El castillo de Hyren estaba en caos absoluto. El aire era pesado y cargado de tensión, mientras los ecos de los pasos apresurados de los guardias resonaban en los pasillos.
La noticia interrumpe la batalla.
Frost y Scarlett continuaban su enfrentamiento en el almacén. Sus ataques chocaban con fuerza, el hielo y el fuego consumiéndose mutuamente en un espectáculo abrasador.
Scarlett, con su katana ardiente, bloqueaba las acometidas heladas de Frost, cuyas técnicas precisas demostraban por qué era el comandante de los guardias reales.
Pero la batalla se detuvo abruptamente cuando un guardia irrumpió en la sala, con el rostro pálido y las manos temblorosas junto con sangre qué goteaba de su rostro reflejando su ardua derrota ante el enemigo.
("Guardia"): — ¡Comandante Frost! Tenemos una emergencia… ¡hemos encontrado múltiples guardias muertos!
Frost bajó su espada ligeramente, pero no apartó la mirada de Scarlett.
("Frost"): — ¿Qué ocurrió?
("Guardia"): — Dos intrusos, vestidos como samuráis… uno maneja magia de veneno y el otro de agua. Están masacrando a nuestras fuerzas.
La furia en los ojos de Frost se intensificó.
("Frost"): — ¡Cómo diablos pudieron entrar al castillo!
Frost por dicha noticia no pudo creer que haiga intrusos en el castillo, eso lo tomó de imprevisto.
("Frost"): —¿Dónde están ahora?
("Guardia"): — Se dirigen hacia el corazón del castillo. Creemos que su objetivo es el prisma del reino.
Sin perder más tiempo, Frost se giró hacia Scarlett.
("Frost"): — Parece que tu tiempo de causar problemas ha terminado.
("Scarlett"): —¿Y tú piensas manejar esto solo? No me hagas reír.
Antes de que Frost pudiera replicar, salió apresuradamente del lugar, dejando a Scarlett sola.
("Frost"): — No lo sé... pero algo me dice que es mejor ir por los otros tipos de allá y dejar a esa Oni aquí.
Mientras tanto, Scarlett recorría frenéticamente los pasillos, su katana aún en la mano. No podía evitar preocuparse por Juske.
("Scarlett", para sí misma): — Más te vale estar bien, idiota.
Finalmente lo encontró en uno de los pasillos laterales, acompañado de Mika. Ambos parecían estar a salvo, pero el ambiente a su alrededor estaba lleno de tensión.
("Scarlett"): — ¡Juske! ¿Qué demonios está pasando aquí?
("Juske"): — No estoy seguro, pero Mika dice que todo tiene que ver con el prisma del reino y algo llamado el Pergamino del Agua.
Mika asintió, su rostro reflejando
preocupación.
("Mika"): — El prisma es lo que mantiene las mareas del mar bajo control. Si lo absorben, todo el país podría inundarse.
("Mika"): Y sobre el pergamino… no estoy muy segura... Es la primera vez que escucho hablar de un Pergamino.
Scarlett apretó los dientes.
("Scarlett"): — Esto es más grande de lo que pensé. Tenemos que movernos.
En otro punto del castillo, el rey Edgard caminaba apresuradamente por los pasillos. La reunión diplomática había terminado, pero el ambiente inquietante lo mantenía alerta.
Estaba acompañado de un grupo de guardias, y su preocupación principal era encontrar a Mika.
De repente, Frost apareció ante él, con la espada aún desenvainada.
("Rey Edgard"): —¿Qué ocurre, Frost?
("Frost"): — Majestad, el castillo ha sido infiltrado. Hemos identificado tres intrusos con trajes de samuráis. Ya han asesinado a numerosos guardias.
El rey palideció.
("Rey Edgard"): —¿Cuál es su objetivo?
("Frost"): — El prisma del reino y, probablemente, el Pergamino del Agua.
("Frost"): — Al parecer el líder de dichos samuráis quiere absorber el poder del prisma de hyren.
El rey cerró los ojos por un momento, procesando la información.
("Rey Edgard"): — Si logran absorber el prisma, Hyren estará condenado. Las mareas se descontrolarán, y nuestro país quedará sumergido.
Frost dio un paso al frente.
("Frost"): — Debemos reforzar la seguridad alrededor de usted y de la princesa Mika. No podemos permitir que lleguen a usted.
El rey asintió solemnemente.
("Rey Edgard"): — Haz lo que debas, Frost. Pero también quiero que envíes mensajeros a los otros reinos. Si estos samuráis logran lo que buscan, no solo Hyren estará en peligro.
En lo profundo del castillo, el líder de los samuráis avanzaba por los pasillos iluminados por las runas mágicas.
El prisma del reino brillaba al final del corredor, emanando un flujo de energía tan poderoso que el aire a su alrededor parecía vibrar.
