El tercer planeta era un mundo de hielo y tormentas, Nephron. La atmósfera era densa, oscura, y la nieve caía sin cesar, cubriendo la vasta extensión de tundras y montañas heladas. Aquí, los Yeti eran los señores de las tierras, criaturas gigantescas cubiertas de pelaje blanco, fuertes y sabias, capaces de sobrevivir en las condiciones más extremas."Nephron es un lugar de resistencia, Atlok," dijo Dios mientras observaban a las criaturas en su mundo helado. "Aquí, la vida depende de la resistencia al frío, a la adversidad. Es un testamento al espíritu de supervivencia."Atlok observó a los Yetis enfrentarse a tormentas de nieve, protegiendo a las criaturas más pequeñas y a los unicornios de hielo, que parecían ser una rara especie en este frío inhóspito. Sin embargo, no todo era paz. A lo lejos, Atlok vio a una horda de vampiros provenientes de las profundidades heladas, moviéndose en la oscuridad, buscando dominar este mundo congelado."¿Qué ocurre cuando la oscuridad trata de apoderarse de la luz?" preguntó Atlok."La oscuridad nunca deja de acechar, Atlok," respondió Dios con suavidad. "Pero la luz no se apaga sin un propósito. En Nephron, la oscuridad se combate no solo con fuerza, sino con resistencia y paciencia. La verdadera luz aquí es la resistencia a ceder ante la desesperación."Atlok observó cómo los Yetis luchaban con coraje, defendiendo su hogar con una determinación implacable. Era un lugar donde el sacrificio y el valor eran las armas más poderosas.