Tras haber recorrido mundos de fuego, hielo, naturaleza y oscuridad, Atlok se encontraba junto a Dios, sintiendo que cada uno de los universos que había visitado era una obra maestra en sí misma. Sin embargo, la creación que Dios estaba por mostrarle a continuación parecía diferente. Había algo especial en ella, algo que resonaba más allá de su comprensión como primordial."Ven, Atlok," dijo Dios, extendiendo su mano hacia el vacío. "Hay un mundo que guarda algo que pocos comprenden completamente. Este es el lugar donde la creación alcanza una forma más compleja, un lugar donde la vida fluye en todas sus formas."En ese instante, Atlok sintió cómo su ser se desmaterializaba una vez más. El aire a su alrededor comenzó a vibrar, y una sensación de calor y humedad se apoderó de él. El espacio cambió, y ante sus ojos apareció un planeta azul y verde, un mundo de vibrante vida, rodeado por una atmósfera llena de nubes en movimiento, mares infinitos y continentes diversos."¿Este es otro de tus mundos, Dios?" preguntó Atlok, cautivado por la escena ante él. "Sí, Atlok. Este es la Tierra. Un mundo que he formado con la mayor de las atenciones. Aquí habitan muchas criaturas, algunas conocidas en el vasto universo, otras aún en formación. Un lugar lleno de belleza y contradicción."Atlok observó, asombrado, como desde las montañas se levantaban dragones alzando el vuelo, sus alas enormes deslumbrando con el reflejo de las primeras luces del día. En las llanuras, unicornios se desplazaban entre los bosques encantados, mientras que pegasos surcaban los cielos con su grácil vuelo."Es un mundo fascinante," murmuró Atlok, aún impresionado. "Un lugar donde la magia se entrelaza con la naturaleza, donde los cielos parecen cantar a cada criatura.""Así es." Dios sonrió. "En este lugar habitan seres de todas las formas: los elfos, con su sabiduría eterna; los enanos, maestros de la tierra; las valquirias, guardianas de las almas; los centauros, uniendo lo humano y lo animal, y las dríadas, que viven como una con los árboles. Aquí, todo tiene un propósito, Atlok. Incluso los seres más oscuros tienen su razón de ser."En ese momento, Atlok vio cómo hombres lobo se transformaban en enormes bestias bajo la luz de la luna, mientras cambia pieles de apariencia más humana cazaban juntos en manada. A su lado, las sirenas emergían del mar, con sus colas brillando bajo la luz de las estrellas. Sus cantos hipnóticos resonaban a través de la atmósfera como si cada sonido tuviera vida propia."Pero no solo hay belleza en la Tierra, Atlok." La voz de Dios cambió, adquiriendo una gravedad mayor. "También existe oscuridad aquí."