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Chapter 8 - Capítulo 8: "Ecos del Caos"

El salón estaba abarrotado. Los flashes de las cámaras iluminaban el rostro de los héroes sentados en la mesa principal mientras el murmullo de los reporteros crecía con cada segundo. En el centro, Endeavor, imponente como siempre, mantenía una expresión severa. A su derecha, el jefe de policía Naomasa Tsukauchi miraba los papeles frente a él con preocupación evidente. A la izquierda, un representante de la Comisión de Héroes ajustaba su micrófono antes de comenzar.

"Gracias por asistir," inició el representante, con un tono que intentaba ser calmado pero que no ocultaba del todo la tensión en el ambiente. "Hoy estamos aquí para abordar los sucesos recientes en Hosu. La captura del denominado 'asesino de héroes,' Stain, y los ataques provocados por los Nomus han dejado consecuencias devastadoras."

Un periodista levantó la mano de inmediato. "¿Qué nos puede decir sobre las bajas civiles y los héroes caídos durante el ataque?"

Naomasa tomó la palabra, su tono solemne. "Los ataques de los Nomus dejaron un saldo de 27 civiles muertos, 43 heridos, y 3 héroes que perdieron la vida en el cumplimiento de su deber. Aunque logramos minimizar los daños gracias a la pronta intervención de héroes como Endeavor, la destrucción ha dejado una cicatriz profunda en Hosu."

Los murmullos crecieron. Otro reportero, más audaz, alzó la voz. "¿Qué hay del Fantasma Azul? Tenemos imágenes que muestran cómo eliminó a un reportero a sangre fría en medio del caos. ¿Qué están haciendo para detenerlo?"

El ambiente en la sala se tensó. Endeavor apretó los dientes pero permaneció en silencio, dejando que Naomasa respondiera.

"Estamos trabajando en identificar y capturar a este individuo," dijo Tsukauchi con firmeza. "El 'Fantasma Azul' es un mercenario altamente peligroso que ha estado involucrado en varios incidentes recientes. Su habilidad para el sigilo y su aparente falta de escrúpulos lo hacen un enemigo formidable, pero les aseguro que nuestras fuerzas están redoblando esfuerzos para detenerlo."

"¿Es cierto que su recompensa ha aumentado significativamente?" preguntó otro periodista.

El representante de la Comisión tomó la palabra. "Así es. La amenaza que representa el 'Fantasma Azul' no puede ser subestimada. Su capacidad para silenciar a un reportero en medio de un ataque y dejar esa escena grabada ha sembrado el miedo no solo entre los civiles, sino también entre los héroes y los medios de comunicación."

Un reportero levantó su tablet, mostrando una imagen congelada del disparo de Murmullo. Aunque el rostro de Marcopolo no era visible, el impacto frío de la escena era evidente. "¿Qué mensaje envía esto al público? ¿Los héroes realmente tienen el control?"

Las preguntas se acumularon rápidamente, hasta que Endeavor se levantó, rompiendo el silencio. "Los héroes están haciendo todo lo posible para proteger a la sociedad," dijo con un tono firme. "Lo sucedido en Hosu es un recordatorio de lo que enfrentamos diariamente, pero les aseguro que ni Stain ni el 'Fantasma Azul' quedarán impunes. Seguiremos luchando."

Aunque sus palabras parecían inspirar confianza, las miradas inquietas en la sala demostraban lo contrario.

Fuera del salón de prensa

Los reporteros seguían discutiendo, muchos ya escribiendo titulares sobre el 'Fantasma Azul'.

"Es aterrador," murmuró una periodista a su colega. "No es solo un criminal cualquiera, parece inhumano, como si fuera un espectro que aparece y desaparece cuando quiere."

"Lo peor es que los héroes tampoco pueden controlarlo," respondió el otro. "La gente ya está empezando a preguntarse si alguien puede detenerlo."

Mientras los periodistas se alejaban, sus palabras flotaban en el aire, dejando un eco de miedo e incertidumbre. La figura del 'Fantasma Azul' se había convertido en un símbolo de lo desconocido, de lo que podía acechar incluso a aquellos que creían estar seguros.

UA Oficina de nezu:

La luz de la pantalla iluminaba tenuemente la oficina del director Nezu. Con una taza de té entre sus pequeñas patas, el genio roedor observaba la rueda de prensa transmitida en vivo. Sus ojos brillaban con una mezcla de interés y preocupación mientras escuchaba las preguntas incisivas de los periodistas y las respuestas tensas de Tsukauchi y Endeavor.

