Koray sentía el pulso de la energía del SCP resonando en sus venas. Había contenido a SCP-173, y con él, había ganado no solo un aliado, sino un poder inesperado. La velocidad y precisión que ahora poseía le conferían una confianza que hacía apenas unas horas le habría parecido imposible. Pero sabía que, en el mundo de *Jujutsu Kaisen*, no podía confiarse. Había enfrentado a un SCP en el mundo de bolsillo, pero este universo presentaba desafíos impredecibles, y pronto tendría que probar sus nuevas habilidades en una situación real.
La ciudad que lo rodeaba era fría, con callejones oscuros y edificios de aspecto envejecido. El aire olía a humedad, y una sensación de inquietud flotaba en el ambiente. Koray caminó con cautela, intentando familiarizarse con el mundo que lo rodeaba. Cada esquina podía ocultar un espíritu maldito o, peor aún, un hechicero que podría verlo como una amenaza.
Mientras avanzaba, comenzó a escuchar unos pasos detrás de él. Se giró rápidamente, aunque en apariencia no había nada. Sin embargo, su instinto le decía que estaba siendo observado. Recordó las lecciones automáticas que el sistema le había proporcionado sobre los espíritus malditos y sus habilidades. Algunos eran expertos en esconderse, moviéndose en las sombras y atacando a sus víctimas cuando menos lo esperaban. Y Koray estaba seguro de que, en ese momento, era el objetivo.
—Sistema, identifica la presencia —ordenó en voz baja.
> "Presencia detectada. Nivel de amenaza: bajo. Entidad catalogada como un espíritu maldito de clase menor. Recomendación: puede manejarse con las habilidades actuales."
Koray esbozó una leve sonrisa. Este era el momento de probar a SCP-173 en un combate real. Levantó una mano y, con una concentración firme, invocó la figura del SCP, que apareció junto a él con su habitual inmovilidad amenazante. La estatua miraba al vacío, pero Koray sabía que estaba lista para atacar en cuanto él diera la orden.
La criatura maldita, al sentir la presencia de SCP-173, se detuvo por un instante, como si también percibiera el peligro. Koray no perdió tiempo. Canalizó su energía en una mirada fija sobre la maldición, permitiendo que SCP-173 avanzara. Con un simple movimiento de sus ojos, desvió la atención del espíritu maldito, rompiendo el contacto visual momentáneamente. La estatua aprovechó el instante y se lanzó hacia su presa con una velocidad brutal.
El espíritu no tuvo oportunidad de reaccionar. En un parpadeo, SCP-173 quebró su cuello en un chasquido seco, desintegrándolo en una nube de energía oscura que se dispersó en el aire. El primer encuentro había sido un éxito.
Koray exhaló, sorprendido de la rapidez y eficiencia de su nueva habilidad. SCP-173 no solo le había dado un aliado, sino una lección sobre el uso estratégico de las habilidades del sistema. Sonrió, pero esa sonrisa duró poco. Apenas la maldición desapareció, la energía del ambiente cambió. Sintió una presencia mucho más intensa que antes, como si algo poderoso se acercara a su ubicación. Era como si el universo le recordara que cada victoria atraería enemigos aún más fuertes.
Pronto, una figura emergió de las sombras. Era un hombre alto, vestido con el uniforme de hechicero, un atuendo que Koray reconoció de inmediato: pertenecía a la escuela de hechicería de *Jujutsu Kaisen*. El hombre lo miró con una mezcla de curiosidad y recelo.
—¿Quién eres tú? No te había visto antes, y sin embargo, manejas una energía… inusual —dijo el hechicero, sus ojos analizándolo con intensidad.
Koray sintió la tensión en el aire, consciente de que estaba bajo el escrutinio de alguien que podía ser un aliado o una amenaza. Tomó aire y decidió actuar con cautela.
—Mi nombre es Koray Astaroth. Podría decirse que… soy nuevo aquí —respondió, sin revelar mucho más. Sabía que en este mundo debía proteger su verdadera identidad y las habilidades de su sistema. No podía confiar en nadie tan pronto.
El hechicero arqueó una ceja, interesado, pero sin dejar de lado su desconfianza.
—¿Nuevo, dices? —replicó el hombre, mientras extendía la mano en un gesto amenazante—. Te advierto que no toleramos la presencia de maldiciones sin supervisión en esta ciudad. Vi cómo destruías ese espíritu, pero tu método fue… peculiar.
Koray entendió que debía mantener la calma, y quizá ofrecer una explicación creíble. Recordó que podía proyectar su poder de SCP de manera que pareciera una técnica de maldición. El sistema le había indicado que la versatilidad de sus habilidades le permitiría adaptarse y camuflarse entre hechiceros.
—Solo utilizo lo que aprendí de mi… clan. —Dijo, haciendo una pausa para observar la reacción del hechicero. Era una mentira que sonaba lo suficientemente convincente.
El hombre lo miró con interés, aunque aún desconfiaba.
—¿De qué clan hablas? —preguntó, sin bajar la guardia.
Koray pensó rápidamente en una respuesta.
—Es un clan pequeño, y no suele mezclarse con otros hechiceros. Pero debido a las circunstancias recientes, he venido a esta ciudad. Mi misión es la misma que la de ustedes: eliminar maldiciones —explicó con la mayor seguridad que pudo.
El hechicero se cruzó de brazos, aún dudando, pero parecía estar más dispuesto a escuchar.
—Si dices la verdad, entonces deberías acompañarme. Hay un nivel de energía maldita inusual en esta zona, y alguien con tu… talento, podría sernos de ayuda.
Koray asintió, comprendiendo que este hombre podía brindarle acceso a más información y protección temporal. Tal vez incluso podría enseñarle más sobre el uso de su energía en el mundo de *Jujutsu Kaisen*. Sin embargo, sabía que debía mantenerse alerta. Cualquier error, cualquier desliz que revelara la verdadera naturaleza de su poder, podría traerle problemas.
Mientras caminaba junto al hechicero, su mente repasaba sus opciones. El sistema SCP le permitiría capturar entidades mucho más poderosas con el tiempo, y sabía que enfrentaría espíritus malditos de niveles que apenas podía imaginar. Pero también entendía que este poder era peligroso, y que los hechiceros no tardarían en sospechar si lo utilizaba sin cuidado.
> "Nueva misión activada: Capturar un SCP de categoría Keter. Recompensa: habilidad de sigilo mejorada para camuflaje contra hechiceros y espíritus malditos."
La voz del sistema resonó en su mente, arrancándolo de sus pensamientos. Una misión de ese nivel significaba capturar a una entidad altamente peligrosa. Tendría que entrar en el mundo de bolsillo nuevamente y enfrentarse a algo mucho más mortal que SCP-173. Si lograba capturarlo, ganaría una habilidad que le permitiría moverse sin ser detectado. Era una oportunidad que no podía ignorar, pero también un desafío que requería todas sus fuerzas.
Koray miró al hechicero que caminaba a su lado. Sabía que su vida en este mundo solo estaba comenzando y que, para sobrevivir, tendría que aprovechar al máximo su nuevo poder y aprender a maniobrar entre aliados y enemigos. Con cada paso, su determinación se fortalecía.