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Chapter 12 - Capitulo 12: "Sombras en Ascenso"

Capítulo 12 (sin título por ahora)

La presentación había terminado. Giran, con su usual calma, se recargó contra la barra del bar mientras Shigaraki observaba con ojos curiosos a los dos nuevos reclutas. Dabi, el joven de cabello oscuro y cicatrices que parecía cubrirse de llamas aún dormidas, y Toga, con una sonrisa perturbadora y un aire infantil que contrastaba peligrosamente con su evidente sed de sangre.

Marcopo se mantenía al margen, sentado en una silla, observando cada detalle de los recién llegados. Cuando la tensión inicial se calmó, se levantó lentamente, ajustando el sombrero azul que había recibido días atrás.

—Bienvenidos a la Liga —dijo con voz firme, caminando hacia ellos. Se detuvo justo frente a Dabi y lo miró a los ojos—. Soy Marcopolo, mercenario personal de Shigaraki.

Dabi no pareció inmutarse al principio, pero luego, su mirada se tornó más aguda, como si estuviera reconociendo algo.

—¿Marcopolo? —murmuró con un tono incrédulo, y luego una chispa de comprensión apareció en su rostro—. Tú eres... el fantasma azul.

Toga, que hasta ese momento había permanecido callada, dejó escapar una carcajada aguda y casi infantil.

—¡Eres tú! ¡El que hizo explotar todo en la plaza! Fue tan hermoso, tanta sangre, tanta gente corriendo... ¡Fue como un espectáculo de fuegos artificiales! —dijo, casi saltando de la emoción mientras lo señalaba con entusiasmo—. ¡Eres increíble!

Marcopo apenas reaccionó a los comentarios de la chica. Sus ojos se mantuvieron fijos en Dabi, quien lo analizaba con una mezcla de respeto y desafío.

—No me importa lo que hayas hecho antes —dijo Dabi finalmente, cruzando los brazos—. Pero si trabajas para él —señaló con la cabeza a Shigaraki—, más vale que no te interpongas en mi camino.

Shigaraki se levantó bruscamente de su silla, con los dedos temblando ligeramente.

—Soy el líder de esta Liga. No tú, ni tú —dijo, señalando a Dabi primero y luego a Marcopolo—. No me importa lo fuertes que sean. Aquí las reglas las pongo yo.

La tensión se disparó en el ambiente. Dabi soltó una risa seca.

—¿Y qué harás si no sigo tus reglas?

Antes de que Shigaraki pudiera responder, Marcopolo ya había levantado a Murmullo, apuntándolo directamente hacia Dabi.

—No sería sabio subestimar a tu líder —dijo Marcopolo con frialdad, el cañón de Murmullo brillando débilmente con energía contenida.

Toga, que seguía sonriendo, dio un paso hacia atrás, divertida por la escena.

Shigaraki no perdió tiempo. Con un movimiento rápido, saltó hacia Dabi, buscando alcanzarlo con sus dedos desintegradores. Dabi respondió instintivamente, desatando un torrente de llamas azules que iluminó el bar. Marcopolo, viendo el caos desatarse, cambió de postura y apuntó hacia ambos, preparado para disparar en cualquier momento.

—¡Basta! —La voz de Kurogiri resonó por el bar mientras portales oscuros surgían entre ellos, separándolos. Las llamas de Dabi se apagaron en el vacío del portal, y Shigaraki fue empujado hacia su silla con suavidad.

—No es prudente que los miembros de la Liga peleen entre sí, especialmente con nuevos aliados presentes —dijo Kurogiri con su calma habitual, mientras el ambiente lentamente volvía a la normalidad.

Marcopo bajó a Murmullo, aunque sus ojos permanecieron alerta. Dabi ajustó su chaqueta, como si nada hubiera pasado, mientras Toga soltaba un suspiro dramático.

—Bueno, eso fue emocionante —dijo Toga, balanceándose sobre sus talones—. Pero no quiero que nadie se mate antes de que podamos trabajar juntos.