Cuando la transmisión llegó a su fin, Nezu tomó un sorbo de té y apagó la pantalla. Su mirada permaneció fija en el reflejo oscuro de la pantalla apagada. Antes de que pudiera perderse en sus pensamientos, un sonido suave llamó su atención.

La puerta se abrió lentamente, y una figura alta y delgada apareció. Toshinori Yagi, en su forma frágil y flaca, entró en la sala, cerrando la puerta detrás de él.

"¿Viendo la rueda de prensa, director?" preguntó Toshinori, su tono serio.

Nezu asintió, dejando la taza sobre su escritorio. "Así es, All Might. El ataque en Hosu ha sacudido a la sociedad. La captura de Stain fue un alivio, pero los daños causados por los Nomus y la aparición de este 'Fantasma Azul' han dejado una huella difícil de ignorar."

Toshinori caminó hasta un sillón cercano y se dejó caer con un suspiro. "Stain era un problema en sí mismo, pero los Nomus... Son otra cosa. Y si lo que he oído es cierto, los estudios realizados en los Nomus capturados en Hosu revelan algo aún más inquietante."

"Exacto," respondió Nezu, asintiendo con gravedad. "Los análisis han confirmado que estos Nomus tenían quirks múltiples, una peculiaridad que no debería ser posible sin intervención quirúrgica o... alguna manipulación más oscura."

Toshinori apretó los puños sobre sus rodillas. "Eso solo apunta a una cosa. All For One."

Nezu lo miró con intensidad. "No podemos ignorar la posibilidad de que siga vivo. Estos Nomus no son solo herramientas de destrucción, son creaciones meticulosas. Y si All For One está detrás de ellos, significa que sigue operando en las sombras, tal vez preparando algo más grande."

"Es lo que más temo," admitió Toshinori, su voz cargada de preocupación. "Pensé que había terminado con él, que el mundo estaba a salvo de su influencia. Pero ahora, viendo lo que sucedió en Hosu, parece que nunca dejó de mover las piezas del tablero."

Nezu se inclinó hacia adelante, entrelazando sus pequeñas patas. "Por eso, debemos estar preparados. Hosu es una advertencia, Toshinori. Los estudiantes en U.A. deben ser entrenados más allá de lo convencional. Si All For One está detrás de esto, su próximo movimiento será aún más devastador."

"Lo sé," dijo Toshinori, su mirada fija en el suelo. "Por eso debo seguir adelante como símbolo de la paz, incluso si mi tiempo como héroe activo está llegando a su fin. Pero, director..."

"¿Sí?"

"¿Qué piensa del Fantasma Azul?"

Nezu tomó otro sorbo de té antes de responder. "Es un enigma, Toshinori. Un mercenario que parece operar bajo sus propias reglas, sin afiliarse a ninguna ideología o grupo en particular. Sin embargo, su intervención en Hosu fue precisa, casi calculada. Es peligroso no solo por sus habilidades, sino por lo poco que sabemos de él. Y lo que menos podemos permitir es que alguien como All For One intente reclutarlo."

Toshinori asintió lentamente. "Si está en el radar de All For One, será una amenaza aún mayor. Pero si no lo está... Tal vez podamos aprovechar su neutralidad para mantenerlo fuera del alcance del enemigo."

Nezu sonrió, un gesto que no ofrecía consuelo. "En este mundo, Toshinori, incluso la neutralidad puede ser una elección peligrosa."

Ambos quedaron en silencio, sumidos en sus pensamientos. La amenaza de All For One parecía más real que nunca, y mientras el caos se cernía sobre ellos, la responsabilidad de proteger el futuro recaía pesadamente sobre sus hombros.

Aula de la Clase 1-A

El bullicio típico de la Clase 1-A estaba ausente. Los estudiantes se encontraban reunidos en pequeños grupos, hablando en susurros, con expresiones serias. El ataque en Hosu y la captura del Asesino de Héroes habían sacudido tanto a la sociedad como a ellos.

"¿Entonces Endeavor llegó justo a tiempo para salvarlos?" preguntó Mina con los ojos muy abiertos mientras se apoyaba en su escritorio.

Izuku asintió, aunque su expresión era sombría. "Sí, fue impresionante. La forma en que manejó a Stain... Nos salvó a todos. Todoroki y yo estábamos peleando con todo lo que teníamos, pero Stain es... era diferente."

