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Chapter 33 - Arco de El Recipiente de Plasma Estelar Parte 9

Satoru y Koray se acercaron rápidamente al grupo, con el rostro de Satoru aún enrojecido por el esfuerzo de abrir el portal. Los dos caminaban con pasos decididos, pero su expresión era grave, especialmente la de Satoru, que normalmente era más relajado, incluso en las situaciones más tensas.

Cuando llegaron a donde estaban Misato, Riko, y Geto, Satoru miró a los demás con una ligera sonrisa, aunque su tono de voz dejó claro que algo no estaba bien.

—**¿Qué está pasando aquí?** —preguntó Satoru, sin un atisbo de la usual burla en su tono. Sus ojos azules brillaban intensamente, escaneando la situación mientras se mantenía alerta.

**Koray**, al igual que Satoru, había seguido de cerca el rastreo de la distorsión, pero su energía seguía agitada. A pesar de haber logrado salvarlos, la situación seguía siendo peligrosa, y la presencia de esa extraña criatura aún lo perturbaba.

**Geto**, por su parte, no dejó que la tensión se disipara. Su mirada fría se centró directamente en Satoru y Koray, sin mostrar el más mínimo gesto de bienvenida o alivio. La situación había sido demasiado peligrosa, y no estaba dispuesto a bajar la guardia. 

—**¿Dónde estaban ustedes dos?** —preguntó Geto, su voz grave y firme, con una mirada penetrante que no dejaba lugar a respuestas evasivas.

Satoru, como siempre, no parecía preocupado. Su sonrisa flotó en sus labios mientras respondía con calma.

—**En el lugar donde todo se originó.** —Dijo, señalando con la mano hacia el horizonte, como si no fuera tan grave. Sin embargo, la intensidad de sus ojos y su postura corporal demostraban lo contrario.

—**¿No sentiste la distorsión, Geto? Sabía que algo no estaba bien.** —comentó Koray, mirando el lugar donde Geto había realizado el portal para traerlos de vuelta. La tensión en su voz era clara. **"Eso no fue solo un mal presagio. Algo grande está por suceder."**

Geto frunció el ceño y se adelantó un paso, manteniendo sus ojos fijos en Koray.

—**Sabía que algo no estaba bien, pero tenía que asegurarme de que Riko estuviera a salvo primero. Y, por lo visto, ustedes dos decidieron hacer su propia investigación en lugar de ayudar a controlar la situación.** —La frialdad de sus palabras hizo que Satoru levantara una ceja, pero no dijo nada al respecto, sabiendo que cualquier comentario de su parte solo aumentaría la tensión. 

—**La distorsión era mucho más compleja de lo que parecía.** —Satoru intervino con calma, no dispuesto a dejar que las palabras de Geto afectaran su actitud. Su sonrisa se desvaneció un poco, pero sus ojos reflejaban una incomodidad palpable. —**Esa energía maldita que apareció en el colegio no era solo un accidente. Algo la originó, y no solo una fuerza maldita común.** 

Koray asintió, sintiendo la necesidad de colaborar con Satoru.

—**La entidad que estaba persiguiendo a Riko... no era normal. No solo tenía la capacidad de manipular la distorsión, sino que parecía tener un vínculo con una fuente de energía mucho más profunda. La naturaleza de esa distorsión... es algo que nunca antes había experimentado.** 

Misato, que había estado al margen observando a todos, intervino con un tono grave, manteniéndose cerca de Riko, que aún parecía agotada.

—**¿Entonces qué vamos a hacer ahora?** —preguntó, mirando a Geto, Satoru, y Koray con urgencia. La joven estaba consciente de que lo peor aún no había pasado, y el futuro inmediato se sentía incierto. —**No podemos quedarnos aquí. Si eso fue solo el principio, necesitamos un plan.**

Geto respiró profundamente, aparentemente relajándose, pero la mirada de su rostro no perdía la intensidad. Miró hacia la distancia y luego a sus compañeros.