—Tú cállate —gruñó Shigaraki, aún molesto mientras se acomodaba en su lugar. Luego miró a Dabi y Marcopolo, sus ojos llenos de determinación—. Este es mi equipo. Y si no les gusta, saben dónde está la salida.

Hubo un breve silencio. Finalmente, Dabi soltó un suspiro y asintió levemente, mientras Marcopolo regresaba a su asiento sin decir una palabra.

—Excelente —murmuró Kurogiri mientras servía bebidas en la barra—. Ahora que la situación está calmada, tal vez podamos hablar de cosas más productivas.

La conversación continuó, pero el ambiente seguía tenso, como si una chispa más pudiera desatar un nuevo conflicto. La escena terminó con un silencio incómodo, mientras cada miembro reflexionaba sobre el grupo en el que se había involucrado.

En las montañas, el sol abrasaba el suelo y los árboles se agitaban con el viento. La clase 1-A llevaba días en el campamento bajo la supervisión de las Wild Wild Pussycats. El cansancio comenzaba a hacer mella en sus cuerpos, pero no podían darse el lujo de detenerse. Sabían que el mundo allá afuera se estaba tambaleando.

Desde el ataque en la plaza y los aterradores artículos sobre el "Fantasma Azul", el ambiente en el campamento se había teñido de un aire de seriedad y preocupación. Aunque estaban lejos de la sociedad, las noticias los alcanzaban. Cada estudiante cargaba con su propia interpretación de los eventos mientras continuaban su arduo entrenamiento.

Deku golpeaba con toda su fuerza un enorme monolito que Tiger había colocado frente a él. El sudor corría por su frente mientras enfocaba la energía de One For All en sus brazos y piernas, tratando de controlar la fuerza sin lastimarse.

"El Fantasma Azul…" pensaba mientras daba otro golpe que resonaba en el bosque. "Ese hombre hizo algo terrible, pero… ¿es un villano como los demás? Hay algo en sus acciones que parece metódico, frío. Es diferente a los Nomus o a Shigaraki. Parece alguien que planea todo con precisión."

Deku no podía evitar sentir una creciente responsabilidad. Si quería ser el próximo símbolo de la paz, tenía que estar preparado para enfrentarse a todo tipo de amenazas, especialmente las que sembraban miedo tan eficazmente como ese hombre.

En otro lado del campamento, Bakugo estaba rodeado de explosiones. Su tarea era amplificar la potencia de sus ataques, mientras Mandalay lo presionaba para que controlara el impacto sin perder velocidad.

—¡Malditos villanos! —gritó mientras lanzaba otra ráfaga explosiva—. ¡Si ese tal Fantasma Azul se cruza en mi camino, lo haré pedazos!

Sin embargo, en su interior, Bakugo no podía evitar sentirse irritado. Aunque despreciaba a los villanos, el caos que habían causado le recordaba lo vulnerable que podía ser el mundo, incluso con héroes poderosos como All Might. "Ese bastardo atacó a héroes frente a todos… Eso no puede repetirse."

Todoroki entrenaba con Pixie-Bob, tratando de equilibrar el uso de su fuego y hielo. Cada técnica que practicaba era un paso más hacia el control completo de su quirk, pero su mente estaba distraída.

"Los Nomus, las explosiones, el pánico en la plaza…" Suspiró mientras creaba una pared de hielo que luego derretía con llamas intensas. "Las noticias hablan de héroes heridos y de civiles que aún buscan a sus familiares. ¿Qué clase de persona haría algo tan monstruoso?"

Aunque no lo admitiera en voz alta, Shoto sentía una mezcla de rabia e impotencia. Sabía que tenía que fortalecerse, no solo para protegerse a sí mismo, sino para asegurarse de que algo así no volviera a suceder.

Ochaco flotaba sobre una plataforma de rocas que Ragdoll había preparado. Estaba practicando mantener su equilibrio y usar su quirk para lanzar objetos más pesados.

