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Chapter 15 - ### **Capítulo 14: Runas, Espadas y Experimentos

Frank llevaba días encerrado en su camarote improvisado en la fortaleza andante. El grimorio de Hécate, abierto sobre una mesa llena de velas, piedras mágicas, y herramientas de herrería, era su única compañía. Sus ojos escaneaban página tras página con una mezcla de entusiasmo y concentración, mientras anotaba símbolos y combinaciones en pergaminos extendidos a su alrededor. 

Después de una semana completa de ensayo y error, finalmente se levantó con una sonrisa de satisfacción. 

—¡Eureka! ¡Lo tengo! —dijo con un entusiasmo poco habitual mientras alzaba una runa recién tallada que parecía brillar con un tenue resplandor verdoso. 

Jonas, quien había estado observando todo a través del ojo del cíclope, no pudo resistir comentar. 

—¿Capitán, ha estado una semana entera con ese libro? Creí que ya se había olvidado del mundo exterior. 

Frank, sin perder el ritmo, respondió mientras recogía una espada estándar de las muchas que había saqueado del castillo del rey Auron. 

—Jonas, hay cosas en la vida que merecen toda nuestra atención, y aprender a encantar armas es una de ellas. Ahora, ven aquí y tráeme tu espada. Tengo algo que quiero probar. 

Jonas, intrigado y ligeramente nervioso, apareció en la sala con su espada en mano. Era una hoja común, pero bien cuidada. La entregó a Frank mientras levantaba una ceja. 

—¿Qué vas a hacer exactamente, capitán? Porque si explota, quiero que sepas que no pienso cargar con el daño. 

Frank rio mientras colocaba la espada sobre la mesa. 

—Tranquilo, Jonas. Esta es una obra de arte en progreso. Déjame explicarte cómo funciona. 

Jonas cruzó los brazos mientras Frank comenzaba a trabajar. 

—Primero, tomamos la hoja y limpiamos cualquier residuo mágico o energético que pueda interferir con las runas. Esto es fundamental. No queremos que la espada termine siendo un horno portátil, ¿verdad? 

Jonas frunció el ceño. 

—¿Eso puede pasar? 

—Bueno, no diré que no lo intenté antes. Fue un poco… explosivo. —Frank lanzó una mirada de satisfacción mientras trazaba con cuidado un diseño en la hoja usando un cincel encantado. 

—Ahora, este paso es crucial. Usaremos runas de afilado para darle un filo más agudo. Lo llamaremos "Filo +3". ¿Por qué +3? Porque suena mejor que +2. Es un sistema que aprendí de los videojuegos en mi visión futura. —Frank rió mientras Jonas lo miraba confundido. 

—¿Videojuegos? 

—No importa, es algo técnico lo entenderás en el futuro talvez.... —Frank continuó tallando. 

Luego, tomó una pequeña gema verde y la trituró en polvo antes de mezclarla con un líquido negro que parecía resplandecer débilmente. 

—Esto es para el efecto corrosivo. "Corrosión +3". Básicamente, hará que la espada desintegre cualquier metal o armadura que toque. Muy útil contra esas molestas caravanas blindadas. 

Jonas arqueó una ceja. 

—¿Y cómo sabes que no va a corroer la espada también? 

Frank hizo una pausa, como si realmente estuviera considerando la pregunta por primera vez. Luego, respondió con una sonrisa confiada. 

—Detalles, Jonas, detalles. Si algo sale mal, bueno... aprendemos de la experiencia, ¿no? 

Finalmente, Frank tomó una pluma de cuervo y, usando la mezcla de polvo y líquido, comenzó a escribir los símbolos en la hoja de la espada. Mientras lo hacía, murmuraba palabras en un idioma que Jonas no entendía, probablemente del grimorio. 

Después de varios minutos de concentración, Frank levantó la espada con orgullo. 

—¡Listo! Te presento la nueva y mejorada Espada de Jonas: Filo +3 y Corrosión +3. ¿Quieres probarla? 

