Tarok sabía que no podía seguir enfrentándose a Garok con su poder actual. Recordó una técnica que había estado desarrollando en sus entrenamientos, aunque aún no la había perfeccionado por falta de tiempo. La técnica se llamaba 体のシールド (Karada no Shīrudo), que significa "Escudo Corporal" en español. Esta técnica recubría al usuario con una barrera protectora, funcionando como un aura que recorría todo el cuerpo, aumentando su poder por 2 y reduciendo el daño, haciendo que pareciera que no recibía los ataques. Con esta técnica, su poder aumentaba de 18,000 a 36,000.
Tarok, viendo a Garok acercarse, decidió que no tenía otra opción. "Vamos, Karada no Shīrudo... no me falles ahora," pensó, concentrando su ki.
Una luz azul brillante comenzó a envolver su cuerpo mientras la técnica se activaba. Tarok sintió una oleada de poder recorrer su ser, aumentando su fuerza y reduciendo el dolor de sus heridas. La barrera protectora hacía que los ataques de Garok parecieran insignificantes. Sin embargo, aún con su poder aumentado, sabía que estaba en desventaja contra el poder de 50,000 de Garok.
Garok, viendo el cambio en Tarok, frunció el ceño. "¿Qué es esto? ¿Otra artimaña tuya, Saiyajin?"
Tarok, con renovada determinación, sonrió. "No es una artimaña, Garok. Es una técnica especial que he estado desarrollando. Se llama Karada no Shīrudo. Aumenta mi poder y reduce el daño que recibo. Veamos si puedes superar esto."
Garok rugió de frustración y atacó con furia, lanzando golpes y patadas con toda su fuerza. Aunque los ataques eran reducidos, Tarok aún sentía el impacto y la dificultad de mantenerse en pie. Cada golpe que recibía lo empujaba al límite, pero el Escudo Corporal lo mantenía en la pelea.
"¿Qué pasa, Garok? ¿Es todo lo que tienes?" se burló Tarok, bloqueando y esquivando los ataques con esfuerzo.
Garok, cada vez más desesperado, intensificó sus ataques. Pero Tarok, protegido por el Escudo Corporal, lograba mantenerse firme. Con su poder aumentado, empezó a contraatacar, lanzando golpes que hacían retroceder a Garok.
"¡No te burles de mí!" gritó Garok, lanzando un potente rayo de energía hacia Tarok.
Tarok, concentrando su ki, interceptó el ataque y lo desvió con un simple movimiento de su mano. "Te lo dije, Garok. Esta técnica me hace más fuerte. Ahora es mi turno."
Con un grito de batalla, Tarok cargó hacia Garok, lanzando una serie de golpes y patadas con una velocidad y fuerza que sorprendieron al guerrero Zentarian. Garok, a pesar de su poder, no podía mantener el ritmo y comenzó a retroceder.
Tarok sabía que debía aprovechar esta oportunidad. Reuniendo toda su energía, lanzó su ataque final. "流星壊滅 (Ryūsei Kaimetsu) - ¡Meteorito Devastador!" Una vez más, el ataque de energía y elemento tierra se materializó, pero esta vez con el doble de poder.
El meteorito impactó directamente en Garok, quien, a pesar de todos sus esfuerzos, no pudo detenerlo. La explosión resultante fue tan intensa que sacudió el suelo y dejó un enorme cráter.
Tarok apenas comenzaba a recuperar el aliento cuando sintió una nueva oleada de poder proveniente de Garok. El guerrero Zentarian, herido y humillado, se levantó con una mirada de odio en sus ojos.
"¡No pienses que has ganado, Saiyajin!" gritó Garok, su cuerpo empezando a brillar con una energía oscura. "Esto no ha terminado. ¡Te mostraré mi verdadero poder!"
Tarok y los demás observaron con asombro mientras Garok comenzaba a transformarse. Su musculatura se expandió, sus ojos brillaron con un fulgor rojo, y su ki aumentó de manera abrumadora. En cuestión de segundos, Garok había elevado su poder a 70,000, igualando el de un miembro de las Fuerzas Especiales Ginyu.
"¡No puede ser...!" murmuró Tarok, sintiendo el peso de la nueva energía aplastante de Garok.
Zeira, viendo el aumento de poder en su rastreador, gritó desesperada. "¡Tarok, aléjate de ahí! ¡No puedes enfrentarlo en su estado actual!"
Pero antes de que Tarok pudiera reaccionar, Garok se lanzó hacia él con una velocidad increíble. Con un solo golpe devastador, Garok impactó a Tarok directamente en el abdomen, enviándolo volando a través del aire como si fuera una muñeca de trapo.
Tarok chocó contra el suelo con una fuerza brutal, creando un cráter a su alrededor. El dolor era insoportable, y su visión comenzó a nublarse. Apenas podía moverse, y mucho menos levantarse para continuar la pelea.
Garok, caminando lentamente hacia él, se burló. "¿Eso es todo lo que tienes, Saiyajin? Pensé que serías un desafío mayor. Pero parece que solo eres otro insecto para aplastar."
Tarok, luchando por mantenerse consciente, sabía que estaba en una situación desesperada. Aunque su poder había aumentado con el Escudo Corporal, no era suficiente para igualar la transformación de Garok. Su mente buscaba frenéticamente una solución, una forma de salir de esta situación mortal.
Zeira y los otros soldados, observando desde la distancia, estaban paralizados por el miedo y la incertidumbre. Sabían que intervenir sería inútil, pero también comprendían que la vida de Tarok pendía de un hilo.
Tarok, con la poca energía que le quedaba, trató de levantarse una vez más. "Esto... no ha terminado," murmuró, sus palabras apenas audibles.
