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Chapter 5 - Capítulo 5: "Ecos del Fantasma Azul"

Un estudio de televisión con una atmósfera seria. Los reporteros en pantalla tienen expresiones sombrías mientras el logo del programa muestra un titular en negritas: "Ataque despiadado en plena luz del día: 'El Fantasma Azul' aterroriza nuevamente."

Presentadora:

"Buenos días, Japón. Hoy despertamos con una noticia que sacude los cimientos de nuestra sociedad. Ayer, en un ataque sin precedentes, el reportero Yuichiro Tanabe y su hija fueron brutalmente atacados en las calles de Musutafu. Este acto atroz ha sido atribuido a 'El Fantasma Azul,' un mercenario conocido por su crueldad y eficacia."

Se muestra un clip de cámaras de seguridad: Marco Polo camina por un callejón, su figura envuelta en sombras mientras desenfunda su arma y dispara con precisión letal. La escena se congela justo antes del impacto.

Co-presentador:

"Tanabe, conocido por sus exposiciones sobre corrupción en sectores gubernamentales y corporativos, ha sido amenazado de muerte. Su hija, Haruka Tanabe, de tan solo 14 años, sobrevivió, pero sufrió la amputación de su brazo derecho tras recibir un disparo que destruyó los nervios principales. Los médicos han confirmado que su recuperación será larga y costosa."

Una imagen de Haruka aparece en pantalla, en una cama de hospital, con lágrimas en los ojos y su brazo amputado cubierto por vendas.

Presentadora:

"El ataque no solo ha dejado a la familia Tanabe devastada, sino que también plantea preguntas inquietantes: ¿por qué los villanos atacan a civiles de esta manera? ¿Y por qué las autoridades parecen incapaces de detener a un hombre como el Fantasma Azul?"

Un analista es invitado a dar su opinión.

Analista:

"El Fantasma Azul es una amenaza única. No es un villano típico. Trabaja como mercenario, lo que significa que podría estar involucrado con cualquiera que le ofrezca suficiente dinero. Su arma avanzada, su precisión quirúrgica y su habilidad para desaparecer sin dejar rastro lo convierten en un enemigo casi imposible de rastrear. Este ataque... es un mensaje, una advertencia para todos aquellos que hablen demasiado."

Nezu observaba la transmisión desde su oficina, sus pequeñas patas entrelazadas frente a él. En la pantalla, los reporteros continúan mostrando imágenes de la escena del crimen y el perfil de "El Fantasma Azul."

All Might, en su forma flaca, está sentado frente a Nezu con una expresión sombría.

"Esto es mucho más peligroso de lo que parece, All Might. Este mercenario no solo tiene una habilidad letal, sino que además no tiene lealtad más allá del dinero. Esa falta de límites morales lo hace aún más impredecible." Dijo nezu con un tono triste

"Pero no es solo él, Nezu. ¿Qué hay de Kurogiri? Ese portal quirk suyo no encaja en ningún registro. Si están trabajando juntos, pueden atacar en cualquier momento y desaparecer sin dejar rastro." Dijo all migth en su forma delgada con dureza

"El uso coordinado de ese tipo de quirk combinado con la precisión del Fantasma Azul muestra una estrategia clara. Ya no estamos lidiando con simples villanos. Esto requiere una acción más decisiva." Dijo nezu con un tono decidido

Nezu se queda en silencio por un momento, mirando la pantalla donde Haruka aparece con lágrimas.

"Y lo más preocupante... es que el Fantasma Azul no dudó en atacar a una niña. Eso no es algo que la sociedad pueda ignorar. Si dejamos que siga actuando, su reputación solo crecerá, y con ella, el miedo que genera." Agrego nezu con un tono triste .

"Es un hombre que ha elegido las sombras. Pero, eventualmente, hasta los fantasmas pueden ser atrapados. ¿Qué propones, Nezu?" Añadió All Migth con tono de pregunta.

