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Chapter 14 - Capitulo 14: "Los Débiles Son Consumidos"

El cielo nocturno estaba despejado, decorado con estrellas que parecían ignorar el agotamiento y las risas entrecortadas de los estudiantes. Alrededor de la fogata, las clases 1-A y 1-B compartían historias y bromas, intentando relajarse tras días de entrenamiento intenso. Sus cuerpos estaban pesados por el cansancio, pero sus espíritus seguían encendidos por la camaradería que había crecido entre ellos. Los platos sucios y los utensilios tirados al azar eran un testimonio de una cena improvisada y de las pequeñas victorias de ese día.

Kirishima reía a carcajadas por un chiste de Kaminari, mientras Tsuyu lo interrumpía con una observación sarcástica. Más allá, Monoma intentaba una vez más lanzar comentarios mordaces hacia la 1-A, aunque Kendo lo callaba con un golpe en la cabeza. Todos estaban demasiado exhaustos para tomarse en serio sus provocaciones, y las llamas del fuego reflejaban sus rostros despreocupados.

A unos metros de distancia, Aizawa y Vlad King conversaban con las Wild Wild Pussycats. Su charla giraba en torno al progreso de los estudiantes, aunque de vez en cuando desviaban la conversación hacia las preocupaciones sobre la Liga de Villanos. A pesar de que la ubicación del campamento era altamente secreta, la amenaza de un ataque nunca estaba completamente descartada. Sin embargo, aquella noche parecía tranquila, y por un momento, los héroes se permitieron bajar la guardia.

El aire cambió.

La risa de los estudiantes se detuvo cuando un frío extraño recorrió el lugar. Antes de que alguien pudiera reaccionar, un portal púrpura apareció en el centro del claro, justo frente a la fogata. El remolino de oscuridad creció rápidamente, como si devorara la luz a su alrededor, y de su centro salió disparada una granada negra que impactó contra el suelo en medio de los estudiantes.

BOOM.

El estruendo de la explosión fue ensordecedor. Fragmentos de metal y fuego volaron en todas direcciones, destrozando los cuerpos de al menos cinco estudiantes que estaban cerca. Los gritos de agonía llenaron el aire mientras el resto de los alumnos era lanzado hacia atrás por la onda expansiva. La fogata se apagó instantáneamente, sumiendo el área en una penumbra aterradora.

Sangre salpicaba el suelo y los rostros aturdidos de los supervivientes. Momo, con una herida en el brazo, trataba de levantarse tambaleándose mientras Midoriya buscaba desesperadamente a sus amigos entre la nube de humo y cenizas. Bakugo, a pesar del zumbido en sus oídos, se puso de pie de inmediato, su expresión de furia contenida mientras buscaba al enemigo. Todoroki creó una barrera de hielo, intentando proteger a quienes aún podían moverse.

De la oscuridad del portal emergió una figura que parecía salida de una pesadilla: el Chainsaw Nomu. Su enorme cuerpo estaba cubierto de músculos abultados y deformes, y en lugar de manos, dos sierras mecánicas giraban con un ruido estridente. Su rostro carecía de expresión, salvo por los ojos vacíos que destellaban con un brillo carmesí.

El Nomu rugió con un sonido metálico, levantando una de sus sierras antes de arremeter contra los estudiantes supervivientes. Un solo movimiento bastó para partir en dos la mesa que habían usado para cenar, y los restos volaron hacia los estudiantes, forzándolos a dispersarse.

Aizawa, Vlad King y las Wild Wild Pussycats corrieron hacia el lugar, sus rostros marcados por el horror al ver la masacre frente a ellos. Aizawa activó su quirk y preparó su arma mientras gritaba a los estudiantes que se replegaran, pero el Chainsaw Nomu parecía imparable, incluso bajo los efectos de su anulación. El caos había comenzado, y nadie estaba preparado para enfrentarlo.

La primera escena terminaba, pero el verdadero horror apenas comenzaba.

El caos continuaba desatándose sin misericordia. Una nube de humo rosado comenzó a extenderse lentamente entre los árboles, envolviendo el área y bloqueando casi toda visión, dejando un único camino claro hacia el bosque. Su aroma era sofocante, una mezcla química que dificultaba respirar y obligaba a los estudiantes a moverse desesperadamente hacia la única dirección segura.