Jonas la tomó con cuidado, examinando las runas que brillaban débilmente en la hoja. 

—¿Seguro que no explotará? 

Frank puso los ojos en blanco. 

—Jonas, por favor. Si explotara, sería después de cinco usos, no ahora. 

—Eso no es exactamente tranquilizador, capitán. 

—Confía en mí. Ahora, hay una caravana que pasa por el camino principal. Es el objetivo perfecto para probar nuestra pequeña obra maestra. 

Jonas suspiró, resignado, y salió del camarote con la espada en mano. Frank lo siguió de cerca, emocionado por ver los resultados de su experimento. 

***

La caravana, compuesta por varios carros blindados y escoltada por guardias armados, avanzaba lentamente por el camino. Jonas se posicionó estratégicamente detrás de una colina, mientras Frank observaba desde una distancia segura con un catalejo. 

—Muy bien, Jonas. Esta es tu oportunidad de brillar. O, en el peor de los casos, salir volando por los aires. —Frank rio mientras Jonas lo miraba con desaprobación. 

—Eres un verdadero motivador, capitán. 

Jonas avanzó lentamente hasta acercarse a la caravana. Uno de los guardias lo vio y gritó una advertencia, pero Jonas ya había levantado la espada y la había dejado caer sobre el primer carro. 

El impacto fue inmediato y espectacular. La hoja atravesó el blindaje como si fuera papel, y una chispa de energía corrosiva se extendió por el metal, haciéndolo burbujear y desintegrarse en cuestión de segundos. Los guardias quedaron paralizados por el asombro. 

Jonas sonrió con satisfacción. 

—Esto... es... increíble. 

Frank, desde la colina, gritó con entusiasmo. 

—¡Te lo dije! ¡Filo +3 y Corrosión +3! ¡Es como cortar mantequilla caliente con un cuchillo láser! 

Jonas no perdió el tiempo y giró para enfrentar al resto de los guardias. Con un movimiento rápido, bloqueó una lanza y contraatacó, destruyendo el arma del guardia al contacto. La corrosión se extendió rápidamente por las piezas de metal cercanas, dejándolos completamente indefensos. 

Uno de los guardias, horrorizado, gritó: 

—¡¿Qué clase de brujería es esta?! 

Jonas, sintiéndose poderoso con la espada encantada, respondió con una sonrisa burlona. 

—Brujería cortesía de nuestro querido capitán. ¿A alguien más le interesa probar? 

Frank, viendo cómo Jonas derribaba a los guardias uno por uno, no pudo evitar aplaudir desde su posición. 

—¡Magnífico! ¡Es como ver un espectáculo en vivo! Jonas, ¡intenta apuntar a las ruedas de los carros también! Quiero ver qué tan efectivo es contra estructuras móviles. 

Jonas obedeció y cortó las ruedas del carro principal. Estas se desintegraron al contacto, haciendo que el vehículo se inclinara y volcara. La caravana estaba completamente inutilizada en cuestión de minutos. 

Cuando todo terminó, Jonas regresó con la espada aún brillando en su mano. 

—Capitán, tengo que admitirlo: esta cosa es un arma de destrucción masiva. 

Frank sonrió, cruzándose de brazos. 

—Lo sé. Soy un genio. 

Jonas lo miró con una mezcla de respeto y preocupación. 

—Eso sí, espero que tengas un plan para cuando algo tan poderoso caiga en las manos equivocadas. 

Frank rio mientras volvía a su fortaleza andante. 

—Jonas, si eso pasa, simplemente lo solucionaré encantando algo aún más fuerte. Es el ciclo sin fin del progreso. Ahora, vamos a buscar más cosas para encantar. 

Y así, Frank continuó perfeccionando sus habilidades, mientras Jonas, armado con su nueva espada, se preparaba para cualquier desafío que viniera.

