11 ª. El principio del fin.
La nube de polvo se disipó y el joven se restregó los ojos.
-
¡Akane! - llamó a su amiga, y no obtuvo respuesta. - ¡Akane! - volvió a
llamarla y nadie le contestó. Los ojos le lloraban por el gas, pero de
toda forma miró a su alrededor y no notó la presencia de la chica. Le
atacaron por sorpresa y usando una bomba de gases lacrimógenos.,
aprovecharon eso para raptar a la joven.
Conforme fue pasando el
tiempo sus ojos fueron viendo mejor, hasta que se recuperaron. A pesar
de la ceguera momentánea sabia quien los atacó, ahora él contratacaría y
esos cobardes no lo pasarían bien. Sabia donde se iban a ocultar esas
ratas, las cazaría como los animales que eran.
En el Neko-Hanten, seis jóvenes se movían inquietos. Sabían que esta
vez se habían excedido, que no debieron participar en la última locura
de Mana. Los seis sabían que Ranma iría a por ellos, y que no podían con
él, ni los seis juntos. En el estado que ahora se encontraba Ranma
acabaría con ellos, serían presas fáciles para un Ranma furioso.
No
debían haber participado en el último ataque de Mana, aunque Ranma
recibió de llenó la bomba lacrimógena, sabía que lo atacó. Y
contraatacaría con una violencia que no le conocían. Los había avisado,
ahora cumpliría su amenaza, nunca habían tenido tanto miedo. La huida
era imposible, Ranma los encontraría fuesen donde fuesen, estaban
acabados.
Fue entonces cuando se abrió la puerta del local, los
seis jóvenes se asustaron, pensaban que era su verdugo y vieron a Mana y
a un hombre, no suspiraron aliviados, esa visita complicaría aún más
las cosas cuando llegase Ranma. El chico se enfurecería más cuando viese
a esa chica.
La chica no pudo ocultar su alegría por lo que le
hicieron a Akane, no vio que había metido la cabeza en la boca del león,
y este cerraría su boca y se la arrancaría.
- ¡Ya está!, ¡Akane
ya ha dejado de ser un problema! - dijo Mana muy contenta. Casi bailaba
de alegría. Esa chica estaba contenta con lo que había hecho- después de
tantos años, Akane ya no se interpondrá en el camino de los Tanaka.
Ahora ese idiota que tenía por prometido caerá a mis pies como hacen
todos.
Todos la miraron asustados, esa loca los había metido en un
problema muy grande, y era la única que no había visto el peligro de
desafiar a Ranma, y eso que la había advertido muchas veces, esa chica
no aprendía nunca.
- ¿Qué le has hecho a Akane? -preguntó
Ryoga-espero que no sea nada malo o no vivirás para contarlo. Ranma no
tiene piedad con quien la ataca, yo vi lo que le hizo a Saffron…
-
¡Sé lo que le hizo a ese personaje! Si se dejó vencer por Ranma debía
ser muy débil- contestó Mana con prepotencia- ¡Ranma el gran luchado!,
¡el gran campeón! -dijo la chica con desprecio e ironía! - los miró con
desprecio- si os ha ganado a todos es que sois muy débiles, él es muy
débil- y sonrió.
- ¡Tú no conocer a Airen!, él ser muy fuerte-
dijo furiosa Shampoo, la chica bajó la cabeza y con la voz muy baja y
triste siguió- sobre todo cuando atacan a quien aprecia. Tú atacar a
Akane, lo pagarás caro, eso Shampoo saberlo, yo haber atacado a falsa
prometida de Airen… y él defenderla a ella.
Mana los miró de nuevo y sonrió.
-Ese
chico no podrá conmigo-dijo -caerá en mis redes, como han hecho
todos-miró a los tres rivales de Ranma- vosotros lo habéis hecho- y sé
rió a carcajadas- no hay hombre que no lo haga…
- Pues Ranma no ha
caído-contestó Ukyo- ha escapado una y otra vez de tus trampas, y te
las ha revuelto- Ukyo miró a la joven y se dio cuenta de algo- es más
creo que tú has caído en sus redes, como nosotras. Pero él te desprecia y
eso no te gusta. Ranma te odia con todas sus fuerzas. Es extraño te
odia de forma natural, como si fueses su enemigo ancestral.
Mana
se enfureció, eso era verdad. Ese chico le atraía, pero él la odiaba.
Había intentado una y otra vez seducirlo, pero no había conseguido nada,
sólo que el chico la mirase muy mal y la amenazase.
- ¡Tú no
lograr nada!, Shampoo más atractiva que tú y Airen no ser mío. Ranma
sólo mirar a chica violenta. Tú no conseguir lo que nosotras no
conseguir-sentenció Shampoo.
Mana la miró con ganas de asesinarla. Iba a hablar, pero se adelantó Ryoga.
