Ali Raza comenzó a rodear al grupo con un aire serio mientras las hojas de los árboles caían lentamente, arrastradas por el suave susurro del viento.
—Este entrenamiento no será para nada fácil. No solo entrenaremos su fuerza física, sino también su mente y espíritu. En este mundo, subestimar al enemigo es un error mortal. No importa cuán débil parezca; si se confían, pagarán el precio. —Su voz retumbó con autoridad.
Cada integrante del grupo reaccionó de manera diferente ante sus palabras: Denek intentó bromear para ocultar su nerviosismo, Laura mostró determinación, pero no pudo evitar preocuparse por Forny, quien estaba serio, tratando de asimilar todo lo que estaba pasando. Mayilla, por su parte, lucía insegura y nerviosa, mientras que Mishu soltó una carcajada, disfrutando de la falta de seriedad de algunos.
Ali Raza, ignorando las reacciones, continuó con un tono firme:
—Cada uno de ustedes tiene habilidades diferentes. Aprendan a usarlas y saquen el máximo provecho de cada una. —Extendiendo su mano, agregó—: Mi habilidad es el Hover. Puedo manifestar ilusiones y escenarios tan realistas que su mente creerá que son reales. Este entrenamiento no solo los hará más fuertes, sino también más astutos. Hoy, las pruebas serán individuales. Les crearé oponentes con armas simples que no podrán dañarlos físicamente, pero recuerden: confiarse es el peor error que pueden cometer.
Con un fuerte aplauso, el ambiente cambió radicalmente. Todo se sumió en oscuridad, y, poco a poco, cada integrante fue transportado a un escenario diferente, adaptado a sus temores y fortalezas.
El Desafío de Forny
Forny se encontró en un paisaje sombrío, donde la tierra estaba seca y resquebrajada. El aire olía a humedad y hierro oxidado, y una ligera niebla cubría el horizonte. Frente a él aparecieron cinco guerreros corpulentos, con expresiones de dureza y armas simples pero intimidantes. Aunque carecían de habilidades especiales, sus movimientos coordinados demostraban que no serían un rival fácil.
—No puedo permitirme fallar. —murmuró, apretando los puños.
Forny cerró los puños y se abalanzó sobre el primero de los guerreros, intentando derribarlo con su fuerza bruta. Sin embargo, subestimó la velocidad del oponente. Este esquivó con facilidad y contraatacó, obligando a Forny a retroceder rápidamente para evitar un golpe certero. "Son rápidos," pensó, ajustando su postura. Respiró profundamente, enfocándose en sus movimientos, y comenzó a usar su entorno a su favor. Con esfuerzo y estrategia, logró derribar al primer guerrero, pero todavía le quedaban cuatro.
El Desafío de Denek
Denek se encontró en un paisaje tormentoso. Los relámpagos iluminaban un suelo que temblaba bajo sus pies, y del suelo emergieron cinco figuras cadavéricas armadas con espadas filosas. Aunque parecían lentos, su apariencia siniestra lo intimidó.
—¡Esto es genial! —exclamó Denek, intentando mantener la calma.
Sin embargo, cuando el primero de los muertos avanzó hacia él, descubrió que su velocidad era mucho mayor de lo esperado. Apenas logró esquivar el ataque, pero entonces la figura tropezó al avanzar demasiado rápido. Denek aprovechó el momento para desarmarlo y, con un movimiento improvisado, tomó su espada para usarla en su contra. Con el corazón latiéndole a toda velocidad, comenzó a analizar los movimientos de sus enemigos. Poco a poco, su carisma y humor dieron paso a un enfoque más serio. Derribó al primero con su nueva arma, pero no sin esfuerzo.
El Desafío de Laura
Laura estaba rodeada por una espesa niebla. La humedad en el aire le dificultaba respirar, y apenas podía distinguir las figuras que se movían a su alrededor. De pronto, unos esqueletos armados con arcos comenzaron a tensar sus flechas, apuntando hacia ella.
—No puedo verlos... pero puedo sentirlos. —murmuró, cerrando los ojos para concentrarse.
