El sol apenas comenzaba a asomarse en el horizonte cuando Kazuki se preparó para el ritual. Elara lo guió al interior del templo, donde un círculo mágico, tallado en piedra y lleno de símbolos ancestrales, ocupaba el centro de la sala. Las antorchas mágicas iluminaban el lugar con una luz tenue, creando un ambiente solemne y cargado de energía.
El resto del grupo observaba desde los bordes del templo, preparados para cualquier interrupción. Kael comenzó a dibujar runas adicionales alrededor del círculo, mientras explicaba el proceso.
—Este ritual vinculará tu espíritu con la reliquia. Te permitirá acceder a su poder sin perder el control, pero también te conectará a su esencia. Si fallas... —Kael hizo una pausa, mirando a Kazuki con seriedad. —Podrías perderte a ti mismo para siempre.
Kazuki asintió, decidido.
—Estoy listo. Si este es el precio para detener a la Élite, lo pagaré.
---
El inicio del ritual
Kazuki se arrodilló en el centro del círculo mágico, sosteniendo la reliquia en sus manos. Su superficie brillaba con una luz suave, como si respondiera a su presencia. Elara comenzó a recitar un antiguo cántico, su voz resonando en las paredes del templo.
Kael levantó su báculo, y una corriente de energía azul comenzó a fluir desde las runas hacia Kazuki. La reliquia respondió, emitiendo pulsos de luz que se sincronizaban con los latidos de su corazón.
Selene observaba desde la distancia, tensa.
—Esto parece demasiado fácil —murmuró. —¿Seguro que no habrá complicaciones?
Ren, con su lanza en mano, vigilaba la entrada del templo.
—Siempre las hay. Solo espero que podamos manejarlas cuando lleguen.
---
La conexión
Mientras el ritual avanzaba, Kazuki sintió cómo una oleada de energía recorría su cuerpo. La reliquia comenzó a proyectar imágenes en su mente: fragmentos de un pasado olvidado, visiones de los Ancestros luchando contra una oscuridad imparable, y la creación de los fragmentos para proteger el equilibrio del mundo.
—Eres el elegido —susurró una voz profunda y etérea dentro de su mente. —Portas no solo el poder, sino también el destino de este mundo.
Kazuki respondió con determinación.
—Usaré este poder para proteger a quienes amo y destruir a aquellos que buscan corromperlo.
La reliquia brilló intensamente, y una marca en forma de círculo apareció en el dorso de su mano, señal de que el vínculo había sido sellado.
---
El ataque inesperado
Justo cuando el ritual estaba por concluir, un grito resonó desde el exterior del templo. Un aldeano corrió hacia la entrada, su rostro pálido de terror.
—¡La Élite está aquí! ¡Nos han encontrado!
Ren maldijo entre dientes, levantando su lanza.
—Sabía que esto era demasiado tranquilo.
Kael se giró rápidamente hacia Kazuki, quien aún estaba arrodillado en el círculo mágico.
—¡No podemos detener el ritual ahora! Si lo hacemos, su conexión con la reliquia quedará incompleta y lo dejará vulnerable.
Selene desenvainó sus dagas, mirando a Kael y luego a Kazuki.
—Entonces tendremos que ganar tiempo. No dejaremos que la Élite arruine esto.
Elara asintió, sacando un bastón mágico de aspecto antiguo.
—Protegeremos el templo a toda costa. Kael, quédate con él y asegúrate de que el ritual termine.
---
La batalla fuera del templo
Ren, Selene y Elara salieron del templo para enfrentarse a los soldados de la Élite. Docenas de ellos emergieron del bosque, liderados por un hombre alto y musculoso con una espada que parecía estar hecha de sombras.
—Entréguennos la reliquia y no sufrirán más de lo necesario —dijo el líder, con una sonrisa sádica.
Ren rió con desprecio, girando su lanza.
—Tendrán que pasar sobre nosotros primero.
Elara levantó su bastón, creando una barrera mágica alrededor del templo.
—No les permitiremos profanar este lugar sagrado.
Selene se movió como una sombra, atacando a los soldados con precisión mortal. Aunque eran muchos, su velocidad y habilidades les daban ventaja.
Ren luchaba con ferocidad, manteniendo a raya a los enemigos mientras gritaba:
—¡Kael, apúrate con ese ritual!
---
El despertar de Kazuki
Dentro del templo, Kazuki alcanzó el clímax del ritual. La energía de la reliquia se fusionó completamente con él, y su cuerpo comenzó a brillar con una luz dorada. Cuando abrió los ojos, estos brillaban con un resplandor que nunca antes había mostrado.
Kael dio un paso atrás, impresionado.
—Lo lograste... pero aún falta la prueba final.
Antes de que pudiera explicarlo, el líder de la Élite irrumpió en el templo, atravesando la barrera mágica de Elara con un golpe devastador.
—Así que aquí está el portador —dijo el líder, avanzando hacia Kazuki. —Veamos si mereces ese título.
---
Un enfrentamiento épico
Kazuki se puso de pie, su espada envuelta en energía dorada.
—No te dejaré acercarte a esta reliquia.
El líder de la Élite rió, alzando su espada sombría.
—Eres valiente, pero eso no será suficiente para detenerme.
La batalla dentro del templo fue feroz. Cada golpe de Kazuki chocaba contra la oscuridad del líder, creando explosiones de luz y sombra que hacían temblar las paredes. Kael intentó intervenir con hechizos, pero el poder del enemigo era abrumador.
Finalmente, Kazuki canalizó todo el poder de la reliquia en un solo ataque, lanzando una ráfaga de luz que atravesó la oscuridad del líder. Este cayó de rodillas, herido pero aún con vida.
—Esto no ha terminado... —dijo el líder antes de desaparecer en una nube de sombras.
---
La promesa de proteger
Con la amenaza temporalmente contenida, Kazuki salió del templo, exhausto pero decidido. Elara lo observó con respeto.
—Has demostrado ser digno, pero la verdadera batalla apenas comienza.
Kazuki miró a sus compañeros, quienes lo esperaban con una mezcla de alivio y orgullo.
—No importa lo que venga. Mientras estemos juntos, lucharemos hasta el final.
---
Fin del Capítulo 16.