-No
me has contestado. Ranma está a punto de llegar, sabe quién lo atacó,
sabe que fuimos nosotros, no estará contesto, querrá saber dónde está…
su prometida. Eres tonta, no saldremos de esta, si no nos dices donde
está Akane, cuando llegué él te lo sacará de mala manera.
El hombre que iba con mana los miró con furia.
-
¡Escuchad bien! - dijo ese hombre- he visto a ese chico luchar, es un
principiante. No tiene nada que hacer conmigo, venceré a ese chico si
amenaza a la señorita Mana. No dejaré…- el hombre estaba al lado de la
puerta de entrada y esta le cayó encima.
Ranma apareció encima de la puerta y miró furioso a los seis rivales.
-
¡Mira, mira, mira!, las seis ratitas juntas-dijo el chico crujiéndose
los dedos de las manos- Quiero que me digáis que habéis hecho con Akane,
os va la vida. Esta vez os habéis pasado y no me voy a contener, os voy
a matar por idiotas- y miró con crueldad a sus ex prometidas-sobre todo
con vosotras, os destrozaré sin importarme que seáis o aparentéis ser
mujeres. Habéis visto lo que le hago a quien ataca a mi prometida, nunca
imaginé en lo que os has habéis convertido, creía que con el tiempo me
dejaríais en paz… nos dejaríais tranquilos. Pero ahora sois mis peores
enemigos, y yo seré más cruel que con Saffron- los miró con odio. -
quiero saber…¡¿DONDE ESTA AKANE?! ¡QUIERO REPUESTAS Y LAS QUIERO ¡YA!- gritó el chico.
Los
seis rivales miraron asustados en una dirección, y Ranma también miró… y
descubrió a la prima de su prometida. La joven lo miraba con
prepotencia, creyéndose ganadora. Ranma la miró sorprendido, y cambió a
una sonrisa malvada y se acercó a la causante de su furia. Esa chica no
lo pasaría bien. Ella no vio la advertencia en la mirada de chico y no
retrocedió. Se sentía segura. Los otros seis chicos se miraron, si
atacaban a la vez podrían vencer al joven y después sacar a Mana donde
estaba Akane.
Los seis atacaron a Ranma, con eso desencadenaron la
furia total del chico. Un minuto después los seis estaban en el suelo
con varios huesos rotos, Ranma no tuvo piedad de ellos, ni de ellas aún
menos. Mana estaba sentada en una silla, atada. Ranma la miraba con
maldad, le sacaría como fuese donde había llevado a Akane. Estaba
dispuesto a todo, ese día Mana pasaría por otra pesadilla, de igual
forma que semanas atrás se la hizo pasar esa chica llamada Ranko.
Ranma
se acercó a Mana y le quitó de un golpe la peluca. Mana se quedó
blanca, ese chico la había humillado delante de esos patéticos jóvenes,
eso no quedaría así.
- ¡Te has pasado! - dijo la chica- esta
humillación la pagarás cara. -La joven miraba desafiante al chico.
Pensaba que ese chico no sería capaz de hacerle ningún daño, no tenía el
valor de torturarla. - no me harás nada, te falta valor. - desafió la
joven.
Ranma la miró y sonrió siniestro.
-Se te advirtió
varias veces, y tú no has hecho caso. Te dejamos calva, y no aprendiste.
Te provocamos una fobia y no has hecho caso. -Ranma la miró y sonrió
con maldad-esta vez vas a aprende lo que es el terror. No te volverás a
acércate a nosotros, vas a coger miedo a todo.
En ese momento el joven notó que lo atacaban. Detrás de él había aparecido el chofer de Mana.
-
¡No dejaré que… ¡- dijo el hombre. No pudo seguir Ranma se giró, con
ese giro el joven tocó ligeramente al hombre que salió empujado.
Atravesó el techo y voló hasta lejos.
- ¡Molestia! - dijo el joven
y se giró hacía la joven- continuemos desde donde nos han interrumpido.
-la desató y le dijo- sígueme si quiere recuperar esto- y le enseñó la
peluca.
El joven salió fuera del Neko Hanten, Mana en contra de su
voluntad lo siguió. Hicieron igual los seis rivales, nadie imaginaba lo
que Ranma haría.
-Si la quieres deberás cogerme- dijo Ranma.
-Nada tan fácil-contestó confiada Mana.
-
¿No intentará hacer el…? - preguntó Ryoga, él y sus rivales ya sabían
que haría Ranma, y se asustaron- no puede, aunque se lo merece, ¡es una
mujer!
-A Airen eso ya no importar. Él sólo querer saber donde
está chica violenta- miró a los otros jóvenes- nosotros no intervenir.
Si hacerlo… - y la joven china trago saliva-Ranma no tener piedad de
nosotros y matarnos. Ya darle igual que sea hombre o mujer, para
rescatar a Akane, Airen castigar a quien sea.
Mana empezó a
perseguir a Ranma y este a huir, la joven no conocía las técnicas de su
rival o hubiera huido, si el joven de la trenza la hubiese dejado huir.
