Forny, visiblemente confundido, frunció el ceño.
—¿El mundo virtual? ¿Todo lo que soñé... fue real?
Mishu, siempre tan entusiasta, apareció de la nada, saltando con una energía inconfundible.
—¡El mundo virtual! ¡Eso suena mucho mejor que estar encerrado todo el tiempo en casa!
Forny cruzó los brazos, intentando recordar con esfuerzo.
—¿Cómo llegamos aquí? Lo único que recuerdo es que solo quería descansar un rato… y luego me quedé dormido.
Mishu, moviendo la cola con diversión, le dedicó una sonrisa burlona.
—¿Y tú? ¿Recuerdas qué pasó, Mishu?
Mishu se rio, sin perder su actitud juguetona.
—¡No! Lo único que recuerdo es que roncas como si te persiguiera un monstruo.
Forny frunció el ceño, asqueado.
—Gracias, eres de mucha ayuda... ¿Lo sabías?
Mishu, con una sonrisa burlona, se estiró y lanzó una propuesta.
—No por nada soy un gato amarillo esponjado. Pero oye, ¿y si buscamos algo de comer? ¡Mis tripas rugen como una tormenta!
Forny asintió, sintiendo el peso de la situación.
—Tienes razón. Mejor veamos qué comer, y después nos preocupamos por salir de aquí.
Mientras caminaban por el bosque, Forny divisó un árbol cubierto de manzanas rojas, brillando con un fulgor extraño bajo la luz del sol virtual.
—¡Mira, Mishu! Un árbol de manzanas. ¡Ya tenemos qué comer! Déjame trepar.
Forny intentó escalar el árbol, pero las ramas resbaladizas. Con frustración, pensó:
—Se supone que estamos en un mundo virtual. ¿Nada de esto debería ser real? Pero… ¿por qué todo se siente tan real?
Tras varios intentos fallidos, finalmente logró alcanzar un par de manzanas.
—¡Lo logré! ¡Mira, Mishu! Pude alcanzar dos manzanas.
Mishu, que había estado observando sin prisa, se burló.
—¿Manzanas? No gracias, no soy fan. Pero mira, hay un río. Seguro que hay peces. ¡Voy a ver qué consigo!
Con un salto ágil, Mishu se dirigió hacia el agua, mientras Forny se sentaba junto al árbol para recuperar el aliento. Fue entonces cuando notó algo extraño en su bolsillo.
—¿Qué es esto? —se preguntó, sacando un pequeño papel arrugado. Al desplegarlo, vio que era una nota escrita por su madre. Un escalofrío recorrió su cuerpo.
—No quiero seguir recordando eso... —murmuró, cerrando la nota rápidamente. La guardó en su bolsillo, sin querer enfrentar los recuerdos dolorosos. Alzó la mirada hacia Mishu, que regresaba con un pez en la boca.
—Mmmmm… este mundo... ¿por qué todo se siente tan vívido? —pensó mientras mordía una de las manzanas.
La fruta, aunque claramente digital, tenía un sabor sorprendentemente real. Por un momento, se olvidó de todo lo demás.
Mishu llegó con un pez que aún brillaba con un fulgor irreal y lo dejó caer junto a los pies de Forny.
—Mira lo que logré, un pescado fresco, directo del río virtual. —dijo Mishu, con una sonrisa satisfecha.
Forny observó el pez, impresionado.
—Vaya, eres un excelente cazador, Mishu.
Ambos se sentaron junto al río, masticando sus respectivos manjares, mientras el sonido del agua fluyendo creaba una atmósfera tranquila. Fue entonces cuando Mishu rompió el silencio.
—Mencionaste que este mundo siempre aparecía en tus sueños... ¿estás seguro de que esto no es solo otro sueño?
Forny asintió lentamente, mirando al río.
— No sé, Mishu. Estos sueños empezaron hace semanas, pero ayer... algo fue diferente. Mientras caminaba por este lugar, escuché una voz. Decía algo extraño, como si estuviera dirigida a mí, pero sin darme una pista de quién era.
Mishu frunció el ceño.
—¿Y qué te decía esa voz?
Forny se quedó pensativo, con una mano sobre la manzana a medio comer.
—Me decía que podría salvar el mundo. Pero… que no podría salvar mi mundo. Y lo más raro… es que decía que me estaba observando. Que tenía "el ojo puesto sobre mí". Como si mis pasos fueran medidos.
Mishu, algo inquieto, dejó caer un trozo de pez.
—Eso suena... aterrador. ¿Y si esa voz tiene algo que ver con todo esto? ¿Con lo que está pasando ahora?
Forny suspiró, mirando el horizonte.
—No lo sé, Mishu. Lo que me dijo... me pone los pelos de punta. Dijo que tengo que tener cuidado con mis pasos. Y lo peor es que parece saber exactamente quién soy... como si me conociera, aunque nunca se lo haya dicho a nadie.
Mishu se quedó en silencio por un momento, mirando el río.
—Me preocupa que todo esto se esté volviendo realidad, Forny. Si lo que dijo esa voz es cierto... entonces esto ya no es solo un sueño, ¿verdad?