Midoriya, entre jadeos y adrenalina, volteó hacia atrás por un instante, y lo que vio quedó grabado en su mente como una pesadilla. En el suelo, rodeados por el resplandor rojo de las llamas y el humo, estaban los cuerpos de cinco estudiantes.

Tetsutetsu Tetsutetsu, de la clase 1-B, su cuerpo cubierto de heridas que ni su quirk pudo resistir.

Kinoko Komori, su cabello teñido de rojo oscuro, víctima de la explosión que había destrozado su pecho.

Shoji Mezo, el gigantón de la 1-A, cuyo brazo múltiple había sido arrancado por la onda expansiva, su expresión congelada en un último grito de advertencia.

Yui Kodai, la silenciosa y estratégica de la 1-B, ahora inmóvil en el suelo.

Minoru Mineta, quien había intentado correr pero fue alcanzado por los escombros.

Los rostros sin vida de sus compañeros parecían mirarlo desde el suelo, como si les pidieran que escapara, que sobreviviera. Su mente quería negarlo, pero no había tiempo para llorar.

De repente, un rugido desgarrador cortó el aire. Midoriya vio cómo el Chainsaw Nomu levantaba sus brazos mecánicos y, con un único y brutal movimiento, partía en dos a otro estudiante.

Sen Kaibara, de la clase 1-B, el luchador de artes marciales que no tuvo oportunidad contra aquel monstruo.

La sangre salpicó el suelo y el Nomu continuó avanzando, ignorando por completo los cuerpos que dejaba atrás.

Otro portal púrpura se abrió al costado, y del interior emergió un Nomu musculoso que se lanzó directamente contra Vlad King. El impacto fue devastador, lanzando al maestro varios metros hacia atrás y destruyendo árboles a su paso. Vlad intentó ponerse de pie, pero el Nomu no le dio tiempo, golpeándolo de nuevo con una fuerza aplastante.

De repente, otro portal se abrió, y un fuego azul abrasador salió disparado en todas direcciones. Dabi había llegado. Las llamas comenzaron a consumir el bosque con rapidez, transformando el campamento en un infierno. Los árboles caían uno tras otro, las cenizas llenaban el aire, y el calor sofocante forzaba a los estudiantes y héroes a buscar refugio en el único camino seguro.

"¡Corran hacia el bosque! ¡No se detengan!" gritó Aizawa, su voz atravesando el caos.

Los estudiantes supervivientes, temblorosos y heridos, comenzaron a correr, dejando atrás el horror. El fuego azul creaba sombras que bailaban a su alrededor, mientras los rugidos del Chainsaw Nomu y el humo rosado cubrían el lugar como una manta de muerte.

El campamento, su refugio seguro, ahora se había convertido en un campo de batalla, y todos los que quedaban solo podían rezar por sobrevivir.

La atmósfera ardía de tensión mientras las Pussycats, con determinación en sus ojos, llegaban al epicentro del caos. Pixie-Bob utilizó su quirk para levantar una muralla de tierra, tratando de contener al Chainsaw Nomu, mientras Mandalay enviaba mensajes telepáticos para coordinar a los estudiantes y héroes dispersos. Ragdoll y Tiger se unieron al frente, listos para enfrentar a los monstruos que amenazaban con consumirlo todo.

Sin embargo, un nuevo portal púrpura se abrió en medio de la batalla, y del interior emergieron tres figuras que destilaban peligro. MarcoPolo, su sombrero y máscara intactos, sostuvo a Murmullo con una frialdad calculadora. A su lado, Spinner ajustaba su espada improvisada, mientras Magne sonreía con una mezcla de locura y entusiasmo.

Sin pronunciar palabra, MarcoPolo levantó a Murmullo, el arma que parecía respirar junto a él, y apuntó directamente hacia Ragdoll, quien estaba gritando órdenes para cubrir a Mandalay.

—"Uno menos." —La voz de MarcoPolo resonó como un eco vacío mientras apretaba el gatillo.

El disparo fue certero. Un proyectil oscuro salió disparado con una velocidad cegadora, impactando en la cabeza de Ragdoll. El sonido fue seco y final. Su cuerpo cayó al suelo como una muñeca de trapo, su expresión aún marcada por el horror.

—"No hay lugar para debilidades." —dijo MarcoPolo mientras bajaba el arma, su máscara reflejando la escena.