Nezu sonríe levemente, pero hay un brillo frío en sus ojos.

"Necesitamos información. Cada movimiento, cada conexión. Lo vigilaremos y descubriremos su punto débil. Nadie es invencible, All Might. Ni siquiera un fantasma." Dijo nezu decidido a encontrar a ese tal fantasma azul

La lluvia golpeaba las ventanas de la estación de policía, marcando el compás de una atmósfera cargada de tensión. Naomasa Tsukauchi estaba sentado frente a un monitor en su oficina, con la pantalla mostrando la transmisión en vivo del programa de noticias. Las imágenes del ataque al reportero Yuichiro Tanabe y su hija Haruka se repetían una y otra vez.

A su lado, el oficial Sansa Tamakawa observaba en silencio, con los brazos cruzados y una expresión de agotamiento.

"El Fantasma Azul continúa aterrorizando las calles, dejando a las autoridades perplejas. Este ataque no solo demuestra su eficacia, sino también su disposición a cruzar cualquier límite moral para cumplir con su misión. ¿Quién será el siguiente en su lista?", decía la presentadora en el monitor.

Naomasa apretó los puños, su rostro tenso mientras las palabras resonaban en la pequeña oficina.

"Es frustrante... Tenemos un asesino a sueldo caminando libremente por nuestras calles, y aún no sabemos quién diablos es realmente", dijo Naomasa.

Sansa suspiró, apoyando una pata en el respaldo de la silla de Naomasa.

"Hemos estado buscando en los archivos policiales durante semanas, y todo lo que encontramos son casos aislados. Ninguna evidencia concreta, ni siquiera una maldita foto clara hasta ahora. Es como si el tipo no existiera", respondió Sansa.

Naomasa inclinó su cabeza hacia atrás, cerrando los ojos por un momento mientras respiraba profundamente. Su mente repasaba los pocos datos que habían logrado recopilar.

"Todo apunta a un profesional, alguien que sabe cómo cubrir sus huellas. Este tipo no comete errores... al menos, no errores que podamos aprovechar", comentó Naomasa.

Sansa se giró hacia una mesa cercana, donde se apilaban carpetas y expedientes policiales. Tomó uno de los informes y lo hojeó rápidamente antes de volver a hablar.

"Los casos que hemos vinculado al Fantasma Azul son impecables. Objetivos eliminados, testigos silenciados, y desapariciones rápidas. Es como si estuviera jugando a un nivel completamente diferente", observó Sansa.

Naomasa golpeó el escritorio suavemente con los nudillos, frustrado.

"Eso tiene que cambiar. Ahora tenemos algo que no habíamos tenido antes: imágenes claras de su rostro. Este ataque puede ser nuestra mejor oportunidad para empezar a rastrearlo", declaró Naomasa.

Sansa asintió, aunque su tono era cauteloso.

"Eso, si logramos encontrar algo más sólido. No sirve de mucho tener una cara si no sabemos a dónde pertenece", respondió Sansa.

Naomasa se inclinó hacia el monitor, mirando fijamente la imagen congelada de Marco Polo saliendo del callejón con su arma aún humeante.

"Buscaré hasta debajo de las piedras si es necesario. Este tipo no va a seguir actuando como si el mundo fuera su tablero de ajedrez", murmuró Naomasa.

Sansa lo observó por un momento antes de responder con un suspiro.

"Entonces, ¿por dónde empezamos?", preguntó Sansa.

Naomasa tomó uno de los informes que mencionaban casos previos relacionados con el Fantasma Azul. Sus dedos recorrieron los nombres de las víctimas, mientras en su mente empezaba a conectar los puntos.

"Buscaremos patrones. Revisaremos los casos de Tanaka, Shimizu, y Yamada. Si existe una pista que los vincule, la encontraremos. No importa cuánto tiempo nos lleve", dijo Naomasa con un tono decidido.