—**Tienes razón, Misato. Este no es el final. La entidad que nos atacó... puede haber sido solo una extensión de algo mucho más grande. Y lo peor es que no tenemos ni idea de lo que realmente está sucediendo.** —La mirada de Geto se endureció mientras hacía una pausa. —**Vamos a regresar a la escuela y revisar todos los registros que podamos sobre lo que ocurrió. Quiero saber qué está detrás de esta distorsión antes de que sea demasiado tarde.**

Satoru asintió con un brillo decidido en sus ojos.

—**Eso suena como una buena idea. No podemos subestimarlo. Si la distorsión fue tan poderosa, puede que aún no hayamos visto lo peor de esta amenaza.** 

Koray, que hasta ese momento había permanecido en silencio, dio un paso adelante y se dirigió a Geto.

—**Yo también quiero estar al tanto. La distorsión está ligada a algo que no logro entender completamente, pero puedo sentir que hay una conexión más profunda con las fuerzas malditas. No podemos seguir ignorando los cambios que están sucediendo en el tejido de la realidad.** 

Riko, que apenas se había recuperado de la angustia vivida, miró a los demás con una expresión preocupada.

—**¿Qué vamos a hacer si esa cosa aún nos sigue?** —su voz tembló ligeramente mientras se acercaba a Misato para apoyarse en ella.

Geto la observó un momento, su expresión suavizándose por un instante, pero rápidamente se volvió seria de nuevo.

—**La protegeremos. Nadie más va a ponerte en peligro, Riko. Y esta vez, no dejaré que ninguna distorsión nos atrape sin que nosotros tengamos el control.** 

Con el grupo reunido y el camino por delante marcado por las sombras de la distorsión, todos sabían que el peligro aún estaba lejos de terminar. En sus corazones, una nueva resolución se formaba: enfrentarse a lo desconocido, sin importar lo que estuviera por venir.

**"Esto es solo el comienzo",** pensó Geto, mientras la oscuridad del futuro comenzaba a dibujar su nueva amenaza.

El hotel estaba a la distancia justa de la escuela, lo suficientemente alejado para que nadie los interrumpiera, pero lo bastante cercano como para mantener a Riko segura en caso de que algo saliera mal. Una vez dentro de las habitaciones separadas, la tensión seguía flotando en el aire. El grupo se dividió, con Misato, Riko y las tres mujeres en una habitación, mientras que Gojo, Geto y Koray se reunieron en la otra para discutir lo sucedido.

Koray se mantenía callado, observando a sus compañeros con una expresión pensativa. Aunque no compartió la sospecha que rondaba en su mente, sabía que el sistema que había recibido era la clave para entender la distorsión. Ese sistema estaba vinculado a invocaciones extrañas, algunas de las cuales se conocían como SCP, entidades que no podían ser clasificadas bajo ninguna categoría de lo conocido. Eran seres más allá de la comprensión humana, fuerzas caóticas que podían alterar las leyes de la física y el tiempo.

Geto y Gojo, como siempre, no parecían tan preocupados, pero Koray notaba cómo sus miradas se cruzaban de vez en cuando, como si estuvieran conscientes de que algo más estaba sucediendo. **"No es solo la maldición,"** pensó Koray. **"Algo más está manipulando todo esto."**

Gojo, como siempre, estaba relajado, pero su mirada nunca dejó de escrutar el entorno. Estaba acostumbrado a sentir las fluctuaciones en la energía, pero ahora había algo extraño en el aire, algo que no podía explicar con palabras.

—**¿Entonces este 'sistema' tiene algo que ver con lo que está pasando?** —preguntó Gojo, mirando a Koray. Sabía que Koray tenía información que los demás no, y

Koray observó a Gojo con una expresión firme, evaluando cuidadosamente si debía confiar en él y Geto con toda la verdad. Sabía que, en un enfrentamiento directo, estos dos hechiceros serían oponentes difíciles, si no imposibles de vencer. Su misión asignada por el sistema seguía siendo su prioridad, pero no podía ignorar el hecho de que revelar el misterio de los SCP sería su última carta bajo la manga, una carta que solo usaría en caso de emergencia extrema.