Garok rió cruelmente. "Eres persistente, lo admito. Pero tu resistencia solo prolongará tu sufrimiento."
Mientras Garok se preparaba para lanzar el golpe final, Tarok sabía que necesitaba algo más, algo que pudiera igualar el poder de su enemigo. Su mente volvió a su vida anterior, a los momentos en que había visto a los héroes de Dragon Ball superar desafíos imposibles. ¿Podría él también encontrar la fuerza dentro de sí mismo para superar esta prueba?
Con un último esfuerzo, Tarok cerró los ojos y trató de concentrarse, buscando en lo más profundo de su ser una chispa de poder que pudiera salvarlo.
Tarok, apenas consciente, recordó un detalle crucial: la transformación en Ozaru, la forma de gran simio que todos los Saiyajin podían alcanzar bajo la luz de una luna llena. "Idiota... ¿cómo pude olvidar eso?" se dijo a sí mismo, dándose cuenta de su descuido.
Mientras Garok se burlaba y se preparaba para el golpe final, Tarok decidió hacer un último intento desesperado. Levantó la mano hacia el cielo y comenzó a concentrar su ki, formando una esfera de energía brillante.
Garok frunció el ceño. "¿Qué estás haciendo ahora, Saiyajin? ¿Otro truco barato?"
Tarok sonrió débilmente. "Este no es un truco, Garok. Es mi verdadera forma de lucha."
Tarok lanzó la esfera al cielo, donde se expandió y comenzó a brillar intensamente, imitando la luz de una luna llena. La transformación comenzó casi de inmediato. Tarok sintió cómo su cuerpo se expandía, sus músculos se hinchaban y un poder primigenio despertaba dentro de él. En cuestión de segundos, se había transformado en un gigantesco Ozaru, su poder multiplicado por diez.
Zeira, observando desde la distancia, revisó su rastreador y sus ojos se agrandaron al ver el nuevo nivel de poder. "¡Increíble! Su poder ha aumentado a... ¡180,000! No puedo creerlo."
Los soldados alrededor, incluida la hermana menor de Zarbon y la hermana de Dodoria, miraron con asombro y miedo. La forma gigantesca de Tarok dominaba el campo de batalla, su rugido resonando en todo el planeta.
Garok, viendo la transformación, retrocedió un paso. "¡Esto es... imposible! ¡Nadie me dijo que podías hacer esto!"
El Ozaru Tarok rugió y se lanzó hacia Garok con una fuerza imparable. Garok, a pesar de su transformación, apenas pudo resistir el primer embate. Los golpes de Tarok eran como martillazos, cada uno de ellos sacudiendo a Garok hasta sus cimientos.
Tarok, ahora en su forma de Ozaru, tenía la ventaja. Aunque Garok seguía siendo poderoso, el incremento masivo en el poder de Tarok lo hacía casi invencible en esta forma. Garok trató de contraatacar, pero sus golpes apenas hicieron mella en el gigantesco simio.
"¡Esto no puede estar pasando!" gritó Garok, desesperado.
Tarok, con su poder aumentado y la furia del Ozaru, sabía que debía terminar la batalla rápidamente. Con un último esfuerzo, lanzó un poderoso ataque de energía desde su boca, un rayo de energía devastador que impactó directamente en Garok.
La explosión fue inmensa, y cuando el polvo se asentó, Garok yacía en el suelo, muerto y derrotado. Tarok, respirando pesadamente, miró a su alrededor, asegurándose de que la batalla había terminado.
Zeira, aún sorprendida por el cambio de eventos, comunicó al resto del equipo. "¡Tarok lo ha hecho! ¡Ha derrotado a Garok con un poder de 180,000! No puedo creerlo."
La forma de Ozaru de Tarok comenzó a desvanecerse, y lentamente volvió a su tamaño normal. A pesar de haber derrotado a Garok, su cuerpo estaba exhausto y herido. El Escudo Corporal, 体のシールド (Karada no Shīrudo), que lo había protegido durante la batalla, también comenzó a desvanecerse. Con su efecto desapareciendo, el daño acumulado empezó a manifestarse en su cuerpo, dejando a Tarok en un estado crítico.
Tarok miró hacia el horizonte con una expresión dramática, tratando de mantenerse de pie. Las heridas y el cansancio finalmente lo alcanzaron, y sintió cómo su cuerpo se debilitaba. Con una risa nerviosa y entrecortada, dijo: "Jajaja... ¿vieron? ¡Fue sencillo!"
Con esas palabras, Tarok perdió el equilibrio y cayó al suelo, inconsciente. El agotamiento y las heridas finalmente lo vencieron, y su cuerpo no pudo soportar más.
Zeira y los otros soldados corrieron hacia él, preocupados por su estado. "¡Tarok!" gritó Zeira, revisando sus signos vitales. "Está vivo, pero muy herido. Necesitamos llevarlo de vuelta y darle atención médica de inmediato."
La hermana menor de Zarbon y la hermana de Dodoria, ambas impresionadas por la valentía y el poder de Tarok, ayudaron a Zeira a levantarlo y llevarlo de regreso a la nave.
Mientras lo cargaban, uno de los soldados comentó: "Nunca pensé que un Saiyajin podría tener tanto potencial. Freezer verá esto como una señal de su valor."
Zeira asintió. "Sí, pero debemos asegurarnos de que reciba el tratamiento adecuado. Tarok tiene mucho que demostrar, y no podemos permitir que este sea el fin de su camino."
Con Tarok inconsciente, el equipo regresó a la base, dejando atrás el campo de batalla y las ruinas de sus enemigos. La misión había sido un éxito, pero para Tarok, era solo el comienzo de su viaje hacia convertirse en un guerrero formidable.