Sansa asintió lentamente, compartiendo la determinación de su compañero. Mientras las gotas de lluvia seguían cayendo sobre el cristal, el nombre del Fantasma Azul resonaba en el aire como una sombra ineludible.

La clase 1-A estaba en silencio mientras algunos estudiantes hablaban en voz baja sobre los recientes eventos. Los ataques en la USJ seguían frescos en sus mentes, y ahora, las noticias sobre el Fantasma Azul habían añadido más tensión al ambiente.

"¿Escucharon lo del ataque al reportero y su hija?" preguntó Kaminari mientras giraba su silla hacia Jirou. "Dicen que fue ese tipo... el Fantasma Azul. Es un mercenario, ¿no?"

"Sí, lo mencionaron en las noticias. Su nombre suena como un mito o algo así, pero al parecer es real," respondió Jirou, cruzando los brazos con una expresión seria.

"Es aterrador pensar que hay alguien como él trabajando con los villanos," dijo Momo, cerrando un libro mientras miraba a sus compañeros. "Y que estuvo en la USJ junto a ellos..."

Bakugo, sentado con los pies en el escritorio, bufó. "Ese tipo es solo un cobarde que dispara desde las sombras. Si me hubiera enfrentado a mí, lo habría derrotado en segundos."

"Bakugo, ni siquiera estuviste cerca de él," replicó Kirishima con una media sonrisa. "Además, este tipo parece ser diferente a los villanos comunes. Es más frío, calculador."

Izuku, sentado en su lugar, tenía los puños apretados. Las imágenes de la USJ seguían pasando por su mente. Recordaba la velocidad y precisión con la que el Fantasma Azul le disparó para inmovilizarlo antes de que All Might llegara.

"No solo es peligroso," dijo Izuku en voz baja, llamando la atención de los demás. "Es un profesional. Todo lo que hace tiene un propósito... y si está trabajando con la Liga de Villanos, eso significa que tienen más recursos de los que pensábamos."

Antes de que alguien pudiera responder, el sonido de la puerta deslizándose interrumpió sus conversaciones. Aizawa entró en el aula, envuelto en vendas y con su usual expresión seria. La clase guardó silencio inmediatamente, sentándose correctamente en sus lugares.

"Ya es suficiente de rumores," dijo Aizawa con voz ronca mientras se acercaba al escritorio principal. "Sé que todos tienen preguntas sobre lo que sucedió en la USJ y lo que han visto en las noticias, pero ahora mismo, eso no es lo más importante."

Los estudiantes intercambiaron miradas antes de que Aizawa continuara.

"Lo que importa ahora es que todos ustedes entiendan algo. Este no es un mundo perfecto. Hay villanos con recursos, mercenarios con experiencia, y amenazas que no podemos prever. Pero, como héroes en entrenamiento, su deber es aprender a enfrentarse a estas situaciones con la cabeza fría," dijo, mirando a cada uno de ellos directamente.

"Sin embargo, no tendrán tiempo para lamentarse ni para distraerse. El Festival Deportivo de la UA está a la vuelta de la esquina," añadió con un tono firme.

"¿El Festival Deportivo? ¿Tan pronto después de lo que pasó?" preguntó Uraraka, sorprendida.

"Precisamente por lo que pasó," respondió Aizawa. "Este festival no es solo una tradición. Es una oportunidad para que demuestren de qué están hechos, para que la sociedad vea que están listos para ser héroes, incluso bajo presión. Además, será una manera de mostrarles a los villanos que no nos han intimidado."

Los estudiantes escucharon con atención, algunos mostrando determinación y otros aún un poco inseguros.

"Ahora, basta de perder el tiempo. Comencemos con las clases," concluyó Aizawa, tomando una tiza y escribiendo en la pizarra mientras la rutina académica comenzaba.

Aunque la clase seguía con su ritmo habitual, la mención del Fantasma Azul y los recientes ataques seguían en el aire, como una sombra que se cernía sobre ellos.

