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Chapter 31 - Arco de El Recipiente de Plasma Estelar Parte7

El aire se cargó de una energía densa y palpable, casi como si el edificio mismo estuviera respirando la tensión que aumentaba con cada segundo que pasaba. Geto y Misato se movieron con agilidad, el sonido de sus pasos resonando en los pasillos desiertos de la planta superior. La luz parpadeaba debido a las fluctuaciones causadas por las maldiciones, y una sensación de oscuridad se cernía sobre ellos.

Al llegar al final del pasillo, Geto hizo una señal para detenerse, observando un salón de clases parcialmente cerrado. Un pequeño resplandor verde comenzó a formarse desde dentro, una señal clara de que algo no estaba bien. Antes de que pudiera tomar acción, la puerta se abrió abruptamente, y de la oscuridad salió una figura encapuchada.

—Esto es lo que pasa cuando te metes con los intereses equivocados —dijo la figura, su voz gutural como si estuviera intentando ocultar su verdadera identidad.

Sin una palabra más, la figura levantó las manos, y de inmediato, una ola de energía maldita se desató en su dirección, envolviendo el aire en una explosión de poder. Geto actuó sin dudar, usando su habilidad para desviar el ataque con una mano levantada, creando una barrera de energía maldita que bloqueó la ofensiva.

—No me importa lo que estés planeando —dijo Geto, su tono grave y amenazante—. Pero no voy a permitir que interfieras con nuestra misión. 

Misato se adelantó, desenvainando una daga encantada que había estado ocultando en su cinturón. Mientras la figura encapuchada lanzaba más maldiciones al aire, Misato se movió rápidamente, saltando hacia un costado y lanzando varios sellos que explotaron alrededor de la figura, tratando de contener su poder.

En otro rincón de la escuela, Gojo y Koray ya se encontraban en el aula de música. La energía maldita era aún más palpable aquí, y las sombras danzaban al ritmo de una presencia creciente. Gojo frunció el ceño, mirando al frente mientras observaba las paredes, buscando una pista que pudiera indicar dónde se encontraba Riko.

—Algo no encaja —dijo Gojo, su tono ya menos despreocupado—. No hay señales claras de los malditos, pero siento que nos están rodeando.

Koray, que había estado en silencio hasta ese momento, asintió lentamente. Tenía el presentimiento de que todo esto estaba mucho más relacionado con Riko de lo que parecía. El hecho de que alguien tuviera un precio sobre su cabeza indicaba que la joven estaba siendo manipulada para algo mucho más grande.

Justo cuando la tensión parecía llegar al límite, un sonido fuerte y seco retumbó por el pasillo, seguido por un grito. Era Riko. La joven había sido localizada por alguien más, y parecía estar en peligro. El grito fue corto, pero suficiente para que todos se dieran cuenta de que la situación se había intensificado.

—¡Riko! —exclamó Koray, mirando a Gojo—. ¡Debemos ir!

Gojo asintió, y en un abrir y cerrar de ojos, apareció frente a la entrada del aula de música, utilizando su velocidad de forma impecable. La figura que había estado acechando en las sombras apareció de nuevo, pero esta vez, Gojo no estaba dispuesto a perder tiempo. Sus ojos brillaron con intensidad mientras su energía maldita se desbordaba.

—Es hora de poner fin a esto —dijo con una sonrisa confiada, sus manos levantándose en un movimiento rápido que desató una onda de energía pura.

En la planta superior, Geto también estaba lidiando con un grupo de maldiciones que no dejaban de aparecer. Sin embargo, cada vez que intentaba acercarse a la fuente de la amenaza, las maldiciones se multiplicaban, como si estuvieran siendo invocadas desde otro lugar.

Misato, mientras tanto, observaba las paredes, buscando algo, cualquier pista que los guiara hacia el lugar donde Riko estaba retenida. Fue entonces cuando notó una peculiar distorsión en el aire, como si una corriente extraña fluyera entre las paredes. 

—¡Aquí! —exclamó Misato, señalando hacia una pared que parecía vibrar ligeramente.

Geto, que estaba a su lado, se acercó rápidamente y con un solo gesto, usó su poder para abrir un portal en la pared. La luz brilló intensamente, y ambos se encontraron frente a una puerta oculta que parecía ir más allá de los límites del edificio.

—Esto está más allá de lo que esperaba —comentó Geto, sabiendo que no podían retrasarse más.

Ambos entraron en la sala secreta, sin saber que dentro los esperaba una confrontación aún mayor. Mientras tanto, en el aula de música, Gojo ya había neutralizado a las sombras que acechaban a la joven Riko, pero al girarse para buscarla, algo extraño sucedió. La joven había desaparecido.

—Esto... no es posible —murmuró Gojo, buscando con la vista el lugar donde la había visto por última vez.

