3ª. El castigo.
Los
dos jóvenes entraron en el caserón del dojo y oyeron voces que
provenían de la cocina. Los dos chicos se miraron sorprendidos. Dos
chicas discutían una era Mana… la otra ¿Kasumi?, no se lo creían Kasumi
siempre mantenía la calma, pocas veces la perdía. Ranma nunca la había
visto enfadada. Akane no se acordaba de la última vez que la vio. Se
acercaron a la cocina, Akane iba detrás de su prometido, tenía terror a
su prima e iba agarrada del brazo de Ranma. Mana estaba discutiendo con
las hermanas de Akane.
Desde la puerta de la cocina vieron como
Mana alzaba la mano y abofeteaba a Kasumi. y encima se ponía chula.
Akane se quedó helada, nadie se había atrevido a pegarle a Kasumi en su
vida y esa loca la abofeteaba. Empezó a temblar, si no le tuviese fobia a
su prima, la hubiese matado. Notó que Ranma-chan temblaba... de furia.
Akane se asustó su prometido iba a escarmentar a la impertinente que
golpeó Kasumi, no tendría piedad de ella. Ahora que era chica, Ranma
haría lo que nunca hubiese hecho… golpear a una mujer.
A Ranma al
ver como esa perra insolente golpeaba a la que consideraba su hermana
mayor se le nubló la vista. Una furia comparable a la que le atacó
cuando luchó contra Saffron, se apoderó de él. Iba a destrozar a esa
ramera. Si ya lo odiaba por meterse con Akane… no, la odiaba desde la
primera vez que la vio. Ahora no se contendría y daría a esa chica una
lección que no olvidaría nunca.
Las hermanas Tendo vieron a la
chica pelirroja en la puerta y se asustaron. Ranma estaba más furioso
que nunca. La chica iba a pasar un mal rato.
Mana estaba girada y no la vio y pensó que le tenían miedo ella.
-Esa
es la mirada con que debéis mirarme- dijo la chica con orgullo- debéis
comprender que estáis por debajo de mí, que aquí mando yo y que…- se
calló. Las dos hermanas no la miraban a ella, miraban hacía la puerta de
la cocina con terror, se giró. y la vio.
Era una chica con
trenza, se parecía mucho a Ranma, y parecía muy furiosa. Era a esa chica
las que las hermanas Tendo miraban con miedo, lo que no supo que lo que
atemorizaba a las dos chicas era de la reacción que iba a tener la
chica de la trenza.
- ¿Quién… quién eres? - exigió Mana- ¿Qué haces aquí?
La
chica no le contentó, ni se dignó a dirigirle la palabra, la miró con
mala cara. Mana retrocedió, esa desconocida era peligrosa, su mirada era
perversa, demoniaca.
La chica de la trenza sonrió con maldad. Mana no lo sabía, pero se acababa de meter en un problema muy grande.
-Mi
nombre es Ran… Ranko Saotome, y soy la prima de Ranma- estaba
advirtiendo a Kasumi y Nabiki que tenían que llamarlo así. - soy la
mejor amiga de mi primo y de su prometida. Él no puede venir ahora, y me
pedido que proteja a su prometida. Y lo pienso hacer, como si fuese él
mismo.
-Tú también me debes obedecer- dijo la chica con orgullo- no puedes intervenir. Tu tío firmó…
-
¿Esta chica es tan idiota como se le ve en la cara? - preguntó Ranko
con ironía a las hermanas Tendo- Lo firmó "mi tío", eso no me incluye a
mí. Toca a Akane o a mi primo y te dejaré invalida. Si tocas a Kasumi o a
su hermana mediana te mató. Toca a mi tía Nodoka… y te haré lo mismo
que si tocas a Akane. - la voz de Ranko era cortante, fría y carente de
toda emoción que no fuera el odio. - ¿Sabes por qué te dejaré invalida
si tocas a Akane? - Mana negó con la cabeza. -Porque así… sufrirás más, y
más tiempo.
Mana la miró sorprendida. Y se carcajeó…
-Mira
el gallito, se mete en una casa que no es suya y se me pone chula. No me
conoces, te pienso destrozar, no necesitaré ni dos minutos. No se te ve
muy fuerte. Cuando acabe contigo me dedicaré a Akane. Esta noche la dos
descansareis juntas en el infierno.
Las tres hermanas la miraron
sorprendidas y asustadas. Después de toda la vida en el dojo podían
calibrar la fuerza de las personas. Y Mana no llegaría a ser un bocado
para Ranko.