Una Semana Después

El tiempo había pasado rápidamente desde los últimos eventos, y Marco Polo había estado ocupado. En esa semana, refinó su puntería, ajustó detalles en sus gadgets y se aseguró de que Murmullo estuviera en perfectas condiciones. Las noticias del ataque en la USJ y el incidente con el reportero seguían causando conmoción en la sociedad, pero para Marco Polo, eso no era más que un eco lejano. Sin embargo, mientras revisaba su equipo en su apartamento, recibió un mensaje inesperado.

Era de la Liga de Villanos.

Kurogiri había extendido una invitación para ver el Festival Deportivo de la UA junto a ellos. Marco Polo, al principio, estaba escéptico. Sabía que mantener relaciones con la Liga podría ser útil, pero tampoco quería involucrarse demasiado. Sin embargo, comprendió que no sería la última vez que trabajaría con ellos, y esto podría servir como una oportunidad para observar a los futuros héroes que podrían convertirse en obstáculos.

Con esa idea en mente, aceptó la invitación.

En el Bar de la Liga de Villanos

Marco Polo llegó puntual al bar, donde lo esperaban Kurogiri y Shigaraki. El ambiente estaba tranquilo, solo perturbado por el leve zumbido de los monitores en el fondo.

"Qué bueno que decidiste unirte a nosotros," dijo Shigaraki, con su característico tono burlón.

"No planeo quedarme mucho tiempo," respondió Marco Polo con calma mientras tomaba asiento en una de las sillas frente a la barra.

Kurogiri, siempre cortés, le sirvió una bebida. "Espero que el espectáculo sea de su agrado. Puede ser interesante para evaluar el futuro potencial de algunos de estos estudiantes."

"Veremos," respondió Marco Polo, tomando un sorbo mientras sus ojos se fijaban en la pantalla.

En la pantalla del bar, los eventos del Festival Deportivo comenzaron con el acostumbrado discurso de Present Mic y Midnight. Marco Polo observó con atención, no tanto por interés en la competencia, sino para analizar a los participantes.

La primera prueba, la carrera de obstáculos, capturó la atención de todos. La inteligencia y creatividad de los estudiantes fueron evidentes. Marco Polo observó con cierto interés cuando Midoriya utilizó la placa del robot para impulsarse usando las minas y ganar la carrera en primer lugar, mostrando una rápida capacidad de adaptación.

"Esos movimientos son inteligentes," comentó Marco Polo, más para sí mismo.

"¿Crees que ese mocoso tenga potencial?" preguntó Shigaraki, tamborileando los dedos contra la mesa.

"Tiene una mente rápida, pero eso no lo hace imbatible," respondió Marco Polo, evaluando cada paso de los participantes con ojo crítico.

Durante la siguiente etapa, Marco Polo se inclinó ligeramente hacia adelante, interesado en la estrategia de los equipos. Los equipos de Bakugo, Midoriya, Todoroki y otros parecía destacar por encima de los demás.

"Es interesante ver cómo se enfrentan a la presión," comentó Kurogiri mientras observaba a Midoriya usar su creatividad para mantenerse en la competencia.

"Tal vez sean demasiado blandos," respondió Marco Polo, cruzando los brazos.

Finalmente, llegaron las peleas individuales. Este segmento mantuvo la atención de todos en el bar. Desde las explosivas técnicas de Bakugo hasta la brutal habilidad de Todoroki, los estudiantes mostraron su verdadero potencial.

Cuando Midoriya y Todoroki tuvieron su épico enfrentamiento, Shigaraki mostró una mezcla de irritación y fascinación. "Ese mocoso de cabello verde parece estar en todas partes."

"Sí, pero se está destruyendo a sí mismo en el proceso," comentó Marco Polo, notando el daño que Midoriya sufría al usar su quirk.

Con los eventos del día concluyendo, Marco Polo se levantó de su asiento, dejando el vaso vacío sobre la barra.

"¿Qué opinas de lo que viste?" preguntó Kurogiri mientras limpiaba algunos vasos.

