En la penumbra de la noche, la luna llena ascendía con una majestuosidad cruel y lenta, proyectando sombras inquietantes sobre el campus de la escuela. Horas habían pasado desde que León, el joven que había sido capturado y atado, fue trasladado al salón de reuniones. Este espacio, diseñado para acomodar hasta 200 personas, estaba ahora lleno con una mezcla de padres, profesores y el director. Todos habían sido convocados para presenciar lo que esperaban fuera un acto heroico para salvar a León de una presencia que consideraban maligno y ajeno a su cuerpo.
El director, con un rostro marcado por la preocupación y la resolución, se levantó frente a la multitud. Su voz resonó en el gran salón, que parecía aún más vasto en la atmósfera cargada de tensión.Director: -Este es vuestro compañero, alumno, amigo -comenzó el director, sus palabras impregnadas de un solemne pesar-. Diría que es como un hijo para nosotros, si sus padres estuvieran aquí. Pero no están; se encuentran fuera de la ciudad. Por eso, pido a aquellos compañeros de clase que deseen unirse al rescate de su amigo que den un paso adelante.El silencio que siguió a sus palabras fue abrumador. Nadie se movió. A pesar de las palabras del director, ni un solo estudiante se inmutó. Los padres y profesores, decepcionados y enojados, intercambiaban miradas. Benjamín fue el único que avanzó sin dudar. Estaba listo para ir a salvar a su mejor amigo, pero su valentía parecía poco apreciada por la mayoría. Algunos incluso se reían de la situación, contentos de que León estuviera en ese estado.Sin embargo, cuando parecía que Benjamín iba a ir solo, una voz se alzó entre la multitud.Pato: -Che, si se mueven un poco podré llegar. Vamos, loco, ¡también quiero ayudar! -dijo Pato, con una sonrisa confiada y un tono decidido.Pato, un chico de 1.69 metros con el cabello corto y una actitud desenfadada, empezó a abrirse paso entre la multitud. Se quitó la capucha y, con una sonrisa burlona, miró a los demás. Su expresión decía claramente lo que pensaba de la cobardía de los presentes.En medio de la multitud que miraba con una mezcla de preocupación y desdén, apareció alguien que pocos habrían esperado. Jamal era conocido por su actitud fría y sus chistes crueles, y no era el tipo de persona que uno asociaría con actos heroicos. Este joven, de 1,67 metros, tenía el cabello corto pintado de un amarillo llamativo, resultado de una fiesta reciente en la que se había dejado llevar por la diversión y los tintes extravagantes.A pesar de que la mayoría permanecía inmóvil y sin hacer nada, Jamal se adelantó con una actitud desafiante. Al ver la gravedad de la situación, pensó que si León estuviera despierto, él habría sido el primero en ayudar sin pensarlo dos veces. Pero en lugar de expresar sus verdaderos pensamientos, Jamal decidió usar una excusa que encajaba con su estilo conocido.Con una sonrisa burlona en el rostro, Jamal se ajustó un guante de manera casual, como si la situación fuera un juego para él. Su voz sonó con un toque de desdén mientras hablaba, claramente tratando de restarle importancia a su intervención.Jamal: -No crean que hago esto por amabilidad -dijo Jamal, con un tono sarcástico-. Solo lo hago porque me debe algo de plata.Aunque sus palabras eran frías, el simple hecho de que se hubiera ofrecido a ayudar cambió un poco el ambiente. La tensión en la sala se hizo más evidente mientras más personas empezaban a involucrarse en el rescate. La luna llena, en lo alto del cielo, seguía observando en silencio, como si fuera una testigo distante de la complicada situación que se estaba desarrollando. Jamal, con su actitud despreocupada y su humor mordaz, añadió un toque inesperado a la misión de salvar a León, haciéndola aún más impredecible.sí como Jamal, otro joven se abrió paso entre la multitud, sonriendo con calma. Este chico, que medía 1,70 metros, tenía el cabello corto pero desordenado, resultado de su falta de cuidado habitual con su apariencia. Al ver que el grupo dispuesto a ayudar era demasiado pequeño para un rescate de tal magnitud, decidió intervenir.