"Debe haber sido aterrador," comentó Jirou, cruzando los brazos. "He leído en los artículos que su ideología es lo que lo hace tan peligroso. No es solo un villano cualquiera, sino alguien que cree firmemente en lo que hace."

Kirishima, sentado al lado de Denki, frunció el ceño. "Es lo que lo hace tan complicado. ¿Cómo te enfrentas a alguien que está convencido de que está haciendo lo correcto? Aunque lo que hizo con el hermano de Iida... Eso no tiene justificación."

Iida, quien había estado escuchando en silencio, finalmente alzó la voz. "Stain no es un héroe ni alguien digno de admiración, sin importar lo que digan los artículos. Su visión distorsionada del heroísmo solo trae destrucción. Y como futuros héroes, debemos asegurarnos de que nadie siga su ejemplo."

"Pero es cierto que su mensaje está resonando," dijo Todoroki, quien hasta entonces había permanecido en silencio. "Incluso algunos héroes están cuestionando si están en esto por las razones correctas. Eso es peligroso."

Ochaco se inclinó hacia el grupo. "Y no olviden al Fantasma Azul. Lo que hizo con la cámara que lo grabó... fue espeluznante. Es como si no le importara nada."

"Le importa sobrevivir," dijo Bakugo con tono despectivo desde su asiento. "Es un mercenario. No tiene ideología ni motivos heroicos. Si le pagan, hace el trabajo, y si alguien se interpone, lo elimina."

"Pero eso lo hace aún más aterrador," dijo Tokoyami, su tono solemne. "Porque no podemos predecir qué hará o por qué."

"Además," interrumpió Momo, "los medios han alimentado esa imagen de él como una figura enigmática e implacable. Es como si estuvieran creando un mito en torno a él, algo que podría inspirar tanto miedo como admiración."

Mineta, siempre buscando la oportunidad para un comentario irreverente, levantó la mano. "¿Y si simplemente lo contratamos para que nos deje en paz?"

Todos lo ignoraron.

Izuku tomó aire antes de hablar. "No sabemos mucho sobre él, pero lo que hizo en Hosu no fue solo silenciar una cámara. Fue un mensaje... uno que dice que no le importan las reglas ni las consecuencias."

"Y eso," concluyó Todoroki, "es lo que lo convierte en una variable peligrosa, tanto para los héroes como para los villanos."

El aula quedó en silencio mientras todos reflexionaban sobre las palabras de Todoroki. El ataque en Hosu había sido un recordatorio brutal de lo peligroso que podía ser su futuro como héroes, no solo por los villanos, sino también por figuras como Stain y el Fantasma Azul, quienes desafiaban los ideales que ellos aspiraban a representar.

Apartamento de Marcopolo

La habitación estaba en penumbras, iluminada únicamente por la luz tenue de una lámpara rota en el rincón. Marcopolo yacía en su cama, inmóvil, pero su respiración irregular delataba su inquietud. Estaba atrapado en un sueño, uno que lo arrastraba al abismo de sus recuerdos fragmentados.

Dentro del sueño

Explosiones resonaban a su alrededor. El aire estaba cargado de humo, el olor a pólvora y sangre era inconfundible. Gritos desgarradores perforaban el caos, voces de auxilio mezcladas con órdenes cortadas y rugidos de ira. A través de la niebla de su memoria, veía sombras que corrían, caían, y otras que se desvanecían entre llamas ardientes.

Marcopolo miraba sus manos, cubiertas de sangre. No sabía si era suya o de alguien más. A lo lejos, vislumbró un rostro que no podía identificar, pero que lo observaba con desesperación. Luego, todo se apagó en un instante, y quedó solo con el eco de los gritos.

De vuelta en el presente

Marcopolo despertó con un sobresalto, jadeando y sudando. Sus ojos recorrían frenéticamente la habitación como si aún buscara amenazas. Finalmente, se llevó una mano al rostro, intentando calmar su respiración.

Un dolor profundo lo consumía, no físico, sino algo que no podía identificar. Era como si una sombra lo carcomiera desde dentro, una carga de la que no podía deshacerse. Cerró los ojos, pero el eco de los gritos aún resonaba en su mente.

Con un grito de frustración, se levantó de la cama y golpeó la pared con todas sus fuerzas. La pared se agrietó bajo el impacto, dejando una marca visible. Marcopolo observó su mano derecha, cuyos nudillos ahora sangraban, pero el dolor físico era insignificante comparado con lo que sentía por dentro.

Sin embargo, algo en él lo empujó a reaccionar. "Esto no importa," murmuró para sí mismo, como si tratara de convencerse. "El pasado no importa. Esto es otra vida."