—¿Estás bien? —le preguntó Tsuyu, que entrenaba cerca de ella.

—Sí… solo estaba pensando —respondió Ochaco, bajando la mirada—. Todo esto del Fantasma Azul… Es tan aterrador. ¿Cómo puede alguien causar tanto daño y luego desaparecer como si nada?

Tsuyu asintió lentamente, mirando hacia el horizonte.

—Esos villanos tienen planes que no entendemos. Pero tenemos que estar listas para enfrentarlos, no importa lo que pase.

Kirishima estaba golpeando una pared de roca con sus brazos endurecidos. Tiger le había ordenado que mejorara su resistencia al impacto, y aunque sus manos comenzaban a sangrar, no retrocedía.

—¡Un verdadero hombre no se rinde! —gritó, lanzando otro golpe.

Pero en su interior, no podía dejar de pensar en los artículos. "Ese tal Fantasma Azul… No pelea como los demás villanos. Ataca desde las sombras, rápido y preciso. Es como si no le importara nada más que el caos."

Mientras Kaminari entrenaba controlando la dispersión de su electricidad, Mineta intentaba incrementar la fuerza adhesiva de sus bolas pegajosas.

—¿Crees que los héroes podrán atrapar a ese tipo? —preguntó Mineta mientras lanzaba otra bola contra un árbol.

—Por supuesto. ¡Tenemos a All Might de nuestro lado! —respondió Kaminari, aunque su tono no era tan seguro como intentaba aparentar—. Pero aun así… todo lo que ha pasado es aterrador.

Ambos chicos se quedaron en silencio, pensando en lo frágil que podía ser el orden cuando alguien como el Fantasma Azul aparecía en escena.

Momo estaba creando objetos más grandes y complejos, entrenando su resistencia física mientras Ragdoll le daba indicaciones. Su mente estaba dividida entre las exigencias del entrenamiento y las imágenes que había visto en las noticias.

"El Fantasma Azul… Es un estratega. Sus acciones están calculadas para causar el mayor daño posible. Necesitamos ser más inteligentes, más fuertes."

Su resolución se hizo más fuerte. No podía permitirse dudar si quería estar a la altura de las expectativas de ser una líder en su clase.

El entrenamiento continuó por días. Los estudiantes empujaban sus límites, cada uno cargando con el peso de las recientes tragedias. Las Wild Wild Pussycats los motivaban constantemente, recordándoles que su preparación era esencial para enfrentar los desafíos que estaban por venir.

A pesar de su agotamiento, nadie se rendía. Cada noticia que llegaba sobre el caos causado por la Liga de Villanos y el Fantasma Azul les recordaba por qué estaban allí.

Los héroes profesionales trabajaban arduamente para recuperar la confianza perdida y reconstruir lo que había sido destruido, mientras los estudiantes de la UA se preparaban para ser el próximo frente de batalla en un mundo cada vez más peligroso.

En una sección separada del campamento, la clase 1-B entrenaba con igual intensidad bajo la supervisión de Vlad King y algunas de las Wild Wild Pussycats. Aunque se mantenían alejados de sus compañeros de la 1-A, las noticias sobre los recientes ataques y el Fantasma Azul no habían pasado desapercibidas.

Cada estudiante llevaba días trabajando en mejorar sus habilidades, enfrentando la presión no solo de fortalecerse, sino de demostrar que podían estar a la altura de los héroes más prometedores de su generación.

Kendo entrenaba con Tiger, usando sus enormes manos para bloquear y golpear árboles reforzados con materiales especiales. Sus movimientos eran precisos y contundentes, pero su mente estaba dividida.

"El ataque de la plaza…" pensó mientras derribaba otro árbol. "Ese villano, el Fantasma Azul, atacó a héroes profesionales como si fueran nada. ¿Cómo podemos enfrentarnos a algo así si no somos lo suficientemente fuertes?"

