Wanda se desanimó un poco ya que debería esperar todo un año a usar el Dream Connection ya el vínculo solo se podría hacer el día en que la otra parte cumpliera años, en el caso de Sholan el día en que apareció en el universo Marvel y ya habían pasado 5 días desde la fecha estipulada.
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El ambiente en la Mansión X había cambiado considerablemente desde que Wanda y Pietro se unieron. Durante los primeros meses, los gemelos Maximoff habían pasado la mayor parte del tiempo explorando sus habilidades y adaptándose al entorno. Sin embargo, con la llegada de nuevos reclutas como Jean Grey, Scott Summers, Kitty Pryde y Rogue, la dinámica de la escuela se transformó en una mezcla de camaradería, competencia y, en algunos casos, tensiones inevitables.
Bajo la supervisión de Charles Xavier y los miembros veteranos como Hank McCoy y Logan, los gemelos continuaban fortaleciendo sus habilidades. Pietro perfeccionó su velocidad, aprendiendo a moverse con precisión quirúrgica gracias a las simulaciones avanzadas que la White Queen le proporcionaba. Mientras tanto, Wanda desarrollaba un control impresionante sobre su Núcleo de Caos Armónico, con la ayuda de la Red Queen.
Una de las sesiones de entrenamiento más notables fue cuando Wanda creó un campo de energía que contenía explosiones simultáneas en diferentes puntos, mientras Pietro, moviéndose a una velocidad casi invisible, desactivaba los dispositivos detonadores. La sincronización de los gemelos había mejorado tanto que a menudo lograban sorprender incluso a Wolverine, quien rara vez mostraba algo parecido a la admiración.
La llegada de Jean Grey fue un momento importante. Desde el principio, Jean y Wanda se entendieron bien. Ambas compartían un profundo respeto por el control mental y emocional, aunque sus enfoques fueran diferentes. Jean solía ayudar a Wanda a meditar, y en esos momentos compartían sus pensamientos y preocupaciones. "Es impresionante lo que haces con tus poderes, Wanda," le decía Jean. "Pero también es importante no dejar que ellos te controlen a ti."
Por otro lado, Pietro desarrolló una buena relación con Kitty Pryde, quien siempre admiraba su velocidad y agilidad. Aunque Pietro a menudo era arrogante, Kitty encontraba su actitud entretenida, y a menudo lo desafiaba a carreras dentro de la mansión, usando su capacidad de atravesar paredes para nivelar el campo de juego.
Rogue también formó un vínculo cercano con Wanda. Ambas compartían una lucha interna con sus poderes. "A veces siento que mi habilidad me aleja de todos," confesó Rogue. "Pero contigo es diferente. Siento que puedo ser yo misma."
Quentin Quire, también conocido como Kid Omega, había llegado unas semanas después que los Maximoff. Desde el principio, Quentin demostró ser una presencia molesta. Con su actitud arrogante y su constante necesidad de demostrar su superioridad, no tardó en ganarse la antipatía de muchos.
Desde el día que conoció a Wanda, Quentin parecía disfrutar provocándola. Usaba comentarios sarcásticos y cuestionaba su control sobre la magia. Pero todo llegó a un punto crítico una mañana en la cafetería.
"He escuchado sobre ese tal Sholan del que siempre hablas," dijo Quentin, con una sonrisa socarrona. "¿Cómo es que una persona tan impresionante te dejó aquí, sola y en esta escuela? Tal vez no era tan poderoso como dices."
Wanda, que había estado ignorando los comentarios de Quentin hasta ese momento, sintió cómo la ira comenzaba a bullir dentro de ella. La Red Queen inmediatamente la alertó de que mantuviera la calma, pero Wanda ignoró el consejo.
"¿Qué acabas de decir?" Wanda se levantó de su asiento, con sus ojos brillando de un rojo intenso.
"Dije que tu querido Sholan parece una historia exagerada. Tal vez ni siquiera existe." Quentin cruzó los brazos, confiado en que nadie se atrevería a enfrentarlo.
Fue entonces cuando una Wanda encolerizada y con sus ojos rojos de energía armónica del caos lanzó el hechizo más infame de la historia. Con un movimiento de sus manos, pronunció las palabras: "Torción Testicular". Un destello rojo iluminó la sala, y Quentin cayó al suelo, gritando de dolor mientras se sujetaba la entrepierna.
El grito resonó en toda la mansión. Los chicos presentes en la cafetería, incluyendo a Scott y Logan, se agarraron instintivamente la entrepierna, como si sintieran un dolor fantasma.
"Dios santo, Wanda," dijo Logan, a medio camino entre el asombro y el horror. "Creo que exageraste."
