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El Hombre Olvidado

🇦🇷Leonardo_vladimir
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Synopsis

Chapter 1 - Capitulo 1: El comienzo de la Oscuridad

En una sala tranquila, con numerosas mesas y sillas vacías, se encontraba sentado de manera calmada y serena en la mesa más alejada. Esperaba pacientemente a que sus compañeros llegaran al curso, anhelando descubrir quiénes serían los que hablarían con él ese día.O quizás, temiendo que, como en tantas otras ocasiones, tendría que enfrentarse a la soledad, buscando alguna forma de entretenimiento para ocultar el vacío que consumía su corazón. Esa soledad lo arrastraba cada vez más profundamente hacia la oscuridad de su mente desolada y llena de pensamientos impuros.León dio un leve suspiró. 

—Quizás hoy tampoco sea mi día de suerte...

Fue entonces, en ese momento, que abrió su mochila para buscar un pequeño libro, uno que había leído cuando era más joven. Era el único que poseía físicamente; por ello, lo cuidaba como un tesoro inigualable. Solo lo llevaba consigo para poder leerlo nuevamente, con la esperanza de encontrar un nuevo significado y comprender cosas que, cuando era joven e inocente, no entendía.

Comenzó a leerlo, y después de unos minutos, había avanzado un cuarto del libro. Fue entonces cuando sintió cómo se abría la puerta de su aula. Levantó la mirada, que había estado fija en su libro, interrumpiendo su lectura para mirar hacia la entrada. Observó, con calma y sin muchas expresiones, quiénes eran los que entraban.Notó a quienes entraban, siguiendo la misma rutina de siempre: primero los de la fila izquierda, luego los molestos de la fila central, y finalmente, los de la fila derecha. Sin embargo, los lugares eran diferentes. Personas que no deberían estar cerca de mí se disponían a sentarse en los bancos cercanos debido a que mis amigos más allegados estaban cerca. Frente a mí estaban Rosario y Luna; a mi derecha, Pato y Julián con su grupo de amigos; y a mi izquierda, Zafiro.

Zafiro era una niña pequeña de cabello largo, que a mi parecer se veía linda y tierna. Pero en sus ojos podía ver la soledad y el miedo a no tener a nadie consigo, reflejados en sus acciones y su comportamiento errático, fomentado mayormente por sus intentos de siempre ser graciosa para no ser olvidada o ignorada por sus allegados.

