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Chapter 12 - Mente

En un extraño día, un hermoso paisaje se asomaba con los rayos del sol, se veía una casa a lo lejos que se encontraba rodeada de pastizales llenos de vida el cual parecía resguardada por la madre naturaleza, en ella vivía una pequeña familia de tres personas, una pareja de enamorados y su hija, parecía que tenían una vida perfecta hasta que todo oscureció de repente el aura tranquila que emanaba el lugar desapareció en segundos y se convirtió en un aura de ansiedad y peligro.

-Nos ha encontrado, debemos salir de aquí inmediatamente - le dice el hombre a su familia.

-¿A dónde se dirigen? si apenas he llegado hasta aquí - menciona dulcemente un joven pálido con cabellera larga, parecida a la noche junto con sus estrellas y un gran abrigo emplumado.

La familia se llenó de terror al verlo, no pudieron hacer nada, el hombre se llenó de valor y lo atacó, algo que debió de haber intentado desde hace tiempo, el joven sin ningún esfuerzo y con una rapidez noqueó con un golpe al hombre de la familia. Al despertar sólo pudo observar los cuerpos de su familia sin vida, gritó con desesperación pero nadie lo podía escuchar, estaba solo, de repente sintió como lo levantaban completamente agarrándolo desde la cabellera.

-Eres un maldito, tu aura, tu ser, tus ojos sin vida, tu mirada vacía, no me cabe duda que tú eres…

-Siempre te encontraré, te haré añicos, te destrozaré física y mentalmente en cualquier momento de tu vida, no me importa si eres un bebé, total, ya lo he hecho antes, ahora, despierta - dice mientras observa directamente los ojos de aquel hombre.

El joven repentinamente arremete un tajo en la garganta de aquel hombre decapitandolo y quedándose con la cabeza en la mano, la arroja sin preocupación y se aleja de aquel hogar donde ahora ya no queda algún rastro de vida o felicidad.

Aleksander saltó abruptamente de la cama, con un sudor como si hubiera hecho horas de ejercicio físico, su corazón parecía que le iba a explotar, se sentía raro, nuevamente como si estuviera en un inminente peligro cercano.

-Otra vez estás malditas pesadillas, pero está vez fue diferente - se dice así mismo mientras se sienta.

-No, me estoy volviendo loco, será mejor tomar un baño - piensa mientras se levanta y se dirige al pequeño baño de su habitación.

Se quita su ropa y se pone debajo de la regadera, por un momento sintió paz pero por otro empezó a recordar lo que había sucedido y se comenzó a sentir aislado, sabía que tenía a su hermana y dudosamente también a Illika pero la soledad lo azotaba como una gran tormenta perdiéndose en sus pensamientos hasta que escucha una voz.

-Aleks, ¿te estás bañando?

-Si Helena, ¿Quién te dijo que entraras?

-Llame muchas veces la puerta y no respondiste así que entre, solo vine a dejarte este nuevo repuesto de ropa, Bertram nos lo dio, no es nuevo pero se agradece - menciona mientras deja la ropa doblada en la cama.

Al rozar la mano en la cama Helena siente que se encuentra algo mojada, como si alguien hubiera tirado una tina de agua.

-Aleks ¿Estás bien?

-Si, solo deja me cambio y ahorita salgo en un momento.

-Comprendo - dice dudosamente mientras sale de la habitación.

Aleks sale del baño y observa su nueva vestimenta, era un chaleco de cuero negro junto con una camisa gris y pantalón azul marino, al ponérselo y reflejarse en el espejo parecía que le había gustado mucho su nuevo look, se puso sus viejas botas y la gabardina larga que tenía, estaba algo sucia pero no le importo, la demás ropa la dejo ahí tirada solo la observó de lejos y salió de la habitación.

Al bajar de las escaleras observó a Helena con su nueva vestimenta, una camisa blanca fajada junto con un corse igualmente de cuero negro, con un moño morado, guantes de cuero blancos, pantalón de vestir negro y su antiguo calzado.

-Te queda bien esa nueva ropa hermana.

-Y no has visto la mejor parte - saca de su bolsillo unas gafas circulares con armazón grueso con cristal rojo y se los pone.

-Wow, te ves como cuando trabajamos en nuestro bar destruido, ¿Ya tan rápido encontraste empleo aquí? - dice mientras se rasca la cabeza.

La cara de Helena cambia drásticamente, mientras se prepara rápidamente para lanzarle el primer golpe.

-Oye tranquila, solo estaba jugando, te quería ver enfadada, es todo, lo siento hermana - dice Aleksander mientras sonreía y miraba a Illika, el cual se encontraba detrás de ella.

-¿Y tu ropa? - pregunta fríamente.

-Uy, me cortas con tu frialdad - dice mientras pone cara triste -a comparación de ustedes par de pobres mi ropa es nueva y no necesito - menciona mientras se levanta de su asiento y da vueltas sobre su eje.

-Como tu digas maldito loco -comenta Bertram quien silenciosamente limpiaba unos tarros de espaldas.

Aleks se sorprende y le da un pequeño susto porque no había sentido a Bertram, parecía un fantasma, aparece y desaparece sin que puedas percibir su presencia, en cualquier acción o movimiento que haga pareciera que no tuviera alguna intención cuál experimentar.

-¿Cuánto tiempo lleva ahí? - le susurra sorprendido a Helena.

-Toda una maldita vida niño - dice mientras se voltea -en fin, a desayunar muchachos, la casa invita, después de todos son mis invitados que a la vez yo no invite - sirve tres platos llenos de comida con una agilidad impresionante.

-Con que era esto lo que olía desde hace rato, está muy bueno - menciona Helena mientras da bocado tras bocado -Aleks igualmente prepara platillos muy buenos, tal vez le pases algún tip.