Desde ese día, Wanda fue conocida entre los chicos como "La Reina Infernal Roja". Las chicas, sin embargo, la veían como una heroína. Jean no pudo evitar reírse cuando se lo contaron. "Tal vez alguien tenía que darle una lección a Quentin," dijo, mientras Kitty y Rogue asentían.
Quentin, por su parte, evitó a Wanda desde entonces, temiendo provocar su ira nuevamente.
A pesar de este evento, Wanda y Pietro continuaron integrándose al grupo. Pietro mantuvo una relación respetuosa con Logan, quien a menudo lo desafiaba solo para mantenerlo humilde. Con el tiempo, incluso llegó a admirar el estilo directo y brutal de Wolverine.
Por otro lado, Wanda encontró en Jean una especie de mentora, alguien con quien podía hablar sobre sus preocupaciones. "A veces siento que no soy normal," confesó Wanda. "Mis poderes me hacen diferente."
"No hay nada de malo en ser diferente," respondió Jean. "Lo importante es lo que haces con lo que tienes."
Con Kitty, Wanda desarrolló una amistad cercana. Kitty solía animarla a relajarse y disfrutar más de la vida en la mansión. A menudo la llevó a aventuras pequeñas, como explorar los pasadizos ocultos de la escuela o planear pequeñas bromas a los demás estudiantes.
Rogue, en cambio, se convirtió en una confidente. Ambas compartían momentos de reflexión, hablando sobre cómo sus habilidades afectaban sus relaciones personales. "A veces siento que nunca podré tener una vida normal," dijo Rogue una noche.
"Tal vez no necesitamos ser normales," respondió Wanda. "Tal vez podemos encontrar algo mejor."
La Red Queen continuaba siendo una guía constante para Wanda. A menudo le daba consejos sobre cómo manejar situaciones difíciles o la ayudaba a planear estrategias en los entrenamientos. Wanda, en agradecimiento, comenzó a referirse a ella como "mi mentora silenciosa".
Aunque la mansión estaba llena de eventos caóticos y momentos de tensión, los gemelos Maximoff habían encontrado un hogar, al menos por ahora. Y con cada día que pasaba, Wanda se volvía más fuerte, más segura de sí misma y, para algunos, más intimidante. Su habilidad para mantener la calma en situaciones tensas, combinada con la precisión de sus hechizos, le ganó el respeto de sus compañeros y la admiración de los profesores. Sin embargo, Wanda sabía que aún quedaba un largo camino por recorrer.
La Red Queen, con su voz serena y lógica, le recordaba constantemente la importancia de no perder de vista sus emociones. "El verdadero poder no radica solo en lo que puedes hacer, Wanda, sino en cuándo decides hacerlo y por qué. Nunca olvides tu propósito."
Estas palabras resonaron en Wanda, especialmente en momentos en los que la frustración o el cansancio amenazaban con consumirla. Con el tiempo, comenzó a confiar más en sí misma y a aceptar que ser diferente no era una debilidad, sino una fortaleza única.
Una noche, mientras miraba las estrellas desde el techo de la mansión, Pietro se unió a ella en silencio. Después de unos momentos, dijo: "¿Te das cuenta de lo lejos que hemos llegado, hermana? Antes no teníamos nada. Ahora... tenemos esto. Tenemos un lugar, amigos... y a ellos."
Wanda sonrió y asintió. Aunque la vida en la Mansión X estaba lejos de ser perfecta, los Maximoff sabían que habían encontrado un nuevo comienzo. Con cada día que pasaba, Wanda y Pietro no solo se hacían más fuertes, sino que también entendían más sobre quiénes eran realmente y el papel que jugarían en un mundo lleno de posibilidades y desafíos.
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Desde el principio, Jean Grey mostró una afinidad natural por Wanda. Ambas chicas, aunque distintas en sus personalidades, compartían el peso de tener habilidades abrumadoras. Jean, consciente de lo difícil que era controlar sus poderes telepáticos y telequinéticos, ofreció ayuda a Wanda para manejar mejor su magia y su conexión con el sistema.
—Si necesitas apoyo, puedes contar conmigo. Sé lo que es tener un poder que te hace sentir sola.
Wanda, quien normalmente desconfiaba de los demás, sintió que Jean hablaba con sinceridad. Poco a poco, formaron un vínculo de compañerismo. Entrenaban juntas en el Danger Room, aprendiendo a equilibrar magia y telequinesis. Jean incluso ayudó a Wanda a comprender los límites de su sistema y la conexión con Red Queen.
