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Chapter 24 - Epílogo: Un nuevo horizonte

Haruto, sentado bajo un árbol cercano, observaba cómo el cielo se teñía con los primeros destellos rosados y dorados del amanecer, mientras Kizuna revoloteaba sobre su hombro.

Los sonidos del bosque—el susurro de las hojas, el canto distante de un ave—creaban una atmósfera de tranquilidad que hacía difícil marcharse.

—¿Realmente tenemos que irnos tan temprano? —preguntó Melodía, mirando a Yuna con una leve sonrisa.

—Es necesario —respondió Yuna mientras terminaba de guardar sus cosas en su bolso mágico—. Este viaje es importante para liberar el verdadero potencial de mi espada.

—Bien, pero prométeme que también iremos a conocer las playas y las tiendas de ropa. Quiero explorar todo lo que la Confederación de Durkheim tiene para ofrecer.

—Sí, sí, Melodía. Iremos de compras, visitaremos las playas y conoceremos el mar. Será mi primera vez fuera de Mythara, así que quiero aprovechar y explorar bien sus ciudades.

—Entonces, que sea una promesa entre elfas —dijo Melodía, sonriendo con entusiasmo, mientras sus ojos brillaban con emoción por la próxima aventura.

— ¡Un nuevo viaje, Kizu! ¿Crees que será emocionante? —preguntó Kizuna con emoción, revoloteando a su alrededor.

Haruto esbozó una leve sonrisa mientras dirigía su mirada a Yuna, quien organizaba sus pertenencias con calma. Sabía que este era solo el comienzo de su aventura, pero, por primera vez desde su llegada, se sentía preparado para enfrentar lo que viniera.

—No lo sé Kizuna, pero te aseguro que nos divertiremos. Con esas dos los problemas no faltaran te lo aseguro.

—Por otro lado, me intriga cómo será el territorio de los enanos, pero sobre todo, tengo curiosidad por conocer a "Thalindra". Supongo que, por el momento, solo puedo imaginármela.

En ese momento, el padre de Yuna, se acercó a Haruto con paso firme, interrumpiendo su conversación. Su expresión era seria como de costumbre, pero había un leve aire de respeto en su mirada.

—Lamento interrumpirte, Haruto, pero quería darte algo antes de que partan —dijo Kazeharu con su habitual tono serio, mientras metía la mano en la manga de su ropa y sacaba un papel, entregándoselo solemnemente.

Haruto lo tomó con curiosidad, pero al abrirlo, quedó completamente desconcertado.

"Tonto el que lee" decía el papel, en grandes letras trazadas con un pincel.

—¿Eh? ¿Qué es esto? —preguntó Haruto, sin saber si debía reír o sentirse insultado.

—Una disculpa, eso no era —respondió, con una expresión completamente impasible mientras le arrebataba el papel de las manos. Sacó otro del mismo tamaño y se lo entregó.

Haruto lo abrió con cautela, pero esta vez sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

"Si le haces algo a mi hija o su amiga, ya sabes lo que te va a pasar."

El tono de amenaza implícita era tan claro como el día. Haruto tragó saliva mientras un terror cómico lo invadía.

—¿Esto es… una broma, cierto? —preguntó con una risa nerviosa, intentando no cruzar la mirada con Kazeharu.

—Por supuesto que no —respondió Kazeharu, con una leve sonrisa que apenas suavizaba su expresión seria—. Es solo una advertencia amistosa.

Antes de que Haruto pudiera responder, Kazeharu volvió a meter la mano entre sus mangas y sacó un pergamino cuidadosamente enrollado.

—De hecho, quería entregarte esto —dijo, extendiéndolo hacia Haruto.

Haruto tomó el pergamino con curiosidad, notando los grabados en el papel.

—Es un pergamino de teletransporte —explicó con calma—. Los traerá de regreso a la aldea en caso de emergencia. Tiene inscriptas nuestras coordenadas exactas.

Kazeharu hizo una breve pausa, asegurándose de que Haruto comprendiera la importancia de lo que tenía en sus manos.

—Son objetos muy caros y difíciles de conseguir, así que no lo pierdas ni lo utilices a la ligera. Confío en que lo usarás con responsabilidad.

—Entendido —respondió Haruto, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto mientras guardaba el pergamino con cuidado.

— Buen viaje. Cuida a mi hija y a su amiga, ¿de acuerdo? Confío en ti, Haruto —dijo Kazeharu, su tono firme suavizado por un destello de genuino respeto, antes de dirigirse a saludar a Yuna y Melodía.