-Tal vez sí, tal vez no, en fin ya fue mucha habladuría, fue un breve momento de paz pero ahora hay que ponerse serios.

El lugar se pone tenso y serio, como si unos niños estuvieran a punto de ser regañados por su padre.

-¿Serios de que? Si ayer nos habías dicho que no nos ayudarías - dijo Aleks mientras se terminaba rápidamente su platillo.

-Se lo que dije hasta que te empecé a escuchar en la madrugada - Bertram cruza los brazos mientras se pone más serio de lo normal.

-¿De qué hablas? - pregunta confundido

-Hablas dormido, y como te habrás dado cuenta puedo escuchar casi todo, incluso puedo saber en dónde está posicionado cada uno, así que ¿desde cuándo tienes esas pesadillas?

Aleksander voltea a ver dudosamente a Helena, no sabía si decirle o no, Helena hizo un gesto con su cara de aprobación, al ver la confianza de su hermana no dudo y le dijo a Bertram.

-Me han estado persiguiendo desde mi niñez, a veces son sueños que se repiten pero siempre despierto agitado, asustado, no se que carajos me pasa - dice seriamente mientras pone sus manos sobre su rostro.

-Hace rato mencionaste que fue diferente, ¿Que fue diferente?

-¿Qué rayos? ¿Escuchas todo lo que decimos o que? - menciona Aleksander algo molesto.

-Necesito saber niño.

-Sentía como si ese joven me hablara directamente a mí, en la vida real, no en el sueño, es algo confuso - dijo Aleksander con una mirada pensativa.

-Ya veo, y ¿qué fue lo que te dijo?

-Me dijo en resumen que siempre me encontrara y me destrozara la vida física y mentalmente, pero fue raro porque me dijo que ya lo había realizado anteriormente y yo a ese sujeto no lo había visto nunca en mi vida, y vaya que he golpeado a bastantes jóvenes apuestos aprovechados, parecía muerto en vida y su cabellera era muy larga y parecía que se camuflajea en la noche, más bien parecía la noche misma, salió de la nada.

El lugar se queda silenciado por varios segundos, los tres observan o dudosamente a Bertram haciéndose probablemente la misma pregunta "¿por qué cambió de opinión tan repentinamente? ¿por qué su aura tranquila de repente se vio comprometida?" Esa sensación preocupo ahora mucho más al grupo los cuales no sabían qué decir, se veían uno a otro esperando a que alguien soltara la primera palabra o algún suspiro para salir de ese silencio inquietante, mientras Bertram solo permanecía con un ligero ceño fruncido al vacío mientras acariciaba su barbilla con su mano hasta que inhaló y exhaló profundamente regresando a su postura normal.

-¿Con que es así eh?, veras niño, acabas de encontrarte frente a frente con el supuesto "ser oscuro" o al menos un rasgo de él, la descripción que das se parece más o menos a los que vienen en mis registros familiares los cuales leí hace mucho tiempo.

-¿Tus registros familiares? Illika ¿de donde sacaste a este sujeto? - dice Helena mientras observa a Illika con aún más desconfianza.

-Tranquila niña, esta vez aquel bastardo no les jugó chueco pero tengan cuidado - lo dice mientras pareciera ser que viera a Aleksander.

-¿Por qué me ves? ¿Que no estás ciego? - dice Aleksander mientras le hace señas con las manos.

-Que este ciego no significa que no te pueda analizar niño, verán Illika me contó algo que muy posiblemente sea cierto y puedo sentir que tienes un bloqueo a parte de otros problemas.

-Problemas son los que tendrás tu maldito vejesto….

-Silencio zoquete, tienes que comprender algo, la magia de los elegidos proviene de la mente, tu mente sigue aferrada a tu ser mortal, solo la utilizas como si fuera un sentido normal, tu poder está ahí vagando por todo tu cuerpo, tienes que manifestarlo como si fuera una extensión de tu cuerpo, una extensión de tus capacidades fisiológicas hasta normalizarlo, comúnmente los elegidos nacen con el poder mágico por su descendencia, algunos otros muy pocos lo pueden llegara despertar con entrenamientos muy duros, tienes que entrenar sobre todo tu mente, no sólo tu cuerpo para poder exteriorizar tu magia Aleks - le explico Bertram mientras se cruzaba de brazos y caminaba de un lado a otro.

-¿Y como rayos se supone que haga eso? - pregunta Aleksander con duda y misterio.

-No se, espero haberte ayudado - hace una pausa mientras se queda ahora estético -bueno si se pero necesito que se larguen ahora mismo de mi bar.

-Maldito, ¿no nos ibas a ayudar? - dijo Illika con furia y desagrado.

-Nunca dije que les iba a ayudar pero para no ser malo les di ese comentario, ahora lárguense de aquí o traerán más destrucción a esta ciudad de mierda ya que están por encontrar a Aleks - menciona Bertram con calma y serenidad.

El grupo se retira con gran decepción y nuevamente sin rumbo, se dispusieron a recoger lo poco que tenían y se marcharon sin más pero antes de que saliera Aleksander Bertram le arrojó un diario de cuero con páginas viejas el cual atrapo con duda.

-Léelo cuando estes solo muchacho.

Aleksander solo se quedo callado mirándolo fijamente se dio media vuelta y siguió el camino sin rumbo junto a Helena e Illika, Bertram camino hacia la puerta y la cerró con llave, que irónico que había abierto su bar para luego cerrarlo en unas pocas horas, se dirigió a una vieja estantería de libros, cambio unos cuantos libros y los colocó en una curiosa posición provocando que el estante completo se moviera dejando al descubierto un pasadizo completamente oscuro al cual Bertram entró con la serenidad y paz que posee perdiéndose por completo en la oscuridad.