"Muchos de ellos tienen potencial, pero pocos realmente entienden lo que significa la batalla. Son jóvenes; la experiencia y el dolor les enseñarán," respondió Marco Polo, ajustando su chaqueta antes de girarse hacia la salida.

"¿Volverás a trabajar con nosotros pronto?" preguntó Shigaraki con una sonrisa torcida.

"Eso depende de si tienen algo interesante que ofrecer," respondió Marco Polo sin voltear, desapareciendo por la puerta mientras la lluvia comenzaba a caer.

En el bar, Shigaraki y Kurogiri continuaron analizando a los estudiantes, con especial atención en Midoriya, Todoroki y Bakugo. Para ellos, el festival no era solo un evento; era una oportunidad para planificar el futuro.El Silencio de la Prensa

En una sala de redacción normalmente bulliciosa, reinaba un silencio sepulcral. Los reporteros, usualmente ocupados gritando por teléfonos y debatiendo titulares, ahora hablaban en susurros. Los monitores de noticias mostraban imágenes de calles desiertas, ruedas de prensa canceladas, y tomas borrosas del Fantasma Azul en acción. En una de las pantallas, repetían la impactante entrevista del reportero que había perdido a su hija en el ataque.

Un editor jefe rompió el silencio, golpeando su escritorio para llamar la atención de sus empleados.

"Necesitamos cubrir esto con cuidado. No quiero nada que nos ponga en la mira de ese... mercenario."

Un joven periodista levantó la mano, su rostro pálido. "¿Cómo se supone que hablemos de este tema si sabemos que puede venir por nosotros? Ya no es solo un rumor; es real."

La habitación quedó en silencio nuevamente. Todos sabían que el Fantasma Azul no discriminaba entre objetivos. Había matado héroes, funcionarios y ahora atacaba a la misma prensa que informaba sobre él.

El Temor en las Emisoras

En un canal de televisión local, los productores revisaban los segmentos del día. Uno de ellos, un veterano con años de experiencia, apagó la pantalla donde se mostraban imágenes del festival deportivo.

"No podemos transmitir nada más sobre el Fantasma Azul," dijo mientras se limpiaba el sudor de la frente. "Ya perdimos a dos reporteros esta semana. Si seguimos provocándolo, podríamos ser los próximos."

"Pero no podemos ignorarlo," replicó una joven periodista. "Si no informamos lo que está sucediendo, dejamos que el miedo gane."

"¿Y qué propones?" preguntó el productor, frustrado. "¿Poner un objetivo en nuestras espaldas? Nadie va a arriesgarse por esto. Ya ni siquiera podemos confiar en la policía para protegernos."

Los demás permanecieron en silencio. El recuerdo de las amenazas explícitas que acompañaban a los ataques del Fantasma Azul estaba fresco en sus mentes. Las imágenes de reporteros heridos o asesinados habían provocado un cambio en la manera de trabajar de la prensa: ahora, la mayoría prefería evitar cualquier mención de este mercenario.

Un Nuevo Modo de Operar

En reuniones privadas, los líderes de los principales periódicos discutían nuevas estrategias.

"Vamos a omitir cualquier análisis que lo mencione directamente," propuso uno de ellos. "Podemos enfocarnos en los héroes y en los eventos, pero no en él."

"¿Y si eso no es suficiente?" preguntó otro, temblando. "Ya vimos que no le importa quiénes somos ni a quién trabajamos. Si ve que lo ignoramos, podría considerarlo un insulto."

"Entonces tomaremos medidas más drásticas," respondió un tercero, su voz cargada de miedo. "Cancelaremos cualquier investigación sobre su paradero. No más entrevistas relacionadas. Si alguien insiste en cubrirlo, será bajo su propio riesgo."

La autocensura de la prensa tuvo un impacto profundo. Los ciudadanos comenzaron a notar la falta de reportajes sobre ciertos temas. La figura del Fantasma Azul se convirtió en un espectro omnipresente: todos sabían de su existencia, pero nadie se atrevía a hablar de él abiertamente.