Laura estaba rodeada por una espesa niebla que dificultaba su visión. De pronto, sintió una extraña vibración en su mente y, sin previo aviso, su habilidad de premonición se activó por sí sola. Como si un instinto superior guiara sus movimientos, logró anticipar el momento exacto en que las flechas serían disparadas, esquivándolas con movimientos fluidos y precisos. Confundida pero aliviada, encontró un refugio temporal tras unas rocas mientras trataba de comprender lo sucedido. Reuniendo valor, confió en su habilidad recién manifestada y se lanzó hacia uno de los esqueletos, derribándolo con un golpe certero.
El Desafío de Mayilla
Mayilla se encontró en un paisaje lluvioso. El agua caía con fuerza, dificultando su visión. Cinco figuras borrosas comenzaron a moverse a su alrededor. Eran rápidas y sigilosas, lo que aumentó su ansiedad.
—¿Qué hago? No sé si puedo con esto... —susurró, retrocediendo.
Cuando uno de los enemigos se abalanzó sobre ella, instintivamente levantó las manos, y una barrera de energía translúcida apareció frente a ella, deteniendo el ataque. Mayilla se sorprendía a sí misma.
—¡Lo hice! —exclamó, aunque la barrera desapareció rápidamente.
Animada por este descubrimiento, comenzó a experimentar con su habilidad "Fialser," creando pequeñas barreras para bloquear los ataques de los enemigos mientras buscaba oportunidades para defenderse.
Tras lo que parecieron horas interminables de combate, las ilusiones se desvanecieron, y el grupo fue devuelto al claro donde Ali Raza los esperaba. Cada uno de ellos estaba exhausto, con sus ropas desordenadas y la respiración agitada, pero también llevaban una chispa renovada en sus ojos.
—Han dado sus primeros pasos. —Ali Raza los observó con los brazos cruzados y una expresión inescrutable—. Pero no se confundan: esto fue solo una prueba inicial. Aún tienen un largo camino por recorrer.
El mentor se acercó a cada uno para ofrecerles una retroalimentación personalizada:
—Laura, tu habilidad es extraordinaria. La premonición te permitirá prever lo que otros no pueden, pero necesitas confiar más en tus instintos. Ese titubeo podría costarte caro en una batalla real.
—Forny, tienes un potencial inmenso, pero tu mayor obstáculo es tu inseguridad. La fuerza bruta no lo es todo; aprende a usarla con precisión y confianza en ti mismo.
—Denek, tu entusiasmo y creatividad son tus mayores fortalezas, pero la impulsividad te hará cometer errores innecesarios. Aprende a mantener la calma incluso en el caos.
—Mayilla, tu habilidad de crear barreras es excepcional, pero tu inseguridad sigue frenándote. Hoy descubriste que puedes más de lo que creías. Recuerda ese momento y deja de dudar de ti misma.
Ali Raza dio un paso atrás, abarcando a todos con su mirada severa.
—Lo que enfrentaron hoy fue solo un ensayo. El verdadero enemigo no les dará tregua, y este mundo no ofrece segundas oportunidades. Pero si trabajan juntos y aprenden de sus errores, podrán sobrevivir. Por ahora, descansen. Mañana, el entrenamiento será aún más exigente.
El grupo asintió en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos. Mientras se dispersaban hacia sus áreas de descanso, sus emociones eran un reflejo de sus experiencias:
Forny miró sus manos, las mismas que habían temblado al inicio del combate, y apretó los puños con determinación. Laura, sentada bajo un árbol, repasaba mentalmente cada movimiento, intentando identificar cómo superar sus fallas. Denek, aunque agotado, no pudo evitar soltar un comentario ligero para aligerar el ambiente, arrancando una pequeña sonrisa a Mayilla. Ella, por primera vez, sintió que podía ser capaz de contribuir realmente al grupo.
Ali Raza, mientras los observaba, permitió que un atisbo de satisfacción cruzara su rostro antes de desvanecerse entre las sombras del bosque. Aún quedaba mucho trabajo por hacer, pero la semilla del cambio ya había sido plantada.