Se dirigió al botiquín que tenía sobre el lavabo del baño, limpiando rápidamente la herida con alcohol. La sangre se mezclaba con el agua, cayendo al desagüe en un hilo carmesí. Se envolvió la mano en una venda improvisada antes de regresar a su dormitorio.

El ambiente era sofocante, y necesitaba despejar su mente. Con decisión, tomó su chaqueta y su arma, Murmullo, asegurándose de que estuviera en perfectas condiciones. "Un trago," pensó. "Solo necesito un maldito trago."

Escena: Afuera del apartamento

Cerró la puerta detrás de él y se perdió en las sombras de la ciudad, dirigiéndose al único lugar donde podía dejar de pensar, al menos por un rato: el bar de la Liga.

Marcopolo avanzaba lentamente por calles menos concurridas, evitando cualquier contacto visual con las pocas personas que pasaban. Su sombrero estaba calado hasta cubrirle los ojos, y su postura encorvada reflejaba el agotamiento y la tensión que lo carcomían. El sol de la mañana iluminaba la ciudad, pero para él, no era más que un recordatorio de que la cacería continuaba.

A cada esquina que doblaba, veía héroes patrullando, interrogando a transeúntes o inspeccionando edificios. La policía también estaba en todas partes, revisando cámaras de seguridad y distribuyendo carteles con una imagen borrosa de su rostro. Pero Marcopolo sabía moverse entre las sombras, y esos intentos solo lograban frustrar su día, aunque no podían alcanzarlo.

Finalmente llegó al bar. Empujó la puerta sin levantar la vista, sus pasos resonando en el silencio. Kurogiri estaba detrás de la barra, limpiando un vaso, mientras Giran se apoyaba en el mostrador, gesticulando mientras hablaba sobre negocios y nuevos contactos.

Cuando Marcopolo entró, Giran alzó la vista y soltó una carcajada.

—Vaya, amigo, parece que te pasó un camión por encima. ¿Tú qué, tuviste una pelea con el espejo?

Marcopolo no reaccionó. Caminó hasta la barra y se dejó caer pesadamente en un taburete.

—Un trago —dijo con voz grave, ignorando el comentario de Giran.

Kurogiri lo miró con preocupación mientras servía una copa.

—Marcopolo, ¿estás bien? No pareces en tu mejor estado.

Giran, divertido, no pudo evitar intervenir.

—¿Qué va a estar bien? Míralo, está como un cadáver ambulante. Apuesto a que si alguien lo toca, se desmorona como polvo.

El comentario pareció activar algo en la mente de Marcopolo. De repente, una imagen cruzó su cabeza: un hombre de su vida pasada, alto y amenazante, gritándole con furia mientras sostenía un arma apuntando hacia él. "Eres inútil, siempre lo serás. Si no te defiendes, no vales nada."

La escena lo invadió como una ráfaga. El sonido de las palabras, los gritos, los disparos... todo regresó a su mente como un golpe. Instintivamente, su mano se movió hacia Murmullo, desenfundándola en un solo movimiento y apuntándola directamente a Giran.

El tiempo pareció detenerse. Giran levantó las manos con los ojos abiertos de par en par, el miedo claramente reflejado en su rostro.

—¡Hey, tranquilo! Era una broma, ¿vale? ¡No hay necesidad de esto!

En la cabeza de Marcopolo, los gritos seguían resonando. Voces distorsionadas repetían una y otra vez: "¡Dispara! ¡Hazlo ahora! ¡No seas débil!" Su dedo temblaba sobre el gatillo, mientras sus ojos vacíos apenas se enfocaban en la figura frente a él.

—Marcopolo, cálmate. —La voz firme pero tranquila de Kurogiri interrumpió la escena. Su presencia parecía estabilizar un poco el ambiente.

Marcopolo parpadeó, la realidad regresando poco a poco. Bajó el arma, respirando con dificultad, y la guardó en su funda. Giran aún estaba inmóvil, mirando a Kurogiri como si esperara que lo protegiera de otro posible arrebato.

—Lo siento. —La voz de Marcopolo era apenas un susurro. Luego, sin mirar a nadie, deslizó la copa hacia él.

—Otro trago.

Kurogiri lo observó en silencio por un momento antes de servirle.

—Debes cuidarte más, Marcopolo. No puedes cargar con todo tú solo.

