Alex caminaba en silencio tras Calla y Luthor, sintiendo cada paso como una carga creciente. La oscuridad del bosque los envolvía, y aunque el brillo azulado de su bastón iluminaba el camino justo frente a ellos, no podía sacudirse la sensación de que estaban siendo observados. La presencia de Luthor había cambiado la dinámica del grupo, y Alex no podía evitar preguntarse si habían tomado la decisión correcta al llevarlo con ellos.Mientras avanzaban, su mente divagaba. Por primera vez desde que había despertado en este mundo, Alex tuvo tiempo para reflexionar realmente sobre quién era él. Antes de Elysium, ¿qué había sido? Algo en su interior le decía que había llevado una vida ordinaria, llena de decisiones mediocres y sueños a medio realizar. Pero ahora todo eso parecía tan distante, como un eco en un vacío.Luthor rompía ocasionalmente el silencio con preguntas nerviosas sobre el camino o los Segadores, pero Alex se daba cuenta de que Calla respondía con monosílabos, manteniendo un aire de autoridad que no dejaba espacio para la cercanía. Alex, en cambio, sentía la necesidad de aliviar un poco la tensión.—Así que, Luthor —comenzó, sin estar seguro de cómo formular lo que quería decir—, ¿qué es lo último que recuerdas antes de despertar aquí?Luthor lo miró de reojo, su rostro iluminado brevemente por el destello del bastón.—Trabajaba en una oficina —dijo, con una sonrisa triste—. Era contable. Mi vida no tenía nada de especial. Un día encendí mi consola para jugar, y lo próximo que supe fue que estaba aquí, corriendo por mi vida. ¿Y tú?Alex abrió la boca para responder, pero se detuvo. La verdad era que no tenía una respuesta clara.—No lo recuerdo —admitió finalmente, bajando la mirada.— Todo lo que tengo son fragmentos, como una sensación de que mi vida tampoco era muy emocionante.Luthor asintió, como si comprendiera perfectamente.—Tal vez eso es lo que nos trajo aquí —dijo, más para sí mismo que para Alex—. Quizá necesitábamos algo diferente.Calla, que había estado caminando unos pasos adelante, se giró hacia ellos.—Elysium no es un escape ni una segunda oportunidad —dijo con frialdad.— Es una trampa, y cuanto antes lo entiendan, mejor.Alex frunció el ceño, molesto por su tono.—Tal vez sea una trampa, pero eso no significa que no podamos encontrar algo de significado aquí. Quizá esto sea una forma de... de probarnos a nosotros mismos.Calla lo miró fijamente durante un largo momento antes de sacudir la cabeza.—La filosofía no nos mantendrá con vida. Sigan avanzando.Alex apretó los dientes, pero no replicó. Sin embargo, algo en su interior comenzaba a cambiar. Había llegado a este mundo sintiéndose perdido y dependiente de Calla, pero ahora empezaba a darse cuenta de que también tenía voz y decisiones propias. No podía simplemente dejarse llevar; necesitaba tomar un papel más activo.Tras horas de marcha, encontraron un pequeño refugio natural: una grieta en un acantilado con suficiente espacio para que los tres se acomodaran. Calla organizó una guardia rotativa, insistiendo en que no podían permitirse bajar la guardia. Alex fue asignado al primer turno.Mientras los otros dos dormían, Alex se sentó junto a la entrada del refugio, sosteniendo su bastón como si fuera un talismán. La luz azul del artefacto parpadeaba suavemente, como si reflejara sus pensamientos inquietos. Una parte de él deseaba ser el tipo de persona que simplemente aceptaba las cosas como venían, pero otra parte, más reciente, más fuerte, quería luchar por algo.De repente, un sonido en la distancia lo sacó de sus pensamientos. Era un crujido, seguido de un leve murmullo. Alex se tensó, agarrando su bastón con fuerza. Miró hacia los árboles, tratando de discernir algo entre las sombras.—¿Calla? ¿Luthor? —susurró, pero ninguno de los dos respondió. Ambos seguían dormidos.El ruido se hizo más claro, y Alex supo que no podía ignorarlo. Se levantó lentamente, asegurándose de no hacer ruido, y avanzó unos pasos hacia el bosque. Su corazón latía con fuerza, pero también sentía una extraña determinación. Había estado en demasiadas situaciones pasivas desde que llegó a este mundo; era hora de tomar la iniciativa.El murmullo se transformó en palabras, aunque eran ininteligibles. Finalmente, Alex llegó a un claro donde vio algo que lo dejó sin aliento: tres figuras encapuchadas, similares a las que habían atacado antes, estaban reunidas alrededor de un dispositivo que emitía un brillo rojo. Sus voces eran bajas y urgentes, como si estuvieran realizando un ritual.Alex sintió una mezcla de miedo y curiosidad. Sabía que debía regresar al refugio para avisar a Calla, pero algo lo detuvo. Había algo familiar en el brillo rojo del dispositivo, algo que resonaba en su interior. Contra su mejor juicio, dio un paso más cerca, tratando de escuchar lo que decían.—… la llave está cerca. El portador no durará mucho si seguimos así.—Debemos informar al líder. Este lugar ya no es seguro.Alex retrocedió lentamente, sus pensamientos corriendo a toda velocidad. Estaban hablando de él, estaba seguro. Pero, ¿qué significaba eso? ¿Por qué era tan importante para ellos?Cuando regresó al refugio, Calla ya estaba despierta, mirándolo con una mezcla de preocupación y enojo.—¿Qué estabas haciendo? —demandó en voz baja.Alex se tomó un momento para recuperar el aliento antes de responder.—Vi algo. Los Segadores. Estaban haciendo algo con un dispositivo. Decían que "la llave" estaba cerca. Creo que estaban hablando de mí.Calla lo observó detenidamente, como si evaluara cuánto había cambiado desde que lo había conocido.—Esto no es bueno —dijo finalmente—. Si saben que estamos aquí, tenemos que movernos inmediatamente.Alex asintió, pero algo en su interior había cambiado. Ya no era solo una carga para Calla; ahora era alguien dispuesto a enfrentarse a los misterios de Elysium, sin importar cuán aterradores fueran.Mientras despertaban a Luthor y preparaban sus cosas, Alex se prometió a sí mismo que descubriría la verdad sobre este mundo y sobre él mismo. No porque fuera el héroe que todos esperaban, sino porque no podía permitirse seguir siendo un espectador en su propia historia.