Forny asintió lentamente, su preocupación creciendo.
—No lo sé... pero si lo es, tenemos que salir de aquí pronto. Laura y Denek deben estar preocupados por mí.
Mientras ambos seguían comiendo en silencio, una sensación extraña se apoderó de Forny. El sabor de la manzana… la suavidad del río… todo parecía tan real, y sin embargo, sabía que nada de esto podía serlo. Había algo más en juego, algo más grande que no entendía del todo.
¿Era realmente un sueño? ¿O había algo más detrás de todo esto? Algo que iba más allá del simple "mundo virtual".
En otra parte del mundo virtual, cerca de una fortaleza que emanaba una atmósfera aterradora con solo acercarse, alguien corría con rapidez. Al llegar a una habitación oscura, se detuvo y se pronunció una voz grave y temblorosa.
—Lord Virus, sus subordinados han detectado la presencia del elegido, tal como había mencionado.
Virus, uno de los cinco Creadores Supremos, que intimidaba con solo su presencia, vistiendo una túnica púrpura y ocultando su rostro tras una máscara dorada, no mostró ninguna reacción al escuchar que el elegido había llegado al mundo virtual. Su voz grave y aterradora resonó.
—El elegido finalmente ha conseguido llegar al mundo virtual... qué sorpresa. Manténganlo vigilado. No actúen hasta que yo se los diga. —exclamó Virus, con tono helado.
—Rápido, lárgate de aquí y mantenlo vigilado. Si logra llegar hasta aquí, lo lamentarás. —ordenó, mirando por la ventana con una expresión sombría.
—Sí, Lord Virus. —respondió su subordinado, haciendo una reverencia.
Mientras tanto, Laura y Denek, que habían despertado en diferentes partes del bosque donde se encontraban Forny y Mishu, se levantaron confundidos, preguntándose cómo habían llegado allí. De repente, apareció frente a ellos el mismo anuncio que Forny había recibido: "Bienvenidos al Mundo Virtual".
Ambos comenzaron a cuestionarse si esto era real, pero Denek, emocionado por la novedad, rápidamente creyó que todo era un sueño. No pudo evitar hacer ruido, poniendo en alerta a Forny y Mishu.
—¡Forny, alerta! —gritó Mishu, al escuchar el sonido.
—¿Mishu, qué cosa? —respondió Forny, desconcertado.
Mishu, con una mirada seria, señaló hacia un grupo de árboles cercanos.
—El sonido viene de ahí. Tal vez sea un depredador. Pero vamos a investigar, ¿de acuerdo?
Mishu, sin perder tiempo, comenzó a moverse hacia el lugar de donde provenía el ruido. Forny lo siguió de cerca.
—Mira justo ahí, asómate con cuidado y dime qué ves. —susurró Mishu.
Forny, obedeciendo, se asomó lentamente tras un árbol. Lo que vio lo dejó helado: el "depredador" era, en realidad, su amigo Denek.
—¡Denek! —exclamó, con una sonrisa de alivio.
Denek dio un salto de susto.
—¡Ah, me asustaste, Forny! ¿Tú también estás en mi sueño?
Forny rápidamente le explicó que todo esto no era un sueño, que el mundo virtual era real.
Denek, aún desconcertado, miró a su alrededor.
—No... ¿te parece esto genial? Me cuesta creer que todo esto sea real. ¿Y cómo te diste cuenta de que esto es real?
Forny le arrojó la manzana que había guardado.
—¡Atrápala! Prueba esto.
Denek la atrapó y mordió un trozo.
—¡Wow! ¡Sabe a una manzana real! Pero… ¿no se supone que estamos en un mundo virtual? Nada de esto debería ser real.
Forny suspiró.
—Créeme, Denek. Yo también me lo cuestioné. Pero ahora lo único que importa es cómo salir de aquí.
Denek, con una sonrisa, asintió.
—¡Claro!
—Ah, y por cierto, mi gato puede hablar, así que no te asustes.
Denek, todavía asombrado, sonrió.
—¿En serio?
—Sí —confirmó Forny, mirando hacia donde Mishu se había escondido detrás de unos árboles.
—Mishu, sal. —le pidió a su amigo.
Mishu apareció y dijo con una voz tímida:
—Miau… digo… Hola.
Denek, algo confundido pero divertido, no podía creer lo que estaba viendo.
—De verdad puede hablar. —dijo, mirando a Forny con asombro. —¿Y cómo te llamas?
Mishu sonrió de manera juguetona.
—Me llamo Mishu.
—De ahora en adelante te llamaré Mishucrack. —dijo Denek, con una risa.
Forny observó a sus dos amigos interactuar con alegría, pero de repente, un ruido extraño se escuchó más adelante, guiando a Forny más adentro del bosque.
Sin pensarlo dos veces, se levantó.
—Voy a investigar. —dijo, sin preocupación, mientras se adentraba en el bosque, con una sensación de que algo grande estaba por suceder.
Entre la bruma de los árboles, una figura conocida emergió, bañada en la luz espectral del mundo virtual. Forny contuvo el aliento; jamás habría imaginado encontrarlo aquí.