Marcopolo no respondió. Se llevó la copa a los labios, sus pensamientos girando en torno al caos que lo atormentaba. Sabía que algo en él estaba roto, pero no tenía tiempo para repararlo. Así que bebió, intentando acallar las sombras que le susurraban al oído.

Escena: El bar de la Liga

Marcopolo continuaba sentado en la barra, con su sombrero aún cubriéndole los ojos. Los vasos vacíos se acumulaban frente a él mientras Kurogiri lo observaba con cautela. Giran, después de varios minutos de silencio incómodo, finalmente rompió la tensión.

—Bueno, amigo, creo que ya hice suficiente daño por hoy. —Se levantó, ajustando su abrigo, y lanzó una mirada rápida a Marcopolo.

—Oye, sobre lo de antes... no quise pasarte a llevar. Mis disculpas.

Marcopolo asintió levemente, sin levantar la mirada. Giran suspiró, visiblemente aliviado, y se dirigió hacia la salida.

Shigaraki salió de la parte de atrás del bar con pasos pesados, claramente enfadado. Su rostro, cubierto parcialmente por las manos que adornaban su cuerpo, reflejaba una mezcla de frustración y furia.

—¡Kurogiri! ¡Esto es una broma! —exclamó, golpeando la barra con ambas manos.

—El ataque a Hosu no tuvo ni la mitad de la repercusión que esperaba. La gente sigue hablando más de Endeavor y Stain que de nosotros. ¡Nos han robado el protagonismo!

Marcopolo apenas reaccionó. Seguía bebiendo, mirando el líquido ámbar de su vaso como si contuviera alguna respuesta a sus tormentos.

Entonces, un recuerdo golpeó su mente como una ráfaga: una mujer en el suelo, su cuerpo sin vida rodeado de explosiones y gritos. Marcopolo cerró los ojos, apretando el vaso con fuerza, mientras un leve temblor recorría su cuerpo.

Shigaraki continuó hablando, su frustración aumentando con cada palabra.

—¡Necesitamos hacer algo grande! ¡Algo que haga temblar a todos! Kurogiri, abre un portal. —Luego se giró hacia Marcopolo.

—Tú. Ve y encuentra a algún reportero. Mátalo frente a las cámaras. Eso nos dará el impacto que necesitamos.

Marcopolo, sin levantar la vista, negó lentamente con la cabeza.

—Hoy no hay trabajos.

La respuesta fue simple, pero suficiente para desatar la ira de Shigaraki.

—¡¿Qué dijiste?! —gruñó, golpeando la barra nuevamente.

—Te estoy dando una orden. ¿Quién te crees que eres para decirme que no?

Marcopolo seguía inmóvil, su mirada fija en el vaso. Otro recuerdo lo invadió: llamas consumiendo edificios, cuerpos en el suelo, rostros distorsionados por el dolor. Un susurro en su mente decía: "Todo esto es tu culpa."

—¡Respóndeme! —Shigaraki gritó, perdiendo la paciencia.

Finalmente, Marcopolo levantó la mirada, sus ojos sombríos encontrándose con los de Shigaraki.

—No estoy de humor para tus juegos, niño.

El comentario hizo que Shigaraki estallara. En un arranque de furia, saltó hacia Marcopolo con la mano extendida, listo para desintegrarlo. Al mismo tiempo, Marcopolo se giró rápidamente, desenvainando a Murmullo y apuntándola directamente hacia él.

Antes de que ambos pudieran atacarse, un portal oscuro apareció entre ellos. Kurogiri se movió con rapidez, separándolos antes de que la situación se saliera de control.

—¡Deténganse ambos! —exclamó con firmeza, su tono resonando en el pequeño espacio del bar.

Shigaraki, furioso, retrocedió con las manos apretadas en puños. Marcopolo, por su parte, bajó lentamente a Murmullo y se giró hacia la barra, tomando otro trago como si nada hubiera pasado.

Con una calma helada, Marcopolo habló sin mirarlo.

—Intenta algo así otra vez, y no vivirás para contarlo.

En ese momento, la puerta del bar se abrió de golpe, revelando a un hombre vestido con el uniforme de héroe. Su rostro mostraba determinación mientras escaneaba el lugar, claramente buscando algo.

Sin dudarlo, Marcopolo levantó a Murmullo y disparó un tiro limpio que impactó al héroe en el pecho. El hombre cayó al suelo, inmóvil, mientras un charco de sangre comenzaba a formarse bajo él.

Kurogiri y Shigaraki lo observaron, sorprendidos por la frialdad del acto. Marcopolo, imperturbable, volvió a llenar su vaso y se dirigió a Shigaraki con un tono cortante.