Mandalay gritó en agonía, pero no tuvo tiempo de procesar la pérdida. Spinner y Magne aprovecharon la confusión para lanzarse al ataque. Spinner cargó contra Tiger, quien bloqueó su espada con dificultad, mientras Magne levantó su imán gigantesco y lo lanzó contra Pixie-Bob, forzándola a retroceder.

En medio del caos, Aizawa luchaba desesperadamente contra el Muscular Nomu, su quirk activo para debilitarlo. Pero mientras esquivaba ataques y buscaba una oportunidad, sacó un pequeño dispositivo de su bolsillo y lo activó con un rápido movimiento. Una luz roja se encendió en el artefacto antes de que lo guardara nuevamente.

El dispositivo enviaba una señal directa hacia la oficina de Nezu en la UA. Allí, el director estaba revisando informes cuando la alerta se encendió en su monitor.

—"Código Rojo. Ataque en el campamento."

Nezu frunció el ceño, inmediatamente tomando el control de la situación. Sin dudarlo, comenzó a enviar mensajes de emergencia a los héroes más cercanos, activando todos los recursos disponibles.

—"Debemos movilizar a todos los héroes posibles. Cada segundo cuenta."

Mientras tanto, en el campamento, la batalla continuaba intensificándose. Los estudiantes, aterrorizados y exhaustos, se movían hacia el bosque, pero las llamas de Dabi y el humo rosado los acorralaban. Las Pussycats intentaban reagruparse, pero la presencia de MarcoPolo, Spinner y Magne dificultaba cualquier estrategia.

MarcoPolo observaba el caos con una calma inquietante, como si todo estuviera ocurriendo según un plan que solo él entendía.

—"Todo esto..." —murmuró para sí mismo, mientras Murmullo parecía resonar con su voz—. "Todo es solo el principio."

El bosque, envuelto en llamas y cubierto por un humo rosado, se convirtió en un laberinto de terror. Mientras los estudiantes corrían desesperados, intentando encontrar una salida, más portales púrpuras comenzaron a abrirse en diferentes puntos del área. De ellos emergieron figuras que irradiaban una mezcla de caos y locura.

Twice, con su característico desdoblamiento de personalidades, gritaba incoherencias mientras empezaba a crear duplicados de sí mismo. Toga, con una sonrisa maniática y sus dagas afiladas, se deslizaba entre las sombras, buscando su próxima presa. Mr. Compress, siempre elegante, hacía girar pequeñas esferas en sus manos, listo para convertir cualquier objetivo en un trofeo. Y finalmente, Mustard, con su máscara de gas y su revólver, disparaba ráfagas en dirección a los estudiantes.

Un disparo de Mustard pasó rozando a Shouda, un estudiante de la Clase 1-B, quien cayó al suelo mientras los demás lo arrastraban hacia adelante.

—"¡Corran! ¡No se detengan!" —gritó Iida, intentando mantener el orden, pero el miedo comenzaba a apoderarse de todos.

Mientras tanto, en el centro del caos, Bakugo, quien había estado observando desde una posición elevada, vio su oportunidad. Sus ojos se fijaron en MarcoPolo, quien coordinaba los ataques con una calma escalofriante mientras sostenía a Murmullo. Detrás de MarcoPolo, Dabi seguía extendiendo llamas azules, alimentando el infierno que consumía el bosque.

—"¡Ese bastardo no va a salirse con la suya!" —gruñó Bakugo, lanzándose al ataque con una explosión que resonó como un trueno.

La explosión impactó directamente contra Dabi, haciéndolo retroceder varios metros y momentáneamente apagando las llamas en su área. Sin perder impulso, Bakugo dirigió toda su furia hacia MarcoPolo.

—"¡Voy a destrozarte, imbécil!"

MarcoPolo giró con calma, como si hubiera anticipado el movimiento. Con un movimiento rápido y preciso, esquivó el ataque de Bakugo, quien pasó a pocos centímetros de él.

—"Impulsivo. Predecible." —murmuró MarcoPolo con una voz fría mientras levantaba a Murmullo.

Antes de que Bakugo pudiera reaccionar, MarcoPolo apretó el gatillo varias veces. Los disparos impactaron directamente en el pecho de Bakugo, quien fue lanzado hacia atrás por la fuerza de los proyectiles, cayendo al suelo con un gemido de dolor. Murmullo, con su peculiar resonancia, parecía amplificar el sonido de cada disparo, como si quisiera dejar una marca más profunda en la escena.

Bakugo, herido pero no derrotado, intentó levantarse, pero el daño le hizo tambalearse y caer nuevamente.

