**Días antes de la boda**
Todo comenzó cuando mi teléfono vibró en el bolsillo de mi pantalón. El casino se sentía especialmente animado aquel día, y todo parecía progresar sin problemas. Antonio me llamó anoche preguntándome si estaba libre para cenar con él. A diferencia de su manera de ser habitual, Antonio sonaba preocupado y un poco ansioso mientras me hablaba por teléfono. Aunque no estaba seguro, podía intuir que había algo de lo que quería hablar conmigo que no podía decirse por teléfono.
Estiré la mano para coger mi teléfono mientras esperaba a medias que la llamada fuera de mi hermano. El nombre mostrado en la pantalla de mi teléfono era uno que temía. Conecté la llamada sin decir una palabra de saludo porque no era necesario.
—¿Dónde estás? —preguntó la voz de mi padre a través del teléfono.
—El casino del Este... —respondí.
—No importa. Ven aquí ahora mismo —ordenó mi padre impaciente.