A pesar de sus dudas, Kendo sabía que, como líder de su clase, debía mantener una actitud firme. Los demás contaban con ella para marcar el ritmo y no podía permitirse vacilar.

—¡Otra vez! —gritó, levantando los puños y preparándose para otro golpe, decidida a seguir mejorando.

Monoma practicaba con Mandalay, copiando quirks de varios de sus compañeros y encontrando formas creativas de utilizarlos.

—¡Ese Fantasma Azul es solo un cobarde más! —dijo mientras lanzaba una onda de energía copiada del quirk de un compañero—. ¡Si tuviera la oportunidad de enfrentarme a él, lo derrotaría en un abrir y cerrar de ojos!

Aunque Monoma hablaba con arrogancia, internamente sentía un leve miedo. "Ese hombre planificó cada detalle de ese ataque… ¿Qué tan preparado estoy para enfrentar algo tan calculado?"

Sin embargo, Monoma no dejó que estas dudas lo detuvieran. Si algo sabía hacer era superar los desafíos con determinación, incluso si tenía que fingir confianza.

Tetsutetsu entrenaba golpeando enormes placas de metal reforzado, endureciendo su cuerpo para soportar impactos cada vez mayores.

—¡No me importa lo fuerte que sea ese tipo! —gritó mientras lanzaba otro golpe—. ¡Los héroes siempre encontrarán la manera de ganar!

A pesar de sus palabras, el ataque en la plaza había dejado una impresión profunda en él. Ver héroes heridos y civiles en peligro lo había hecho cuestionar si estaba listo para lidiar con el caos real del mundo exterior.

—¡Tengo que ser más fuerte! —gritó, endureciendo su cuerpo aún más. "No puedo fallarle a nadie. No cuando tanto está en juego."

Shiozaki practicaba controlando sus vides bajo la supervisión de Pixie-Bob, quien le exigía más precisión y rapidez. Cada vez que hacía brotar nuevas plantas, pensaba en el daño que los villanos habían causado.

—La maldad en este mundo… —murmuró mientras sus vides atrapaban un objetivo móvil—. Parece que no tiene límites.

Shiozaki se aferraba a su fe, buscando consuelo en la idea de que los héroes y la justicia siempre prevalecerían. Pero el Fantasma Azul la inquietaba profundamente; sus acciones eran frías y metódicas, casi como si fuera un ángel caído que había decidido traer caos.

Honenuki estaba hundiendo grandes estructuras de piedra en el suelo con su quirk. Mandalay lo presionaba para que utilizara su habilidad de forma ofensiva y no solo defensiva.

—Este ataque nos ha mostrado lo vulnerables que podemos ser —dijo mientras hundía otra roca—. Tenemos que estar listos para cualquier cosa.

Juzo pensaba mucho en los héroes que habían caído o quedado heridos. Aunque su quirk era versátil, sabía que debía usarlo de manera más estratégica si quería estar a la altura de los desafíos que se avecinaban.

Komori y Fukidashi entrenaban juntos, combinando el crecimiento de hongos de Kinoko con los efectos visuales y sonoros del quirk de Manga.

—Es aterrador pensar que un solo hombre pueda causar tanto caos —dijo Kinoko mientras hacía crecer una nube de esporas.

—¡KA-BOOM! —exclamó Manga, creando un enorme cartel con el sonido de una explosión—. ¡Eso es lo que les haríamos a esos villanos si se atrevieran a enfrentarnos!

Aunque ambos intentaban mantener el ánimo alto, no podían evitar sentir la tensión. El caos que el Fantasma Azul había desatado en la plaza era un recordatorio de lo lejos que aún estaban de ser héroes completamente preparados.

Setsuna estaba practicando dividir su cuerpo en más partes y moverlas con mayor precisión. Tiger la alentaba a encontrar formas creativas de usar su quirk en combate.

—Ese Fantasma Azul… Es un problema real —dijo mientras reensamblaba su cuerpo—. Pero eso solo significa que tenemos que ser más inteligentes que ellos.

