Chereads / Desideriis: El Ascenso de la Noche / Chapter 11 - Capítulo 11: El Jardín del Edén - El Primer Aliento de la Humanidad

Chapter 11 - Capítulo 11: El Jardín del Edén - El Primer Aliento de la Humanidad

El aire era fresco y fragante, cargado con el aroma dulce de flores recién abiertas. Ante Atlok, el espacio se disolvió una vez más, y de repente se encontró en un lugar que irradiaba serenidad y belleza. Un paisaje exuberante se extendía ante él: un jardín sin fin, donde la luz del sol bañaba las criaturas que caminaban tranquilamente entre las plantas más verdes y vibrantes que jamás había visto. El cielo, un azul profundo y claro, parecía reflejar la paz misma."Bienvenido al Edén, Atlok." La voz de Dios resonó, tranquila y profunda, mientras una suave brisa acariciaba las hojas. "Este es el primer hogar de la humanidad. El lugar donde todo comenzó."Atlok miró a su alrededor, maravillado. En la distancia, pudo ver a animales de todas las formas y tamaños pastando pacíficamente, desde majestuosos ciervos hasta pequeños conejos y aves exóticas que revoloteaban entre los árboles. Los ríos fluían serenamente, y el cielo reflejaba un resplandor tan puro que parecía que todo en el mundo estuviera en equilibrio perfecto. Pero lo que más llamó su atención fueron dos figuras que caminaban en medio del jardín, tan distintas de las criaturas que Atlok había observado en otros mundos. Eran humanos, pero no como las criaturas que había visto en otras partes de la Tierra. Estas dos figuras, un hombre y una mujer, caminaban descalzos sobre el césped, sus cuerpos luminosos y perfectos, envueltos en una paz que solo podía provenir de la creación misma."Ellos son los primeros." La voz de Dios era suave, pero llena de peso. "El hombre, Adán, y la mujer, Eva. Ellos son los primeros de los humanos, nacidos en la perfección de la creación. No conocen el mal, ni el sufrimiento, ni la corrupción. Este es su hogar, Atlok. El Edén es el corazón del amor divino."Atlok los observó en silencio mientras Adán y Eva caminaban juntos, compartiendo una quietud absoluta. No había sombras en sus corazones ni conflicto en sus mentes; solo una pura relación con el mundo que los rodeaba. La armonía entre ellos y la naturaleza era palpable. Los unicornios y los pegasos se acercaban a ellos, no con temor, sino con la confianza de quienes saben que nada puede amenazar su paz."¿Ellos también tienen un propósito, Dios?" preguntó Atlok, sintiendo una curiosidad profunda. La presencia de Adán y Eva era algo que jamás había experimentado antes. Eran el primer reflejo del potencial humano, una semilla de vida con infinitas posibilidades.Dios observó a los primeros humanos con una sonrisa amable y llena de cariño. "Sí, Atlok. Ellos son el reflejo de mi amor por la creación. Su propósito es sencillo: vivir en armonía con todo lo que he creado. Ellos son libres, no conocen la maldad ni el sufrimiento. Pero lo que los hará realmente únicos será su capacidad para elegir. Tienen el don del libre albedrío, la capacidad de decidir su propio destino."Atlok miró a los dos seres humanos con atención. Se dio cuenta de que, aunque sus cuerpos y almas parecían perfectos, había algo en ellos que era diferente de los seres que había visto antes: una chispa, una semilla de algo más grande, un potencial que aún no había sido desvelado. Aún no había oscuridad en sus corazones, pero Atlok sabía que no siempre sería así."Pero la perfección no puede durar para siempre, ¿verdad?" Atlok preguntó, con una ligera inquietud en su voz.Dios asintió lentamente, con una sombra fugaz de tristeza en sus ojos. "El libre albedrío tiene un precio, Atlok. Los humanos pueden elegir el camino del bien, pero también pueden elegir el camino del mal. Este es su mayor regalo y su mayor prueba. Yo les he dado todo lo que necesitan para vivir en equilibrio, pero depende de ellos aprender a mantener ese equilibrio."Atlok comprendió entonces lo que Dios estaba diciendo. La belleza del Edén no era eterna por sí misma. El verdadero desafío para la humanidad no sería la creación, ni el orden del cosmos, sino su propia libertad para escoger su camino.Mientras miraba a Adán y Eva, vio que sus manos se entrelazaban y sus ojos se llenaban de una paz profunda. No había preocupaciones en sus corazones. Simplemente eran, existían en un amor profundo y compartido. Atlok vio la armonía entre ellos y la naturaleza, y por un momento, pensó que quizás ese era el verdadero propósito de la humanidad: vivir en amor y paz, como los primeros seres creados para ser testigos de la belleza de la creación.Sin embargo, en un rincón lejano del jardín, Atlok sintió una leve perturbación. Un destello de oscuridad, pequeño y casi imperceptible, flotaba en el aire. No era una amenaza inmediata, pero algo dentro de él supo que el equilibrio era frágil. La sombra de lo que vendría aún no era visible, pero estaba latente, esperando su momento."Ellos serán puestos a prueba, Atlok." La voz de Dios, aunque amorosa, llevaba un eco de gravedad. "Y la oscuridad que acecha los corazones humanos no es algo que se pueda evitar por completo. Todos los seres, incluso los más puros, deben enfrentar su propio desafío interno."