Sipros observaron como su amiga caía al suelo cubierta de sangre, el ala ensangrentada que sostenía el garluts la elevó sobre su cabeza y abrió la boca para tragar la sangre que escurría de esta. Sipros nuevamente intentó salirse de debajo del pilar, soltando un gruñido feroz y empujando con todas sus fuerzas, se liberó del enorme pilar, corrió hacia los garluts abriendo su hocico, sus colmillos se clavaron sobre su cuello desde atrás, los garluts sorprendidos intenta liberarse, su cuerpo se retuerce en un intento desesperado por zafarse del feroz agarre.
Con cada movimiento, Sipros ajusta su mordida asegurándose de mantener el control, el rugido de los garluts se mezcla con el gruñido de Sipros, a pesar de la piel tan dura del garluts, los colmillos de Sipros se clavan por encima de la clavícula y logra perforarlo. , los chorros de sangre negra brotan del monstruo y su lucha cesó. Sipros abrió su hocico y escupió el cuerpo pútrido a un lado, corrió hacia Sayura que se encontraba débil.
― Aún puedo pelear… no te preocupes ―dijo Sayura con la voz cansada mientras se ponía en pie. ― Tienes que irte, él fue tras ellas.
― Lamento dejarte ―dijo colocando su frente junto a la de ella, sintió como su maná disminuía, pero aún así ella no caería tan fácil, lamió la herida que había dejado el garluts en su espalda y la saliva de este le ayudó a cerrar la herida y evitar que se desangrara, así mismo ella lamió su ojo herido y la sangre cesó― mantente a salva ―dijo Sipros con firmeza.
Giró sobros sus cuatro patas y se fue al galope subiendo las escaleras, la furia emanaba sobre su pelaje, no iba a permitir que Vyrkon dañara a nadie más.
***
Corman soltó un rugido mientras el filo de su espada atravesaba la garganta del Garluts que quedaba, bajó su espada mientras recuperaba el aliento, tenía que apresurarse y detener a Vyrkon.
Esperaba que Sipros lograra detenerlo, pero conoció muy bien a su hermano para saber qué encontraría la forma de deshacerse de Sipros y llegar hasta la reina, se irguió y con un silbido ensordecedor llamado a su ave Erkonomo. El ave enorme llegó hasta él segundos después, expandiendo sus enormes alas de colores mientras descendía, Corman subió al borde de la muralla y saltó, el ave lo alcanzó a la mitad del camino, extendió sus brazos para sujetarse de las correas de la montura y una vez montado sobre ella se fueron volando directo a palacio a detener a su hermano.
***
Vyrkon subió las escaleras en espiral de palacio, no se detuvo para revisar las habitaciones que se encontraban a ambos lados del pasillo, sabía perfectamente dónde se encontraría el bebé. Isayri había realizado una segunda premonición para localizar donde se encontraría el bebé, caminó a pasos agigantados por el pasillo y en la entrada de la habitación a la que se dirigía había ocho soldados protegiendo la puerta. En un abrir y cerrar de ojos, Vyrkon acabó con ellos con mucha facilidad.
Ukreel al escuchar los gritos que provenían del otro lado de la puerta corrió hacía la cama y tomó a Amiona envolviéndola entre sus brazos, Uriaka tomó su piedra curnol7 y dibujando un sello de protección alrededor de ellas, el escudo protector se desplegó una vez que terminó de trazar las líneas ovaladas del sello.
Vyrkon derribó la puerta con una patada y entró en la habitación.
― ¡No te acerques! ―ordenó Ukreel con voz firme.
Él caminó hacia ellas mientras sonreía y respondió:
― ¿O qué? Dudo que ambas puedan hacer algo para defenderse.
― No nos subestimes ―habló esta vez Uriaka.
Él se carcajeó burlándose de ellas, dio otro paso al frente, y ambas se estremecieron de nuevo, la presencia de Vyrkon era desagradable y atemorizante. A pasos firmes se dirigió hacia ellas listo atacar, levantó su espada y asentó un golpe, pero un manto de protección detuvo su ataque, los mantos protectores de Uriaka eran muy resistentes pero la determinación de Vyrkon era también fuerte.
El manto comenzó a agrietarse como un cascarón con cada estocada, Uriaka cubrió con su cuerpo a Ukreel y Amiona aferrándose a ellas para protegerlas, sabía que el manto no duraría mucho tiempo.
Y así sucedió, el manto se rompió como si fueran muchos fragmentos de cristales y cuando ya no hubo nada que las protegiera la espada cortó por detrás del cuerpo de Uriaka, ella soltó un alarido fuerte, pero su grito desapareció rápido.
― Debes ser fuerte ―susurró sin aliento a Ukreel y su cuerpo se desvaneció en pequeños destellos.
―¡Uriaka! ―gritó Ukreel con el dolor en su voz.
Vyrkon observó la escena con satisfacción levantando su espada hacia ellas, Ukreel no tenía ningún poder o arma para defenderse o protegerse de los ataques de Vyrkon, lo único que hizo fue abrazar con fuerza a Amiona, pero la espada de Vyrkon nunca la tocó, la espada se impactó contra otro manto protector hecho de maná puro a unos centímetros de distancia del rostro de Ukreel, el impacto lanzó con fuerza hacia el otro lado de la habitación a Vyrkon contraminándolo contra la pared.
―¡Arg! ―exclamó poniéndose de pie― eso no me lo esperaba… parece que eres un bebé con sorpresas ―abanicó su espada una vez más, corrió nuevamente hacia ellas y continuó: ― pero no funcionará una segunda vez ―cuando las atacado de nuevo el manto de maná apareció otra vez, pero eso no funcionaría de nuevo, Vyrkon se mantuvo firme en sus ataques.
Atacó una y otra vez tal y como hiso para romper el manto protector de Uriaka. El maná de Amiona aún no tenían la fuerza como para mantener el manto, así que éste se rompió y la espada hirió a Ukreel en el hombro derecho, ella gritó de dolor cayendo al suelo y cubriendo a su hija con su cuerpo.
― Haré que tú y Satír se reunirán muy pronto, y luego se les unirá su hija ―dijo, Ukreel se arrastró para alejarse de él.
― ¡No te atrevas a tocar a mi hija con tus sucias manos! ―exclamó con rabia y Amiona lloraba sin parar.
Vyrkon levantó su espada y antes de darle el golpe final, Corman entró por el balcón lanzándose de lleno e interponiéndose entre Vyrkon y ella con su escudo activado, detuvo la espada de su hermano.
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7. la piedra curnol es de color blanca, en su centro brilla una gota de luz roja.