Desde su posición, Aizawa observó la escena con una mezcla de rabia e impotencia. El Muscular Nomu mantenía su atención ocupada, mientras los disparos de MarcoPolo lo obligaban a mantenerse a cubierto. Cada movimiento que intentaba hacer era interrumpido por la presión de los villanos.

MarcoPolo, sin embargo, no mostró ningún signo de satisfacción o arrogancia. Solo bajó a Murmullo, listo para el siguiente objetivo, mientras sus palabras resonaban en el aire:

—"Todo esto es necesario. Este mundo necesita romperse para repararse. Y yo seré quien lo haga."

El caos continuaba extendiéndose, los estudiantes seguían corriendo, y el bosque ardía como un testimonio de la destrucción que la Liga de Villanos había traído.

El panorama era una mezcla de devastación y horror. Aizawa, exhausto y con la mente llena de estrategias que no lograba ejecutar, observó desde su posición cómo Vlad King era levantado por el musculoso Nomu que lo había atacado antes. El villano lo alzó como si fuera un juguete y, con un movimiento brutal, lo lanzó cuesta abajo por la montaña. El impacto de su cuerpo contra las rocas resonó en el bosque, y Vlad desapareció entre la niebla y el humo.

Aizawa apretó los dientes, intentando encontrar un punto para reaccionar, pero no tuvo tiempo. Pixie-Bob, en un intento desesperado por frenar el ataque, utilizó su quirk para levantar un torrente de tierra y rocas. El flujo de material avanzó con fuerza, obligando a los enemigos cercanos a retroceder momentáneamente.

Sin embargo, ese esfuerzo fue en vano. De entre las sombras, el Chainsaw Nomu surgió con velocidad y precisión. Sus sierras mecánicas rugieron antes de cortar el torrente y dirigirse directamente hacia Pixie-Bob. Ella intentó reaccionar, pero el Nomu fue más rápido. Con un movimiento devastador, atravesó su torso, arrancándole un grito que se apagó tan rápido como comenzó. Su cuerpo cayó al suelo, inerte y cubierto de sangre.

A lo lejos, Tiger intentaba avanzar hacia Aizawa, pero las balas disparadas por Murmullo, el arma mortal de MarcoPolo, lo mantuvieron a raya. Cada disparo era preciso y letal, obligándolo a moverse con desesperación. Finalmente, una bala impactó en su costado, haciéndolo caer al suelo. Aizawa vio cómo Tiger se arrastraba, tratando de mantenerse en pie, pero los disparos adicionales lo hicieron desplomarse, incapaz de continuar.

—"Malditos... todos ustedes..." —murmuró Aizawa entre dientes, sintiendo la rabia y la impotencia crecer dentro de él.

Sin opciones, Aizawa corrió, alejándose de la escena. Pero no lo haría ileso. Spinner y Magne, con sus armas listas, comenzaron a perseguirlo. Spinner blandía su espada improvisada mientras Magne levantaba su gigantesco imán, lista para aplastar cualquier obstáculo.

Mientras Aizawa intentaba ganar distancia, Kota, escondido entre una esquina de las rocas, observaba todo con ojos llenos de terror. Sus pequeñas manos temblaban mientras intentaba no emitir ningún sonido que pudiera delatarlo. Desde su posición, vio cómo Mandalay, su tía y protectora, intentaba luchar contra el Nomu musculoso que había derribado a Vlad.

—"¡Corre, Kota! ¡Corre ahora!" —le gritó Mandalay.

El niño no pudo responder. Su cuerpo estaba paralizado por el miedo. Pero no tuvo que hacerlo, porque el Nomu interrumpió la escena con un golpe devastador. Su gran brazo se alzó y, con un solo movimiento, rompió el cuello de Mandalay, dejando su cuerpo caer como una marioneta sin vida. Kota soltó un grito ahogado, sin poder apartar la mirada.

MarcoPolo, siempre en calma y observando desde las sombras, decidió acercarse al niño. Su figura sombría y el brillo de Murmullo lo hacían parecer más una entidad que un humano. Kota retrocedió, pero no pudo ir muy lejos.

—"No temas, niño," dijo MarcoPolo con una voz fría y tranquila. "Te voy a arreglar."

