La guerra en Heven se había convertido en una pesadilla interminable para sus habitantes. Durante semanas, las sombras de Sholan habían destrozado su arrogante dominio. Los habitantes civiles, antaño seguros de su invulnerabilidad, ahora eran parte del ejército de sombras, convertidos en guerreros oscuros que servían a su nuevo monarca.
En la segunda semana de la campaña, Sholan había despertado una habilidad que cambió el curso de la guerra: Shadow Condensation. Esta técnica le permitía fusionar el poder de múltiples sombras en un solo soldado sombra, creando combatientes de fuerza devastadora. Gracias a esta habilidad, Nightbringer, Duskstalker y otros guerreros sombra de élite se habían vuelto aún más formidables, capaces de enfrentar incluso a los más poderosos de Heven.
Un día, mientras las tropas de Heven movilizaban sus fuerzas, Sholan puso en marcha su siguiente estrategia. Había identificado a dos de las tres facciones restantes de los arcontes de guerra:
1. Los Cazadores Celestiales, especialistas en infiltración y asesinato.
2. La Legión Aérea, encargados de la defensa aérea y patrullaje dimensional.
El plan era claro y audaz: atacar ambas facciones simultáneamente. Algo esperado de alguien entrenado por los dioses Asgardianos a través de múltiples batallas
En un valle oculto, los Cazadores Celestiales se habían reunido, confiados en que sus habilidades furtivas los mantendrían seguros. Sin embargo, no estaban preparados para enfrentarse al ejército sombra.
Nightbringer lideró el ataque. Su presencia era un torbellino de oscuridad que devoraba la luz misma. Sus movimientos eran rápidos y precisos, y su espada sombría cortaba con una elegancia letal. Los soldados sombra, fortalecidos por la Shadow Condensation, avanzaban implacablemente, destrozando la formación de los Cazadores Celestiales.
Los ángeles intentaron utilizar sus técnicas de asesinato, pero las sombras eran incorpóreas y se adaptaban a cada táctica. Duskstalker, con su habilidad para moverse entre planos de existencia, eliminó a los líderes del escuadrón con una precisión aterradora. En menos de una hora, los Cazadores Celestiales fueron aniquilados.
En los cielos resplandecientes de Heven, Sholan enfrentó a la Legión Aérea, una fuerza imponente de ángeles alados, cada uno brillando con un aura dorada que parecía rivalizar con el sol. Sus lanzas de energía cortaban el aire con precisión mortal mientras descendían en formación perfecta, sus gritos de guerra resonando como una declaración de poder absoluto. Pero Sholan, flotando inmóvil, no se inmutó.
El Kaioh Ken envolvía su cuerpo con un resplandor carmesí, amplificando su fuerza, velocidad y resistencia. Con una calma calculada, Sholan alzó una mano y disparó un Kamehameha hacia la primera oleada de ángeles, modulando cuidadosamente su energía para incapacitar sin desintegrar a los enemigos, asegurándose de que sus cuerpos cayeran intactos al suelo. Antes de que el polvo se asentara y al creciente número de enemigos activó el Doble Kaioh Ken, su energía aumentando en intensidad mientras desaparecía en un destello para atacar.
Sholan se movía entre los ángeles con una velocidad y destreza que superaban su percepción. Sus puñetazos y patadas, reforzados por el poder del Kaioh Ken, derribaban a los enemigos como si fueran muñecos de trapo. Cuando un grupo intentó atacarlo desde varias direcciones, extendió ambas manos y lanzó un Final Flash, calculando la explosión para incapacitar y arrojar a sus enemigos al suelo, sin destruir sus cuerpos.
Uno de los comandantes de la Legión, un ángel de armadura más ornamentada lideró un contraataque. Sholan sonrió con confianza mientras giraba en el aire, canalizando su energía en una esfera brillante antes de lanzarla con precisión quirúrgica: un Ataque Big Bang. La explosión resultante consumió a varios soldados, obligándolos a retroceder. Los cuerpos de los caídos flotaron, intactos, listos para ser reclamados.
Los intentos desesperados de los ángeles de rodearlo solo sirvieron para demostrar su incapacidad. Sholan utilizaba su Haki de Observación para anticipar cada movimiento y su Haki de Armadura para bloquear los ataques que lograban alcanzarlo. En un momento, un escuadrón intentó emboscarlo desde arriba, pero él respondió con su Haki del emperador haciendo que los enemigos se desmayaran hacia una fatal caída.
Mientras los sobrevivientes intentaban huir, Sholan extendió su brazo hacia los cuerpos caídos.
—Surjan —susurró, su voz fría y llena de determinación.
La oscuridad se extendió desde las sombras, consumiendo las esencias de los ángeles derrotados y transformándolos en nuevas incorporaciones a su ejército los cuales se abalanzaron sobre los que intentaban huir. Nightbringer se materializó junto a él, observando en silencio mientras las tropas enemigas eran reducidas a nada.
El cielo, una vez brillante, ahora estaba marcado por el caos y la destrucción, y Sholan flotaba como un conquistador imparable, sus ojos ardientes con determinación. La Legión Aérea había caído, y con cada batalla, su ejército oscuro se hacía más fuerte y grande.
Al finalizar la batalla, los soldados sombra regresaron con los cuerpos de los ángeles caídos. Sholan, junto con Cortana, Nightbringer, Duskstalker y el antiguo Hierophante, ahora renombrado como Umbra, comenzó la extracción de sombras.
Con cada nueva sombra, el ejército de Sholan crecía en número y poder. Las sombras extraídas de los Cazadores Celestiales y la Legión Aérea se convertían en nuevas tropas de élite, fortalecidas por la Shadow Condensation. Sholan en sus viajes y experiencias con Thor había aprendido que la amabilidad es signo de fortaleza pero en una guerra esta debe dejarse de lado para sobrevivir
Cortana apareció en forma holográfica junto a Sholan, su tono calculador y preciso. "Hemos debilitado a Heven significativamente. Solo queda la última facción: el Ejército Celestial. Su poder es mayor, pero ahora tenemos los números y la fuerza para enfrentarlos."
Nightbringer, con su voz grave, añadió: "Mi señor, los cielos temen nuestra llegada. Este reino pronto será consumido por su sombra."
Sholan asintió, sus ojos brillando con determinación. "Prepárense. Heven caerá, y con ello, su falsa gloria."
Mientras la oscuridad crecía en el horizonte, Sholan sabía que el momento decisivo estaba cerca. El Ejército Celestial sería el último obstáculo antes de la completa aniquilación de Heven.