("Líder Samurái"): — Finalmente, el primer paso hacia el dominio absoluto.
Extendió sus manos cubiertas de oscuridad. La magia inmensurable que emanaba el cristal comenzó a fluir hacia él, como si lo estuviera absorbiendo lentamente.
La atmósfera cambió drásticamente, y el castillo entero comenzó a temblar.
("Líder Samurái"): — Con este poder, forzaré al rey Edgard a entregarme el Pergamino del Agua. Y con ambos artefactos, No solo el país hyren estará destruido, si que no todo el contiente acuático.
Mientras tanto, el castillo seguía temblando, y las mareas del océano cercano comenzaron a agitarse violentamente. La magia del prisma era absorbida poco a poco por el líder de los samuráis, quien sonreía con satisfacción.
En la cámara donde se encontraba, las runas mágicas comenzaron a desvanecerse, como si el poder que protegía el castillo estuviera desapareciendo.
("Líder de los Samuráis"): — Prepárense, Hyren. Su final está cerca.
Tras reunirse con Frost, el Rey Edgard avanzó hacia las profundidades del castillo con paso decidido.
Las sacudidas que recorrían el suelo y el rugido lejano de las aguas elevándose confirmaban la gravedad de la situación.
Antes de adentrarse completamente en el subterráneo, Edgard miró a Frost.
("Edgard"): —La seguridad de Mika y los demás es prioridad. Guíalos y protéjanlos a toda costa.
Frost asintió sin cuestionar, pero la preocupación se reflejaba en su rostro. Con un último intercambio de miradas, los dos se separaron.
En la cámara más profunda del castillo, el líder de los samuráis estaba de pie frente al prisma del reino. Sus manos canalizaban un flujo oscuro de energía que rodeaba el cristal, drenando su inmensurable poder.
Con cada segundo que pasaba, la tierra temblaba como si estuviera a punto de romperse, y las aguas que rodeaban Hyren ascendían, arrastrando todo a su paso.
Edgard llegó justo a tiempo para detener la escena.
("Edgard"): — Detente. No sabes las consecuencias de lo que estás haciendo.
El líder giró lentamente, su katana en mano, irradiando un aura de absoluto poder.
("Líder Samurái"): — A mi no me concierne tu reino ni si bienestar... yo solo quiero el pergamino del agua. Ya que estas aquí... ¿Porque no me lo entregas?
("Edgard"): — Temo que no sera posible tu petición. Este reino sobrevivirá, incluso si debo detenerte yo mismo.
("Líder Samurái"): — Bueno. Tu lo pediste.
Sin más palabras, la sala estalló en un combate feroz.
Mientras tanto, Ryu apareció de un portal Frente a Juske y Scarlett. Ryu cayo en los brazos de mika, que gemía débilmente, herido por su encuentro anterior.
("Mika"): — Ryu está mal. ¿Como es que termino así?
Scarlett tocó la cabeza del pequeño dragón, observando las marcas oscuras en su cuerpo.
("Scarlett"): — Esto es magia del elemento oscuridad. Esto debió haberlo hecho el líder de los samurais.
("Mika"): — La magia de elemento oscuridad es muy peligrosa... Por esas marcas podría decir que Ryu fue maldecido.
Juske tristemente reaccionó tomando al pequeño Ryu en sus brazos al escuchar la palabra de maldecido. Eso no podía ser posible... que Ryu haya sido maldecido así sin más.
El quería ayudar pero no sabe como es que podria hacerlo.
("Juske"): — ¡Diablos! Ese sujeto me las pagará por lastimar y maldecir a Ryu.
Otro temblor sucedió. Sacudiendo todo el castillo... El rango era tan fuerte que incluso el país entero fue afectado.
Juske , Mika y Scarlett troperazon por la fuerza tambaleante de la sacudida del castillo.
("Scarlett"): —Si este prisma sigue perdiendo energía, Hyren no será el único en peligro.
Antes de que pudieran decidir su siguiente movimiento, Frost apareció entre las sombras.
("Frost"): —¿Todos aquí? Bien. Tenemos que movernos. Si no detenemos a los samuráis ahora, el prisma será lo menos de nuestros problemas.
Tras una breve discusión, decidieron unirse para enfrentarse a los enemigos. Scarlett, Juske y Mika propusieron dividirse para cubrir más terreno, pero Mika se detuvo al escuchar las palabras de Frost sobre la batalla de Edgard.
("Mika"): —¿Mi padre está peleando solo?
Sin esperar respuesta, Mika salió corriendo.
("Frost"): — ¡Espera mika no vayas que es peligroso!
Aún así mika no escucho y siguió corriendo de camino hacia su padre... a lo largo del recorrido la silueta de la princesa iba desvaneciendose por el aire.
Frost estaba apuntó de seguirla... pero Scarlett lo detuvo a tiempo.