Por otro lado, Rogue era más directa y algo brusca en su trato, pero encontró en Wanda una aliada inesperada. Durante una sesión de entrenamiento en equipo, Wanda la ayudó a librarse de una emboscada simulada. Desde entonces, Rogue mostró una lealtad inquebrantable hacia ella, llamándola "mi compañera sureña favorita", aunque Wanda no tenía nada de sureña.
—Chica, si vuelves a hacer ese hechizo de torción en el campo de batalla, creo que hasta los enemigos saldrán corriendo.
Ambas compartían un humor sarcástico y una actitud protectora hacia quienes les importaban. Aunque Rogue era más independiente, admiraba la fuerza interna de Wanda y su capacidad para poner en su lugar a cualquiera que se interpusiera en su camino.
Kitty, siendo la más joven del grupo, veía en Wanda una figura de inspiración. Aunque inicialmente intimidada por su poder y presencia, Kitty comenzó a acercarse después del incidente con Kid Omega.
—¿Cómo lo hiciste, Wanda? Nunca vi a nadie callar a Quentin tan rápido.
—Digamos que… hay hechizos que nunca deberías enseñar a los chicos —respondió Wanda, guiñándole un ojo.
Kitty veía a Wanda como una mezcla de hermana mayor y mentora, siempre buscando su consejo en cuestiones tanto de combate como de la vida cotidiana. Wanda, por su parte, se sorprendió al darse cuenta de lo mucho que disfrutaba tener a alguien a quien guiar. Incluso comenzó a enseñarle pequeños trucos mágicos, aunque nada que pudiera ser peligroso.
Logan, con su habitual actitud ruda y distante, al principio no se involucró demasiado con los Maximoff. Sin embargo, después de presenciar el incidente de Kid Omega y la manera en que Wanda manejaba sus poderes, comenzó a respetarla.
—Tienes agallas, niña —le dijo tras una sesión de entrenamiento donde Wanda usó un hechizo para detener uno de sus ataques con las garras.
—Y tú tienes un temperamento que debería estar en control, Logan —replicó Wanda con una sonrisa.
Poco a poco, Logan se convirtió en una especie de protector silencioso para los Maximoff, especialmente cuando otros estudiantes intentaban meterse con ellos. Aunque rara vez intervenía directamente, su presencia era suficiente para mantener a raya a los más atrevidos.
Con el tiempo, Logan también tomó a Pietro bajo su ala, enseñándole tácticas de combate y supervivencia. Aunque Pietro era impulsivo, aprendió a respetar la experiencia de Logan, lo que ayudó a fortalecer su relación.
Después del incidente con Kid Omega, Wanda se convirtió en un símbolo en la mansión. Para las chicas, era la heroína que había puesto en su lugar al mutante más molesto de la escuela. Para los chicos, era un recordatorio viviente de que subestimar a Wanda Maximoff era un error que nadie quería repetir.
Las historias sobre el hechizo se exageraron con el tiempo. Algunos decían que Kid Omega había estado al borde del colapso; otros afirmaban que el grito fue tan fuerte que incluso rompió ventanas en los dormitorios de los estudiantes. Aunque Wanda intentó ignorar los rumores, no podía evitar sonreír cuando las chicas la felicitaban o le pedían consejos sobre cómo lidiar con chicos molestos. Incluso Red Queen, normalmente seria, mostró un toque de humor en privado:
—Wanda, debo decir que tu hechizo fue altamente efectivo. Si necesitas más ideas similares, tengo una lista de sugerencias.
—Gracias, Red Queen, pero creo que uno es suficiente.
A medida que pasaban los meses, Wanda y Pietro continuaron fortaleciendo sus habilidades y conexiones. Pietro trabajaba estrechamente con Logan para mejorar su velocidad en combate, mientras que Wanda se dedicaba a perfeccionar su control mágico con la ayuda de Jean. Ambos, con el apoyo de sus sistemas, demostraban un crecimiento impresionante que no pasaba desapercibido.
—Esos Maximoff son algo especial —comentó Logan a Xavier una noche.
—Sí, lo son —respondió Charles, contemplando las posibilidades que los hermanos traían al futuro de los X-Men.
La reputación de Wanda como la "Infernal Reina Roja" quedó grabada en la memoria de la escuela. Aunque algunos chicos todavía la veían con temor, la mayoría aprendió a respetarla, al igual que a su hermano. En cuanto a Wanda, aunque disfrutaba su nueva fama, sabía que lo más importante era seguir creciendo junto a Pietro y mantenerse fiel a la promesa que ambos se habían hecho: estar listos para cuando llegara el momento de reencontrarse con Sholan.
Con cada día que pasaba, los Maximoff daban un paso más hacia su destino, construyendo alianzas, enfrentando desafíos y dejando una marca imborrable en el mundo que los rodeaba.