Chapter 13 - Poder

Ha pasado casi un año desde que inicié mi entrenamiento. Para ser honesto, no avancé tan rápido como lo hizo Zirael. Es absurdo, porque entrenaba día tras día, intentando aumentar mi energía con cada práctica hasta desvanecer. Ahora, puedo crear una esfera de fuego del tamaño de una bola de tenis, pero el problema es que solo puedo hacerlo una vez antes de agotarme y desplomarme. Aunque puedo crear esferas más pequeñas varias veces, se siente insuficiente comparado con lo que Zirael puede hacer.

Él me demostró que puede invocar una esfera del mismo tamaño que la mía, con la diferencia de que no se queda exhausto tras el primer intento.

Me falta mucho por mejorar. Según Zirael, mi progreso me sitúa en un nivel intermedio. Inicialmente creí que los niveles se basaban en el perfeccionamiento de una habilidad específica, pero aprendí que es todo lo contrario. Los niveles reflejan la cantidad de habilidades dominadas y la capacidad de utilizarlas de forma más eficiente y con mayor potencia.

En mi situación, para poder avanzar y aprender nuevas habilidades, todavía me faltaría acumular más energía. Cada día me enfrento a la realidad de que, aunque he avanzado, el camino por delante sigue siendo largo y lleno de retos. Pero si algo he aprendido en este tiempo es que la perseverancia, aunque lenta, me llevará a donde quiero llegar.

El lado positivo es que, dentro de nuestro grupo, soy el segundo más fuerte en el manejo de la magia, lo cual es un logro considerando que las chicas llevan un año más de experiencia que yo. En teoría, debería ser el último, pero, por fortuna, conté con una ventaja, gracias al libro, logré aprender a leer, o al menos entender los conceptos básicos y el desarrollo adecuado para el aprendizaje en los primeros niveles.

"Listo, Kaini, mañana podremos ir", dijo mi primo con toda la confianza del mundo.

"¿Y cómo la convenciste? Si mi mamá no quiere que me acerque al pueblo", le pregunté, sorprendido.

"Claro, eso mismo me dijo. Pero yo le expliqué que no iríamos al pueblo, sino a una pradera que está un poco alejada de él".

"Entonces… ¿mentiste?"

"No, no mentí. Yo te dije que iríamos a ese lugar cerca del pueblo, nunca mencioné que iríamos al pueblo directamente".

Y así fue, hace unos días, Zirael me había dicho que ya era hora de que ambos diéramos un paso más en nuestro entrenamiento. Para lograr lo que tenía en mente, necesitábamos un lugar amplio y despejado, así que Luna sugirió una ubicación que conocía, algo más alejada de lo habitual. El problema era que nos tomaría alrededor de tres horas llegar caminando, lo cual no era tan conveniente.

Zirael, en su descontento ante esa idea, decidió que la pradera cercana al pueblo sería un lugar más adecuado. Estaba cerca, al mismo tiempo, lo suficientemente lejos como para que no estuviéramos dentro del pueblo. Al final, todos aceptamos esa idea, porque solo era ir y salir.

"Bueno, entonces me preparo para mañana", le dije, todavía un poco intrigado.

"Sí, yo vendré temprano con todo preparado, solo espera".

"De acuerdo, pero una pregunta, antes de que te vallas… ¿Qué es eso que tanto te emociona mostrarnos? Le pregunté, intentando sacarle alguna pista.

Zirael se acercó, y con un tono misterioso me susurró al oído "Ya lo verás. Ahora duerme y descansa muy bien, vas a necesitar toda tu energía".

Esto es ridículo, pensé. Se lo estaba tomando como un juego, disfrutando de la emoción de no revelar nada hasta mañana. Parecía que su ego ridículo estaba en su punto más alto. Tal vez solo quería lucirse delante de Rina y Luna, o quizás sus intenciones eran otras. ¿Cómo saber?

¿O acaso sí?

Una idea vino a mí, mientras yo estaba acostado.

Finalmente había aceptado mi petición. ¿Por fin podría aprender otro hechizo?

Era un sueño que tenía desde que había empezado a practicar con él. Yo le había propuesto aprender más que una simple llama, pero él me había prohibido hasta que lo dominara por completo. Le pregunté por qué me enfocaba tanto en un hechizo. ¿Por qué no empezar con algo menos riesgoso, como un hechizo de agua? A lo que él respondió que el fuego, a pesar de ser peligroso, era una habilidad más sencilla de manejar, ya que la calidez del cuerpo ayudaba a canalizarla.

Eso no tenía sentido para mí. El propio libro que había leído decía lo contrario, el fuego era difícil de controlar, y más a la hora de desbordarla.

Ahora me pregunto, qué hubiera pasado si hubiera comenzado mi práctica de la forma más normal. Bueno, eso es algo que dejaré para otro día. Necesito dormir y estar listo para lo que sea que Zirael tenga preparado.

"Buenas noches".