Ranma llevó a la chica al centro de la espiral y…
- ¡Ruy Shoten
ha! – oyeron todos decir al joven de la trenza, y en medio de la calle
se formó un tornado que pilló a la joven y la elevó.
Los seis
rivales asustados vieron salir del tornado al joven y tomar tierra.
Cuando despareció el tornado cayó la joven, pero antes de tocar el
suelo.
-Huracán del tigre-gritó Ranma y se lo lanzó a Mana. Pillándola por completo.
Mana
se levantó de suelo, no estaba muy sana, tenía muchas heridas, pero
miró con orgullo a su rival. No diría donde estaba Akane.
Ranma la miró furioso.
De
repente Ranma creó seis nuevos minis tornados que apuntaban a su rival.
Los otros seis chicos lo miraron asustado, Ranma había creado un nuevo
ataque motivado por la rabia que sentía.
- ¿Dónde está Akane? - demandó con furia el joven.
- ¡No te lo diré! - contestó la joven. No se mantenía en pie, pero no le diría jamás a ese idiota donde estaba la chica.
Ranma
furioso lanzó unos de esos pequeños tornados que se estrelló a pocos
centímetros de la joven. Mana lo miró asustada, pero no diría nada.
Ranma lanzó otro tornado y después otro. Unos segundos después, Mana
huía desesperada y Ranma le lanzaba continuamente tornaditos, los iba
creando y los lanzaba a su rival. Mana se iba asustando cada vez más y
seguía huyendo. Luego empezó a combinarlos con el huracán del tigre y
otros ataques. La chica huía despavorida, ese chico era un monstruo, la
mataría sin compasión. Los seis rivales miraban a Ranma asustados, el
joven estaba utilizando ataques nuevos, se lo debía inventar conforme
los utilizaba, empezaron a comprender la desesperación que sentía el
joven, esos ataques nacían de la rabia del joven.
En breves momentos Ranma acorraló a Mana.
-
¿Dónde está Akane? -dijo en tono muy cruel- acabaré contigo y después
iré por tu padre y tu hermano. No se escaparán de mí. Uno u otro
confesará, y cuando rescate a mi prometida os mataré a ti y a tú
familia- miró a sus rivales y ex prometidas- vosotros seis estáis en mi
lista, no escaparéis de mi ira. No deberíais haberme desafiado. Lo
último que habéis hecho a sido algo detestable, lo pagaréis caro, muy
caro. Os debía haber parado los pies hace años. Se ha acabado eso de: "Airen", "Ranchan", "eres culpable de todo lo que me pasa", "me casaré con Akane Tendo"
o cualquier tontería vuestra. Al próximo que se me cruce en mi camino,
incluso a pedirme la hora, lo mato, y tarde o temprano los seis os
tropezaréis conmigo, y viviréis vuestros últimos segundos de vuestras
míseras vidas.
Mana estaba asustada y miró con terror al joven de
la trenza. Ese chico era tan terrorífico como Ranko, pero vio como
alguien se movía detrás del joven. El chofer se acercaba con cautela al
joven, en la mano llevaba una porra y cuando iba atacar al joven…
Ranma
se giró y miró al hombre con crueldad y el hombre cayó al suelo sin
sentido. Nadie vio como el joven lo atacó, todos oyeron el golpe, el
joven de la trenza se había movido a una velocidad endiablada.
-Quiero saber dónde está Akane… ¡Y LO QUIERO SABER YA!
- gritó Ranma. La cogió por el cuello y la miró de forma siniestra. La
joven no pudo aguantar el terror que le provocaba ese joven y se lo
dijo. - si no me has dicho la verdad volveré por ti, y si me lo has
dicho…- y dejó pasar unos segundos-… también. Vive los últimos momentos
de tu perra vida.
Un momento después Ranma había desaparecido,
pero antes le había advertido a la chica que si mentía volvería por ella
y la mandaría al infierno. Mana estaba muy asustada, se había meado
encima, pero se vengaría de esa humillación.
A los pocos minutos
esa loca respiró tranquila, daba igual que Ranma supiera donde estaba
Akane, iba a llegar tarde. Lo que esa loca no vio que, si eso pasaba,
ella y los seis locos que estaban con ella estarían muertos, Ranma no
tendría piedad de ellos.
La chica se fue despertando y despertó en una pesadilla. Recordaba
que iba con Ranma, habían escapado de esos falsos policías, y al girar
la esquina. Algo cayó delante de ellos, una pequeña pelota y explotó. De
esa bola salió un gas, empezó a toser, y ya no recordaba nada.
Miró
a su alrededor, estaba en una sucia habitación, acostada en una cama
que olía igual de mal, que la habitación. Se intentó mover, pero ni sus
brazos ni sus piernas respondía. Sentía que le pesaba la cabeza, sentía
mareada, debían haberla drogado. No lograba recordar cómo llegó hasta
ahí, alguien la debió llevar.