Finalmente, respondió con calma:

—No lo sé. Hay muchas variantes, y no todas las respuestas son tan obvias —mantuvo el tono enigmático, intentando no despertar más curiosidad de la necesaria. Aun así, sabía que tanto Gojo como Geto notarían cualquier intento de ocultar información.

Gojo entrecerró los ojos, su mirada divertida, pero con una chispa de interés que era imposible de pasar por alto.

—Vamos, Koray. Sabes que aquí todos tenemos nuestras propias cartas. Puedes confiar en que no haremos preguntas... por ahora.

Geto, en cambio, mantenía su compostura tranquila, pero su atención estaba claramente fija en Koray, tratando de descifrar sus pensamientos. Sabía que era útil tener aliados con habilidades especiales, pero también entendía que un aliado con secretos tan grandes podía volverse peligroso.

Koray soltó un leve suspiro y miró hacia la ventana, perdiéndose en sus pensamientos por un momento antes de continuar:

—De momento, lo que necesitamos es proteger a Riko y asegurar que la misión continúe sin interferencias —dijo, intentando desviar la conversación hacia un terreno seguro—. Las maldiciones que han aparecido no son algo común. Su intensidad y la manera en que actúan… no se siente natural. Algo o alguien está tratando de interferir, pero sin revelar del todo sus intenciones.

Geto asintió, como si comprendiera que, aunque Koray no estaba siendo completamente sincero, aún compartían el mismo objetivo. 

—Eso es evidente —respondió Geto—. Pero si hay otra fuerza que está impulsando todo esto, no se detendrá fácilmente. Y tampoco tenemos tiempo para dudas o juegos ocultos entre nosotros.

Gojo sonrió, aunque en sus ojos seguía habiendo esa misma chispa de curiosidad.

—En ese caso, ¡hagamos esto sencillo! Nos mantenemos unidos y nos aseguramos de que nadie toque a Riko. Koray, si tienes algo especial guardado en esa "carta oculta", espero que lo uses sabiamente. Porque si esto se sale de control, todos vamos a necesitarlo.

Koray asintió, guardando silencio sobre el verdadero alcance de su "sistema" y sus invocaciones SCP. Aunque sabía que una confrontación con Gojo y Geto sería una batalla sin garantías, confiaba en que podría cumplir su misión sin revelar todos sus secretos... al menos, no hasta que fuera absolutamente necesario.

Koray cerró la puerta del baño con cuidado, abriendo el grifo del agua para disimular cualquier sonido que pudiera llamar la atención desde la habitación. La tenue luz del cuarto de baño le permitía mantener su guardia alta sin que nadie sospechara que estaba en medio de una conversación interna.

—Sistema, dime, ¿crees que un dedo de Sukuna podría estar involucrado en esto? —preguntó en un susurro casi inaudible, una chispa de inquietud cruzando su mirada.

El sistema tardó unos instantes en responder, evaluando la pregunta antes de emitir su respuesta.

**"Posibilidad: desconocida. Información actual insuficiente para confirmar la existencia de un objeto maldito de tan alto nivel en esta área. Recomendación: recolectar más datos y observar patrones de energía maldita en las cercanías."**

Koray frunció el ceño, irritado por la ambigüedad. Las piezas no parecían encajar, y la aparición repentina de esas fuerzas malditas inusualmente poderosas no podía ser una coincidencia. Sus sospechas apuntaban a que alguien —o algo— había manipulado el flujo de energía maldita para alterar el curso de la misión. 

El sistema continuó con otra advertencia:

**"Precaución: la estabilidad de este mundo está alterada. Se recomienda extremar precauciones y minimizar las interferencias en el equilibrio mágico."**

Koray exhaló profundamente. Sabía que el sistema rara vez emitía advertencias tan directas sin un motivo de peso. Ese desequilibrio le preocupaba; la presencia de los dedos de Sukuna podría ser solo el inicio de un problema mucho mayor.

