Lo que al principio creía que era un sueño se transformó en una experiencia que desbordaba la realidad. Me encontraba jugando al fútbol, pero de una manera diferente, como si estuviera viviendo una versión alterna de mi vida. Desde pequeño, el fútbol había sido mi pasión, pero en esta nueva vida, algo había cambiado: en lugar de jugar de forma casual, me había unido a un club profesional y me había tomado el deporte en serio. Lo veía como el sueño que siempre había tenido, una pasión que me consumía por completo. Vivía por y para el fútbol, todo lo demás quedaba en segundo plano.
A lo largo de los años, había perfeccionado mis habilidades, llevándome a ser parte de las fuerzas básicas de un club importante en mi país. A mis escasos 16 años, recibí la noticia que cambiaría mi vida: había firmado un contrato que me permitiría debutar profesionalmente al cumplir 17 años con el permiso de mis padres. Las ofertas de buenos equipos europeos ya habían llegado, clubes prestigiosos mostraban interés en mí, pero mi corazón estaba con mi club. Decidí quedarme, no solo para seguir creciendo y adquirir más experiencia, sino también por el amor y la lealtad que sentía hacia esa institución que me había dado tanto. Me comprometí a quedarme un año, para demostrar y demostrarme de lo que era capaz de hacer en este equipo y luego dar el salto al fútbol de más alto nivel.
Pero, de repente, todo se detuvo. El campo, el estadio, los sonidos, las luces... todo desapareció, como si se desvaneciera en el aire. Una sensación extraña me envolvió, y una voz profunda y resonante surgió en la oscuridad. "Te he mostrado todo lo que podrías haber sido en un universo alterno al tuyo dónde pasaron cosas diferentes pero aún así tiene tu misma esencia sigues siendo tu. Reconozco que haz llamado mi atención", dijo la voz, con absoluta tranquilidad lo que me dejó desconcertado.
Miré a mi alrededor, pero no vi nada. Solo un inmenso vacío. Me sentí minúsculo, tan vulnerable, pero también una extraña curiosidad se apoderó de mí. "¿Quién está ahí?", pregunté, con la esperanza de recibir una respuesta, aunque una parte de mí temía lo que pudiera estar por venir. "¿Quién habla?" La voz se hizo más clara y comenzó a tomar forma, como si algo o alguien estuviera materializándose como una luz hermosa con forma humanoide en esa oscuridad absoluta. "Lo lamento", dijo la voz. "Permíteme presentarme. Soy la representación del todo, pero puedes llamarme... Dios."
Mi mente daba vueltas, y mi respiración se aceleraba ya que al parecer estaba muerto y al parecer estaba frente a Dios. No sabía si debía sentir miedo, asombro o algo más. "Estoy aquí para enviarte a un mundo que conoces como Blue Lock", continuó la voz, "pero antes de hacer eso, debes pensar en tres deseos los cuales te cumpliré. Pero, atención, no podrás pedir algo como ser el mejor jugador de todos, ya que eso no sería posible sin esfuerzo. Tendrás que luchar y trabajar duro para elevar tu nivel."
En ese momento, el shock comenzó a apoderarse de mí. Estaba completamente congelado, pero al mismo tiempo, una chispa de alegría comenzó a nacer en mi interior hasta que inundó todo mi ser. Estaba en presencia de algo... algo grandioso, algo que podría cambiar mi vida para siempre. Antes de que pudiera procesarlo completamente, la excitación me invadió. ¡Esto iba más allá de lo que podría soñar!
Después de reflexionar y analizar durante un instante, inhalé y exhalé profundamente antes de comenzar a hablar.
"Primero", dije, tomando la palabra con decisión, "quiero conservar las habilidades que ya poseía cuando jugaba fútbol hace unos pocos años, sobre todo esa habilidad para copiar lo que veo, lo que me servía para adaptarme al rival y copiar sus movimientos, habilidades, características especiales, etc. siendo esto una forma más avanzada de mi habilidad. Quiero poder no solo copiar a la perfección lo que vea, sino que también mejorar lo que copie. Además, quiero que mi visión de campo se adapte a este nuevo mundo y pueda desarrollarla hasta tal punto de tener una visión omnisciente sobre todo el campo de juego."
