La tensión en la sala era palpable. Los Segadores avanzaban lentamente, sus pasos resonando sobre el suelo de piedra. Las figuras encapuchadas parecían deslizarse en lugar de caminar, y el monstruo que los acompañaba dejaba escapar un gruñido bajo, gutural, que reverberaba en las paredes. El resplandor de las antorchas bailaba sobre las runas talladas en sus capuchas, proyectando sombras ominosas.Calla apretó la empuñadura de su espada, sus ojos grises fijos en los enemigos. Su postura era un claro contraste con la de Alex y Luthor, ambos tensos y visiblemente nerviosos. Alex sujetaba su bastón con ambas manos, mientras intentaba controlar la respiración que amenazaba con acelerarse más allá de su control.—Recuerden, sigan mi ritmo —dijo Calla en un susurro apenas audible. Su voz, aunque baja, estaba cargada de autoridad.El Segador al frente levantó una mano, deteniendo a los demás. —La llave pertenece a nuestro orden —declaró con voz grave, cargada de amenaza. Su mano apuntó hacia Calla—. Si entregan la reliquia sin luchar, tal vez consideremos permitirles una muerte rápida.Calla esbozó una sonrisa helada, sin moverse de su lugar. —Si quieren la llave, vengan a buscarla.El Segador chasqueó los dedos, y el monstruo dejó escapar un rugido ensordecedor antes de lanzarse hacia el grupo. Su cuerpo masivo, cubierto de escamas negras y dientes afilados, se movía con una velocidad aterradora. Alex reaccionó por instinto, levantando su bastón. El arma brilló intensamente, y una esfera de energía azulada se formó frente a él.—¡Atrás! —gritó Alex mientras liberaba la energía. La esfera impactó al monstruo en pleno salto, deteniéndolo en el aire y arrojándolo hacia atrás con un estruendo. Pero el golpe no fue suficiente para derribarlo. La criatura sacudió la cabeza y rugió de nuevo, sus ojos rojos centelleando con furia renovada.—Nada mal —murmuró Calla, antes de lanzarse hacia adelante. Su espada destelló en un arco, buscando el cuello del monstruo. La criatura esquivó el golpe por poco, pero la hoja logró raspar una de sus patas delanteras, arrancándole un gruñido de dolor.Mientras tanto, los otros Segadores comenzaron a moverse, sus manos alzándose para conjurar hechizos. Luthor retrocedió con un grito ahogado, sus ojos fijos en los patrones oscuros que comenzaban a formarse en el aire frente a ellos. Alex apretó los dientes y se colocó junto a él, levantando su bastón una vez más.—Luthor, concéntrate —dijo Alex con firmeza. —Podemos hacerlo, pero necesitamos mantenernos juntos.Luthor asintió débilmente, aunque el miedo seguía reflejándose en su rostro. Calla, mientras tanto, había logrado mantener al monstruo ocupado, esquivando sus ataques con movimientos precisos y contraatacando cuando encontraba una abertura. Sin embargo, estaba claro que la criatura no era un oponente fácil. Su piel escamosa parecía resistir la mayor parte de los golpes.Uno de los Segadores terminó su conjuro, y una lanza de energía oscura surgió de sus manos, disparándose directamente hacia Alex. Este apenas tuvo tiempo de reaccionar, levantando su bastón para formar un escudo de energía. El impacto lo hizo retroceder varios pasos, pero el escudo aguantó.—¡Cuida los flancos! —gritó Calla, bloqueando un nuevo ataque del monstruo.Alex asintió y comenzó a moverse, tratando de evitar quedarse en un solo lugar. El campo de batalla era un caos de movimientos y destellos de energía, y cada segundo que pasaba sentía que la tensión creció más. Sabía que esto era solo el comienzo de una batalla que podría decidir su destino en Elysium.La criatura rugió de nuevo, mientras los Segadores avanzaban en formación. Alex apretó su bastón con fuerza, reuniendo toda la energía que podía. La batalla había comenzado, y no había marcha atrás.