Setsuna veía el ataque como una lección. Si quería estar lista para enfrentar villanos tan estratégicos, debía pensar como ellos.

Awase y Tsunotori trabajaban juntos, combinando las habilidades de soldadura y los cuernos de ponny para crear tácticas ofensivas.

—La Liga de Villanos no tiene límites —dijo Awase mientras soldaba un panel metálico al suelo—. Pero nosotros tampoco.

Tsunotori asintió, lanzando sus cuernos haciéndolos girar para un ataque ofensivo.

—No podemos dejar que el miedo nos detenga. Los héroes cuentan con nosotros para ser la próxima generación.

Ambos compartían el mismo pensamiento: el caos que habían presenciado en las noticias no podía repetirse.

Mientras entrenaban, cada estudiante de la 1-B reflexionaba sobre las implicaciones del ataque en la plaza. Aunque ninguno de ellos había estado allí, las imágenes de civiles heridos, héroes caídos y el caos causado por los Nomus y el Fantasma Azul los perseguían.

Vlad King los observaba desde la distancia, notando el esfuerzo y la determinación en sus rostros. Sabía que estos jóvenes estaban sintiendo el peso de las expectativas, pero también confiaba en que este entrenamiento los prepararía para enfrentar cualquier desafío que les aguardara.

Aunque agotados y con el ánimo tenso, la clase 1-B no se rendía. En sus corazones, todos compartían el mismo objetivo: ser lo suficientemente fuertes para proteger el mundo de amenazas que parecían imparables.

El sol comenzaba a descender lentamente, tiñendo el cielo de tonos anaranjados mientras el campamento continuaba lleno de actividad. Los estudiantes de ambas clases seguían entrenando sin descanso, cada uno empujando sus límites para fortalecerse. En un rincón apartado del área central del campamento, Aizawa y Vlad King se encontraban reunidos, ambos con expresiones serias que reflejaban la carga de los últimos días.

Aizawa, con su típico semblante tranquilo pero cansado, se recargó en un árbol mientras observaba en la distancia cómo los estudiantes de la 1-A y la 1-B se esforzaban en sus entrenamientos.

—¿Cómo ves el progreso de tus chicos? —preguntó sin apartar la vista.

Vlad King cruzó los brazos, su voz firme pero con un tinte de preocupación.

—Están avanzando rápido. Más rápido de lo que esperaba, considerando las circunstancias. Pero no puedo ignorar que hay un peso emocional que los está afectando. Los ataques recientes... están en sus mentes, incluso si no lo dicen en voz alta.

Aizawa asintió lentamente.

—Lo mismo pasa con la 1-A. Están más enfocados que nunca, pero puedo ver cómo el miedo y la presión los están moldeando. Algunos lo están canalizando bien, pero otros… podría volverse un problema si no manejan esas emociones adecuadamente.

Ambos guardaron silencio por un momento, dejando que el ruido de los entrenamientos llenara el vacío. Luego, Vlad King rompió el silencio.

—Antes de venir aquí, en la reunión de emergencia, pensé que cancelaríamos el campamento. Con todo lo que ha pasado, parecía lo más lógico.

Aizawa soltó un leve suspiro.

—Yo también lo pensé. Pero la ubicación es completamente secreta, y las medidas de seguridad que implementamos deberían ser suficientes para mantenernos a salvo.

—¿Deberían serlo? —replicó Vlad con un tono más bajo, casi murmurando.

Aizawa lo miró de reojo, entendiendo perfectamente a qué se refería.

—No podemos garantizarlo, eso lo sabemos. Pero mantener a los estudiantes encerrados en UA tampoco es una solución. Necesitan este entrenamiento más que nunca, especialmente si los villanos siguen aumentando la intensidad de sus ataques.

Vlad King asintió lentamente, aunque no parecía completamente convencido.

—¿Crees que la Liga de Villanos podría dar con este lugar? —preguntó, finalmente dando voz a la preocupación que ambos compartían.