Frank estaba en su camarote improvisado, rodeado por un caos organizado de herramientas mágicas, pergaminos con fórmulas rúnicas, y gemas brillantes. Después del éxito de la espada "BambaNegra", el joven genio decidió que no podía detenerse ahí. Jonas, su leal segundo al mando, había sido un gran conejillo de indias y, aunque no lo admitiera en voz alta, Frank disfrutaba viendo cómo sus experimentos funcionaban... o fallaban espectacularmente. 

—Bien, ya tenemos una espada que puede cortar casi cualquier cosa. Ahora es el turno de la defensa. —Frank se frotó las manos mientras sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y peligro. 

En una esquina de la sala, había una armadura completa que había saqueado del castillo del Rey Auron. Aunque estaba en buen estado, Frank planeaba llevarla al siguiente nivel. 

—Jonas, ven aquí. —Frank gritó mientras comenzaba a reunir materiales mágicos para su próximo proyecto. 

Jonas apareció en la puerta con una ceja levantada, aún sosteniendo a "BambaNegra" como si fuera su posesión más preciada. 

—¿Ahora qué, capitán? Espero que no sea otra espada. Mi brazo todavía se siente raro desde la última vez que probé tu invento. 

Frank rio mientras señalaba la armadura. 

—Nada de espadas, mi querido Jonas. Hoy es el turno de la armadura. Quiero que tengas la mejor protección que el caos mágico pueda ofrecer. 

Jonas cruzó los brazos, sospechando que había algo más detrás de las palabras de Frank. 

—Ajá, y déjame adivinar. ¿Voy a ser tu conejillo de indias otra vez? 

Frank puso una expresión inocente. 

—¿Conejillo de indias? No, no, no. ¡Eres mi valiente voluntario! Es un honor ser parte del avance de la magia rúnica. 

Jonas suspiró, resignado. 

—Está bien, pero esta vez no quiero terminar viendo luces extrañas o escuchando voces en mi cabeza. 

Frank lo ignoró, concentrándose en el casco de la armadura. 

—Primero, vamos a empezar con algo simple: una runa de aumento de fuerza. Esto te hará cuatro veces más fuerte de lo que ya eres. Imagínalo, Jonas: podrás levantar un carro blindado como si fuera una caja de galletas. 

Jonas lo miró con escepticismo. 

—Eso suena genial, pero ¿qué pasa si rompo algo sin querer? 

—Bueno, eso sería un efecto colateral aceptable. Ahora, cállate y déjame trabajar. —Frank comenzó a tallar la runa en el pecho de la armadura usando un cincel encantado y una mezcla de polvo de oro y gemas trituradas. 

Mientras trabajaba, explicaba cada paso en voz alta, como si estuviera dictando una clase de magia. 

—El truco con las runas de fuerza es asegurarte de que estén equilibradas. Si haces que la fuerza aumente demasiado, el portador podría romperse sus propios huesos al mover un dedo. Por eso, un aumento de +4 es ideal: lo suficientemente fuerte como para ser útil, pero no tanto como para ser un peligro ambulante... creo. 

Jonas dio un paso atrás, claramente menos convencido. 

—¿"Creo"? 

Frank lo ignoró y pasó al siguiente paso: la runa de resistencia. 

—Esta es una de mis favoritas. Runa de Resistencia +3. Básicamente, hará que seas más difícil de dañar. Podrías caer de una torre y salir con nada más que un rasguño. 

—¿Y por qué no +4 o +5? —preguntó Jonas, intentando sonar interesado. 

Frank puso los ojos en blanco. 

—Porque eso requeriría más gemas y, sinceramente, estoy ahorrando para otro proyecto. No te pongas exigente, Jonas. 

Con las runas de fuerza y resistencia completadas, Frank se enfocó en el casco. 

—Ahora viene la parte interesante: la runa de inteligencia. 

Jonas frunció el ceño. 

—¿Por qué necesitaría más inteligencia en una armadura? 

Frank sonrió con una chispa de travesura en los ojos. 