-Estas más loca que una conocida mía. No me
subestimes, otros lo han hecho… y se han arrepentido- dijo riendo. Pero
era una risa que produjo escalofríos a quien lo oyó… incluso a Mana…
pero esta no hizo caso a lo que le pedía su instinto. Su cabeza le pedía
huir, pero hizo caso a su corazón… se pensaba que ganaría, que su rival
era débil.
Se lanzó sobre Ranko, que la estaba esperando. La
chica pelirroja, esquivó el ataque y sin darle tiempo a reaccionar a su
rival la cogió por la cola con una mano y por el cuello por otra.
-
¡Haz un solo movimiento y te aprieto tanto el cuello que te arranco la
cabeza! - su tono era espeluznante, nadie lo había oído hablar así
nunca- lo estoy deseando. Por atacar a Kasumi… por atacar a Akane. Te
voy a dar la peor lección que te han dado. El imbécil de tu padre te la
tenía que haber dado. Pero a tu padre tampoco se la dieron. Yo os
enseñaré a no tocar a la futura esposa de mi primo- Akane se quedó
sorprendida, Ranma acababa de declarar que se casaría con ella y
¡delante de sus hermanas!. Ranko no se sonrojo…pero Akane sí.
Ranko llevó… empujó a Mana a una silla y allí la inmovilizó y la ató.
-
¿Que vas a hacerme?- pregunto asustada Mana, nadie había osado tocarla,
y esa chica tenía oscuras intenciones con ella- No tienes valor de
hacerme nada. Eres una tonta como las hermanas Tendo, me tienes miedo-
la desafió Mana. Vio como la chica que la amenazaba, no la mataría pensó
la chica, cogió un cuchillo. Ranko se puso detrás de su presa y usó el
cuchillo. Las hermanas Tendo dejaron escapar una exclamación, Ranko
acababa hacer algo horrible. - lo ves, no puedes… - la chica de la
trenza dejó caer sobre el regazo de Mana algo, la chica lo miró y estuvo
a punto de chillar de horror. Esa chica le había cortado la cola, iba a
chillar.
-Grita y te arranco la lengua, ya has visto que me
atrevo- dijo Ranko, Akane y sus hermanas sabían que no lo haría, solo
quería asustar a Mana y lo estaba consiguiendo. La chica pelirroja sacó
unos instrumentos de sus bolsillos y se los enseñó a su víctima- voy a
utilizar esto contigo, son de mi tío Genma, Ranma los utiliza con su
padre… yo con esto soy igual de experta que él.
Y como amenazó,
los utilizó con Mana. Las tres Tendo miraban la operación horrorizadas, a
una mujer no se le debía someter a tal tortura, y tampoco verla, las
tres se giraron con terror para no ver lo que hacía Ranko con Mana… la
chica iba a tener el peor disgusto de su vida. Puede que no sobreviviese
a eso.
-Ya está- dijo Ranko con satisfacción y sacó otro objeto de su bolsillo y se lo enseñó a Mana.
Esta
lo miró asustada, era un espejo y en veía el reflejo de una chica…
calva. Tardó unos segundos en comprender que le había hecho Ranko, le
había afeitado la cabeza. Mana se miró con horror, esa chica le había
afeitado incluso la cejas, la habían dejado pelada como un monje
budista. Era lo peor que podían hacerle a una chica tan guapa como ella,
o eso pensó.
-No pienses que te volverá a crecer. Te he flotado
con esta loción, mi tío… no es calvo… pero no le gusta que le crezca el
pelo. Se afeita y regularmente se echa esto para retardar el crecimiento
del pelo… en una mujer lo retarda… a perpetuidad.
Mana se miró
horrorizada se quedaría calva… para siempre. No podía salir a la calle
así. Su tiempo de dominar a la gente se había acabado, y todo por esa
chica… se vengaría de ella. La miró con odio… y con temor. Esa chica no
la temía, es más se reía de ella.
-Un consejo. No te acerques a
Akane… esto ha sido un sólo aviso… no te acerque a mi primo… dejarte
calva fue idea suya. Todo lo que pueda hacerte yo, te lo puede hacer él y
con más potencia… no he acabado me queda afeitarte… las pestañas.
Mana miró a esa extraña chica con horror y se desmayó
Akane se esperaba una burla de Ranma chan, pero esta miró con desprecio a Mana y se dirigió a la salida.
-Soltarla
y no hacerle nada, ya tiene suficiente castigo, por ahora… no
aprenderá. Ahora es más peligrosa. Espero que busque a Ranko como
culpable, eso alejará sus ganas de venganzas de vosotras.
