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Chapter 6 - Capitulo 6: ¿Cabello anaranjado?

A pesar de que parecía que la noche tras "la llegada del héroe" sería una noche de baile y banquete para recibirlo, no había nada parecido, al contrario, era una noche callada, sin celebraciones. Diría que era una noche callada hasta que mis gritos empezaron a oírse.

—¡Ahh! ¡Lunaaa!

El sonido de mi grito resonó por toda la parte superior del palacio. Esta vez de verdad me había pegado un susto enorme en el baño. Luna irrumpió rápidamente en mi habitación, azotando la puerta al entrar. Estando ella preocupada por los gritos.

—¿¡Ganko!? ¿¡Estás bien!?

En ese momento, salí del baño, dirigiéndome hacia Luna, muy asustado por una extraña situación.

—¡Mi cabello! ¡Luna, mi cabello es anaranjado! ¿¡Qué cosa le has hecho a mi cabello!?

—¿Uh? ¿Es por eso que estás gritando? Pensé que sería algo más serio. Con esos gritos pensaba que alguien había venido a apuñalarte o algo así.

Luna parecía algo desilusionada al respecto por alguna razón. A juzgar por su mirada, pude notar que esta situación no era algo extraño para ella. Incluso podría decir que era rutinario.

—¿Por qué no pareces sorprendida? No se supone que mi cabello se vea así, no se si lo notaste, pero mi cabello era negro.

No sabía en qué momento Luna me había puesto un tinte de cabello, pero definitivamente me habría dado cuenta de ello. Luna negó con la cabeza.

—¿Eres tonto o qué? Yo no le hice nada a tu cabello. Cuando cruzaste el portal, tu cuerpo tuvo muchos cambios, el cambio fue tan drástico que casi te mueres ¿O ya no te acuerdas?

Tuve un escalofrío al recordar cómo todos mis órganos internos parecían querer explotar de un momento a otro cuando estaba cruzando el portal hoy más temprano. Entonces, fue cuando me di cuenta del por qué tal vez ella parecía no dolerle cuando cruzamos.

—¿Quieres decir que mi cabello es naranja ahora gracias al portal?

Ella negó con la cabeza.

—No al portal, sino a la transformación que tuviste al cruzar de un mundo sin magia a uno con magia.

Ella continuó:

—Hay algo con lo que las personas de este mundo nacen, se llaman magiculas.

—¿Magi-qué?

Nunca en mi vida había escuchado ese termino. Ni siquiera en los videojuegos o en las novelas con las que solía pasar mi tiempo. Espera ¿Algo no cliché en este mundo? Eso es lo que más me preocupa.

—Magiculas. Ma-gi-cu-las. Son células con las que los habitantes de este mundo nacen por defecto. Es debido a toda la brizna de magia del ambiente que sin las magiculas la gente no podría vivir aquí. Su cuerpo explotaría gracias a la presión que el mundo emana al no seguir una ley que se ha autoimpuesto.

Luna hablaba con fluidez y entendía cada una de sus palabras, pero no podía comprenderlas. Había conceptos que yo desconocía del todo, parecía que estaba hablando de que no eran humanos comunes aún si lo parecían.

—¿Células especiales? ¿Brizna de magia? ¿Ley autoimpuesta? Luna, e-espera un segundo, estás yendo muy rápido ¿Qué es todo esto que me estás diciendo? Hace no menos de 3 o 4 horas descubrí que había algo más allá de mi propio mundo con vida y ahora me estás hablando de conceptos extraños, estoy confundido.

Luna detuvo su tren de golpe. Parecía que se dió cuenta de lo que le trataba de decir. Ella decidió empezar más lento.

—Tienes razón. En tu mundo la cantidad de magia existente es casi nula, al igual que su conocimiento de los astros. En tu civilización apenas han descubierto y estudiado la punta de las leyes más básicas del planeta. Sin mencionar que están en la etapa de creer que la existencia fue casualidad.

Tras eso, Luna se sentó en la cama de la recámara, pidiéndome que me sentase a su lado, haciendo gestos con suaves golpecitos de su palma en dicho lugar. Nervioso, me senté a su lado. Ella continuó hablando:

—No te culpo por desconocer estos temas. Pero no es el momento de explicarte todo. Solo te puedo decir que tuve que agregar magiculas artificiales a tu cuerpo mientras cruzabas el portal. Ese dolor que sentiste era la barrera del mundo rechazando tu existencia al no seguir este "Código" que todos aquí siguen. Al terminar de agregar las magiculas a tu cuerpo, el mundo te dejó pasar, pero tu cuerpo aún se está adaptando a estas.

—Entonces… El dolor en mi cuerpo y el color de mi cabello… ¿Son efectos secundarios de las magiculas?

Pregunté con duda. Luna asintió.

—Si y no.

—¿Eh?

—El dolor de tu cuerpo es por el cambio tan repentino en tu genética y porque tus órganos casi son destruidos por la barrera del mundo, pero el cambio en la pigmentación de tu cabello si es el efecto de la exposición de las magiculas a la brizna mágica que ahora entra a tu cuerpo debido a las nuevas células que la absorben. Por eso te sientes raro.

—Ya veo… la incomodidad que siento en mí como un vacío… es debido a que… ¿El poder mágico fluye a través de mí?

—Eso también podría ser hambre.

Un incómodo sonido salió de mi barriga mientras ella decía aquello. Miré hacia abajo con pena y ella, con una sonrisa en su rostro se levantó de la cama.

—Ire por algo para que comas. Después de todo, no has comido nada desde que llegaste, debes estar hambriento. Toma un baño mientras traigo eso, apestas un poco.

Luna salió de la habitación, quedándome solo. Una pequeña sonrisa nació de mi rostro.

"Un nuevo mundo eh…" pensaba para mis adentros. Quién diría que un día tan horrible se convertiría en la oportunidad de mi vida.

Al final del día, esa chica tan amable y hermosa me dió una nueva vida. Ella ha sido la primera persona que creyó en mí y no me juzgó por como me veo… yo… Tengo que devolver este favor.

Mirando por la ventana, observé las estrellas, dispuesto a dejar atrás mi antiguo yo. Con una nueva determinación y un nuevo objetivo, juré en mi interior, diciendo:

—Está vez no fallaré, me esforzaré al máximo.

De repente, un hedor pasó por mis fosas nasales.

—Iugh. Luna tiene razón, realmente apesto. Basta de cosas cursis, hay que trabajar.

Mi cuerpo no había cambiado en cuanto a apariencia. No había cambiado mi mórbida silueta ni tampoco mi forma de pensar en cuanto a este. Pero ahora tenía una nueva resolución. Una nueva oportunidad que no podía dejar pasar.

Fin del capítulo.

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