—Ah, Jonas, querido amigo. La inteligencia no es solo para resolver acertijos. Un aumento de inteligencia puede mejorar tu percepción, tus reflejos y tu capacidad para tomar decisiones rápidas en combate. Además, quiero ver si terminas hablando en idiomas raros o algo así. 

—¡¿Qué?! 

—Nada, nada. Es solo un experimento. Confía en mí. 

Frank talló la runa de inteligencia con aún más cuidado que las anteriores. 

—Esto es delicado. Si cometo un error, podrías terminar escuchando voces o viendo cosas que no están ahí. Pero, ¿qué es la vida sin un poco de riesgo? 

Jonas comenzó a preguntarse si realmente debería confiar en Frank, pero ya era demasiado tarde para echarse atrás. 

Finalmente, Frank trabajó en las sandalias de la armadura. 

—Y ahora, el toque final: Runa de Velocidad +2. Esto te hará más rápido, pero no demasiado como para que pierdas el equilibrio. No queremos que corras más rápido de lo que tu cerebro puede procesar, ¿verdad? 

Jonas suspiró profundamente. 

—¿Alguna vez piensas en las consecuencias de tus inventos? 

Frank rio mientras daba los últimos retoques a las sandalias. 

—Por supuesto que no. Si lo hiciera, no sería un verdadero inventor. 

Cuando todo estuvo terminado, Frank se echó hacia atrás para admirar su trabajo. 

—Jonas, te presento a "Sefiro", la armadura definitiva. 

Jonas la miró con escepticismo. 

—¿Sefiro? ¿De dónde sacas estos nombres? 

Frank sonrió. 

—Es un nombre con clase. Ahora, póntela y veamos qué tal funciona. 

Jonas, suspirando nuevamente, comenzó a ponerse la armadura. Para su sorpresa, se sentía ligera y cómoda, a pesar de los encantamientos añadidos. 

—Bien, ahora prueba levantar algo pesado. —Frank señaló un barril lleno de metal que estaba en la esquina. 

Jonas se acercó al barril y lo levantó con facilidad, como si estuviera vacío. 

—¡Por los dioses! Esto es increíble. 

Frank asintió, satisfecho. 

—Te lo dije. Ahora, prueba la resistencia. 

Frank lanzó un hechizo menor que normalmente causaría un impacto doloroso, pero Jonas apenas lo sintió. 

—Esto... esto es genial. 

Sin embargo, fue cuando Jonas se puso el casco que las cosas se pusieron interesantes. 

—Capitán, siento algo raro. 

Frank se inclinó hacia adelante, intrigado. 

—¿Qué tipo de raro? 

Jonas comenzó a hablar en un idioma extraño que Frank no reconoció. 

—¿Qué demonios estás diciendo? 

Jonas se detuvo, confundido. 

—No lo sé. Las palabras simplemente salieron de mi boca. 

Frank tomó notas rápidamente. 

—¡Fascinante! Parece que la runa de inteligencia está afectando tu subconsciente. Tal vez estás accediendo a conocimientos que ni siquiera sabías que tenías. 

Jonas lo miró con una mezcla de miedo y fascinación. 

—Capitán, no sé si esto es bueno o malo. 

Frank sonrió ampliamente. 

—Es ciencia, Jonas. La ciencia no es ni buena ni mala; simplemente es. Ahora, vamos a probar las sandalias. 

Jonas corrió alrededor del camarote con una velocidad que lo sorprendió a él mismo. 

—¡Esto es increíble! ¡Me siento imparable! 

Frank aplaudió. 

—Lo sabía. ¡Sefiro es un éxito! 

Mientras Jonas seguía probando las capacidades de la armadura, Frank se recostó en su silla, satisfecho con su trabajo. 

—Y pensar que esto es solo el comienzo. El mundo no tiene idea de lo que les espera. 

Jonas, aunque impresionado, no pudo evitar sentirse como el sujeto de prueba de un experimento loco. Pero mientras funcionara, no podía quejarse demasiado... ¿o sí?