Aizawa se tomó un momento para responder, como si estuviera considerando cada posibilidad.

—No lo descarto. Especialmente con el Fantasma Azul entre ellos. Ese tipo… es diferente. No solo actúa, planea. Su nivel de estrategia es algo que no habíamos visto antes, y eso lo hace peligroso.

—¿Crees que tenga algo planeado para nosotros? —Vlad se inclinó ligeramente hacia adelante, su expresión endureciéndose.

—Es posible —admitió Aizawa—. Pero no podemos quedarnos paralizados por la idea de lo que podría pasar. Si la Liga aparece aquí, tenemos que estar listos. Nosotros, y los estudiantes.

Vlad se enderezó, soltando un suspiro.

—A veces me pregunto si estamos haciendo lo correcto. Presionarlos así, tan jóvenes, cuando el mundo allá afuera parece volverse más caótico con cada día que pasa.

Aizawa lo miró, su expresión más seria que nunca.

—No tenemos elección, Vlad. Este es el mundo en el que vivimos, y si no los preparamos ahora, no tendrán oportunidad cuando les toque enfrentarlo.

Vlad guardó silencio por unos segundos, procesando las palabras de Aizawa. Luego, asintió.

—Tienes razón. Pero no significa que sea más fácil de aceptar.

Ambos volvieron a quedarse en silencio, observando cómo sus estudiantes seguían entrenando, sudando, cayendo y levantándose una y otra vez.

—Por ahora, sigamos vigilando de cerca. Si algo cambia, estaremos listos.

—Eso espero —respondió Vlad, su voz baja pero determinada.

La tarde continuaba avanzando, el sol empezaba a ocultarse detrás de los árboles, y aunque el ambiente del campamento seguía lleno de energía, en el aire flotaba una tensión invisible. Ambos héroes sabían que el peligro estaba siempre al acecho, y que la Liga de Villanos, especialmente con figuras como el Fantasma Azul, no tardaría en hacer su próximo movimiento.

En la sala de reuniones de la Comisión de Seguridad Pública de Héroes, un ambiente tenso dominaba el lugar. La luz fluorescente brillaba sobre una mesa larga de madera oscura, rodeada por varios de los héroes más importantes y altos funcionarios de la Comisión. Entre ellos se encontraban Endeavor, Best Jeanist, Hawks y Edgeshot, todos con expresiones serias. Nezu, el director de UA, estaba sentado en un lado de la mesa, su pequeña figura contrastando con la presencia de los héroes, pero su mirada inteligente y analítica dominaba la sala.

All Might, en su forma musculosa, permanecía de pie cerca del centro, con los brazos cruzados y una expresión inusualmente grave. Las imágenes del ataque en la plaza, el caos y la masacre provocados por los Nomus, se proyectaban en una pantalla grande al fondo de la sala.

Una de las funcionarias de la Comisión, una mujer de cabello corto y expresión fría, rompió el silencio.

—El ataque de hace unos días no fue solo una masacre, fue una declaración. La Liga de Villanos no solo busca el caos, sino que está elevando su capacidad estratégica. La inclusión del Fantasma Azul confirma que ahora tienen un recurso táctico extremadamente peligroso.

Endeavor gruñó, sus brazos cruzados mientras su mirada ardía de frustración.

—Ese bastardo. La forma en que los Nomus aparecieron justo en las salidas y atacaron a los civiles fue demasiado precisa. Esto no fue obra de Shigaraki; alguien más está moviendo los hilos.

—No es solo su precisión, sino su desprecio absoluto por las vidas humanas —añadió Best Jeanist con un tono contenido, aunque su rostro reflejaba la misma furia.

Nezu alzó una pata, pidiendo la palabra.

—Debemos tener en cuenta que esta estrategia no solo tenía como objetivo el caos. Fue una provocación. Quieren que reaccionemos, que cometamos errores. Y eso me preocupa.

Hawks, apoyado contra una pared, intervino con su tono relajado pero afilado.