Levantó su mano, ahora una mezcla de metal y carne, y la colocó sobre el hombro del niño. Utilizando su quirk de reparar, una energía oscura y peculiar fluyó hacia el pequeño cuerpo de Kota. Este se desmayó al instante, pero no parecía estar herido. Solo estaba inconsciente, como si el proceso hubiera drenado toda su fuerza.

MarcoPolo se incorporó, mirando a su alrededor con una expresión neutral. "Todo está siguiendo el curso que debe tomar," murmuró. "Ahora, avancemos."

Volteó hacia los demás villanos que seguían causando caos en el área.

—"Toga, Twice, mantengan a los estudiantes en movimiento. Compress, toma todo lo que puedas. Spinner, Magne, asegúrense de que nadie quede atrás. El Nomu continuará cubriendo nuestro avance."

Los villanos asintieron mientras MarcoPolo terminaba de dar órdenes. Desde su lugar, Kurogiri observaba la escena, asintiendo para sí mismo. No podía evitar notar el cambio que había ocurrido en MarcoPolo. Este hombre ya no era el mismo que había conocido. All For One lo había transformado en algo más, algo peligroso.

El bosque, consumido por llamas y cubierto de humo, se convirtió en un campo de guerra mientras la Liga de Villanos continuaba avanzando con su ataque, dejando muerte y destrucción a su paso.

Había algo casi poético en todo ello. Mientras MarcoPolo se movía por el caos del bosque, daba órdenes precisas y disparaba con Murmullo, su mente seguía deslizándose entre dos realidades: la actual, devastada por su propia intervención, y la pasada, una que el quirk de All For One le había arrancado de lo más profundo de su psique.

Había visto fragmentos de su vida pasada, oscuros y nítidos como si los estuviera reviviendo en tiempo real. El quirk no solo había "reparado" su presente; había desenterrado su identidad pasada y la había colocado frente a él sin filtros ni adornos.

Recordaba los cielos teñidos de negro por el humo de las guerras, los gritos de personas atrapadas bajo los escombros, las decisiones que él había tomado en el campo de batalla, decisiones que habían sellado la suerte de muchos para salvar a unos pocos. Recordó los rostros de los soldados que confiaban en él, las sonrisas rotas de los civiles que agradecían con lágrimas en los ojos, aunque sabían que no todos habían sobrevivido.

"¿Y para qué? Todo lo que protegí ardió. Todos a quienes salvé murieron por un sistema podrido," pensó. Las imágenes eran implacables: los políticos que sellaron destinos con firmas y discursos vacíos, las guerras que no resolvieron nada, y al final, el frío impacto del metal y la oscuridad del vacío cuando su vida fue arrebatada. El camión, el dolor momentáneo, y luego… el silencio eterno.

Pero el quirk había hecho más que devolverle esos recuerdos. Le mostró la crudeza de las verdades que no quiso ver en vida. No fue un héroe en su antiguo mundo, ni lo sería aquí. Ahora entendía que la justicia y la moralidad eran conceptos ilusorios, creados por aquellos que temían enfrentarse a la verdadera naturaleza de la existencia: todo estaba roto.

Cuando su mente procesó esa verdad, algo dentro de él cambió. Recordó las guerras, los cuerpos apilados, y el rostro de un joven soldado que había muerto protegiéndolo. Recordó el incendio que arrasó su ciudad natal, dejando a su familia entre las cenizas. Cada pérdida, cada error, cada sacrificio había sido en vano. Y ahora entendía que la única forma de "arreglarlo" era despojar al mundo de esas mismas reglas que lo habían condenado.

"No importa este mundo. No importa la moralidad de los héroes ni las leyes de los villanos," reflexionó mientras observaba cómo sus órdenes destruían todo a su paso. "El universo me ha mostrado que la única forma de sobrevivir es reescribir las reglas. Para eso estoy aquí: para demostrar que solo hace falta un 'murmullo' para destruirlo todo y comenzar de nuevo."

Con esa nueva visión, MarcoPolo se sentía completo por primera vez en ambas vidas. "Ya no soy lo que era. Ya no soy MarcoPolo, ni el hombre que murió aplastado en su antigua existencia. Ahora soy un arma. Una herramienta. Una chispa que iniciará un incendio tan grande que nadie podrá ignorar el cambio que traeré."

Mientras disparaba contra los héroes y los estudiantes corrían aterrorizados, no había rastro de duda en su mirada. El pasado y el presente se habían fusionado, y en esa unión, MarcoPolo había encontrado su propósito. "Arreglar el mundo requiere romperlo primero. Y yo ya estoy arreglado," pensó con una sonrisa retorcida, colocando una bala más en el cargador de Murmullo. "Es hora de seguir arreglando lo demás."

