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Chapter 11 - El cuervo

El pequeño grupo inició su caminata nuevamente cegados ahora por una nube intensa, pasando bajo el letrero de bienvenida el cual estaba demasiado descuidado, solo se podían distinguir ellos, si se separaban unos cuantos metros se perdían totalmente de vista, así mismo con la poca energía que les quedaban, Helena y Aleksander vigilaban minuciosamente cualquier movimiento que realizaba Illika el cual tenía la vista completamente pegada al piso rocoso y deformado aunque está vez sin inclinaciones, los hermanos se preguntaban entre susurros ¿Cómo era posible que Illika se moviera sin tener la vista hacia el frente?, decidieron evitar preguntárselo directamente y prefirieron solo vigilarlo y ver si podía ser distinguido algún muro o algún indicio que les hiciera pensar que estaban en una ciudad ya que sentían que solo estaban caminando en círculos ya que no se mantuvieron caminando en línea recta, Illika cambiaba de dirección de vez en cuando, hasta que se detuvo de una vez por todas y fijó su mirada hacia enfrente.

-Por fin llegamos - lo dijo con un alivio impresionante.

-Yo no veo ni un carajo - dijo Aleksander algo molesto.

-Si es una más de tus babosadas partiré tu cara a golpes - le susurra Helena terroríficamente tronando los dedos de sus manos.

-No no no, ahora no es nada de eso, solo entremos.

-¿Como que ahora no es nada de eso? -pregunta Aleksander con desconfianza y dudosamente.

Illika da unos cuantos pasos y se pierde en los alrededores de las nubes, los hermanos sorprendidos inmediatamente corren tras él con la preocupación de que les hubiera jugado sucio otra vez pero chocan contra una puerta de madera, cerca de la puerta había una ventana por la cual Helena intenta ver en el interior pero no observa nada mientras Aleksander pega su oído a la puerta para tratar de escuchar el interior y sólo pudo percibir música. Los hermanos se quedaron en silencio, Helena trató de hablarle con señas a Aleksander pero él no entendía absolutamente nada y solo la observó.

-¿Por qué bailas?

-Con un carajo te estoy diciendo que entraré primero y tú me cubres las espaldas -susurra molesta.

Helena tomó su posición, contó hasta tres con la mano para que Aleksander se preparara y entró fortuitamente, ambos se quedaron pasmados al ver qué acaban de adentrarse a un bar de mala muerte, veían a lo que parecían criminales borrachos, por un lado bailando y cantando al son de la música como si nada pasara y por el otro peleándose hasta casi matarse.

-Oye hermana, ¿ese que se está peleando no es Illika?

-¿Qué demonios? Ay no, pensé que era un ebrio - menciona Helena rascándose la cabeza y suspirando a los cuatro vientos.

Illika se encontraba peleando contra cinco personas a la vez y efectivamente por la poca fuerza que le quedaba iba perdiendo pero por alguna extraña razón seguía peleando contra ellos, daba pena ver la paliza que le estaban proporcionando, uno de ellos usó su hidroquinesis y formó un círculo de vino sobre la cabeza de Illika para tratar de ahogarlo así que Helena y Aleks se dignaron a entrar de una vez por todas y atacaron por sorpresa a dos de ellos, Helena dio un golpe directo a la nuca mandándolo al piso directamente mientras Aleksander solo estranguló por la espalda a otro hasta desmayarlo, al acercarse vieron que otro hombre con cabello bastante largo y de color plateado, algo delgado y que contaba con una mirada perdida yacía en el piso recargado hacia la pared pero decidieron ignorarlo y continuar con lo suyo. Ahora la balanza estaba justa, sólo quedaban tres contra tres así que los hermanos trataron de llegar al usuario de hidroquinesis antes de que asesinara a Illika pero se interpusieron los otros dos que quedaban, así comenzó una pelea bastante desigual, aún así Helena empujaba con sus golpes a su contrincante y esquivaba los que recibía, se centró en golpear sus brazos para hacerle bajar su guardia a la fuerza, mientras un Aleksander agotado lanzaba golpes y patadas a diestra y siniestra siendo alcanzado por el criminal y lanzado hacia una de las mesas para posteriormente tratar de ser ahorcado pero Aleksander lo golpea con sus antebrazos en los pliegues de los brazos de su oponente y le asesta un golpe débil pero se lo logra quitar de encima. Helena logra su objetivo y le logra dar golpes directos en el rostro de su oponente pero al desviar un breve momento su mirada ve que el hombre de cabellera plateada está de pie detrás del criminal que trataba de ahogar a Illika sin ser notado lo tomó del hombro y en un parpadeo el hombre de la hidroquinesis salió volando por los aires liberando a Illika y dándole un respiro.

-¿Por qué diablos…. Siempre dejas que te humillen golpeándote y bañándote de alcohol? - pregunta Illika jadeando.

-Deja de llorar niño, todo hubiera estado bien si no te hubieras metido a pelear - menciona el hombre con la mirada hacia enfrente.

Inmediatamente los otros dos criminales al presenciar esto se enfurecen más ignorando completamente a Helena y Aleks y se lanzan sobre el hombre desconocido el cual lucía completamente relajado, evitaba los golpes moviendo su cuerpo sobre su propio eje con el más mínimo esfuerzo parecía una hoja siendo arrancada de su árbol, moviéndose con delicadeza por el viento, el hombre solo golpeó en el rostro rápidamente y sin ningún aviso hacia uno de ellos haciendo perder su equilibrio, se abalanzó hacia él tomándolo del brazo y situandolo sobre su hombro y lo lanzó hacia su otro objetivo haciendo que cayeran al piso y rematando al otro con un golpe.