Rosario, por otro lado, se distinguía por su actitud. Nunca había tenido que esforzarse mucho para obtener algo, ya que creía que todo se solucionaba con dinero. Hasta que alguien le demostrara lo contrario, seguiría siendo así, y eso sería difícil, ya que no era nada sumisa. Al contrario, su actitud era bastante dominante y, quizás, hasta podría romperte la cara de un golpe, cosa que me encantaba y agradaba. A pesar de sus malos tratos, me divertía que ella creyera que tenía control sobre mí, cuando en realidad, yo tenía completo control sobre lo que hacía, dejándome llevar por sus molestas burlas y comentarios sarcásticos.Luna era muy ingenua. Creía en todo lo que le decían y no miraba mucho a su alrededor. Su mundo giraba en torno a lo que creía ver en los demás. Tenía una personalidad muy fuerte y decidida, lo que hacía imposible hacerle cambiar de opinión respecto a algo o a alguien. Quizás lo supiera, quizás no, pero esa era su naturaleza. Era imposible hacerle entender las cosas como eran debido a su actitud y creencia firme de que era mejor que nadie. Aunque no era del todo falso, no significaba que fuera perfecta, seguía siendo muy ingenua. Cuando intenté ayudarla a no confiar en cualquiera, se dejó guiar por lo que decían otras personas. Debido a mi personalidad protectora y miedosa, cuando intenté cuidarla, pensó que solo quería estar cerca de ella para que fuera mi novia, y ahora ni siquiera hablamos. Lo único molesto de ella para mí era esa actitud de no dejarme tocarla, como si yo fuera una mierda, lo que me obligaba a controlarme constantemente para no romperle un brazo o enojarme e insultarla.Pato era alguien confiable, algo tonto pero amable y protector. Podía hablar de forma abierta y tenía muchas cualidades que lo hacían un buen líder y vocero, ya que mantenía un ambiente agradable y tranquilo con sus compañeros.Julián era casi lo mismo, pero más reservado, silencioso y le gustaba hacer bromas, siendo bastante gracioso.Pero aun así, a pesar de que sé todo eso y que cada día me lo he pasado sonriendo y estando bien, esa voz interna quiere salir. Una voz que pide a gritos que la dejen salir, que deje de fingir una estúpida sonrisa y que solo muestre lo que realmente es. Que estalle y ponga a todos en su lugar, dejando marcado su dominio.Esa voz me ruega y me pide que le dé mi lugar para demostrar que puede cambiar todo y hacerlo mejor que yo. Pero siempre he suprimido esa voz con música. Sin embargo, hoy la música no es suficiente. La soledad en la que estoy no hace más que hacerme sentir aún más ahogado en un mar oscuro, sintiéndome vacío.Los tengo tan cerca, están a mi alrededor, los escucho susurrar, los veo hablando mal de mí de vez en cuando. Ellos ríen y mantienen relaciones con otras personas, ellos son libres y no se niegan nada. Pero yo simplemente me aguanto todo aquello y solo observo sin demostrar deseo o intención de nada. Aun así, por alguna razón, sentía que no podría seguir fingiendo eternamente.Leon, en ese momento, simplemente ladeó su cabeza a la izquierda de forma disimulada para luego levantar la mirada mientras inclinaba su asiento sobre una pared, dejando caer suavemente su brazo, casi permitiendo que sus dedos tocasen el suelo, mientras posaba su otra mano sobre su rostro, tapando su mirada.—No voy a poder soportar esto... mucho más... debo desestresarme...

Fue en ese momento cuando una voz lo sacó de su ensimismamiento. Era la voz de un conocido que, para él, podía considerarse un amigo. Era uno de los pocos que le hablaba sin intención de burlarse o de hacerlo sentir miserable.