Desde el cielo, como un cometa cargado de esperanza y furia, cayó All Might, aterrizando con un impacto que hizo temblar el bosque. Su presencia se impuso de inmediato, haciendo que los Nomus se tambalearan y que los héroes que lo acompañaban se reagruparan. Con un solo golpe, el Símbolo de la Paz destrozó a uno de los Nomus que había estado causando estragos, mientras gritaba con su característico tono de heroísmo inquebrantable:

—¡ESTE CAOS TERMINA AQUÍ!

A su alrededor comenzaron a aparecer otros héroes del top. Endeavor, envuelto en llamas intensas, lideraba un grupo que incluía a Best Jeanist, Edgeshot y Kamui Woods, cada uno desplegando sus habilidades para contener el desastre. Héroes de menor rango, pero igualmente decididos, se unieron a la batalla. La balanza comenzaba a inclinarse, aunque fuera ligeramente, a favor de la justicia.

Pero la Liga de Villanos no iba a ceder tan fácilmente. Kurogiri, fiel a su papel, comenzó a abrir más portales, liberando nuevos Nomus y sumergiendo a los héroes en un caos aún mayor. El aire se volvió pesado cuando un portal particularmente grande apareció en el centro del campo de batalla, y de él emergió la figura imponente y oscura de All For One.

Con su máscara de soporte y su presencia escalofriante, All For One parecía casi tranquilo, como si todo lo que estaba ocurriendo fuera parte de un juego cuidadosamente planeado. Sin embargo, su mera aparición provocó que todos los héroes sintieran un escalofrío recorrerles la espalda.

Mientras tanto, MarcoPolo observaba desde las sombras, ajustándose su sombrero y apretando a Murmullo contra su pecho. Recordó las palabras que All For One le había dicho en una conversación pasada, días antes del ataque.

—"MarcoPolo, este es un juego de probabilidades," había dicho el maestro de los villanos, sentado en su trono oscuro. "Si algo falla, si los héroes logran adelantarse a nosotros, liberaremos a todos nuestros recursos. El caos será nuestra ventaja, y el simbolismo de nuestro ataque romperá cualquier resistencia que quede. Tú serás crucial en ese momento."

MarcoPolo, aún procesando los efectos del quirk que lo había "arreglado," había asentido con calma. No era el mismo hombre de antes. "¿Y si 'ese momento' llega antes de lo esperado?", había preguntado, su tono frío y calculador.

All For One había sonreído detrás de su máscara, un gesto apenas perceptible. "Entonces tú liderarás la segunda fase. Adelantaremos los planes. Romperemos al mundo antes de reconstruirlo. Al final, no importa cómo lleguemos al resultado: la victoria será nuestra."

En otro momento, All For One tuvo una conversación similar con Kurogiri, su voz tan calmada como aterradora.

—"Kurogiri, confío en que estarás listo si las circunstancias cambian."

—"Siempre, maestro," respondió Kurogiri, con la reverencia de un sirviente leal.

—"Si el Símbolo de la Paz aparece, si intenta detenernos con todas sus fuerzas, no dudaré en salir al campo. Necesitamos que esta batalla marque el inicio del fin para ellos. Tú serás la clave para mantener el caos en movimiento."

—"Entendido, maestro," dijo Kurogiri, inclinándose ligeramente.

All For One lo miró fijamente. —"Recuerda, esto no es solo una batalla. Es una declaración. Si All Might aparece, el mundo sabrá lo que somos capaces de hacer."

Ahora, esas palabras tomaban forma ante los ojos de MarcoPolo y Kurogiri, quienes veían cómo el plan maestro se desplegaba. Los Nomus atacaban sin descanso. Los héroes respondían con igual ferocidad. Pero en medio de todo, la figura de All For One se alzaba como el verdadero arquitecto del caos.

Finalmente, All Might levantó la mirada desde el campo de batalla, sudor y sangre cubriendo su rostro. En ese momento, entre el humo y las llamas, sus ojos se encontraron con la figura de All For One. Su expresión cambió de determinación a un odio contenido. Sabía que este enfrentamiento era inevitable.

La escena se congeló en tensión pura. El Símbolo de la Paz y su más grande enemigo estaban cara a cara, mientras el campo de batalla ardía a su alrededor.