Las
chicas comprendieron la maniobra de Ranma, había sido muy cruel con
Mana, pero así atraía las culpas sobre una chica que realmente no
existía, Mina iría por Ranko.
- ¿Dónde vas Ran… Ranko? -preguntó Kasumi.
-Quedan
dos. Debo saber qué pasó con tu hermana. No me creo lo que dicen que
mató a vuestra madre, no es posible. Vosotras tampoco sabéis nada, ¿no? -
preguntó la chica de la trenza.
-No. Sólo lo que dijo mi tío, y
tampoco me lo creo. Hay algo extraño en eso. Pero estamos atadas por una
promesa que no sabíamos que existía hasta esta tarde. – dijo Kasumi-
Ranma, por favor protege a mi hermana… no permitas que la maten…-le
suplicó Kasumi, la chica estaba llorando., prométeme que la defenderás
-Sabes
que no me lo tienes que pedir, no dejaré que nadie haga daño a Akane…
no a mi prometida. Haré cualquier cosa por ella. - iba a salir de la
cocina y se giró y señalando a Mana, advirtió algo- no se debe saber la
auténtica vinculación de Ranko y Ranma. ¡son primos! Quien se vaya de la
lengua y cuente la verdad… ¡Lo mato! - dijo con crueldad. - y no
bromeó.
Nabiki sintió un temblor, sin mirarla la estaba
advirtiendo. El chico cumpliría su palabra. No quería problemas con
Ranma, por su propia seguridad no diría nada. Y sobre todo después de
ver lo que hizo a su prima. Ese chico no era el que ellas conocían.
Ranma
salió y Akane lo siguió, la chica no quería quedarse en la misma
estancia que su prima. No le tenía miedo… le tenía fobia, de igual
manera que Ranma temía a los gatos.
Las dos chicas de la cocina
desataron a su prima, esta tendría un mal despertar y volvería a gritar
de terror, las dos chicas sentían satisfacción a ver a su prima en ese
estado, era la primera vez que alguien conseguía asustar a Mana. Y Ranma
sólo había empezado su venganza…las pobres no sabían el poder e
influencia de su tío y la maldad de su prima.
Fue en ese momento
que las dos hermanas tuvieron un mal presentimiento, un escalofrío les
recorrió la columna, se miraron asustadas… iban a perder a Ranma y
Akane, y muy pronto… demasiado pronto.
Minutos después los dos
chicos iban para el dojo, antes de salir de la casa, Ranma escondido
miró a la puerta del dojo y vio a Yuta haciendo guardia en la puerta.
-Espérame aquí y no salgas- dijo Ranma.
-No es la primera vez que te veo darle una lección a un imbécil. No me asustaré.
-No
es por eso. Si ese idiota te ve, te llamará a gritos y alertará a tu
tío y quiero enfrentarlo en el dojo. Y cuando haya liquidado a ese primo
tuyo tan idiotico.
Akane lo miró y asintió. Dejaría actuar a
Ranma, estaba dominando la situación. Hasta hace pocas horas el chico
primero actuaba y después pensaba. Había cambiado… ahora pensaba y
después actuaba, no acababa de gustarle este Ranma, parecía mucho más
frio a la hora de actuar… y mucho más serio, aunque se sentía protegida
como nunca. Quería volver a estar como antes. Echaba de menos sus peleas
con él, era en esas peleas cuando los dos chicos se divertían de
verdad.
La chica de trenza salió de la casa y fue hacía el dojo.
Yuta se la quedó mirando, la encontró muy preciosa…una diosa… pero se
parecía al falso prometido de su Akane.
-Hola guapa, ¿Tienes algo
que hacer? Podíamos ir a cena tú yo, y después sé un sitio maravilloso,
donde una chica como tú y un chico como yo…- dijo Yuta. La chica era muy
guapa, era un honor para ella salir con él.
-Tú y yo vamos a hablar, quiero respuestas… y ¡las quiero ya!
-
¿Quién eres, preciosa? Vamos a salir a tomar algo- ordenó Yuta. La
chica lo atemorizaba… pero él pensaba que aquella preciosidad caería a
sus pies… como hacían todas. Pero aquella no era una chica como las
otras.
-No me interesa salir contigo… a mí sólo me importa una
persona… y no eres tú. Quiero respuestas, dármelas o te apartas… si no
te apartas… me divertiré contigo… pero para ti no será tan divertido.
