—Y dime ¿Cómo reaccionarías si te dijera que hay un mundo lleno de personas que te esperan?
Dijo Luna en un tono bastante animado, ella me apuntaba con una regla mientras permanecía sobre la ventana cuando me dijo eso.
En lo personal, estaba muy confundido, lo primero que pensé fue en que intentaba darme un discurso de motivación personal o algo como eso.
—¿Esto es alguna especie de mensaje motivacional?¿Como esos que dicen: "Todos tenemos un lugar al que pertenecemos." o algo asi?
Ella ladeó la cabeza, demostrando un poco de confusión en su expresión facial.
—¿Mensaje...? ¡No, no, no! Te estoy hablando de otro mundo ¡Un mundo lleno de magia y aventuras! ¿Acaso no me entiendes?
Al escuchar eso lo entendi todo. Esta mujer era...
—¿Sindrome del octavo grado?¹
—¡Qué grosero!
Para ser una chica tan linda, no parecía que fuese ese tipo de persona. Luna se aclaró la garganta un poco y luego de eso, exclamó:
—¡Kasabaru Ganko!¡Yo soy Luna, la hechicera y profetiza del reino de Griseia! ¡Te he estado observando desde hace mucho tiempo!
Esto me esta empezando a asustar.
—¿A qué te refieres?
—¡Desde que te levantas hasta que te acuestas durante los ultimos dos meses, te he observado detenidamente!
Mi miedo se hizo realidad. Esta chica hermosa frente a mi aparentemente es una psicópata acosadora.
—¿Qué? ¿Eres una...? Okey perdón pero de verdad necesito ir a casa.
Traté de tomar mi teléfono para llamar a la policia mientras me daba la vuelta para correr, sin embargo...
—¡¡No me hagas quedar como una tonta!!
Gritó ella con una voz llena de ira. El viento fue tan poderoso que las puertas se cerraron de golpe e incluso me derribaron. Esto parecia algo asi como esos programas de bromas.
—¡Okey, me tienen! ¡Buena broma! ¡Ya pueden salir! ¿Dónde está la camara?
—Veo que no me vas a creer. En ese caso, veamos si esto te convence.
Las puntas de color violeta en el cabello de Luna se tornaron oscuras como el resto de su cabello, pero lo sorprendente fue lo siguiente: Una pequeña esfera de luz violeta del tamaño de una uña apareció repentinamente flotando sobre el dedo indice de Luna. Con un asentimiento como de: "Con esto será suficiente." ella lanzó la pequeña esfera hacia una de las dos puertas del salón de clases y de repente...
—¿¡Que dem...!?

Se abrió algo similar a algo de una pelicula de ficción en una de las puertas del aula, como una especie de grieta espacial de colores rosados y violetas. Yo estaba en shock. Podía sentir como esa cosa deseaba succionarme, pero algo la retenía.
—Kasabaru Ganko, te doy la opción de irte de este mundo y ser un héroe o permanecer aquí, viviendo tu vida miserablemente como hasta ahora. Dependiendo de la puerta que elijas, esa será tu decisión.
Esto parecia muy real.
Por mi mente pasaban demasiados sentimientos complicados. ¿Estará diciendo la verdad?¿De verdad puedo hacerlo? ¿Un heroe?¿Qué hay de la escuela? Bueno, al diablo mi escuela, pero... ¿Qué me queda por perder? Mi padre se refugió en el alcohol despues de que mi madre nos abandonó, mis abuelos no me quieren ver, no tengo amigos ni conocidos especiales a los que extrañar o que siquiera noten mi desaparición ¿Tal vez Rex lo note? Jaja, seria gracioso ver su cara cuando note como ni en mi casa me encuentra.
En general y fuera de juegos, no tenia motivos para quedarme, pero ¿Tenia motivos para irme?
—Todo eso de ser el héroe suena demasiado bueno para ser verdad. Pero mirame ¿Por qué yo? No tiene ningún sentido.
Luna, viendo que yo parecía algo renuente, empezó a hablar.
—Mis ancestros, los luneri, solian tener una vision en sueños tan constante que se contó durante generaciones. En esta visión, se dice que en el reino del norte un monstruo se levantaria de entre su gente y se coronaria entre demonios, causando durante años un caos y destrucción interminables.
—¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
—Bueno, se decía que el astro lunar, como el protector de esas tierras, bajaría entre ellos en un receptaculo de carne. Y viajando a tierras extrañas, seleccionaría a un campeón que fuera tenaz, tenaz para pelear en contra del mal...
—¿Entonces por eso es que me observaste?
—Asi es. Yo soy Luna, el receptáculo del astro lunar de la leyenda. Y he venido a este mundo para seleccionar a un campeón.
—Sigue siendo horrible observar a la gente a escondidas.
—¿¡Quieres callarte y dejarme terminar!?
Ella se aclaró la garganta y prosiguió:
—He decidido que tú eres la persona a la que estoy buscando ¡Tu eres el que se profetizó!
—Uhmm... Sabes, eso de: "la profecía" es algo cliché.
—¿¡Qué se supone que tengo que hacer para que me creas!? ¡Literalmente acabo de crear una maldita grieta dimensional en tu cara!
Ella parecía bastante molesta en este punto de la conversación. Así que decidí relajar el ambiente un poco, ya que en primer lugar era mi culpa.
—No es que no te crea, el problema es que no sé si algo cambiará aún si me voy contigo.
Luna finalmente suspiró con pesadez y bajó de la ventana. Ella con pasos calmados se me aproximó hasta quedar frente a mi, luego, ella se arrodilló.
—¿¡Eh!? ¡No es necesario todo esto!
Traté de levantarla, pero ella se negó y siguió hablando lo siguiente con un tono apagado, casi al borde del llanto:
—Kasabaru Ganko. Mi mundo... Mi hogar está en riesgo de ser esclavizado por un tirano que le importan poco o nada las personas que viven ahí. Tú mundo no sufre de guerras actualmente y no te valoran en lo absoluto en cualquier lugar al que vayas. Te lo preguntaré una vez más... ¿Quieres morir aquí siendo un don nadie o vivir en otro mundo siendo un héroe?
Las palabras de Luna me habían golpeado como un rayo. Ella no estaba aquí por gusto. Ella estaba aquí porque necesitaba de alguien que le ayude a proteger su mundo. Yo no podía verme a mí mismo como un héroe en lo absoluto, sin embargo, si yo podía hacer algo por ella...
—Iré. Levántate.
Luna levantó la cabeza y levantándose, me abrazó.
—Gracias... De verdad.
Estaba avergonzado debido al abrazo, pero decidí pretender ser cool.
—N-No creo que yo sea a quien buscas, pero si soy por lo menos un poco de ayuda estaré dispuesto a apoyarles.
Ella se separó de mi y se dirigió hacia el portal.
—¿Tienes algún asunto pendiente antes de irnos?
—Uhmm... solo la tarea de ciencias. De todos modos no la quería hacer.
—Pfff.
Ella rió después de eso y me extendió la mano.
—Vamonos.
—S-Si...
Nervioso, tomé su mano. Yo tenía las manos sudadas y rezaba por qué no se diera cuenta de eso. Nos dirigimos al portal.
Fin del capitulo.
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