El carruaje partió velozmente a una velocidad impresionante que Aleks, Helena e Illika no pudieron sostenerse a tiempo quedando empalmados uno con otro mientras escuchaban unas risas desquiciadas afuera, precisamente en el asiento del conductor.
-¡JA JA JA JA! ¡esto si es velocidad pura, hace años que extrañaba a este maldito cacharro! - grito Bertram con emoción y euforia.
-Les dije que esté anciano le da ataques de demencia - dijo Illika con la cara apachurrada por la espalda de Helena.
-¿No le puedes bajar la velocidad? ¿O has estado demasiado solo como para olvidar cómo tratar a las personas maldito cuervo? - dijo Helena tratando de quitar el brazo de Aleks de su cara.
-¡No puedo en estos momentos, necesitamos velocidad para salir volando de aquí! - exclamó Bertram con entusiasmo.
-¿Volando? ¿Lo dices literal o metafóricamente? - dijo Aleks preocupado.
-¡Literalmente! - grito Bertram a los cuatro vientos.
Bertram siguió guiando el carruaje a gran velocidad por todo el interior de la ciudad, todos se asustaron al escuchar lo que había dicho y se pusieron a pensar ¿Cómo carajos van a volar? Lo único que volaría era sangre al desplomarse ellos directamente al piso rocoso.
Repentinamente sintieron unas amortiguaciones por fuera de los asientos de pasajeros del carruaje como si alguien o algunos saltarán hacia ellos.
-No se tardaron nada en llegar, bueno Yami, te encargo el camino -dijo Bertram mientras soltaba las riendas y se subía por encima del carruaje -Bueno supongo son mercenarios oscuros por su aura, de aquí solo salen disparados ustedes o yo.
Los mercenarios oscuros alistaron sus armas de gas y sin pensarlo dispararon a sangre fría por todos lados y Bertram desviaba cada disparo con su espada haciendo movimientos circulares con los pies sobre su propio eje mientras desplazaba velozmente la espada con sus manos.
Algunas balas atravesaron el carruaje abalanzándose velozmente todos al piso de este mismo.
-¿Qué carajos está pasando? - ¿Tan rápido nos rastrearon? - dijo Aleks mientras intentaba ver por un agujero que dejó un disparo.
Helena se acercó a la ventanilla del conductor y se sorprendió al no ver a nadie conduciendo pero a la vez observo como el carruaje daba las vueltas exactas sin raspones innecesarios, ¿será alguna clase de magia el cual estaba imbuido aquel carruaje? era difícil averiguarlo en ese momento, así que se volteo con los chicos mientras mantenía su cara sorprendida.
-No está - dijo Helena a secas.
-¿Quién no est…. Iba a preguntar Aleks hasta que encima de él vio cómo se encaja la espada de Bertram.
-Ya vi quien no está.
-Bueno supongo que ese anciano ahora necesita nuestra ayuda, es momento de saldar deudas y mi forma es está - mencionó Illika mientras abría la puerta trasera del carruaje.
Illika recibió un impacto de viento tan fuerte que se veía arrastrado por este mismo pero se pudo posicionar bien, se acercó un poco más a la salida intentando encontrar una forma para subir al techo del carruaje, en cuanto asomo unos milímetros su sombrero inesperadamente noto un disparo el cual perforó la puerta de su derecha, arrepintiéndose de lo que iba a hacer cerrando la puerta abruptamente.
-¿Saben que? Bertram tiene mucho más años que nosotros tres juntos, él tiene la suficiente sabiduría como para sacarnos de esta - dijo Illika mientras se recostaba en el piso a salvo de los disparos.
Aleks y Helena se miraron mutuamente por unos segundos, y realizaron un saludo golpeándose fuertemente con las palmas de las manos y se trataron de levantar para salir por la ventana del conductor, en cuanto lo consiguieron Aleks se posicionó en el área del conductor tratando de agarrar las riendas y Helena subió a lado de Bertram.
-Tardaron mucho en subir, tienen que ser más rápidos - dijo Bertram seriamente.
-Cambiaste muy rápido tu semblante - dijo Helena algo sorprendida mientras se posiciona para lanzar el primer golpe a cualquier mercenario que se le aparezca.
-Esto es algo serio, hay que saber diferenciar los momentos - dijo Bertram tranquilamente.
-¿Esa espada no es algo peligrosa en un espacio muy pequeño y con alguien más? - preguntó Helena con nerviosismo.
-No importa el espacio en el que estés ni el arma que tengas si la usas de forma correcta - dijo Bertram mientras realizaba un tajo veloz por encima de Helena - trata de relajar tu guardia de combate niña y usa tu vista panorámica para ubicar los bordes, si estás tensa no podrás moverte con libertad.
-Esp ya lo sé - dijo Helena con voz autoritaria mientras trataba a mercenarios oscuros como si fueran trapos lanzándose en el aire.
-¿Y por qué no lo haces? - pregunto Bertram mientras volvía a encajar la espada - pega tu espalda contra la mía y fluye, no preguntes solo hazlo.