Por cierto… Mi nombre es… Ranko… Sao-to- me. No creo que un imbécil…
comprenda que significa eso, por eso yo te lo aclararé. Soy la prima de
Ranma. Él y Akane son mis mejores amigos. Mi primo no puede estar aquí
ahora y me ha pedido que proteja a su prometida y lo pienso hacer.
El chico la miró y la juzgó… mal.
-No
sé cómo un chico tan feo como ese idiota tiene una preciosidad de prima
como tú. Ven conmigo y lo pasaremos bien. Y que venga Akane… tengo
bastante para vosotras dos.
-No me hagas reír, Akane y yo no
tenemos ni para empezar contigo… pero no pienses mal. No habló de lo
mismo que tú. Y yo no sé cómo una chica tan agradable y dulce como Akane
tiene por primos a la tonta de tu hermana y a ti. Te lo he dicho, me
caes fatal, tanta mal como me cae la idiota de tu hermana, y pienso
quitarte del medio. Quiero hablar con mi tío Genma y con el señor Soun…
también con eso que tienes por padre. - y añadió con mucho desprecio-Tú
me sobras. ¡Sal del medio! -ordenó
-¡No puedes entrar!, ¡mi padre
me ha dicho que no deje entrar a nadie…!- dijo Yuta. El chico estaba
convencido que la chica le haría caso, tanto en no entrar al dojo, como
en salir con él a cenar.
Ranko se lo pensó.
-Creo que
aceptaré tu propuesta de cena- Yuta se emocionó, no vio la sonrisa
perversa de la chica. -Akane me acompañará- Yuta se alegró más, saldría
con dos chicas muy majas -puede que no pueda ir yo, en ese caso ira mi
primo.
Akane, escondida, lo escuchaba asustada e intrigada. Ranma
planeaba algo y ese chico se metería en la trampa de cabeza, la chica no
pudo evitar sonreír.
-¡No quiero!, tu primo no viene. ¡Tú si!, Akane también. Pero tu primo no.
-O aceptas o no habrá cena, y ni yo ni Akane iremos contigo- dijo Ranko.
-De
acuerdo. Pero a la primera impertinencia me deshago del estúpido de tu
primo.-aceptó de mal gana el chico, pero con tal de ir con Akane,
aceptaría al "prometido" de esta.
Akane desde las sombras ya se imaginaba el plan de su prometido, el día siguiente no sería como soñaba Yuta.
-Ahora déjame pasar o te aparto- dijo Ranko.
- ¿Piensa que podrás conmigo? Soy el campeón nacional. Nadie es más fuerte que yo.
-
Conozco a mucha gente mucho más fuertes que tú… yo lo soy, mi primo lo
es… Akane también lo es… y seis pajarracos que yo sé… también son más
fuertes que tú. En esos torneos no hemos participado nosotros…si lo
hubiéramos hecho no habrías sido campeón. - y se rio. - como máximo
cuarto… y con mucha suerte.
En ese momento Mana gritó. La chica despertó y descubrió que lo que pensaba que era una pesadilla, fue real.
- ¡Mana! ¿Que la habrá pasado? Eso era un grito de terror. Nadie asusta a Mana, es al revés. Me pregunto quién habrá sido.
-He
sido yo. Espero que me tema de ahora en adelante. No consiento que
nadie se meta con Akane, en eso me parezco a Ranma. Tu hermana ha
recibido su justo castigo por meterse con tus primas, había hecho algo
imperdonable.
La chica puso una sonrisa enigmática, que el chico
no supo interpretar, un momento después la chica torció esa sonrisa y
sus ojos, la expresión de la chica adquirió un aspecto diabólico, una
cara donde predominaba la maldad, una cara perversa. Yuta supo porque
gritó su hermana y por qué iba a gritar él.
Supo que esa chica no iba a ser nada simpática con él. Tuvo miedo, mucho miedo… pero esa chica no le dio tiempo a gritar.
Ranko
atacó y el chico se defendió. Yuta usaba sus mejores golpes…que eran
parados con facilidad por Ranko, con demasiada facilidad. Y esta
devolvía todos los golpes sin fallar ni uno.
-Eres buena. Muy buena…pero nunca me vencerás…eres una mujer, ni, aunque fueras un hombre… nadie me vencerá.
Ranko se enfureció, ese impertinente, le ganaba a él en egolatría. Lo vencería en un tris.
- Tenshin amaguri ken-dijo
Ranko y una lluvia de golpes cayó sobre Yuta- imbécil, ahora vuela. - y
la chica de la trenza lo mandó volando a dentro del dojo.