—¡Sí, señor! —respondí de inmediato, parándome derecho y haciendo un saludo militar que parecía sacado de un anime.

—¡Sin duda, los problemas te persiguen, Kizu! —exclamó Kizuna, revoloteando a mi alrededor con su energía habitual.

En ese momento, Simo se acercó con movimientos suaves, casi como si estuviera volando.

— ¿Tú también vendrás con nosotros? —le pregunté, curioso—. Ahora que estás más recuperado, podrías ir a donde quisieras.

Simo me observó con sus ojos penetrantes y asintió lentamente con la cabeza. Su determinación era clara, había decidido seguirnos. Sin darnos cuenta, ya se había convertido en uno más del grupo.

Todo aquello me seguía pareciendo una locura.

Hace apenas unos días, mi vida era una rutina monótona en mi departamento, iluminado solo por la fría luz de mi ordenador. Ahora, rodeado de nuevos amigos, siento que finalmente encontré un propósito.

Yuna se convirtió en mi guía y primera amiga, me mostró lo que significa confiar en otros de nuevo.

Aprendí a usar magia, sobreviví a una mazmorra y derrotamos al jefe final.

Conocí a Melodía, una chica que se esfuerza cada día por ser mejor, aunque su orgullo le impide mostrarlo abiertamente.

También tuve la suerte de conocer a dos seres excepcionales como Kizuna y Olivia, que me ayudaron a obtener mis habilidades, como el "Modo Musashi", algo que jamás habría imaginado posible.

Y ahora, Simo, ese pequeño cuervo que al principio parecía un misterio, es un compañero leal al que espero tener a mi lado por mucho tiempo.

Derroté a ese presumido de Hayate, pero, aunque no tengo miedo de enfrentar nuevos retos, hay algo que me inquieta profundamente… Hans Versalles.

Ese hombre… Su mera presencia exuda peligro. Recuerdo su mirada fría, como si analizara cada movimiento para encontrar la forma más rápida de acabar conmigo. Estoy seguro de que es alguien muy por encima de mi nivel actual, quizás incluso un asesino de rango "S".

Pero no importa cuánto me intimide el futuro. Ahora sé que no estoy solo. Y juntos, enfrentaremos estos nuevos desafíos.

Yuna y Melodía se acercaron a mí con entusiasmo, extendiéndome sus manos.

—¡Vamos, Haruto! La Confederación de Enanos de Durkheim nos espera —dijo Yuna, su emoción contagiándome al instante.

—Sí, y de paso veremos si podemos comprarte ropa nueva. Te ves muy desalineado, pero con esas ropas… te ves aún peor. No es que quiera comprarte ropa, claro, pero no puedes acompañar a estas dos bellezas vestido así —agregó Melodía, cruzando los brazos con su típico tono tsundere.

—Lo que tu digas ¡Confederación Durkheim, allá vamos! —respondí con una mezcla de emoción y nerviosismo, alzando mi mano en un gesto triunfal.

—¡Vamos por esas aventuras, Kizu!

Con nuestras pertenencias listas, el horizonte se extendía frente a nosotros, bañado por los cálidos tonos dorados del sol naciente. Mythara, con sus sakuras danzando suavemente al ritmo del viento matutino, parecía despedirnos con la promesa de que siempre sería nuestro hogar.

Dimos el primer paso hacia la Confederación de Durkheim, mientras el fresco aire de la mañana nos recordaba que este bosque mágico y lleno de secretos nos estaría esperando a nuestro regreso.

FIN VOLUMEN 1

 

Nota Final

La vida es una aventura. A veces, el pasado nos deja cicatrices, y las personas en quienes más confiamos nos fallan. Pero eso no significa que debamos perder nuestra bondad ni dejar de creer en los demás.

Haruto aprendió que el pasado no define quiénes somos. Al igual que él, puedes levantar la mirada, dar un paso hacia adelante y abrirte a las posibilidades que el futuro tiene reservadas para ti.

Cada día es una nueva página, y tu historia está esperando a ser escrita. Vive tu propia aventura, descubre nuevos horizontes y recuerda, no estás solo en el camino.

Gracias por acompañar a Haruto y a sus amigos en este primer viaje lleno de desafíos, magia y crecimiento. Espero que hayas disfrutado explorando Mythara y compartiendo los momentos de amistad y aventura con este grupo único.

Pero esto es solo el comienzo. Nuevas tierras, retos inesperados y personajes inolvidables aguardan más allá del horizonte. Nos vemos en el próximo volumen. ¡Que tu propia aventura nunca deje de sorprenderte!