-Memento mori - susurra el hombre.

-Nunca te entenderé -menciona Illika poniéndose de pie.

-¿Qué fue lo que pasó aquí? -pregunta Helena desconcertada.

-Ah cierto, ya que todo está en calma les presento al que me ayudó a sobrevivir en esta ciudad, Bertram.

-Me había preguntado ¿Por qué razón habías regresado? Ahora ya lo sé, si no es que esté pensando mal claro y no lo haré - dice con una mirada perdida.

-¿Qué? Pero si todavía ni te lo pregunto - dice Illika desconcertado.

-Esos amigos tuyos quieres que los entrene ¿verdad?, no lo haré, sabes que no me meto con cualquier situación que implique a los mercenarios oscuros, ahorita mismo son los más buscados.

-Las noticias vuelan rápido - menciona Helena.

-¿Por qué ni siquiera voltea a vernos? - pregunta Aleksander mientras se sienta en una silla.

-Es ciego - menciona Illika sin preocupación alguna.

-No nos jodas más Illika - dice Helena con molestia.

-El niño dice la verdad, soy ciego, pero la vista solo es una distracción, puedo sentirlos y puedo verlos por los sonidos y por el tacto también obviamente, de hecho también puedo escuchar sus corazones, están algo cansados si no me equivoco, no los entrenaré pero no soy mala persona ¿Por qué no descansan y pasan la noche aquí? Tienen la fortuna de que soy dueño de este bar el cual también funciona como hotel. - menciona tranquilamente mientras toma del suelo lo que parece ser una espada larga y delgada.

-Con razón tienes tan malos gustos Illika, ya vi de dónde provienen - menciona Aleksander mientras observa alrededor del bar.

Bertram se quedó de pie, era una persona totalmente ciega pero pareciera como si estuviera viendo a Aleksander detalladamente, como si ya lo hubiera conocido antes, había algo que le resultaba familiar en su voz pero pensó que lo estaba confundiendo.

-Suenas enfadado niño - le dice Bertram.

-Tu no sabes nada de mí - menciona Aleksander a secas.

-Tu voz no me miente pero sobre todo tu corazón y no es por lo de hace rato.

-Como te dije no sabes nada , aparte no me digas niño, no tenemos tanta diferencia de edad como para que me llames así - dice Aleksander mientras se levanta de la silla.

-Tengo más edad de la que piensas pero como quieras, yo ya no quiero pelear, tengo flojera, solo acompáñenme les daré la llave de sus habitaciones.

Bertram camina silenciosamente hacia la barra del bar y saca de una caja las llaves de las habitaciones y le otorga una a cada uno, Helena y Aleksander se adelantan mientras Illika se queda un rato más con Bertram.

Helena y Aleks se despiden para tratar de descansar, acuerdan dejar con candado sus habitaciones y solo abrir la puerta al tocarla tres veces, Aleksander observa alrededor de su habitación la cual era pequeña aunque acogedora pero no más que la habitación que tenía en su antiguo hogar, se acerca a un espejo que tenía el baño y se quita la ropa quedando con el tórax expuesto observándose las cicatrices que tenía como marcas de nacimiento, le da un ataque de irá y rompe el espejo con un golpe, posteriormente se sienta en la cama en silencio y le entra una bomba de recuerdos de su antiguo hogar, su vida antes de que se fuera todo al carajo más pensamientos culposos de todo lo sucedido hasta ahora procediendo a caer en un llanto repentino, en silencio, solo, se recuesta y después de un rato el sueño lo noquea, habiendo sido arropado por su propio llanto.

Mientras Illika aún se encontraba con Bertram en silencio, observándolo, pensando en las próximas palabras para intentar convencerlo.

-Vamos niño solo porque este ciego no significa que no sepa que estés aquí y lo sabes, llevas viéndome un gran rato - lo dice mientras bebe un poco de su propio vino.

-Por favor, tienes que ayudarnos.

-¿Por qué de repente te comportas así con ellos?

-Yo siempre los apoye desde un principio, son a lo que se les llama "amigos".

-No niño, si no hay una compensación de por medio no realizas nada, algo muy profundo escondes - menciona mientras despierta a los ebrios dormidos para poder cerrar.

-Yo no escondo nada está vez - dice mientras cruza los brazos y observa perspicazmente.

-Ellos aún confían dudosamente en ti, podrás mentirle a ellos e incluso a ti mismo pero tus palabras ante mi oído nunca.

-Escucha Bertram, él probablemente es "el guerrero fénix" - menciona con emoción.

-Con que eso era desde el principio, lo sospeche desde que sentí su presencia, es algo diferente al resto, además no creí que siguieras en la búsqueda del señor de la oscuridad, así mismo ahora menos los ayudaré, no quiero ser partícipe de esta mierda. - enaltece la voz mientras acomoda las últimas mesas.

-Por favor, aparte tu familia…

-Mi familia se pasó la vida entera protegiendo a los que llamaban reencarnación de la leyenda, cada generación dio su vida por él, y todos no hicieron nada por ellos, yo no seguiré el mismo camino que se nos impuso, nadie es dueño de mi destino y de lo que escojo hacer, te lo dije desde hace tiempo niño ingenuo, no quiero tener nada aquel ver con eso, quiero vivir mi vida en paz - menciona con molestia la cual fue aumentando con cada palabra que salía de su boca.

-Aludes al apodo que te cargas, cuervo plateado - dijo Illika mientras subía las escaleras.

Illika azotó la puerta de la habitación que le fue asignada y se acostó con una molestia intensa mientras Bertram solo se quedó en silencio aventando un gran suspiro al aire, al final solo cerró su bar y se fue a la cama algo pensativo por todo lo sucedido.