Mientras recuperaba conciencia empezó a oír vives, y reconoció una de ellas, la joven se asustó era su tío.
-Te
la he traído como te prometí- decía el comisario- como ves no incumplo
mis promesas, te traído a Akane Tendo para tu negocio. Puedes hacer con
ella lo que quieras. Te he conseguido una chica más, no es la primera
que te consigo… ni será la última.
-Parece buen material- dijo el
otro hombre, el proxeneta que quería a Akane para sus turbios negocios-
Con esa cara de buena, será la estrella de nuestro negocio. En poco
tiempo será una experta, una más con cara de buena niña, que tendrá el
corazón pervertido, como les pasa a todas.
Los dos hombres se rieron, esa chica sería la pieza que buscaban para hacer de ese negocio, el mejor del sector.
-Pero
ten en cuenta una cosa-le explicó Kyosuke- te la cedo de forma
temporal- dentro de un tiempo tela reclamaré y me la deberás devolver,
no me importa el estado en que lo hagas, pero la quiero viva. No me
desafíes o te destruiré. -Kyosuke amenazó al hombre.
Ese siniestro
hombre miró al comisario asustado, sabía que no lo engañaba, conocía la
mala fama de Kyosuke, ese hombre cumplía tanto sus promesas… como sus
amenazas.
-Necesitaré algo a cambio- dijo el proxeneta- necesitare que me consigas otra chica cuando te lleves a esa chica.
Kyosuke se rió por la petición de su socio.
-De
acuerdo. De acuerdo. Ya vi que te fijaste en las hermanas de esta
pequilla rata- Kyosuke miró al otro hombre con suspicacia- te daré la
mayor. La mediana es capaz de quedarse con tu negocio, y dejarte fuera.
Los dos hombres se rieron a carcajadas,
La
joven seguía sin poderse mover. Pero escucho todo, eso hombres hacían
negocios con ella… y sus hermanas, para ellos sólo eran mercancías.
Kyosuke miró a su cautiva y descubrió que estaba despierta.
- ¡Mira!, ¡Mira!, ¡Mira! Dijo en tono irónico- la pequeña Akane ya se ha despertado.
Akane miró a sus captores con furia, si pudiera moverse…
-Qué
cara de furia- dijo el proxeneta- que sexi que está y la miró con
rabia- pronto te enseñaremos a respetarnos, a bajar la mirada cuando te
miremos.
-Eso está por ver-respondió Akane airada, no podrás doblégame, es más no estaré por mucho tiempo aquí, vendrán a rescatarme.
Los dos hombres se carcajearon.
-Tú
sueñas, nadie sabe dónde estamos. Nadie vendrá en tu busca. Sólo lo
sabemos tu tío-señaló a un anodino hombre sentado en una silla- el
abogado de tu tío y yo- lo pensó un poco- Y Mana y el chofer de tu tío.
Que han ido a ver a los seis idiotas que te han entregado.
Akane los miró y esbozó una sonrisa.
-Sabía
que nos atacaron esos seis-contestó la chica, sabía que actuaban por
orden de tu hija, pero eso que han ido a ver a los seis locos he nuevo-
Akane los miró y sonrió- Mana y ese chofer están acabados, como mis
rivales-La joven miró a su tío- Ranma sabe quién nos atacó, irá en busca
de quien lo hizo… y no tendrá piedad. Si tu hija está con ellos, podrá
ir a visitarla…al tanatorio, y reservad tú y tus cómplices una sala para
vosotros por qué la necesitareis.
-Conozco a mi hija no se irá de la lengua-contestó el tío de la joven.
-Conozco
a Ranma, ahora ya no es él que era, tú y tus hijos lo habéis cambiado.
Irá por esos seis para sacarles donde estoy. Si está tu hija, se lo
sacará a ella. Ranma será muy persuasivo y logrará que Mana se lo diga. Y
cuando llegue aquí…
Los tres hombres allí la miraron de forma rara, eso no pasaría, Mana jamás revelaría donde estaban.
-Mira
jovencita, ahora vendrá el doctor, que te hará un examen, después mi
socio te probará. Y esta noche entrarás en funcionamiento. No te asuste
en un par de día te gustará.
- ¡Jamás! -gritó la joven- tarde o temprano me vengaré.
Los tres hombres la miraron, la ignoraron.
-Haz
entrar al médico-ordenó Kyosuke al abogado, este se levantó y abrió la
puerta y llamó a alguien y entró un hombrecillo, con una bata, que un
principio era blanca, sucia y llena de manchas.
El aspecto de ese
personaje era él de un hombre sin principios. Parecía un sádico,
realmente lo era. Bajo de estatura, y tan sucio como su ropa.
Akane lo miró asustada, ese hombre no le trasmitía confianza, no debía estar cualificado como médico legal.
El
hombrecillo fue a la mesa y dejó un maletín y extrajo una jeringuilla,
quería hacer un análisis y se acercó a la chica. Primero le quiso mirar
la dentadura.