En las redes sociales, algunos usuarios comentaban entre líneas, usando apodos o referencias veladas para evitar problemas. Otros simplemente guardaban silencio, conscientes de que cualquier mención podría traerles consecuencias.

A pesar del miedo generalizado, algunos reporteros no estaban dispuestos a ceder. En una oficina pequeña, un periodista independiente revisaba sus notas sobre el Fantasma Azul.

"Alguien tiene que hacer algo," murmuró mientras encendía su grabadora. "No podemos dejar que el miedo controle la verdad."

Sin embargo, incluso él no pudo evitar mirar constantemente hacia las ventanas, como si esperara que algo o alguien apareciera para silenciarlo. El Fantasma Azul no solo había atacado a individuos; había sembrado el miedo en toda una profesión.

En una noche silenciosa, Marco Polo estaba en su escondite, observando las noticias en la pequeña pantalla de su sala. La creciente fama del Fantasma Azul era el tema principal en los noticieros, y su imagen, aunque borrosa, se había convertido en el rostro del temor y el misterio. Entre las imágenes, un reportaje se centraba en Mt. Lady, quien había sido vista recientemente saliendo de la oficina de Nezu tras hablar sobre el ataque a los reporteros.

Marco apagó la pantalla y se frotó el mentón. Sabía que la heroína no era tonta. Si aún no había conectado todos los puntos, lo haría pronto. Tenía que actuar antes de que la información llegara a los héroes más importantes

Marco Polo salió esa noche con su traje de mercenario, completamente preparado para lo que debía hacer. En su brazo metálico, ajustó una pequeña arma de dardos tranquilizantes y cargó varias rondas. No podía permitirse matar a Mt. Lady; sería demasiado llamativo. Pero tampoco podía dejarla con la oportunidad de hablar.

Se movió por los tejados de la ciudad, buscando su objetivo. Finalmente, localizó a Mt. Lady caminando hacia su apartamento tras una larga jornada de patrullaje. Llevaba su traje de heroína, aún impecable a pesar de las largas horas de trabajo. Sus botas resonaban en el pavimento mientras avanzaba con una mezcla de cansancio y alerta.

"Será complicado," pensó Marco mientras observaba desde las sombras. "Pero no imposible."

Mt. Lady estaba a pocos metros de la entrada de su edificio cuando una sombra se movió rápidamente frente a ella. Dio un paso atrás, levantando las manos, lista para activar su quirk.

—¿Quién anda ahí? —preguntó con firmeza, aunque su tono traicionaba un poco de duda.

—Solo alguien que necesita aclarar las cosas contigo. —La voz metálica del Fantasma Azul resonó desde la penumbra.

Mt. Lady lo reconoció al instante. Su postura cambió de defensiva a desafiante.

—Así que eres tú... Pensé que trabajarías más en las sombras.

Marco dio un paso adelante, permitiendo que la luz de una farola iluminara su figura.

—Tú y yo sabemos que esto no es un encuentro casual. Has unido los puntos, ¿cierto?

—¿Qué esperabas? No es difícil cuando empiezas a notar patrones. Ese brazo tuyo es bastante único.

Marco suspiró, aunque su máscara cubría cualquier gesto de su rostro.

—Sabía que lo harías. Por eso estoy aquí. No puedo dejar que hables.

—¿Qué piensas hacer? ¿Matarme? —respondió ella con una sonrisa desafiante, pero sus ojos reflejaban algo de preocupación.

—Nada tan drástico, pero suficiente para asegurarte de que mantengas la boca cerrada.

Sin más advertencias, Mt. Lady activó su quirk y comenzó a crecer, obligando a Marco a retroceder rápidamente. Su enorme figura bloqueó el callejón, pero Marco no parecía intimidado.