Helena vio de reojo a Bertram e hizo lo que le dijo, ambos giraron lentamente formando un círculo mientras golpeaban a cualquier mercenario oscuro que llegaba, en cuanto recibían un disparo Bertram era lo suficientemente veloz como para volver a blandir su espada y desviarla. Mientras Aleks también llegaban Mercenarios pero no le disparaban, intentaban sacarlo del carruaje, Aleks les daba pelea y los golpeaba tanto como pudiera hasta que se le arrojaron un montón de mercenarios oscuros y estando a punto de sacarlo la espada de Bertram salió disparada empalandolos.
-Cuidame la espada niño.
-Gracias dijo Aleks - giro la vista hacia enfrente y vio que ya casi llegaban al borde de la ciudad -¡Oye Bertram! - grito Aleks con miedo.
Bertram giró la cabeza y se dio cuenta de lo que casi estaba por suceder, se despegó de Helena y se dirigió al área del conductor rápidamente.
-El entrenamiento terminó niña, vuelve dentro del carruaje - dijo apresuradamente y se colocó en el asiento del conductor.
-¿Cómo que entrenamiento? Estábamos peleando por nuestras vidas - mencionó Helena sorprendida mientras corría para volverse a meter al carruaje por la misma ventana.
Aleks y Helena entraron de nuevo rápidamente mientras Bertram tomaba otra vez las riendas presionando un botón debajo de su asiento ocasionando que los caballos que tiraban de él se desataran y galoparan de regreso perdiéndose en las nubes, quedando solo un caballo con melena blanca y su cuerpo totalmente oscuro.
-Bueno Yami, llegó la hora - dijo Bertram mientras se colocaba el cinto de seguridad - ustedes ahí atrás coloquense el cinto rápido si no quieren golpearse.
Yami no era un caballo normal, galopeo con más velocidad, más fuerza y después saltó al borde, Helena, Illika y Aleks no tuvieron el tiempo suficiente para abrocharse el cinturón así que en la caída estrepitosa se golpearon y se sangolotearon mientras caían unos cuantos metros, entre gritos pensaron que iban a morir hasta que de pronto sintieron como dejaron de caer y terminaron en el piso del carruaje.
-Supongo que ya pisamos tierra firme - dijo Aleks mientras se sentaba y se fijaba por una pequeña ventana.
-Wow no había notado que tus hombros son algo anchos, impresionante, yo creo de ahí viene tu increíble fuerza - dijo Illika en el oído de Helena mientras era aplastado por ella misma.
Helena se levantó cuál rayo, parecía estar molesta pero su rostro estaba algo sonrojado como en aquella habitación oscura, observó a Illika un momento mientras él se ponía de pie quedándose sin palabras, lo quería agarrar a golpes pero se frenó por un momento.
-Oigan - dijo Aleks con duda.
Esa palabra fue suficiente para que Helena, cuál arma disparando una bala, le soltara un gran golpe en la quijada a Illika volviéndolo a tumbar, volteandose con nerviosismo hacia Aleks pensando en que no la haya visto así ya que no era normal en Helena.
-¿Por qué sigo viendo nubes? Pensé que ya habíamos tocado tierra - dijo Aleks sin voltearlos a ver.
-¿De qué hablas hermano? - dijo Helena aliviada mientras se acercaba con Aleksander.
-¡No salgan del carruaje sí no quieren matarse por una gran caída! - grito Bertram con tranquilidad.
-¿Cómo estamos volando? ¿Qué magia usaste viejo? - preguntó Illika mientras se levantaba algo mareado.
-¡Es Yami, fue creado para esto, mi viejo amigo por fin lo pude desempolvar! - mencionó Bertram.
-¿Yami? ¡Ese caballo inservible! - grito Illika.
-¡Más respeto niño, fue creado con sangre élfica, no podrá ser de carne y hueso natural como nosotros pero puede sentir y oírte! - Grito Bertram mientras acelera la velocidad para hacer que Illika se cayera, lo cual sí sucedió.
El carruaje se perdió por entre las nubes, el grupo quedó sorprendido, no podían creer que un caballo pudiera volar ni que tuviera la suficiente fuerza y velocidad para moverlos, aunque fuera sintético, pero era la mejor forma de escapar por un momento, por los aires era más difícil percibirlos y encontrar algún rastro, pero debían ir cautelosos, Bertram lo sabía, un carruaje por los aires llama bastante la atención así que de momento se camuflajean con ayuda de las nubes.
Mientras Aleks veía las nubes donde se encontraba Cloud City, preguntándose si la gente de ahí estaría bien, ya que habían llegado los mercenarios oscuros, se preguntaba si había traído más desgracia que ayuda.
-Tranquilo Aleks, el ejército de esa ciudad son las mismas personas, los mismos mercenarios que habitan ahí, les será muy difícil tomarla, han peleado toda su vida, lo sé porque soy de ahí, intenta dormir, es lo que haré yo - dijo Illika mientras se ponía el sombrero sobre su cara.
-Wow eso no es propio de ti, pero tiene razón Aleks - dijo Helena mientras veía a su hermano.
-Es lo que no quería, causarles más inconvenientes - menciona Aleks mientras cierra sus ojos entrando en un profundo sueño.