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Chapter 22 - Las Serpientes Ocultas en la Oscuridad

Sholan, sentado en posición de loto dentro de su espacio personal del sistema, abrió la interfaz de la Tienda Universal. Su mirada se centró en una carta que parecía brillar con un aura especial: Salvación del Mago.

—Esto debería funcionar —murmuró, sus dedos moviéndose rápidamente mientras confirmaba la compra.

Al activarla en su área de equipo, sintió una cálida energía que parecía conectar directamente con su vínculo espiritual hacia Wanda. La carta tenía propiedades misteriosas que ofrecían una capa de protección adaptable, diseñada específicamente para defender a magos jóvenes de amenazas externas.

Sin embargo, apenas la activó, un sonido de alerta resonó en el aire.

 [¡Misión de Emergencia Activada!]

El texto holográfico apareció frente a Sholan con letras rojas, acompañadas de un leve parpadeo.

Misión: El gran peligro que se arrastra en la oscuridad.

Descripción:

Tres amenazas ocultas han puesto su atención en la Tierra y, más específicamente, en los mutantes. Sublime y Arkea, bacterias conscientes que buscan infectar y controlar la vida orgánica y tecnológica, han comenzado a moverse en busca de sujetos clave para sus planes. Uno de ellos es Wanda Maximoff, quien, tras la activación de su gen X, se ha convertido en un objetivo prioritario. El Señor Siniestro, maestro de la manipulación genética, ha detectado el poder latente en Wanda y planea usarla como catalizador para sus experimentos. Estos tres villanos representan no solo un peligro para Wanda, sino para todos los mutantes del planeta.

Objetivo:

Erradica la amenaza de Sublime, Arkea y el Señor Siniestro antes de que logren cumplir sus objetivos.

Recompensas:

 -10,000 puntos Quantum.

 -Carta UR a elección

Sholan inhaló profundamente. Las implicaciones de la misión lo golpearon como un torrente de agua helada. En ese instante, una serie de recuerdos inundaron su mente.

Se vio a sí mismo en su vida anterior, sentado frente a una computadora, discutiendo con sus amigos sobre la complejidad de enfrentar a Sublime y Arkea. Recordaba cómo habían especulado que estas bacterias conscientes, capaces de dividirse y replicarse en cualquier medio disponible, serían prácticamente imposibles de erradicar. Incluso habían debatido sobre qué poderes serían necesarios para lograrlo.

—Nunca pensé que tendría que poner en práctica ese plan —murmuró, con una mezcla de asombro y determinación.

De inmediato, volvió a abrir la Tienda Omniversal. Sabía que necesitaría herramientas específicas para llevar a cabo esta misión. Sin dudarlo, adquirió las siguientes cartas:

 -Destrucción en Cadena.

 -Poder de los Guardianes.

 -Hechizo de Búsqueda.

 -Espadas de Luz Reveladoras.

 -Dos copias de Teleportar.

 -Anillo de Protección.

Tras cerrar la tienda, se puso en acción.

Primero utilizó la carta Poder de los Guardianes, eligiendo como objetivo al Séptimo Hokage, Naruto Uzumaki.

Una figura etérea de Naruto apareció detrás de él, irradiando la misma energía que el ninja poseía en vida. La conexión era poderosa, imbuida con la esencia del Hokage.

—Naruto, préstame tu fuerza para proteger mi mundo— susurró Sholan.

Luego, activó Destrucción en Cadena y decidió combinar su efecto con el Fūton: Rasen Shuriken, una de las técnicas más devastadoras de Naruto. La carta resonó con su poder interno, amplificando su poder de destrucción exponencialmente y sin que Sholan lo supiera incrementando su alcance más de lo esperado. Luego activó el Anillo de Protección. Una barrera luminosa envolvió su cuerpo, asegurándole resistencia contra cualquier ataque sorpresa y los efectos secundarios del Rasen Shuriken.

Para maximizar su efectividad, usó la técnica de Clones de Sombra, creando dos réplicas de sí mismo. Cada clon le costó 200 puntos Quantum al no tener chakra, pero gracias a las cartas y habilidades activadas, cada uno portaba las mismas herramientas y poderes que él.

Sholan y cada clon activaron cada uno la carta Hechizo de Búsqueda escogiendo cada uno su propio objetivo. Por último cargó las cartas de Teleportar con 100 puntos Quantum cada una, asegurándose de que tanto él como sus clones pudieran moverse instantáneamente a las ubicaciones de los tres enemigos.

—Bien, todo está listo. Ahora, vamos a cazarlos.

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El silencio era absoluto, roto únicamente por el chasquido de portales abriéndose en sincronía. Sholan y sus dos clones de sombra emergieron simultáneamente en tres ubicaciones distintas del mundo. Cada uno tenía un objetivo claro, y la misión pesaba sobre ellos como una promesa inquebrantable.

Frente a Sublime, el Sholan original se mantuvo firme. Su enemigo, aunque reducido a una forma tangible, era una de las amenazas más escurridizas del multiverso. La bacteria consciente brillaba con una energía tenue, moviéndose lentamente, buscando cualquier oportunidad para infectar. Sublime alzó su mirada, y por primera vez, en su existencia milenaria, sintió algo cercano al miedo.