—No sería la primera vez que nos empujan a jugar según sus reglas. Pero esta vez… es diferente. Esa bala que casi mató a Kamui Woods y cómo lograron escapar con Mt. Lady sin dejar rastro. Eso no es improvisación.

All Might, que había permanecido en silencio, finalmente habló, su voz profunda resonando en la sala.

—Lo que sea que estén planeando, no podemos permitirles seguir ganando terreno. La gente está perdiendo la confianza en nosotros, y con razón. Fracasamos en protegerlos en ese ataque.

—¿Fracasamos? —interrumpió Endeavor, su tono lleno de enojo—. La Liga usó Nomus como armas contra civiles. Cualquiera habría tenido dificultades para manejar esa situación.

Nezu, con su habitual calma, respondió:

—Eso puede ser cierto, Endeavor, pero la percepción pública es lo que importa ahora. La gente no entiende las complejidades de nuestras luchas; solo ven los resultados. Y los resultados de ese día son cientos de heridos, decenas de muertos y una heroína desaparecida.

Una murmuración recorrió la sala mientras los funcionarios discutían la gravedad de la situación.

—¿Qué medidas proponemos? —preguntó uno de los funcionarios, un hombre mayor con gafas.

—Primero, debemos reforzar la seguridad en todas las áreas públicas. Las patrullas se intensificarán, especialmente en zonas concurridas —respondió la mujer de la Comisión.

—Eso es insuficiente —dijo Nezu, moviendo ligeramente su cabeza—. La Liga está jugando un juego mucho más complejo. Si seguimos reaccionando únicamente a sus movimientos, siempre estaremos un paso atrás.

All Might lo miró directamente, sabiendo que Nezu tenía un punto.

—Entonces, ¿qué propones? —preguntó, su voz firme.

Nezu sonrió ligeramente, aunque su mirada seguía seria.

—Necesitamos entender al Fantasma Azul. Quién es, cómo piensa, y cuál es su motivación. Cada movimiento suyo tiene un propósito, y mientras no lo comprendamos, será imposible predecir sus próximos pasos.

—Eso suena como una tarea más para los detectives que para nosotros, héroes —comentó Hawks, aunque su tono no era de burla, sino de pragmatismo.

—Es una tarea para todos nosotros —corrigió Nezu—. Y eso incluye a nuestros estudiantes.

Endeavor lo miró con el ceño fruncido.

—¿Qué estás sugiriendo?

—Que los estudiantes también se preparen para enfrentar amenazas como esta. El campamento que están llevando a cabo es un primer paso, pero deben entender que esta guerra no es solo de los héroes establecidos.

—¿Involucrar a los estudiantes más jóvenes? —Endeavor sonaba casi incrédulo—. ¿No es ya suficiente con lo que enfrentaron en el USJ?

Nezu inclinó la cabeza ligeramente, como si aceptara la crítica.

—Es suficiente, pero no es opcional. Este es el mundo al que se enfrentan.

Un silencio pesado cayó sobre la sala. Todos sabían que Nezu tenía razón, pero era una verdad difícil de aceptar.

La funcionaria de cabello corto retomó la palabra.

—Independientemente de eso, necesitamos medidas inmediatas. Hawks, necesitamos más información sobre los movimientos de la Liga. Y All Might, tú y Endeavor serán el núcleo de cualquier operación de respuesta.

All Might asintió, su expresión grave.

—Haré lo que sea necesario.

—Y lo mismo digo yo —agregó Endeavor, su tono lleno de determinación.

—Perfecto —respondió la funcionaria—. Ahora, enfoquémonos en cómo estabilizar la confianza pública mientras preparamos nuestra siguiente estrategia.

Mientras las discusiones continuaban, la pantalla seguía mostrando imágenes del ataque en la plaza, recordándoles la magnitud de la amenaza que enfrentaban. Afuera, el día seguía avanzando, pero dentro de esa sala, la sensación era que la noche ya había caído sobre ellos.

Fin del capitulo 12