Con SCP-049 contenido, Koray sintió cómo la energía de curación se activaba en su interior. La habilidad otorgada por el sistema no era una curación completa, sino algo sutil, una especie de restauración gradual de energía maldita que le permitiría resistir mejor las confrontaciones largas y curar heridas menores. Satisfecho, Koray se dirigió a Yujiro con una expresión seria.
—Gracias por tu ayuda, Yujiro. Sin ti, no hubiera sido posible contener a esa criatura.
Yujiro asintió, todavía intentando asimilar todo lo que había presenciado.
—No sé qué clase de hechicero eres, Astaroth, pero… estoy empezando a confiar en ti. Aunque debo admitir que nada de esto parece normal. Incluso para nosotros, los hechiceros, lidiar con entidades como esa… no es algo que nos enseñen.
Koray esbozó una sonrisa y respondió:
—Digamos que soy un experto en lo extraño. Pero no tenemos tiempo para detenernos. Algo me dice que las amenazas no harán más que aumentar.
Justo cuando ambos se disponían a salir del hospital abandonado, el sistema lanzó una nueva notificación en la mente de Koray:
> "Nueva misión: Localizar y contener a SCP-096 (La criatura tímida). Nivel de riesgo: Keter. Recompensa: Habilidad de detección avanzada para espíritus malditos."
Koray se quedó en silencio. SCP-096 era una de las entidades más peligrosas del archivo, conocida por reaccionar violentamente ante cualquiera que viera su rostro, ya fuera en persona, en una imagen o incluso en un video. La idea de contenerlo era aterradora; solo un error podría provocar una reacción que los mataría a ambos. Sin embargo, la habilidad de detección avanzada para espíritus malditos podría marcar una gran diferencia en el mundo de Jujutsu Kaisen, donde las maldiciones acechaban en las sombras.
Yujiro notó el cambio en la expresión de Koray.
—¿Algo va mal? —preguntó.
Koray respiró hondo, considerando cómo involucrar a Yujiro sin ponerlo en un riesgo extremo.
—Tenemos otro problema. Uno que será aún más difícil que el anterior. Se trata de una criatura que no tolera ser observada. Si alguien ve su rostro, desencadena una reacción incontrolable que… bueno, termina en desastre.
Yujiro palideció.
—¿Qué estás diciendo? ¿Cómo vamos a enfrentarnos a algo así?
Koray mantuvo la calma y explicó su plan.
—Primero, necesitamos encontrar una forma de rastrearlo sin verlo directamente. Luego, usaremos una barrera especial, algo que mantenga su rostro cubierto en todo momento. Hay hechizos que nos ayudarán a cegarnos ante él, pero necesitaré tu ayuda para reforzarlos.
Yujiro asintió, aunque sus ojos reflejaban duda y miedo. Enfrentar a una criatura que respondía con violencia ante cualquier contacto visual era un desafío mucho mayor que el anterior. Sin embargo, también sabía que los ataques de maldiciones y espíritus en Tokio se estaban intensificando, y cualquier poder adicional que Koray obtuviera podía ser clave en su lucha.
Mientras discutían los detalles de la misión, ambos sintieron una presencia oscura acercándose al hospital. Koray se volvió hacia el sistema, activando la habilidad recién adquirida de SCP-049 para detectar cualquier perturbación en la energía maldita. Lo que detectó lo alarmó: un espíritu maldito de clase especial estaba cerca, una amenaza que se consideraba de las más peligrosas incluso para los hechiceros experimentados.
—Yujiro, prepárate. Algo viene, y esta vez no es un SCP —advirtió Koray, apretando los puños.
Ambos se posicionaron, concentrándose en la entrada del hospital mientras una figura oscura comenzaba a aparecer en la penumbra. Era un espíritu maldito gigantesco, de piel grisácea y ojos vacíos, exudando un aura maligna. Su forma amorfa parecía fluctuar, y su presencia era tan opresiva que incluso Yujiro, que estaba acostumbrado a ver maldiciones, sentía un escalofrío.
El espíritu maldito habló, su voz resonando como una mezcla de susurros y gritos.
—¿Quién se atreve a interrumpir mi dominio?
Koray observó al espíritu maldito, manteniendo su compostura. Sabía que las habilidades que tenía hasta ahora eran útiles contra los SCP, pero un espíritu maldito de esta magnitud era otro tipo de reto. Activó la capacidad de curación de SCP-049 en anticipación a una batalla que prometía ser intensa.
Yujiro avanzó primero, lanzando un ataque de energía maldita que impactó al espíritu. Sin embargo, la maldición apenas se inmutó, y en un rápido movimiento, lanzó un brazo espectral hacia Yujiro, golpeándolo y lanzándolo contra la pared.
Koray gritó:
—¡Yujiro! ¿Estás bien?
Yujiro se levantó, tosiendo sangre, pero levantó la mano en señal de que podía seguir. Koray se dio cuenta de que necesitarían algo más que fuerza bruta para derrotar a esta entidad. Recordó su reciente habilidad de curación y corrió hacia Yujiro, aplicándola sobre sus heridas. La magia de curación surtió efecto, y aunque no era total, Yujiro sintió un alivio que le permitió reincorporarse rápidamente.
—Gracias, Astaroth. Esto… no será fácil.
Koray asintió, evaluando el próximo paso.
—Yo distraeré a la maldición. Tú, busca una abertura y ataca desde un ángulo ciego.
Koray se lanzó hacia la maldición, usando la habilidad de desplazamiento dimensional de SCP-106 para moverse a través del espacio y aparecer detrás del espíritu, esquivando sus ataques mientras Yujiro cargaba una poderosa esfera de energía maldita desde el otro lado.
Aprovechando la distracción, Yujiro lanzó la esfera directamente al torso de la criatura, generando una explosión que llenó el hospital de una luz azulada. Cuando el humo se disipó, el espíritu estaba debilitado, pero seguía en pie. Koray sabía que estaban en una carrera contra el tiempo.
Decidió que era momento de utilizar su última carta: invocó a SCP-173, que apareció silenciosamente tras la maldición. Koray y Yujiro se aseguraron de mantener la vista en el SCP para evitar que se moviera de forma impredecible, pero cuando el espíritu maldito giró accidentalmente su mirada hacia SCP-173, este aprovechó la oportunidad.
En un parpadeo, SCP-173 rompió el cuello del espíritu maldito con una fuerza brutal, acabando con él en un instante. La criatura se desvaneció, dejando el ambiente en un silencio pesado.
Koray suspiró, aliviado.
—Parece que nuestro equipo es efectivo después de todo.
Yujiro miró a Koray, impresionado y un poco atemorizado por la alianza con una entidad como SCP-173.
—No sé cómo haces esto, pero… creo que estoy empezando a entender que, aunque no seas un hechicero convencional, eres alguien en quien puedo confiar.
Koray sonrió, aunque sabía que no podía revelarle a Yujiro toda la verdad. Mientras el amanecer comenzaba a asomarse, ambos sabían que esta batalla era solo el principio. La presencia de SCP-096 y la intensificación de las maldiciones en Tokio eran solo señales de algo más grande que se avecinaba.
Pero ahora, con Yujiro a su lado y un arsenal de SCPs bajo su control, Koray estaba listo para enfrentar cualquier amenaza que el destino decidiera lanzarles.