("Frost"): — Pero que Haces maldita Oni. ¡Ya suéltame ya!
"Oye viejo no tienes que preocuparte por ella, Estará bien". Le dijo Scarlett con una mirada de confianza hacia la princesa en reflejada sus ojos.
("Frost"): — Pero yo prometí que iba a cuidar a la princesa. No puedes garantizar que ella vaya a estar bien. Ni siquiera sabe defenderse sola.
("Juske"): — Señor Frost creo que sé equivoca en eso. Mika es más capaz de lo que usted piensa.
("Scarlett"): — Juske tiene toda la razón, Deberíamos dejar a mika. Ella puede defenderse sola y es mejor concentrarnos en salvar a todo el reinó.
Frost entrecerrando los dientes y apretando fuertemente sus puños. No le quedaba más opción que hacerle caso a Scarlett y juske.
("Frost"): — ¿No que ustedes eran los secuestradores de Mika?
("Juske"): — Por favor no abuse de nuestra amabilidad.
.
.
.
Minutos después. Y los chicos ya habían ideado un plan, que consistía en conseguir el pergamino de agua mucho más antes que ellos.
El dicho Pergamino del agua estaba guardado y protegido dentro de una bóveda gigante a la cual llaman la bóveda de reliquias mágicas.
Dicha bóveda poseía muchas reliquias mágicas raras en su interior. Por dentro existe un espacio infinito El cual nunca se llena. Y un flujo de mana único y interminable a lo que está en el exterior.
La bóveda mágica por fuera se ve normal, pero por dentro es enorme... El tamaño no tiene fin, se extiende así infinitamente.
Eso es lo que le explico Frost a juske y a Scarlett, algo que los dejo impresionados.
("Frost"): — El tiempo vuela y hay que darse prisa. El destino de este reino y el país dependen de esto ahora.
Juske y Scarlett asintieron al plan de frost.
En un lado. Mika avanzó por los pasillos oscuros, su corazón latiendo con fuerza. Sin embargo, su camino fue bloqueado por el samurái que dominaba la magia de agua. Su armadura brillaba como la superficie de un lago, y una corriente líquida giraba a su alrededor.
("Samurái de Agua"): — No avanzarás más, princesa.
Mika activo su mana haciendo aparecer un Aro de agua a su alrededor que la rodeaba.
("Mika"): — No voy a permitir que sigan causandole más daños a este reino.
El samurai quedo impresionado por la reacción repentina de la chica, por lo que al parecer no se veía intimidada ni por lo más mínimo.
Mika estába dispuesta a encontrar a su padre cueste lo que cueste, su determinación la impulsaba a seguir adelante sin temor alguno.
("Samurái de agua"): — Impresionante. Eres una maga del elemento agua como yo. Por fin, más motivos para divertirme contigo princesita.
El samurái lanzó un torrente de agua que llenó el pasillo, obligando a Mika a reaccionar rápidamente.
Por otro lado, Frost, Scarlett y Juske avanzaban hacia la bóveda de reliquias mágicas. El lugar era un misterio incluso para los guardianes del castillo, pero Scarlett había oído rumores sobre su ubicación.
("Scarlett"): — Si ese pergamino está en la bóveda de reliquias mágicas, entonces quiera decir que debe haber una especie clave mágica para entrar ahí. ¿No es así Frost?
Mientras recorrían los pasillos, una presencia tóxica llenó el aire. Frente a ellos, el samurái de veneno se materializó. Su armadura parecía emanar un gas oscuro, y su katana goteaba un líquido verde corrosivo.
("Samurái de Veneno"): — ¿Buscando algo? Espero que sea el pergamino.
Dijo el sujeto con un tono burlón qué se reflejaba en su rostro enmascarado.
Frost desenvainó su espada, posicionándose al frente.
("Frost"): — Scarlett, Juske, manténganse detrás. Este será un enfrentamiento complicado.
El samurái atacó primero, desatando un ataque tóxico que cubrió la sala. Scarlett y Juske buscaron oportunidades para intervenir, mientras Frost se enfrentaba al enemigo de frente, con hielo chocando contra veneno en un combate lleno de intensidad.
Mientras los combates se desarrollaban en diferentes partes del castillo, el destino del reino de Hyren pendía de un hilo. Mika luchaba contra el samurái de agua, decidida a llegar hasta su padre.
Juske, Scarlett y Frost se enfrentaban al samurái de veneno, con la esperanza de llegar a la bóveda mágica antes de que fuera demasiado tarde.
Y en las profundidades del subterráneo, Edgard seguía luchando contra el líder de los samuráis, resistiendo a pesar del inmenso poder que este había adquirido.
Sin saberlo, todos los caminos se dirigían hacia un enfrentamiento final, donde cada decisión sería crucial para el futuro del reino.
CONTINUARÁ