-Te voy a mirar tus dientes-dijo con voz
desagradable y ronca. A la joven le dio asco ese hombre olía a cerveza, y
a sangre- portarte bien o si no- miró a Kyosuke- ¿puedo hacerle un
trabajito? -preguntó con maldad.
Kyosuke miró al médico.
-No, la necesitamos entera. No puedes quitarle nada. Cuando se la reclame a Ken podrás hacerle lo que quieras sin matarla.
El medico se acercó a Akane y le intentó abrir la boca, pero la chica se retorció y le mordió en la mano.
- ¡Serás bruja! - maldijo el medico. Y amenazó con pegarle.
- ¡Dejarla! la necesito entera- dijo Ken, el proxeneta- ahora me toca a mí, dejaremos la revisión para más tarde.
Ken
se acercó a Akane, esta aún no podía moverse. Pero cuando el proxeneta
intentó levantarle la falda del vestido escolar, Akane disparó su
pierna, en un acto reflejo, y estampó al hombre en la pared.
- ¿No me toquéis os arrepentiréis! Dijo la chica con rabia-acabaré con vosotros.
-Me lo pagarás- dijo el proxeneta- me importa poco dejarte un poco lesionada, así aprenderás respeto.
Y ese hombre se acercó a Akane con malas intenciones.
Pero en ese momento se la puerta se abrió y entró un joven. Akane lo miró y lo reconoció, era el imbécil que los retó en Kyoto.
-
¿Qué quieres Tatsuya? -dijo Kyosuke con resignación- te entrenado lo
mejor que he podido, eres el campeón de Japón. Te metido en el equipo
nacional de artes marciales…_y añadió con ironía- ¡Y tú te busca un
jaleo por pensar con la…! - Kyosuke miró a su pupilo con rabia- Han
estado a punto de expulsarnos del equipo, me he tenido que mover mucho
para evitarlo, me debes mucho- gritó el hombre,
El chico se asustó, pero miró a Akane y se enfureció.
-
¡Sensei!, Fue el prometido de esa chica el que me humilló, quiero
vengarme de él. La quiero… dejármela y yo le enseñaré lo que es un
hombre-miró a Akane- y cuando vea a su prometido después de vencerlo, le
diré que yo me acosté con su prometida. Ese mono mandó a ese grupo para
vencerme- mintió Tatsuya, quería vengarse se los dos prometidos.
-
¿Qué fuiste vencido por alguien mandado por mi prometido? -Dijo Akane y
se rió- Ranma no necesita a nadie para vencerte, lo haría en pocos
segundos. Si alguien te ganó, es que eres un inepto. ¿Cómo llegaste a
ser campeón con lo débil que eres? No te has debido enfrentar a buenos
rivales. Si lo hubieras hecho, no sería campeón. El equipo japonés nos
va a poner en ridículo en el mundial. Si al menos combatiese Ranma
ganaríamos, contigo nos eliminaran pronto-vaticinó la joven.
Tatsuya miró a la chica y se enrabió.
- ¡Sensei! Déjemela- pidió el campeón- se está riendo de nosotros.
Kyosuke lo miró, después miró a su socio.
-El chico nos va da un espectáculo- dijo- después te tocará a ti.
-Me da igual quien empiece, no hay prisa- contestó el proxeneta.
Tatsuya
se acercó a la cama donde estaba tumbada Akane, le intentó arrancar el
vestido, y Akane le dio una patada que lo mandó a la pared. El joven
cayó al suelo y se levantó, y miró muy mal a la joven, que lo miraba con
rabia.
-¡Ponle una dosis mayor!- ordenó Kyosuke al medico.
Pero Tatsuya lo impidió.
-
¡No!, la quiero consciente. Quiero que vea que no puede nada contra mi.
Que una mujer no esta a mi nivel, que yo siempre gano. ¡Quiero que
sufra!
Entonces Akane se quedó quieta y sonrió.
- ¡Estáis acabados!, ¡Él acaba de llegar! No vais a poder huir- dijo la chica riendo- Vais a saber lo que es el terror.
-Delira- dijo el medico- tu hija le puso una dosis muy elevada, esta delirando…
Y como profetizó la joven, en ese momento se desencadenó el terror,
La puerta salió volando, arrancada de sus goznes, atrapó a Tatsuya y lo incrustó a la pared y detrás suyo la puerta.
Todos
miraron el marco de la puerta, allí había un joven, rodeado de un aura
roja. Su aspecto era el un demonio, todos juraron que sus pupilas eran
amarillas y que le crecieron los colmillos, pero eso sólo fue una
ilusión provocada por el miedo de los que serían sus victimas.
- ¡Ranmaaa! -exclamó la joven- ¡Has venido!
-
¿Lo dudabas? -contestó el joven- fue muy fácil arráncale a la loca de
tu prima donde estabas, seguro que tiene pesadillas- los dos jóvenes se
miraron de arriba abajo, para asegurarse de que estaban bien, pero el
joven se quiso asegurar- ¿Estás bien?, ¿Te han hecho algo esos animales?