Se giró hacía Akane.
-Quédate en la puerta y vigila… si viene esa idiota de tu prima, entra corriendo y me avisas.
-
¡No!¡no quiero que me dejes sola! - se agarró a la camisa del chico.
Ranma se enfureció. Esa chica que tenía delante no era su prometida.
Akane era valiente y no tenía miedo a meterse en un peligro. La chica
que tenía delante era una cobarde y miedica. Tuvo compasión de ella, su
prometida estaba en un problema y la ayudaría a salir de él.
La miró a los ojos y la cogió por los hombros.
-No tengas miedo, yo estoy contigo. No te pasará nada, yo lo evitaré. Si esa idiota te ataca yo te defenderé.
Ella lo miró y en su rostro se dibujó una triste sonrisa.
-Gracias,
hoy me has cuidado mucho. Pero por eso tendrás problemas. Eres la única
persona en que puedo confiar en estos momentos. No me dejes- dijo la
chica llorando.
- ¿Dejarte? NUNCA. Si muriese volvería de la
muerte para protegerte. Nada me podrá arrancar de tu lado. Yo vivo sólo
por ti. Nací para ser uno contigo. No nos juntaron nuestros padres,
ellos sólo fueron el vehículo que nos juntó. Tú y yo estábamos
destinados desde antes de nacer. Ese es nuestro destino. Si no existiera
la promesa de nuestros padres, nos hubiéramos conocido de todas formas y
nuestro camino hubiera sido el mismo. Nacimos juntos y volveremos al
vacío juntos. Mil veces volveremos a nacer y mil veces volveremos a
estar juntos. Siempre ha sido así y siempre lo será. Nunca te dejaré ni
esta vida ni en la otra.
Ella miró a la chica que se había vuelto
su prometido y sonrió…levemente. Cuando quería era amable… ella sabía
desde el principio que su prometido ocultaba esa parte para que no
creyesen que era débil. Pero a ella no pudo ocultársela.
-Eres mi
protector… y yo soy tu protectora. Tú me cuidas a mí y yo te cuido a ti.
Nada podrá separarnos ni siquiera la muerte. Por que como tú has dicho
somos uno. Los dos vivimos por el otro. Si uno sufre el otro lo siente y
sufre con él. Tu alma y la mía son una, se dividió hace milenios, esas
dos mitades quieren volver a ser una, se buscan, se encuentran y se
unen. Nada ni nadie lo evitará. - acabó Akane.
Las dos chicas se
miraron con cariño, si Ranko hubiese sido Ranma se hubieran besado. Se
abrazaron. Los dos se sintieron a gusto en los brazos del otro. Se
sintieron protegidos por el otro, como si del otro emanase un escudo que
los protegía de todo mal. Se sintieron conectados con el otro. Ranko le
acarició la cara. Por un momento Akane vio cómo su prometido se
enfurecía, a Ranko le hubiera gustado ser en ese momento Ranma. Pero de
momentos así, el futuro estaría lleno. Cuando paso ese momento, la chica
de la trenza recordó que tenía que hacer algo.
-Espera aquí, voy
por respuestas… cuando las tenga, saldremos de este lugar y te llevaré a
un lugar seguro. Y nadie lo podrá impedir.
Akane asintió y el chico entró en el dojo. Saldría casi sin respuestas y hecho una furia y alguien lo pagaría caro.
Ella
fue al estanque y lo miró se sintió tranquila, como siempre que miraba
el estanque. Se seguía conectada a su prometida, eso la sorprendió,
sentía una conexión con el chico. En esos momentos notaba que él estaba
furioso, no conseguía lo que quería. Se relajó, esa distracción fue un
error.
El chico entró en el dojo, allí había practicado cientos de
veces, le traía buenos recuerdos, de él y de Akane entrenando. Ahora
Kyosuke había profanado tanto el recinto como sus recuerdos.
El
invasor había estado bronqueando a Genma y Soun, pero ahora estaba
comprobando el estado de su hijo. La chica pelirroja sonrió con maldad.
Los
dos patriarcas notaron que se acercaba un peligro y se giraron hacía la
puerta del dojo, y lo que vieron los aterró. Ranma en su forma de chica
entraba, iban a tener problemas y graves, el chico estaba furioso como
jamás había estado.
Ranko miró los dos viejos y en esa mirada
cargó toda su rabia. Los dos hombres se abrazaron, estaban seguros que
saldrían mal de esa aventura.