—Oye, deja de ignorarme, te estoy hablando —dijo la voz.Leon apartó la mano de su rostro y miró al frente. Allí estaba su amigo Benjamín, de pie, sonriéndole. A pesar de que estaban en el mismo curso, Benjamín estaba hablando por teléfono con su novia. Era extraño que ella le enviara mensajes incluso cuando él estaba a pocos centímetros de distancia. Aunque esa dinámica le parecía rara, no era su lugar criticar la manera en que Benjamín se relacionaba con su pareja. Decidió simplemente responder con amabilidad.—No te estaba ignorando, solo estaba ocupado organizando mis pensamientos. Perdón por eso.Leon y Benjamín charlaron durante un buen rato mientras las horas pasaban en ese curso tedioso. Como el profesor que debía dar clase durante las últimas dos horas no se presentó, estaban en su tiempo libre. Fue sólo cuando Leon revisó su teléfono para verificar la hora que se dio cuenta de cuánto tiempo había pasado sumido en sus pensamientos, sin haber notado que las horas se habían ido volando. Con un suspiro, decidió relajarse y aprovechar ese momento para reír y disfrutar con su amigo Benjamín. Se contaron algunos chistes y tonterías, aliviando el aburrimiento que ambos sentían.Benjamín: —Oye, ¿sabes qué? El otro día le pregunté a mi terapeuta si algún día me curaría de mi sentido del humor negro. Y me respondió: "Solo si te vuelves más divertido, así al menos morirte será entretenido."Leon: —Jajaja, buen intento, pero el otro día le pregunté a mi psicólogo si alguna vez iba a dejar de sentirme como un fracasado. Y me dijo: "No, pero al menos podrías intentar ser un fracasado con estilo."Rieron juntos durante un buen rato, encontrando en el humor negro una forma de aliviar la monotonía del día.Finalmente, el timbre de salida sonó, y Leon se despidió de su amigo para recoger sus cosas y guardarlas en la mochila. Se levantó de su asiento, listo para salir del curso, cuando chocó con Luna. Ella frunció el ceño, claramente molesta.Luna: —¡Ugh, me tocaste! Qué asco. Con tu mera presencia, ya me enfermas.Leon, sin decir palabra, solo le sonrió y se alejó del curso. Salió con sus compañeros, y tras hacer la fila en el patio de la escuela, decidió no despedirse de nadie más. Ya en la calle, en lugar de regresar a casa, optó por dar una vuelta. Llegó al pequeño bosque al final del barrio y, al adentrarse, se encontró con los compañeros que estaban en frente en su curso. Al verlo, comenzaron a molestarle.Compañero 1: —¡Mira quién llegó! El rey de la indiferencia. ¿Cómo Esta el paseo solitario? ¿Te divertiste ignorándonos?Compañero 2: —Che, ¿Qué haces vo acá viniste para evitar tus problemas o simplemente para que te molesten más?Compañero 3: —Vamos, no te pongas así. Si quieres, puedes unirte a nosotros. Siempre es bueno tener a alguien que pueda ser el chiste en nuestra conversación.Tras escuchar las palabras de los tres individuos, la única que realmente molestó a Leon fue la del último. Sin dejar de sonreír, lo miró directamente a los ojos. La intensidad de su mirada fría y penetrante hizo que el compañero 3 se sintiera incómodo, hasta que, finalmente, comenzó a alejarse lentamente de él.Compañero 3: —Che, mira, solo estaba bromeando. No te pongas así, ¿ok? No es para tanto.León no respondió de inmediato. Se acercó al compañero 3 hasta acorralarlo contra un árbol. Levantó levemente la mano, lo que hizo que el otro se pusiera tenso, preparándose para recibir un golpe. Sin embargo, León solo posó su mano en su hombro y continuó mirándolo fijamente, con una frialdad palpable en su tono de voz.León: —Te lo diré una sola vez: vuelve a decir que soy un chiste, y te juro por Dios que, cuando termine contigo, ni tu madre te reconocerá. ¿Quedó claro?León ladeó ligeramente la cabeza, ofreciendo una sonrisa que combinaba amabilidad y frialdad. Luego retiró su mano del hombro del compañero 3 y, sin decir una palabra más, siguió su camino a través de la oscuridad del bosque.Cuando Leon llegó a lo más profundo del pequeño bosque, encontró una pequeña tumba con el nombre "Shadow" grabado en ella. Se sentó al lado de la tumba de manera brusca, luego se acomodó en el suelo y miró el cielo estrellado con una calma inusual.Leon: —¿Te hice esperar demasiado, eh, Shadow?

Aunque hablaba solo, no estaba realmente solo. De la tumba emergió una figura oscura, casi idéntica a él, un clon suyo en apariencia, pero diferente en todos los aspectos mentales y personales. La figura sonrió al dirigirse a Leon.

Shadow: —Ha pasado mucho tiempo, viejo amigo. ¿Por qué has vuelto? Dímelo.Leon lo miró con frialdad, sin decir una palabra. El lugar se sumió en un silencio pesado mientras la mirada helada de Leon se mantenía fija en la sonrisa burlona de Shadow. Finalmente, Leon volvió a mirar al cielo y habló con tono resoluto.Leon: —Perdí. Acepto tu petición. Toma el control y haz lo que yo no pude. De todos modos, nadie lo notará.Shadow: —Tu deseo será concedido, viejo amigo. ¡Jajajaja!En las casas de los compañeros de Leon, un frío inusual se hizo presente. Aquellos que aún estaban despiertos notaron algo extraño en el ambiente. Pato, Benjamín y Rosario percibieron que algo que no debía liberarse, había sido liberado. Sin embargo, Pato pensó que era solo su imaginación, Benjamín no entendía qué estaba sintiendo, y Rosario sabía que alguien había abandonado su cuerpo. Ella temía descubrir quién era esa persona y temía aún más lo que vendría a continuación.