Julian, con una actitud relajada y una sonrisa en el rostro, se dirigió a la multitud mientras se acercaba al grupo que se preparaba para actuar.-Anda, no se adelanten tanto -dijo Julian con un tono despreocupado-. No son los únicos que quieren ayudar a un compañero.Con esas palabras, Julian dejó claro que no era el único dispuesto a participar en el rescate. Su entrada tranquila y su actitud relajada aportaron una nueva capa de confianza al grupo, que necesitaba desesperadamente más manos para enfrentar el desafío que les esperaba. La luna llena, aún alta en el cielo, seguía observando, mientras el equipo de rescate comenzaba a tomar forma y el ambiente en la sala se llenaba de una mezcla de nerviosismo y esperanza.Después de la entrada de Julian, la sala volvió a sumirse en un silencio incómodo. La tensión era palpable, y los cuatro miembros que ya se habían ofrecido para el rescate se miraban entre sí, frustrados. Se sentían abatidos al ver que no había más voluntarios, especialmente cuando ellos mismos estaban dudando sobre lo que iban a hacer. La falta de valentía de los demás contrastaba dolorosamente con el riesgo que estaban dispuestos a asumir.En medio de este ambiente cargado, se escuchó una voz fría y firme que emergió de la multitud. La mujer que hablaba se acercó con pasos decididos.-Dios, se ve que si no vengo, les será difícil estar a la altura de un equipo de rescate -dijo Sasha, su tono implacable y directo.Sasha, la única mujer en la escena, era conocida por su capacidad para intimidar a cualquiera, a pesar de medir apenas 1,67 metros, un cabello blanco largo y no tener un cuerpo particularmente musculoso. Su apariencia severa y su actitud despiadada eran suficientes para hacer que los demás se sintieran incómodos. A pesar de su tamaño, había demostrado ser capaz de hacerle frente a cualquier desafío, incluso a golpes si era necesario.Ella se unió al equipo porque, a pesar de que León a veces le parecía un tanto estúpido, siempre había sido amable con ella. León solía buscarla para jugar a las cartas, decirle tonterías y hacerle bromas que la hacían reír. Su amabilidad genuina y su esfuerzo por hacerla sonreír habían dejado una impresión en ella. Así que, al ver que el equipo de rescate estaba incompleto y que el compromiso de los demás no era suficiente, decidió unirse.Con la llegada de Sasha, el equipo de cinco miembros estaba completo. La luna llena seguía iluminando el cielo, observando en silencio mientras estos cinco, ahora unidos en una causa común, se preparaban para enfrentar el desafío que les esperaba. La atmósfera estaba cargada de una mezcla de determinación y nerviosismo, mientras el grupo se preparaba para enfrentar lo desconocido con el objetivo de salvar a León.Luego de que el director agradeció a los valientes que se habían unido al rescate de León, pidió a los demás que hicieran espacio. Estas eran las instrucciones de Rosario, quien estaba a punto de iniciar el ritual para entrar en la mente de León. Pero algo inesperado ocurrió: Shadow despertó, su furia era palpable. Sabía exactamente lo que intentaban hacer y comenzó a liberar una aura nauseabunda y aterradora que llenaba la sala con un miedo casi tangible. Aunque su presencia era opresiva, los cinco que se habían ofrecido para ayudar a León mantenían su determinación, desafiando la oscuridad que los rodeaba.La tensión se hizo insoportable cuando Shadow, con un rugido de rabia y desesperación, gritó:-¡¿CÓMO SE ATREVEN, MALDITOS HIJOS DE PERRA?! ¡ESTE ES MI CUERPO, MI MUNDO! ¡TODO AQUÍ LLEGARÁ A SU FIN DE TODOS MODOS! ¡¿POR QUÉ SE ESFUERZAN EN DEVOLVERLE SU CUERPO A UN INÚTIL?!Sus palabras sobre el fin de los tiempos causaron confusión y un escalofrío colectivo. Jamás se había escuchado algo tan perturbador. La risa maníaca y la sonrisa sádica de Shadow añadieron un toque aún más siniestro a la situación. Su comportamiento se volvió cada vez más psicopático, un espectáculo aterrador que hizo que algunos en la sala sintieran un nudo en el estómago.Rosario, con una mirada de determinación fría, se acercó por detrás. Con un movimiento preciso y calculado, le dio un golpe contundente con un tubo a Shadow, dejándolo inconsciente. Luego se volvió hacia el grupo y, con un tono que mezclaba sarcasmo y un humor negro oscuro, dijo:-Lo siento, me secaste el mate, y siempre quise hacer eso. Pero bueno, es hora de comenzar el ritual. Prepárense.Mientras Jamal reía con una actitud desinteresada, los demás estaban inquietos, preocupados por el posible daño a León. La situación, a pesar de la aparente ligereza en las palabras de Rosario, tenía un aire ominoso. Miraban con ansiedad, temerosos de lo desconocido y de lo que podría suceder.Se colocaron frente a León, cada uno tomando la mano de Rosario, que serviría como un puente entre el mundo del alma y la mente de León. Todos se prepararon para recitar las palabras del ritual, sabiendo que debían seguir tres reglas cruciales.Rosario explicó con una mezcla de seriedad y humor negro:-Primero, no toquen los recuerdos, por horribles o dolorosos que sean. Dejen que sigan su curso o podrían destruir la memoria de León para siempre. Segundo, cuando lleguen al nexo de la mente, deberán elegir qué camino tomar. Solo uno de ustedes puede cruzar. Si cruzan todos, puede volverse muy complicado, así que no lo recomiendo. Y tercero, aunque puedan usar la imaginación cognitiva en este plano diferente al del mundo real, no abusen de ello. Podrían morir o, peor aún, ser expulsados con daño físico de la mente de León. ¿Entendido?Los cinco asintieron, firmes y decididos, mientras se unían en su propósito y se preparaban para entrar en la mente de León.Lo que nadie podía prever era el horror que se estaba gestando en las sombras. Fuera de la vista y del alcance de sus sentidos, una grieta oscura y siniestra comenzó a formarse en el aire, como si el propio espacio se estuviera desgarrando con un crujido aterrador. La grieta se expandía lentamente, revelando dentro de ella un abismo de oscuridad pura y maligna. Desde el interior, dos sombras, en forma de manos espectrales, trataban de abrirse paso a través de la fisura. Unos murmullos sibilantes y gorgoteos de criaturas desconocidas resonaban desde la grieta, llenando el aire con una sinfonía de terror que aumentaba la inquietud. La oscuridad que emanaba del portal parecía devorar la luz misma, presagiando una presencia aterradora que se avecinaba.