Al instante, Atlok percibió un cambio en el ambiente. La atmósfera se volvió densa, y la vibración de la tierra pareció alterar su ritmo. Ante él, una ombra gigantesca cruzó el horizonte, seguida de basiliscos que acechaban entre las sombras de las ruinas antiguas. Los Ettin, con su piel pálida y dos cabezas, emergían de las sombras, mientras los hombres lobo y trolls se reunían en los oscuros rincones del mundo.
"¿Qué es esto?" preguntó Atlok, observando cómo las criaturas oscuras comenzaban a surgir, deseosas de dominar los espacios entre los reinos de luz."Son los opuestos, Atlok. Las sombras de la creación. Los orcos, los nefilim, las gárgolas... todos tienen su lugar en la Tierra. Algunos buscan la destrucción, otros simplemente existen en la oscuridad de su propia naturaleza. Y dentro de estos seres, algunos luchan por redención." La voz de Dios resonó suavemente, mientras miraba hacia el horizonte. "Incluso los demonios, como los masenshi y yōkai , son parte del flujo natural de este mundo. La lucha entre la luz y la oscuridad no es solo una batalla externa, sino interna."Atlok miró alrededor, viendo cómo las brujas, gorgonas, rakshasas, y otras criaturas oscuras de la mitología cobraban vida. Al fondo, los un lich o liche emergían de las profundidades del mar, y las mantícoras volaban en círculos, buscando presas. Todo era un caos de belleza y terror, de vida y muerte, de luz y sombra."Pronto mi creación más reciente, creada a mi imagen y semejanza pertenecerán a este planeta, Los humanos". dijo dios, con una voz profunda, demostrando felicidad y una tristeza profunda al mismo tiempo."Y los humanos, ¿qué papel juegan aquí?" preguntó Atlok, mientras su curiosidad crecía acerca de la humanidad.Dios lo miró con una suavidad infinita. "Ellos son los más curiosos de todos. Los humanos tienen el poder de la creación y la destrucción en sus manos, Atlok. Son capaces de crear maravillas, pero también de sumirse en el caos más profundo. Lo que los hace tan únicos es su capacidad de cambiar, de elegir su camino. Son el puente entre los seres más grandes y los más pequeños, entre los cielos y la tierra. Tienen la libertad de elegir su destino, algo que muy pocos en el universo poseen."