Kyosuke se giró y vio a los dos
hombres abrazándose asustados, miraban la puerta del dojo con miedo. El
hombre miró y vio, una chica bajita con trenza que no conocía. Al
principio la confundió con Ranma… pero no podía ser él.
La chica
lo miró, y al hombre se le heló la sangre. Aquella chica no era una
chica normal, parecía estar bien preparada en artes marciales, superaba a
sus hijos, si había llegado hasta allí era que venció a ambos.
Ranko
miró al hombre de forma siniestra, notó que con sólo mirarlo el hombre
se atemorizaba, se iba a convertir en un monstruo con forma humana, no
sabía cómo, pero acabaría con él, por todo el mal que había provocado.
La chica estaba furiosa y él tenía la culpa de ese enfado.
- ¿Quién caray eres? - dijo Kyosuke- pareces a ese imbécil de Ranma.
-
¿Y tú quién demonios te crees que eres? No eres el dueño del dojo, pero
te comportas como si todo el mundo fuera tuyo. Este dojo tiene un dueño
y es Soun Tendo. Yo soy Ranko Saotome, Ranma es mi primo. Y me ha
hablado lo poco que sabe de esa estúpida promesa, ¡a la que yo no estoy atada! Puedo defender a mi primo o a su prometida. Hazles daño y te dejaré peor que he dejado a tus estúpidos hijos.
-No puedes hacer nada tú…- empezó Genma.
-
¡Callad viejos! No tenéis ningún derecho sobre mí. -ordenó con furia la
chica y bajó mucho la voz- ya no, los habéis perdido por completo.
-
¿A qué has venido? ¿Con que derecho entras en una casa que no es tuya? -
exigió Kyosuke. - Esta no es tu casa. No puedes entrar.
-Te lo he
dicho ¿estas sordo o qué? - preguntó Ranko con cansancio- Akane me ha
dejado entrar en su casa, estoy entrando aquí desde hace tiempo. No
necesito tu permiso para hacerlo, sólo él de Akane.
-No me has
contestado. ¿Qué haces aquí? - Kyosuke se enfadaba, no estaba
acostumbrado a que le contestasen, les llevasen la contaría y no
respondiesen a sus preguntas. - ¿Por qué le pegaste a mi hijo?
-Mi
primo me ha encargado que cuide a su prometida mientras él no esté. Y
eso voy hacer. Además, quiero saber porque te quieres deshacer de Akane.
Los idiotas de tus hijos no me han dicho nada. Ni tú y ni esos dos
cobardicas me vais a dar respuestas. Respecto a tu hijo él sólo obtuvo
lo que se buscó.
Ranko se acercó a los patriarcas y los miró de forma siniestra. Los dos hombres empezaron a temblar de miedo.
-Quiero
repuestas, quiero saber porque debe morir Akane, ¡la verdad! Eso que
mató a su madre es mentira. Si ese…- señaló a Kyosuke, -… os dijo eso os
mintió, os engañó. Y quiero saber qué es lo que prometisteis y el por
qué. ¡Y LO QUIERO YA! -gritó la joven
Los dos hombres se miraron y Soun iba a hablar.
-No podéis decir nada- dijo Kyosuke- hasta que esa basura de Akane muera, no podéis decir…
Ranko se giró con furia sus ojos relampagueaban, sacó su aura y la lanzó contra Kyosuke, este salió despedido contra la pared.
-No
hablo contigo, espera tu momento. No temas a ti también te sacaré la
verdad, sea como sea- soltó el agarre de Kyosuke, lanzó su aura sobre
los dos hombres. Estos se atemorizaron el aura de la chica era más
terrorífica que la de Happosai… y no querían saber lo terrorífica que
podía ser la de Ranma chico.
-Empezad a hablar ya se me acaba la
pacien…- se puso en tensión. Algo iba mal, alguien lo necesitaba,
alguien lo llamaba, alguien le pedía ayuda y sólo lo oyó, él. - ¡Akane!
Dejó
corriendo el dojo, y su instinto lo llevó cerca del estanque. Lo que
allí vio lo enfureció todavía más. Alguien iba a pasar un rato muy malo.
Akane
estaba totalmente distraída, sabía que no desvía bajar la guardia… pero
lo hizo. Esa tarde había sido agotadora, demasiadas sorpresas,
demasiada emoción…y pocas buenas. Tenía los nervios a punto de estallar,
necesitaba un respiro, y ese respiro llegó en el peor momento.
Se
acuclilló al lado de estanque y se quedó mirándolo, notaba que el
cansancio se apoderaba de ella, no se quiso dejar vencer por él.