El primer clon apareció frente al Señor Siniestro. Nathaniel Essex lo observó con una mezcla de curiosidad y desdén, subestimando a su oponente desde el primer instante. Su sonrisa confiada y el brillo en sus ojos sugerían que estaba planeando alguna estrategia, pero no tuvo tiempo para actuar.

El segundo clon enfrentó a Arkea, quien irradiaba una energía mecano-orgánica amenazante. La consciencia viral ya intentaba extender su control hacia cualquier máquina cercana, pero antes de que pudiera conectarse, Sholan y sus clones activaron cada uno la carta Espadas de Luz Reveladora.

De inmediato, las espadas luminosas emergieron en un destello cegador, atravesando a los tres enemigos. Las espadas no causaban daño físico, pero su poder inmovilizaba absolutamente a las víctimas, bloqueando cualquier intento de manipulación o escape.

Sublime intentó dividir su consciencia y esparcirse, como siempre hacía para sobrevivir. Sin embargo, las espadas sellaron su conexión con cualquier célula o cuerpo infectado. Por primera vez, estaba completamente solo, aislado y atrapado.

El Señor Siniestro, maestro de la genética y la manipulación, descubrió que su perfección física no podía resistir la inmovilización. Sus ojos brillaron con rabia, intentando analizar y desentrañar el poder detrás de su captura. Su mente, sin embargo, no encontró solución, y una chispa de desesperación apareció en su mirada.

Arkea, consciente de su naturaleza viral, intentó liberar nanomáquinas para huir, pero las espadas también bloquearon su conexión con cualquier dispositivo tecnológico. Era como si su consciencia hubiera sido arrancada de sus raíces.

En ese momento, el aire comenzó a vibrar con una melodía inconfundible: Douten, el tema que siempre anunciaba los momentos más épicos en Naruto Shippuden. Sholan levantó una ceja, sorprendido, pero su rostro mantenía una compostura que contrastaba con su rostro de niño; no se podía decir lo mismo de los tres villanos que mostraron confusión en sus rostros al escuchar música que empezó sin previo aviso.

Sin mediar palabras y a toda prisa, Sholan canalizó el poder del Fūton: Rasen Shuriken en su palma usando los puntos quantum que le quedaban. Sus clones lo imitaron, replicando la técnica con una sincronización perfecta. Los tres enemigos, atrapados por las espadas de luz, podían sentir la energía acumulándose en las esferas giratorias.

Con un gesto decidido, Sholan y sus clones se lanzaron hacia sus objetivos golpeándolos de lleno al mismo tiempo con los Rasen Shurikens y enviándolos hacia los aires.

El impacto en Sublime fue catastrófico. La técnica no solo desintegró su cuerpo físico, sino que su naturaleza bacteriana fue destruida a nivel molecular. Cada célula infectada en el multiverso, cada fragmento de su consciencia repartido a lo largo de innumerables dimensiones, fue erradicado en una reacción en cadena. La existencia de Sublime se desmoronó como un castillo de naipes, dejando tras de sí un vacío absoluto.

El Señor Siniestro intentó resistir el ataque, pero el Fūton: Rasen Shuriken atravesó su cuerpo, descomponiéndolo en partículas. Cada clon, cada copia y cada experimento genético que había creado en el multiverso sintió el mismo destino. Su legado, construido a base de manipulación y ambición, se desmoronó en cuestión de segundos.

Arkea, la más peligrosa en su capacidad de infectar tecnología, sintió el impacto del Rasen Shuriken como un estallido de caos dentro de su esencia. Cada nanomáquina infectada en el multiverso fue destruida simultáneamente. Su consciencia, que siempre había estado repartida entre millones de dispositivos, desapareció como si nunca hubiera existido.

La reacción en cadena fue mucho más devastadora de lo que Sholan había anticipado. Las cartas Destrucción en Cadena y Poder de los Guardianes amplificaron el ataque, asegurándose de que ningún fragmento de estos enemigos quedara vivo en ningún rincón del multiverso.

Cuando todo terminó, el silencio volvió a llenar el aire. Sholan bajó la mirada, observando cómo las partículas de luz se disipaban en el cielo.

—No esperaba... que fuera tan absoluto —murmuró, todavía asimilando lo que había logrado.

Con un gesto rápido, activó la segunda carta de Teleportar, regresando al templo de Kamar-Taj.

El OST Douten seguía resonando débilmente, y Sholan no pudo evitar preguntar:

—Cortana, ¿cómo lograste colocar esa música que ha estado sonando?

La voz de la inteligencia artificial respondió de forma juguetona casi humana:

—Llámalo un regalo especial del sistema por tu primera compra. Después de todo, ¿quién no disfruta de una buena banda sonora en un momento épico?

Sholan soltó una carcajada leve mientras volvía al templo.

Así fue como 3 de los villanos más escurridizos del mundo Marvel murieron sin poder decir ni una sola palabra ni saber el porqué de su caída.