Ella negó con la cabeza.
-No,
no estoy bien. Me han drogado y secuestrado. Me han querido violar.
Pero tú has llegado a tiempo y me vas a rescatar de esa gentuza.
Ranma la miró y sonrió.
-Te salvaré, como siempre he hecho.
- ¡Eso está por ver! - dijo una voz.
Tatsuya
volvió a aparecer y atacó a Ranma, pero este lo esquivó y lo atacó con
suTenshin amaguri ken, fue el mayor ataque que nunca había utilizado y
el joven campeón cayó al suelo vencido. Había recibido una enorme
cantidad de golpes
-La ultima vez no aprendiste y no le hiciste
caso a tu hermano- dijo Ranma- ahora espero que no vuelvas a acercarte
nunca más ni a Akane ni a mí. Esto sólo ha sido una demostración.
Ranma
sintió que lo atacaban y se giró y vio al medico con una jeringuilla.
Ranma lo esquivó, le quitó el utensilio al medico y lo usó en contra de
su atacante, el medico cayó dormido.
Ken huyó y se refugio en una
habitación, su ocupante, otra cautiva, los atacó con una lamparita de
mesa, y lo dejó noqueado, esa noche las cautivas se vengaron del él.
Kyosuke huyó por la ventana, demostrando su cobardía, pero prometió vengarse.
Ranma se acercó a su prometida y se sentó en la cama
- ¿De verdad que estás bien? - preguntó el chico
Ella
como toda respuesta se le tiró encima y lo abrazó y ocultó su cabeza en
el pecho del chico, estaba llorando y Ranma notaba como ella empapaba
su camisa.
-He pasado tanto miedo, me hacía la valiente, pero tenía tanto miedo. - dijo ella.
-No
pasa nada, ahora estamos juntos y no dejaré que nadie te hada daño. -
contestó su prometido, acariciándole la cabeza- No dejaré que nadie te
vuelva a atacar.
-Pero antes nos han logrado separar-respondió ella- y me han secuestrado.
-Te he encontrado, aunque te llevasen al fin del mundo… yo te encontraría. Nadie me separará de ti.
Akane
lo miró y sonrió, era una sonrisa falsa, tanta como la que tenía su
prometido en los labios. Los dos estaban asustados habían estado a punto
de perder, los habían separado. Las malas artes de Kyosuke y su familia
eran muy grandes y sucias. No podían relajarse y decidieron salir de
ese lugar ruin y perverso.
Él la cogió en brazos, la chica le rodeó los suyos por el cuello del joven y fueron avanzado hacía la salida.
Iban
avanzado por los pasillos, Akane miraba al suelo, donde se veía a los
matones del proxeneta tumbado en el suelo, no habían sido rivales de un
Ranma enfurecido.
De las habitaciones salían chicas, y se dirigían
a una, allí torturaban aquel que las secuestro, las torturó y les hizo
vivir un infierno en la tierra. Ahora ellas, al fin libres se vengarían
del monstruo.
Estaban saliendo de ese lugar donde se esclavizaba a las mujeres… y se encontraron que los esperaban.
Kyosuke,
al escapar, se puso en contacto con su comisaria y pidió que les
enviasen varias dotaciones policiales, y eso les esperaba fuera.
Al
salir del recinto, los dos prometidos se encontraron rodeados de
policías, apuntándolos con sus pistolas, el tío de Akane dirigía el
ataque. Supieron al instante que no había escapatoria, sus aventuras
acaban allí. Kyosuke los miraba con satisfacción, se sabía vencedor, ni
su sobrina ni el prometido de esta verían un nuevo día.
Kyosuke se
había llevado consigo todos los policías que le quedaban, realmente
eran los que el mismo reclutó entre las bandas criminales de Tokyo,
gente sin escrúpulos, que no durarían en matar a dos jóvenes. Al ser el
comisario un gran misógamo no había ni una sola mujer,
-He ganado,
ya no necesito dejaste ahí dentro- dijo el hombre sonreía, por fin se
libraría de esa molesta sobrina y del idiota de su prometido.
- ¿Qué te he hecho? ¿Por qué me odias tanto? - preguntó con desespero Akane.
-Eres un monstruo, mataste a tu madre. Me separaste de ella. Por ti murió. - dijo el hombre.
-
¡El monstruo lo eres tú! -exclamó Ranma- Eso es mentira. ¿Cómo alguien
con años puede ser una asesina? ¿Qué ocultas? ¿Por qué quieres inculpar a
Akane de un crimen que no cometió?
Kyosuke miró al chico, ni
siquiera pensó en contestar a esas preguntas. Ese insolente joven se
iría a la tumba sin saber por que murió.