Logró
desterrar el sopor, pero no el cansancio. Cerró los ojos, cuando los
abrió tenía la cabeza bajo el agua. Alguien le había cogido por sorpresa
y le metió la cabeza bajo el agua. Intentó luchar, pero no podía
zafarse de esa sujeción. Comprendió que alguien la estaba ahogando.
Mana
salió de la casa, iba al dojo a hablar con su padre, quería hablarle de
lo que le hizo esa chica tan rara. Le sorprendió no ver a su hermano en
la puerta del dojo. De este edificio emanaba algo que la aterrorizaba,
si hubiese intentado entrar no hubiera salido entera.
Miró al
estanque y vio a su presa preferida, sonrió. Hoy acabaría con ella, su
padre la premiaría por su hazaña. Libraría al mundo de esa molestia.
Estaba deseándolo de hacía años.
Se acercó en silencio a Akane y… la cogió por la cabeza y la sumergió en el agua.
-Ahora
te morirás, es lo que tenías que haber hecho hace años… pero
resististe. Hoy nadie te salvará. Tu prometido no está y esa chica no
llegará a tiempo.
Akane notaba que se ahogaba. Su prima le golpeó
en los riñones, Akane abrió la boca y tragó más agua. Pensó en Ranma, le
pidió ayudar mentalmente, sabía que el chico no llegaría a tiempo.
-Eso
traga agua maldita, muere de una vez. - gritó Mana, los ojos de estas
se extraviaron, le dieron a la chica el aspecto de loca-vive tus últimos
momentos.- Muere como la perra que eres.
- ¡GRRRR! -Mana oyó gruñir a algo. Era un grito de un animal, lleno de furia y rabia.
La chica sin soltar su presa se giró y vio a su atacante. Se aterrorizó, supo que pronto estaría… muerta.
Delante
suyo estaba la chica de la trenza. Su aspecto producía terror, tenía la
boca torcida en un rictus de rabia. Sus ojos resplandecían de furia.
Mana juraría que la chica tenía las pupilas amarrillas. El cuerpo de
Ranko estaba en tensión como un animal dispuesto a saltar sobre su
presa… y así fue. La chica de la trenza estaba dispuesta a destrozar a
su oponente.
-No me harás nada. Hago un bien al mundo eliminándola- se justificó la chica. la otra chica no se molestó en contestarle.
Ranko
la miró, vio la locura en los ojos de la chica. No era como Kodachi,
aquella tenía hasta cierto grado de normalidad. Ésta estaba loca hasta
los tuétanos. Era una persona peligrosa, muy peligrosa. No soltaría a
Akane, si conseguía su objetivo se justificaría con una tontería, pero
eso no ocurriría. Él salvaría a Akane, y después esa chica sufriría.
Ranko
se abalanzó sobre la chica. Del dojo habían salido los tres hombres y
un joven, de la casa dos mujeres jóvenes. Todos vieron como la chica de
la trenza se volvió un borrón. En un instante estaba al lado de Mana, la
cogió con una mano y sin esfuerzo la lanzó a medio jardín.
- ¡Akane!, ¡Akane! -gritó exaltada y preocupada la chica pelirroja mientras sacaba a su amiga del agua.
La
chica de pelo corto tosió y vomitó toda el agua tragada. Miró a su
amiga que la tenía agarrada por los brazos y se lanzó a sus brazos.
Ranko suspiró aliviada.
- ¡Ranko! Llama a mi prometido, llama a
Ranma. - dijo Akane, llorando- dile que venga, lo necesito, necesito a
Ranma a mi lado, lo necesito conmigo…
-Ahora te lo llamó. Él
estará pronto a tu lado- contestó Ranko, había entendido a su prometida,
necesitaba sentirse protegida, y el chico era con quien más se sentía
protegida. -sabes que nunca te ha dejado cuando lo has necesitado. -Miró
a los demás- voy a llevar a Akane a su habitación. Después vendrá
Ranma. No quiero que nadie intervenga, ni me ponga tabas…- puso un tono
siniestro-quien lo haga… está muerto.
Kasumi miró a Ranma… no era
él de siempre. En unas horas había cambiado mucho, al ver su mundo
atacado, reaccionó defendiéndolo. Teniendo en cuenta que su mundo era
Akane, era lo más normal que reaccionase así. Su tío y sus primos iban a
tener un problema muy gordo si Akane sufriese, Ranma no sería simpático
con ellos.
Ranko cogió a Akane en brazos, la sintió más frágil
que nunca, casi de cristal. Akane le pasó los brazos por el cuello y
escondió su cabeza en el pecho de su amiga, seguía llorando.