**"Sistema,"** murmuró, mirando su reflejo en el espejo, **"si las cosas se complican demasiado, prepara las invocaciones SCP como último recurso. No pienso arriesgarme más de lo necesario."**

El sistema respondió con un tono mecánico de aceptación, confirmando que estaba listo para activar las invocaciones en cuanto él diera la orden.

Finalmente, Koray cerró el grifo y salió del baño, respirando profundamente para calmar sus pensamientos antes de regresar al lado de Riko y Misato. No podía permitirse mostrar duda o debilidad; con el peligro acechando cada vez más cerca, necesitaba mantener la calma y la concentración.

En su mente, la amenaza latente de los dedos de Sukuna y la naturaleza anormal de las maldiciones le recordaban que estaba atrapado en un juego más oscuro de lo que había previsto.

Dos días después, el grupo se encontraba en una playa, un respiro inesperado en medio de la tensión de la misión. Riko y Gojo salpicaban agua mutuamente en el mar, como si el peligro que los rodeaba hubiera desaparecido por un instante. La risa de Riko llenaba el aire, y aunque Gojo mantenía su actitud despreocupada, en su mirada había una vigilancia oculta, listo para reaccionar si surgía una amenaza.

Koray, observando desde la orilla, suspiró. Parte de él no podía entender cómo podían ser tan despreocupados, tan inmersos en algo tan simple como jugar en el agua mientras el peligro acechaba tan cerca. Pero, al mismo tiempo, sabía que para Riko, estos momentos de libertad eran valiosos, una manera de vivir antes de enfrentar su destino.

Mientras observaba a la distancia, Koray notó una presencia detrás de él: un usuario maldito que se había acercado sin que los demás lo notaran. La mirada de Koray se endureció al sentir esa energía, y una leve sonrisa helada se dibujó en su rostro, una señal de advertencia que hizo que el intruso dudara por un instante.

El usuario maldito, sin embargo, rápidamente recobró su compostura, decididamente ignorando la amenaza que representaba Koray.

—¿Crees que puedes protegerlos para siempre? —susurró el intruso, con una sonrisa sarcástica y oscura—. Al final, no podrás impedir lo que está destinado a suceder.

Koray entrecerró los ojos, evaluando a su oponente. En lugar de responder, comenzó a liberar una leve pero poderosa energía desde su cuerpo, que hizo vibrar el aire alrededor de ellos. El intruso intentó mantener su compostura, pero la presión creciente lo obligaba a retroceder, incluso contra su voluntad.

—No estoy aquí para debatir el destino —dijo Koray, su voz fría y controlada—. Estoy aquí para asegurarme de que Riko viva lo suficiente para hacer sus propias elecciones.

El usuario maldito retrocedió un paso más, evidentemente nervioso ante el aura que Koray emanaba. Pero en lugar de continuar la confrontación, el maldito retrocedió, desapareciendo en las sombras mientras susurraba:

—No te imaginas lo que se aproxima. Esto es solo el comienzo.

Koray se quedó en silencio, mirando al horizonte. Aunque el intruso se había marchado, sus palabras resonaban en su mente como una advertencia ominosa. Él sabía que el camino que seguían estaba lleno de sombras, y que cada paso los acercaba más a un conflicto inevitable.

Mientras tanto, Gojo y Riko se acercaron a la orilla, las risas aún en el aire, inconscientes del peligro que acababa de acecharlos. Koray escondió su expresión preocupada y se forzó a sonreír, ocultando las sombras de sus pensamientos.

—¿Todo bien por aquí? —preguntó Gojo, arqueando una ceja al ver la expresión seria de Koray.

—Claro, solo… vigilando —respondió Koray, sin dar más explicaciones. 

Gojo sonrió, aunque en su mirada podía notarse que no se había tragado por completo la excusa de Koray. Sin embargo, decidió no preguntar más, al menos por ahora.