En mis pensamientos, reflexioné y creí que fui algo avaricioso, pero lo justifiqué ya que partí de habilidades que ya tenía, aunque su nivel hubiese sido digamos mediocre.
La voz, que ahora parecía más cercana y tranquila, asintió con la cabeza. "Segundo", continué, tomando un momento para formular correctamente el deseo, "quiero llevar mi cuerpo y mente más allá de los límites humanos. No quiero tener barreras físicas ni mentales, quiero poder sobrepasar los límites que cualquier ser humano pueda tener. Quiero estar libre de limitaciones e ir más allá con mis propios méritos."
Dios pareció sonreír con una calidez que no había anticipado. "Y por último", añadí, mi voz aún temblando por la magnitud de lo que estaba pidiendo, "supongo que, para complementar mi primer deseo, mi habilidad de copiar será extremadamente difícil de dominarla a la perfección. Cada vez que copie una habilidad, tendré que adaptarme a ella. Por eso, deseo ser la máxima representación de ser un genio y prodigio, alguien que no solo pueda aprender rápidamente, sino que también pueda integrar y dominar cualquier habilidad."
Dios asintió con tranquilidad, como si todo esto estuviera previsto. "El primer deseo se cumplirá de esta manera", dijo con voz firme. "Cuando copies una habilidad, necesitarás que tu cuerpo se adapte a lo que estás copiando y más si es una característica nata. Para copiar algo a la perfección, necesitarás verlo en persona, preferiblemente mientras estés en el campo de juego. Si solo lo ves a través de una pantalla, no podrás copiarlo completamente esto dependera de que tan bien se vea lo que deseas copiar. Y cuanto más complejo sea el movimiento o la habilidad tendrás que concentrarte mas en observarlo, practicar para perfeccionarlo y posteriormente poder mejorarlo. En cuanto a tu visión omnisciente, tendrás que descubrir cómo alcanzarla por ti mismo así que suerte con eso. A lo largo de tu nuevo camino, entenderás más sobre tus poderes."
Dios hizo una pausa antes de continuar. "Tu segundo deseo también se cumplirá", dijo. "Tendrás la capacidad de sobrepasar los límites de tu cuerpo y mente, pero será un camino arduo. Sin embargo, no te costará tanto debido a tu tercer deseo, ya que lo que pides te permitirá superar obstáculos de una forma que nadie en este mundo podría. Pero, ten cuidado, porque sobrepasar esos límites humanos requerirá un esfuerzo titánico y en ocasiones, te enfrentarás a desafíos que parecerán imposibles al querer ir más allá de los límites establecidos para los humanos."
Finalmente, Dios sonrió levemente. "Y tu tercer deseo... está bien. Será algo que complemente lo anterior. No te haré un prodigio y genio demasiado "exagerado", pero sí te daré una capacidad que te pondrá por encima de los más grandes genios y prodigios de la historia. Eso será suficiente, fui algo generoso, ya que este es el deseo más extraordinario que me pediste, te esforzaste en pensar deseos que te ayuden a mejorar más rápido pero teniéndote que esforzar."
Antes de que pudiera decir algo más, Dios añadió un último comentario. "Te di un pequeño regalito", dijo. "Será tu fuente de información, entre algunos otros beneficios que descubrirás a su debido tiempo. Que lo Disfrutes."
En ese momento, todo a mi alrededor se desvaneció en un tono negro, como si estuviera a punto de dormir o tal vez de despertarme. Mi mente y mi alma parecían estar viajando a través del espacio-tiempo, dirigiendose hacia un destino incierto. Me sentía profundamente adormilado y como si estuviera flotando con una gran tranquilidad, pero al mismo tiempo, algo extraño ocurría. Mi cuerpo, que antes sentía familiar, ahora parecía completamente diferente. No solo mi mente había cambiado, sino que todo mi ser parecía estar alineadose, era una sensación que no llegaba a comprender por completo.