Dormammu se encontraba en su trono, su vasta figura flotando en el vacío abismal de la Dimensión Oscura. La oscuridad que lo rodeaba parecía estar viva, palpitando al ritmo de su propia voluntad. Todo en su reino respondía a él: el flujo de energía pura, el caos primordial, las sombras inquebrantables que constituían su poder. Era el gobernante absoluto de este dominio, y nadie podía desafiar su supremacía.
Pero en ese instante, algo era diferente. La energía en su alrededor empezó a vibrar, de una forma que nunca antes había experimentado. La familiar quietud de la Dimensión Oscura comenzó a quebrarse, como si el propio tejido de su dominio estuviera siendo alterado a nivel fundamental.
Dormammu cerró los ojos, buscando una fuente de esa perturbación. Los seres que habitaban su plano, las entidades oscuras que eran parte de él, no percibían nada fuera de lo común. La influencia del gobernante era absoluta. Sin embargo, algo estaba ocurriendo en el núcleo mismo de la Dimensión Oscura, y él lo sentía.
"¿Qué es esto?" murmuró, abriendo los ojos con una mezcla de ira y desconcierto. La energía que vibraba a su alrededor comenzó a formar patrones extraños, como si se estuviera condensando, tomando una forma que nunca antes había conocido.
En ese momento, Dormammu percibió una chispa de poder, una presencia que invadía su dimensión como una enfermedad desconocida, propagándose sin cesar. Era algo mucho más allá de la simple magia, algo que no podía ser controlado con su dominio absoluto. La Cosmic Infection de Sholan, lo que había comenzado como una mínima alteración, estaba extendiéndose por todo su reino, transformando las mismas leyes de su existencia.
La Dimensión Oscura, su morada y fuente de poder, comenzaba a ser corrompida. Dormammu intentó erradicar la infección, desgarrando el aire con su poder, pero lo que él no sabía era que el bucle temporal activado por la Ancestro estaba asegurando que sus esfuerzos eran en vano. Cada vez que intentaba deshacerse de la Infection, esta regresaba con más fuerza, como si la propia infección estuviera aprendiendo, adaptándose a su resistencia.
La incomodidad creció hasta convertirse en agonía. El dolor era algo que Dormammu rara vez sentía, pero esta infección lo estaba despojando lentamente de su esencia, como si estuviera arrancando trozos de él. Su cuerpo colosal, hecho de energía oscura pura, comenzaba a fracturarse bajo la presión de esa influencia externa, una presencia que ya no podía ignorar ni controlar.
"No... esto no puede ser", pensó, su voz retumbando en los vacíos de su dimensión. Intentó invocar a sus fuerzas primordiales para erradicar la infección, pero cada intento parecía reforzar aún más la expansión de la misma. La Dimensión Oscura, ese lugar que él había gobernado durante milenios, se desmoronaba a su alrededor.
Las sombras que antes eran sus aliadas ahora se volvían en su contra, tomando una forma que nunca antes había conocido. La energía que lo rodeaba ya no era pura oscuridad; estaba siendo moldeada, transformada en algo nuevo y peligroso. El equilibrio entre la luz y la oscuridad que Sholan había previsto estaba tomando forma, y Dormammu comenzaba a ser testigo de cómo su reino entero se convertía en un campo de batalla por su supervivencia.
En el centro de todo, un núcleo comenzó a tomar forma: el Núcleo de Sombras. Lo vio formarse con sus propios ojos, una amalgama de energía oscura y cósmica que surgía de las mismas entrañas de la Dimensión Oscura. Era el primer indicio de lo que Sholan había planeado, el resultado final de la Cosmic Infection. Y era algo que Dormammu no podía detener.
Con un rugido que sacudió todo el multiverso, Dormammu intentó reunir todo su poder en un último esfuerzo para destruir la infección. Pero en lugar de erradicarla, su energía fue absorbida, devorada por la creciente fuerza del Núcleo de Sombras.
La Dimensión Oscura ya no le pertenecía. El núcleo, alimentado por el poder de la infección, comenzó a expandirse, destruyendo todo lo que había sido y transformando la misma esencia de la oscuridad. Las sombras, las que durante tanto tiempo habían sido su dominio, ahora se volvían en su contra, tomando una nueva forma, una que jamás había anticipado.
Con un último grito de desesperación, Dormammu intentó resistir, pero era tarde. La Cosmic Infection había cumplido su cometido. El Núcleo de Sombras, ahora completo, absorbió la totalidad de la energía que formaba a Dormammu. La entidad primordial, el gobernante de la Dimensión Oscura, fue consumido por su propia creación.
El Núcleo de Sombras brilló con una luz oscura y poderosa, marcando el final de Dormammu y el nacimiento de un nuevo poder. La infección cósmica había logrado lo que parecía imposible: destruir una fuerza primordial, convirtiendo su propio dominio en una fuente de energía para un nuevo equilibrio, uno que Sholan había planeado cuidadosamente.
En el vacío donde una vez había existido Dormammu, solo quedó el Núcleo de Sombras, un poder renovado que ahora pertenecía a Sholan, y a él solo.