—Ahí tienes tu espectáculo. Ahora déjame en paz.

La tensión en el bar era palpable. Kurogiri desvió la mirada hacia el cuerpo del héroe mientras Shigaraki, aún procesando lo ocurrido, finalmente soltó una risa seca.

—Supongo que no eres tan inútil después de todo.

Pero Marcopolo no respondió. Solo bebió en silencio, sumido en sus pensamientos y en las sombras que lo seguían atormentando.

La noche avanzaba, y el bar estaba casi en completo silencio, salvo por el sonido de los cubos de hielo golpeando el cristal de los vasos y el murmullo ocasional de Kurogiri mientras limpiaba la barra. Marcopolo seguía bebiendo, su sombrero ahora descansando a un lado mientras sus ojos cansados miraban el líquido en su vaso como si buscara algo que no estaba ahí.

—No pareces en tu mejor momento, Marcopolo, —dijo Kurogiri, rompiendo el silencio con su voz calma.

—No es usual verte así.

Marcopolo soltó una risa seca y amarga.

—La vida tiene sus formas de... recordarte cosas que preferirías olvidar.

Kurogiri observó al hombre con una mezcla de preocupación y curiosidad.

—¿Quieres hablar de ello?

Por un momento, Marcopolo pareció considerar la oferta. Su mirada se perdió en la penumbra del bar, y su voz salió apenas como un susurro.

—No es relevante. Son solo... recuerdos que no deberían estar aquí.

Kurogiri asintió lentamente, entendiendo que era mejor no presionar.

—Si necesitas algo, sabes que puedes contar conmigo.

Marcopolo levantó su vaso en un gesto de agradecimiento antes de tomar otro largo trago.

La oficina del detective Naomasa estaba iluminada por la luz tenue de una lámpara de escritorio. Las pilas de informes, periódicos y archivos cubrían cada centímetro disponible de su escritorio, reflejo del caos que los recientes acontecimientos habían desatado.

Naomasa revisaba uno de los tantos artículos publicados sobre el ataque en Hosu. El titular, en letras grandes y llamativas, decía: "El Fantasma Azul: ¿Amigo o enemigo?"

—Es impresionante cómo estos medios distorsionan las cosas, —dijo Naomasa mientras dejaba el periódico sobre el escritorio.

Frente a él, All Might, en su forma delgada y debilitada, estaba sentado con los brazos cruzados y una expresión seria en su rostro.

—El ataque en Hosu ha dejado más preguntas que respuestas, —dijo All Might.

—Stain, los Nomus, y ahora esta figura enigmática... El Fantasma Azul. ¿Qué opinas de todo esto?

Naomasa suspiró y se recargó en su silla.

—El trabajo se ha vuelto más pesado desde que esto empezó. Los héroes están más ocupados que nunca, la policía está desbordada, y la población está entrando en pánico. Y para colmo, ahora tenemos que lidiar con la ideología de Stain y cómo está inspirando a otros.

Tomó un sorbo de su café frío antes de continuar.

—He estado revisando los informes sobre los Nomus capturados. Los análisis preliminares muestran algo peculiar: quirks múltiples, habilidades modificadas. Esto no es algo que pueda hacerse sin tecnología avanzada... o sin la intervención de alguien extremadamente poderoso.

All Might asintió, su expresión volviéndose aún más grave.

—Eso solo puede significar una cosa: él sigue vivo.

El silencio llenó la habitación mientras ambos procesaban las implicaciones de esas palabras. Finalmente, Naomasa rompió el silencio.

—Si All For One sigue operando desde las sombras, este ataque en Hosu podría ser solo el comienzo.

All Might se levantó de su asiento, su mirada decidida a pesar de su frágil apariencia.

—Entonces tendremos que estar listos. No importa lo que venga, no podemos permitir que gane.

Naomasa asintió, pero su rostro mostraba el peso de la responsabilidad.

—Hay algo más, All Might. Este... Fantasma Azul. Si sigue apareciendo en lugares como este, tendremos que investigarlo más a fondo. No sabemos si está del lado de los héroes, los villanos, o simplemente del suyo propio.

All Might caminó hacia la ventana, mirando la ciudad iluminada en la distancia.

—Sea quien sea, si está involucrado en esto, lo encontraremos. Y cuando lo hagamos, descubriremos la verdad.

La conversación quedó suspendida en el aire, llena de incertidumbre y de la presión de un futuro cada vez más complicado...

Fin del capitulo 8