Y fue justo cuando la puerta oculta se cerró detrás de Geto y Misato que la realidad comenzó a distorsionarse. La joven Riko estaba atrapada, y la batalla contra las maldiciones había escalado a un nivel mucho más peligroso del que jamás imaginaron.

El aire en el pasillo se volvía más pesado, como si todo el edificio estuviera resistiéndose a lo que estaba a punto de suceder. Geto, Misato y Gojo, separados por su propio camino, sentían la misma presión que se extendía por todo el lugar. La desaparición repentina de Riko dejó a Gojo en un estado de alerta máxima, su sonrisa habitual reemplazada por una expresión de concentración pura.

—No es el momento de dudar —dijo Gojo, mientras levantaba la mano con la intención de abrir una grieta en el espacio-tiempo que le permitiera rastrear la ubicación de Riko. 

El espacio alrededor de él se distorsionó mientras liberaba su poder, pero algo dentro de la distorsión de energía se volvió inestable, como si no pudiera seguirle el ritmo. Riko había sido trasladada a otro lugar, y este lugar parecía estar fuera de su alcance inmediato. La joven había caído en una trampa.

Mientras tanto, Geto y Misato atravesaban la puerta oculta con cautela. Al entrar, se encontraron en un espacio oscuro y silencioso, donde las paredes parecían absorver toda la luz. Las sombras eran más densas aquí, y la presión era aún más fuerte que antes. Este lugar no era solo una parte del colegio, sino un refugio maldito, un área dedicada a manipular las fuerzas malditas.

—Esto no es solo un escondite —murmuró Misato, mientras sus ojos recorrían el oscuro entorno—. Esto está diseñado para mantener a las personas fuera de su alcance.

De repente, una risa gutural rompió el silencio, resonando desde las paredes que parecían moverse por sí solas. Una figura apareció frente a ellos, su rostro cubierto por una máscara. Era uno de los usuarios malditos, alguien que se había infiltrado en la escuela para capturar a Riko.

—No importa cuánto te esfuerces —dijo la figura con una voz cargada de desprecio—. Ella ya está perdida. La energía de Riko está por completo bajo nuestro control. ¡Es solo cuestión de tiempo antes de que todo este lugar se derrumbe!

Misato reaccionó rápidamente, lanzando un hechizo para protegerse de un ataque inmediato. Pero la figura comenzó a reír de nuevo, esta vez con una risa que resonó de manera inquietante en el espacio.

—Te he subestimado, pero no importa —dijo la figura, liberando una onda de energía maldita tan fuerte que hizo que las paredes temblaran. El choque de energía resonó por todo el lugar, pero Misato no cedió. 

—No pienses que esto ha terminado —respondió, y levantó su daga encantada hacia la figura, concentrando su energía para deshacer la barrera que había creado.

Mientras tanto, Gojo, al sentirse bloqueado en su intento de rastrear a Riko, decidió que debía actuar con más contundencia. Usó su poder para abrir una grieta aún más grande en el espacio, esta vez sin restricciones, buscando la fuente de la distorsión que había sentido. Pero al hacerlo, el espacio mismo comenzó a volverse aún más inestable, y Gojo se dio cuenta de que algo mayor estaba en juego.

Un segundo después, el aire comenzó a vibrar a su alrededor, y la grieta se expandió más allá de su control. En ese instante, una ráfaga de energía oscura surgió, arrojando a Gojo contra una pared cercana. La grieta que había abierto no solo estaba conectada con el lugar donde estaba Riko, sino que también era un conducto hacia una fuerza mucho más peligrosa y antigua.

El caos se desató en el colegio.

—¡¿Qué diablos acaba de suceder?! —gritó Koray, mientras caía al suelo tras el impacto de la distorsión. Al levantar la vista, vio cómo los pasillos comenzaban a colapsar lentamente, como si el edificio entero estuviera siendo succionado hacia otra dimensión. 

 

—Miércoles salió de sus labios como susurro. Se percato que se separó de gojo y otro —Miércoles salió de sus labios más como un grito 

—Sistema de peros dime que esta pasando las cosas no son como la obra original.

Sistema sea dectetado distorsión de la radidad.

—Que? Dijo in credulida

Asta que su calesa isa clik el por qué está pasando es po es por su presencia o sea ella por alterar la historia original, el famoso efecto mariposa

—Miércoles, no me digan. Esta se percato que las cosas an cambia, incluso el mencionarlo Fushiguro ese viejo ya la consiguió como menansa a este punto.

—Ya no ay de otra invoco a un SCP que puede romper la leyenda de la física y el espacio en donde estada.

El plan de Koray era simple rompe el espacio en donde estadan y recupera a Riko y regresa inmediatamente con Gojo o Geto para más seguridad.