- ¡Akane debe morir y
punto! - contestó de forma tajante el comisario. En su locura por acabar
con Akane, no veía que allí se estaban reuniendo curiosos, gente que
miraba con rabia a Kyosuke- suelta a tu ex prometida, y se el esclavo de
mi hija y vivirás. Sigues con Akane, y morirás. No seas idiota, ella
está …- y añadió con tono cruel- ¡Muerta!
Ranma miró al loco asesino que tenía delante, miró a su prometida y sonrió.
-Paso,
paso de ser el pelele de tu hija. No la aguanto, es tan… tan estúpida-
Ranma vio como Kyosuke se enfurecía- me tiene miedo, después de lo que
le he hecho hoy, me teme y con razón. No seré tu esclavo, no seguiré tus
ordenes como hacen mi padre y Soun. Seguiré con Akane, aunque por ella
deba morir, jamás la dejaré. Ella es todo para mi. Y como dijo alguien,
prefiero morir de pie, que vivir de rodillas. No me doblegaré ante
nadie, seguiré mi propio camino, él que yo marque. Y ese camino es junto
Akane.
-Entonces morirás con ella. - respondió Kyosuke- pagarás el crimen que cometió Akane.
- ¿De qué se me acusa? ¿Qué crimen cometí? -preguntó la joven, estaba llorando y muy asustada, veía su final muy cerca.
-De
no haberte dejado matar, de haber nacido- contestó Kyosuke- ¡De estar
viva! - gritó. La miró con furia- se te acusa de estar viva- en ese
momento se desmosto que Kyosuke estaba loco, el hombre extravió los
ojos- pero ahora cumpliré tu sentencia, - y como un iluminado dijo-
libraré al mundo de tu maléfica presencia.
-No es normal que las
quieras muerta, Llevas algo entre manos y ella te molesta- Ranma miraba
al comisario serio- ¿Qué planes tienes? ¿Por qué debe morir?
Kyosuke estaba harto de esa conversación, de esos críos y decidió acabar con todo.
-
¡Por qué me quitó lo que más quería! - gritó él- ¡Por qué me condenó a
vivir una miserable existencia! - el hombre estaba exaltado- arruinó mis
sueños y mis ilusiones, pero prometí vengarme de ella… y cuando casi lo
conseguí… alguien lo impidió, pero no por ello me rendí, esperé mi
momento y ese momento es este.
Miró a los dos jóvenes, estos
supieron que les quedaban segundos de vida. Ranma dejó a Akane en el
suelo y esta lo abrazó, se quedaron mirando.
-Te quiero, Akane dijo Ranma.
-Te quiero, Ranma dijo Akane.
Y
los dos se miraron y se besaron con toda la pasión, pero oyeron un
disparo y se estremecieron, Kyosuke en su crueldad había disparado al
suelo. Los dos jóvenes lo miraron asustados.
-Nada de besitos,
podéis estar abrazados, pero nada de besitos- dijo con sarcasmo ese
bruto- ¡El amor!... que tontería- dijo con desprecio- ya estoy harto- se
giró a su hombres- preparasen para disparad. - ordenó y sus hombres
apuntaron a los dos prometidos, estos se abrazaron con fuerza asustados y
cerraron los ojos. Los curiosos elevaron sus protestas. Kyosuke los
miró- pide más dotaciones el populacho se quiere revelar contra la
autoridad. - ordenó a un policía.
- ¡Sólo estamos nosotros! -
contestó el policía- los demás han sido secuestrados en el Furinkan o
arrestados- el hombre tenia miedo, temía la reacción de su jefe.
El comisario lo miró de forma siniestra y se enfureció aun más.
-
¡Mierda! ¡Mierda! – gritó el hombre contrariado, entre sus jefes, y el
populacho lo habían dejado solo y casi sin efectivos, pero no por ello
se dejaría vencer. Miró a los dos prometidos- sigamos, cuando lo ordene
disparen. - sus hombres se prepararon para disparar- ¡Fue…!
- ¡Fuego! - se oyó decir desde varías calles. Acallando a Kyosuke, sus hombres bajaron las pistolas asustados.
- ¿Qué hacéis? - bramó Kyosuke furioso y exaltado- ¡He dicho fuego ¡Y es fuego! ¡Fue…!
Y
eso pasó, en todas las calles adyacentes se encendieron varios fuegos.
Kyosuke se tocó la cara, había recibido un tomatazo. Miró a los fuegos y
descubrió que eran antorchas. De todas las calles cercana aparecieron
jóvenes, eran los alumnos del Furinkan que habían acudido en auxilio de
sus compañeros. Con ellos iban padres y parte del profesorado,
comandados por la profesora Hinako.
Los dos prometidos los miraron sorprendidos y sonrieron, estaban salvados… al menos por ahora.
Los dos grupos se quedaron mirando y…
- ¡Nos atacan! - gritó Kyosuke- ¡Al ata...! - y por segunda vez un tomate le impactó en la boca.