Con un rápido movimiento, disparó un dardo tranquilizante que impactó en su hombro. Sin embargo, el tamaño de Mt. Lady redujo la efectividad del sedante. Ella arrancó el dardo y avanzó hacia él con un movimiento lento pero firme.

—¿Eso es todo lo que tienes? —preguntó, su voz resonando con eco.

Marco sonrió detrás de su máscara y activó una pequeña granada de humo, cubriendo el área en una nube espesa. Mt. Lady tosió y se encogió de nuevo a su tamaño normal para poder moverse mejor.

—Eres persistente, pero también predecible, —dijo Marco mientras aparecía detrás de ella y le aplicaba una descarga eléctrica con uno de sus gadgets. Mt. Lady cayó al suelo, incapacitada pero consciente.

Marco se inclinó sobre ella, colocando una pequeña grabadora cerca de su oído.

—Escucha con atención, Mt. Lady. No quiero matarte, pero si hablas de lo que sabes, tendrás más que un brazo metálico con qué lidiar. Quiero que olvides lo que has deducido. Si no, el próximo encuentro no será tan civilizado.

Mt. Lady lo miró con odio mientras trataba de moverse, pero sus músculos no respondían. Marco se levantó, retrocediendo hacia las sombras.

—Cuídate, heroína. Y recuerda, esto fue solo una advertencia.

Sin más palabras, desapareció en la noche.

Cuando la parálisis pasó, Mt. Lady se sentó en el suelo, respirando con dificultad. El Fantasma Azul era incluso más peligroso de lo que había pensado. Ahora tenía que decidir: ¿arriesgarse a hablar y posiblemente terminar como otros objetivos de este mercenario, o guardar silencio y esperar una oportunidad para atraparlo en el futuro?

Sabía que su elección podría cambiarlo todo.

En su apartamento, Mt. Lady estaba de pie frente al espejo, mirando su traje de héroe que descansaba sobre una silla. Su rostro reflejaba una mezcla de incomodidad y tensión. La imagen del Fantasma Azul seguía rondando en su mente: ese extraño mercenario que había cruzado su camino, con su actitud fría y calculadora. Recordaba la manera en que había hablado, su presencia inconfundible y, sobre todo, la amenaza latente que había sentido en su interior. Él sabía demasiado sobre ella.

¿Qué hacer?

El miedo no solo era por ella, sino por sus amigos. Si lo que había descubierto sobre el Fantasma Azul era cierto, hablar solo traería más peligro. El riesgo no era solo para ella. A medida que pensaba en sus compañeros, su corazón latía más rápido. Se imaginaba cómo afectaría a los héroes si se enteraran de lo que sabía, de la oscuridad que envolvía a ese hombre. No solo sería ella quien estaría en peligro, sino todo lo que conocía, todo lo que había jurado proteger.

"Lo peor que podría hacer sería involucrar a más personas...," pensó mientras se dejaba caer sobre el sofá, mirando fijamente el techo de su apartamento. "Si hablo ahora, podría poner en riesgo a los demás, incluso a aquellos a quienes les importa."

Miró el reloj. Era tarde, ya casi medianoche. El silencio de la noche solo amplificaba la angustia que sentía. No podía sacar esa imagen de la cabeza: la máscara del Fantasma Azul, su mirada calculadora, la forma en que parecía tener todo bajo control. Aun así, había algo en él que la inquietaba profundamente. Era diferente a cualquier villano o mercenario con el que se hubiera cruzado antes.

"Quizá... mejor esperar. Pero, ¿hasta cuándo?" Se levantó, caminando hacia la ventana de su apartamento y observando la ciudad iluminada por las luces nocturnas. "No puedo enfrentar esto sola. Necesito más información, más pruebas... Pero no ahora."

Suspiró profundamente, tratando de calmar sus pensamientos. Decidió que lo mejor sería esperar. No podía actuar por impulso. Tenía que estar segura de que cualquier paso que diera fuera el correcto. Y por ahora, eso significaba mantener silencio.

Fin del capitulo 5