparece en su corazon, se ve obligado a salir corriendo cargando espada.

*****

Un hombre con una armadura plateada y brillante, recorre la ciudad a una velocidad sobrehumana, acabando con decenas de bestias a su paso, con rápidos cortes y movimientos corporales imposibles, descuartiza a los Labarts tan rápido como aparecen.

Pero su objetivo no era ese, su objetivo era una bestia gigante en el centro de la ciudad, ya con sus enormes patas fuera del agujero, básicamente descuartizaba a los soldados con un solo movimiento de sus garras.

El olor a sangre llenaba la ciudad, el ruido de derrumbes, aullidos y gritos desesperados era todo lo que se escuchaba.

Solo dos personas mantenían gran parte de su compostura en el caos, uno era el caballero plateado y la otra era una mujer, con el cabello rubio, se enfrentaba a la titánica bestia, manteniendo su progreso para salir del hueco a raya.

A su alrededor, múltiples cadáveres llenaban el campo, sangre, miembros y escombros, era todo lo que se encontraba en el antiguo centro de la ciudad.

La garra del Labart voló a una velocidad tan alta que el sonido apenas la seguía, pero increíblemente, en el ultimo momento la dama del campo de batalla la esquivo, haciendo un increíble salto rotatorio.

Inmediatamente redujo la distancia entre ella y la bestia, preparando su ataque.

Su espada corto en diagonal, intentado causar siquiera un mínimo daño a la grotesca criatura, pero lamentablemente, a pesar de sus esfuerzos, la inquebrantable piel del animal repelió la espada, obligando a Jean a mantener la distancia.

Elviroon, llegando por fin a la zona se para al lado de Jean, con su espada en una de sus manos y la otra tocando el hombro de Jean hablo.

"¿Como esta la situación?"

Jean, sorprendiéndose momentáneamente por la llegada del imponente hombre, demoro un momento en responder.

"Terrible, no solo los soldados mueren a sus manos, si no que no puedo causar ningún daño, y cuando me quiero acercar a sus puntos débiles me repele..."

Con una sonrisa irónica en su rostro, vuelve a hablar.

"¿Puedes con esa cosa?"

Elviroon, sin despegar la vista de la bestia, que intentaba desesperadamente de salir del agujero, frunció el ceño y dijo.

"Si puedo, pero entonces necesitare que me dejes pelear solo y te concentres en dirigir, necesitare todo de mi para enfrentarme a esa cosa."

Jean, pensativa, simplemente dirigió su mirada al caos que los rodeaba, chasqueando su lengua no pudo evitar temblar un poco.

"Entendido..."

"Te lo encargo."

Elviroon, camino suavemente hacia el frente, sin desviar su mirada de la temible bestia, esta lo noto, e inmediatamente lanzo una de sus garras para acabar con el, pero, desapareció, ni siquiera el Labart pudo ver que había hecho el caballero plateado, lo que si pudo ver, es que inmediatamente después de que desapareciera el hombre, un destello apareció en el rabillo de su ojo.

Elviroon, en el aire, dirigiéndose al cuello de la bestia preparo su ataque, poniendo su espada en sus dos manos, cuando envió el poderoso ataque que partió el aire y genero un estampido sónico, no pudo evitar abrir los ojos como platos.

El Labart, preventivamente, había enviado su otra garra a cubrir su cuello, haciendo que la espada de Elviroon chocara contra su piel impenetrable.

Elviroon, recomponiéndose rápidamente, tanto que ni siquiera pareció que se había detenido hace un momento, volvió a cambiar de dirección, esta vez al ojo de la bestia.

De nuevo, desapareció, casi sin dejar rastro, si alguien lo estuviera viendo, pensaría que se estaba teletransportando.

Estando frente a frente, sintió como si el Labart mirara dentro de el, con esos ojos amarillos rabiosos, cuando lanzo nuevamente su ataque, la cabeza de la bestia desapareció de su vista, esquivando el corte por unos pocos centímetros.

Elviroon volvió al suelo, mientras el y la bestia se miraban, no pudo evitar pensar que esto se estaba complicando todavía mas de lo esperado.

'Es insanamente rápido.'

El Labart parecía sonreír, con su mandíbula goteando saliva mientras veía al brillante caballero, con medio cuerpo todavía enterrado, era casi tan letal como para acabar con todo el ejercito el solo, si alcanzara a liberarse, ni Elviroon podría detenerlo.

*****

Ren, parado afuera de la torre, sostiene nerviosamente la espada negra con sus dos manos.

Temblando, mientras escuchaba el sonido de estampidos rítmicos en la piedra.

'¿Que diablos estoy haciendo aquí?'

Detenido en su precaria posición de pelea, su rostro, confundido y con sudor frio recorriéndolo, se retorció, ante sus ojos, apareció una grotesca bestia de varios metros de altura, con ojos amarillos, piel negra de reptil, y fauces llenas de dientes y saliva.