Ese
tomatazo fue la señal para que los alumnos del Furinkan cayesen sobre
los policías, estos en su totalidad miembros de bandas de delincuentes,
vieron llegar a los jóvenes estudiantes atacarlos. Esos antiguos
delincuentes curtidos en peleas calleras se vieron ganadores, su
experiencia en lucha era un grado, esa creencia en su supuesta
superioridad les hizo perder esa batalla.
Si los falsos policías
pensaban que iban a tener una pelea cuerpo a cuerpo se equivocaron, fue
una batalla sucia, en el sentido literal de la palabra. Los estudiantes
les lanzaron desde huevos hasta pintura. Esos jóvenes dominaron la pelea
en segundos. A más la profesora Hinako iba absorbiendo y deprendiendo
energía, pasaba de adulta a niña y a la inversa en pocos segundos. Los
policías se dejaron impresionar por el cuerpazo de Hinako adulta, y no
pudieron reaccionar.
Los que pensaron usar sus armas, vieron como les eran arrebatadas, y entregadas a unos jóvenes con aspecto de frisquis.
-Somos
del Club de desmontaje del Furinkan, somos los campeones durante cinco
años seguidos- se presentó uno de los chicos- desmontaremos sus armas en
cinco segundos- dijeron y eso hicieron.
Los policías vieron alucinados como sus armas eran despiezadas.
- ¡Ahora montarlas! -ordenaron los dueños de tales armas.
-Lo sentimos, somos el Club de desmontaje. El Club de Montaje, fue disuelto por no saber montar un bolígrafo.
Los
supuestos agentes de la ley se enfurecieron e intentaron atrapar a esos
chicos. Pero fueron cazados por el Club del lazo y atado de animales
bovinos, y acabaron atados al poste de la luz. Una vez allí, se le
acercó las chicas de estética, y esos hombres acabaron con un look
nuevo, muy horrible.
Kyosuke vio como sus hombres eran humillados
por los amigos de sus perseguidos. Su pistola era desmontada y él atado a
un árbol, sin poder atacar, ni defenderse. Intentó maldecir, pero una
chica, una de las que había acompañado a Akane y Ranma a Kyoto, le
taponó la boca con un limón, que desprendía un zumo muy amargo.
Una
vez todo el grupo de perseguidores de Ranma y Akane atados, fueron
utilizados como diana por todo el alumnado del Furinkan, por sus padres y
por muchos vecinos molestos con el comisario. Esos mal llamados
policías, recibieron entre otras cosas tomatazos, globos llenos de
pinturas, bombas fétidas.
Y aquel día, Kyosuke, un hombre
machista, xenófobo, homófono, ególatra y narcisista, apegado a su
persona. Amante del buen vestir y de un buen corte de pelo. Ese hombre
fue humillado, recibió una de las peores humillaciones de su vida. Su
traje recibió innumerables globos de pintura y tomatazos, ese traje fue
cortado por los estudiantes. Su pelo siempre bien cortado. Fue pintado
por varios colores y cortado en varios niveles y sus labios, ojos y uñas
fueron pintados. Al final parecía un loco disfrazado.
Del burdel
salieron las que allí fueron cautivas, ahora al fin libres, llevando
presos al proxeneta, al médico y al abogado. Los tres con vestidos de
mujer y maquillados, también fueron atados. Los tres hombres recibieron
justo castigo por sus fechorías.
Al día siguiente los tres estarían en la prisión, por diversos delitos.
Los dos prometidos miraban a todos asombrados, los habían salvado en el último momento, y habían sido sus compañeros.
Se acercó una chica que iba a su clase.
-Nos han avisado que estabais aquí en problemas-contó esa chica- y hemos venido a ayudaros.
Los
dos prometidos sólo pudieron asentir, se habían quedado mudos, no se
esperaban que alguien los ayudase, que ese alguien fuera sus compañeros
de la escuela. No salían de su asombro, pero llegó Sayuri para
despertarlos y les gritó.
- ¿Qué hacéis aún aquí? ¡Huir! Los detendremos durante horas, pero vosotros huir. No permitiremos que os hagan daño.
Y los dos jóvenes esos hicieron, después de dar las gracias.
No
sabían que sus seis rivales los observaban desde un tejado. Lo que
estos rivales ignoraban era, que uno de ellos fue quien avisó a la gente
del Furinkan donde estaban los dos prometidos. Esos seis jóvenes
estaban serios y a la vez aliviados, serían ellos los que vencieran a
los dos prometidos.
Ranma y su prometida corrían, debían pasar por
el dojo, coger ropa, algo de dinero… y lo más doloroso, despedirse de
su familia. No sabían cuándo o si la volverían a ver, a los dos le dolía
en el alma esa separación. Las hermanas de Akane y Nodoka eran la única
familia que tenían los dos, Genma y Soun se habían comportado como unos
padres indignos, los dos jóvenes no querían volver a saber de ellos.
Después, cuando saliesen del dojo, se alejarían de Nerima, sin saber si volverían alguna vez.