Koray se levantó lentamente, la sangre derramándose por su rostro, pero sus ojos brillaban con una determinación feroz. La derrota de esa batalla no era el fin; en realidad, acababa de empezar a comprender lo que le faltaba. Gojo, con su dominio absoluto de la *Técnica Infinita*, había mostrado a Koray la verdadera naturaleza de su poder. No solo era la técnica, sino su absoluta comprensión y control sobre el espacio, el tiempo y la realidad misma. Cada movimiento de Gojo, cada palabra, estaba impregnada con una confianza inquebrantable en su habilidad para imponer el orden. Sin embargo, algo dentro de Koray se despertó: **la necesidad de trascender esos límites**.
Gojo observó con atención, su expresión calmada pero observadora, como si estuviera analizando cada pequeño cambio en la joven invocadora. No había apresurado su ataque final. En lugar de eso, parecía interesado, intrigado por la forma en que ella había respondido a la presión. La diferencia entre los dos era abismal, pero algo en Koray había hecho que su mirada hacia él cambiara. Ya no solo la derrota parecía aplastante. Ella sentía que su vida no podría continuar bajo la sombra de esa impotencia.
—Te sobrestimas —dijo Gojo finalmente, su tono suave pero lleno de certeza—. El poder de tu sistema no puede igualar el control absoluto sobre la realidad que poseo. Pero, al menos, has aprendido algo. El poder solo no lo es todo. El control... eso es lo que realmente define el resultado de una batalla.
Koray apretó los puños, sus dedos temblando. Sentía el peso de su situación, pero también una nueva llama encendiéndose en su pecho. Sabía que Gojo había estado observando cada uno de sus movimientos, analizando su respuesta a cada uno de sus invocados SCP. Para él, probablemente no representaba un desafío, pero para Koray, era una lección invaluable. Ya no solo se trataba de invocar monstruos y seres de otro mundo; necesitaba entender más, conocer más, ir más allá de lo inmediato.
—No me rendiré —respondió, su voz llena de firmeza—. No se trata solo de poder. Se trata de aprender a controlar lo que invocas, lo que está más allá de este mundo. Puedo sentirlo. Aún no lo he comprendido todo, pero lo haré.
Gojo levantó una ceja ante la respuesta de Koray. Por un momento, su expresión se suavizó, como si la joven lo hubiera sorprendido de alguna manera. Su poder, sin duda, estaba lejos de ser suficiente para enfrentarse a él, pero esa actitud de no rendirse, de buscar siempre más, era lo que lo había atraído en un principio. Tal vez, pensó Gojo, había algo más en esa joven de lo que inicialmente había considerado.
—Eso es lo que todos piensan cuando se enfrentan a algo más grande que ellos. El verdadero desafío no es ganar en ese momento. Es aprender a entender por qué has perdido, y luego levantarte más fuerte. —Gojo se dio la vuelta lentamente, mirando el horizonte, donde el cielo comenzaba a oscurecerse con las primeras señales del atardecer. Su tono cambió, más suave, como si compartiera una reflexión más profunda—. Todos los que usan su poder como una extensión de sí mismos, lo hacen sin entenderlo realmente. Y cuando se enfrentan a alguien que realmente lo entiende... pierden. Pero eso no significa que el viaje termine ahí. ¿Sabes por qué?
Koray lo miró, confundida pero ansiosa por escuchar.
—Porque el conocimiento es un poder más grande que cualquier habilidad física. Es como un juego de ajedrez, donde la estrategia lo es todo. Y mientras tú no comprendas los movimientos del enemigo, estarás atrapada en una constante lucha con las sombras de tu propio poder.
Un escalofrío recorrió la espalda de Koray mientras comprendía la magnitud de sus palabras. Gojo, al igual que el sistema SCP, no solo se trataba de habilidades externas, de invocar seres de otro mundo, sino de entender la mecánica subyacente de la existencia misma. La batalla no era solo una cuestión de quien tuviera el poder más grande, sino de quién pudiera comprender y manipular mejor las leyes del universo, esas que nadie parecía cuestionar.
A pesar de sus heridas y de la derrota inminente, Koray sintió algo despertar dentro de ella. Gojo tenía razón en algo: no bastaba con simplemente invocar los SCP, sino que debía comprender el núcleo de su existencia. Su sistema SCP invocador no solo debía ser un vehículo de poder, sino un medio para comprender las leyes de la realidad y cómo moldearlas a su voluntad.
—Entiendo lo que dices —respondió Koray, con la respiración aún agitada, pero con una calma renovada en su voz—. Pero si la derrota es lo que me enseña a comprender el mundo, entonces... ¿no es mejor seguir buscando, seguir aprendiendo?
Gojo giró lentamente sobre sus talones, mirando a Koray por un momento. Parecía que la joven había comenzado a ver algo que muchos otros no veían. Había superado la barrera de su propio ego y ahora miraba más allá, no solo como una invocadora, sino como alguien que buscaba entender las reglas del poder, el equilibrio del universo.
—Muy bien. Te daré algo más. Si de verdad deseas desafiar las leyes de la realidad, si quieres jugar este juego, entonces acepta que no habrá respuestas fáciles. Solo la capacidad de adaptarte. ¿Estás dispuesta a arriesgar todo por eso?
Koray asintió con la cabeza, con una determinación feroz que solo un verdadero buscador de poder podría tener. Sabía que no podía competir con Gojo ahora, pero había algo en su voz que la había convencido. El verdadero reto no era derrotar a alguien como Gojo en ese momento, sino aprender a utilizar todo lo que había aprendido de esta derrota.
—Lo haré. Entiendo lo que dices. Haré lo que sea necesario para aprender a dominar las leyes de este mundo y más allá.
Gojo observó por un momento, como si evaluara la seriedad de sus palabras, antes de sonreír con satisfacción.
—Entonces, veremos qué tan lejos puedes llegar. Pero recuerda, no siempre habrá un Gojo para ayudarte a ver tus limitaciones.
Con un último vistazo a la joven invocadora, Gojo se dio la vuelta y comenzó a caminar, su figura desapareciendo entre las sombras del atardecer. Koray permaneció allí, mirando el lugar donde se había ido, mientras su mente trabajaba sin descanso. Ya no solo luchaba por sobrevivir, sino por comprender un poder que le estaba completamente vedado. Pero algo había comenzado a cambiar. Y esta derrota no sería el final, sino el comienzo de su verdadero viaje.
El camino hacia la comprensión del universo recién comenzaba para ella.