-
¡Míralas! Las dos raritas. – dijo Yuta-Ahora me doy cuenta, ¡sois
lesbianas!, engañáis a ese Ranma. -y con falsa preocupación e ironía- Me
da lástima, no lo debe saber- y se rió.
Ranko dejó a su amiga en el suelo. Las dos chicas estaban furiosas.
-En un momento vuelvo- dijo Ranko.
-¡A por él!, no te cortes. - le pidió Akane.
-No te preocupes… no pienso hacerlo- contestó Ranko.
Ranko
saltó muy alto y… se concentró, formó una bola de energía. Kyosuke y
sus hijos se asombraron. Jamás habían visto algo así. Los Tendo se
asustaron Ranma estaba extremadamente furioso. Iban a ver algo muy malo.
Akane miró tranquila, sabia el objetivo de su prometido.
-Ataque de tigre- y lanzó la bola de energía sobre… el coche de Yuta.
Yuta salió y vio los cuatro trozos que quedaban de su coche. Entró al dojo y señaló a la chica.
-Te voy a denunciar, me pagarás el coche. Le contaré a todos como lo hiciste.
-No
lo harás- dijo Ranko- nadie te creerá. ¡Una chica que lanza bolas de
energía! Parece sacado de un manga o anime- y sonrió. Pero se puso
sería- nadie te tomara en serio. Si tu padre o hermana declaran lo
mismo, se reirán de vosotros. Os tomaran por locos. Os meterán en el
manicomio… es donde teníais que estar.
-Te voy a enseñar lo que es
un hombre- dijo Yuta. Y se lanzó sobre Ranko, ésta lo esperó y toda
tranquilidad de una patada lo mando al muro.
-Te puedo hacer cosas
peores que el ataque del tigre, no me piques, o tendrás la peor
pesadilla de tu vida. Eres un niño de papa, tu padre siempre te ha
protegido. Sin él no eres nada… y con él… tampoco eres nada. - se rió-
¿tú un rival mí… de Ranma. Me rio, mi primo tiene rivales mucho más
fuertes que tú. Mañana tienes una cita con Akane y su prometido… si
quieres llegar a mañana, no vuelvas acercarte ni a mí ni a Akane, y
mucho menos a Ranma, si lo haces él te hará pasar un momento muy
divertido que no olvidaras… si sobrevives- Ranko se lo pensó- anulo la
cita… mi primo estará de acuerdo conmigo. No quiero verte cerca de Akane
o de Ranma. Si lo haces te corto la cabeza.
Ranko cogió a Akane
en brazos, y los dos entraron en casa, fueron directos a la habitación
de Akane. Ranko salió y cuando volvió era Ranma.
El chico la miró y
ella a él. De repente ella se echó en los brazos de él llorando
desconsoladamente. Él la abrazó con fuerza, no la soltaría por nada del
mundo, si lo hacía se la quitarían.
-No me sueltes Ranma, si lo
haces esos me harán daño. Siempre lo han hecho. Siempre que nos
visitaban me encontraba sola e indefensa.
-Ahora ya no éstas ni
sola ni indefensa. Yo te acompañaré y te protegeré. No te harán daño, no
les dejaré que lo hagan- él también lloraba.
-Ya me han hecho
daño. Ya nos lo han hecho a los dos. No somos los mismos que hoy por la
mañana. - dijo ella- yo no soy la chica violenta de siempre. Y tú… estas
furioso… debes calmarte. Estas sufriendo Ranma, sufres por mi… no debes
hacerlo.
-Me duele verte así… no somos los de siempre. Temes a tu
tío y a tu prima. Tú que no has tenido nunca miedo. En Jusenkyo
estuviste a punto de morir, pero no temiste arriésgate. Y ahora miras a
tu alrededor con miedo. Pero superaremos esto como siempre lo hemos
hecho. Nadie ha podido con nosotros. No pudo Mikado, ni esa animadora
idiota, ni siquiera Saffron… tu familia no podrá con nosotros.
-
¡Pero esta vez es diferente! Nos atacan a traición, no usan las artes
marciales, si no ataques psicológicos. Ni tu ni estamos preparados para
estos ataques. Nos van a vencer Ranma. Van a conseguir lo que nadie ha
hecho, ganarnos. Estamos haciendo lo que ellos quieren. No hemos ganado,
parece que lo hemos hecho… pero al final nos derrotaran- ella estaba
exaltada.
-Pues caeremos sin rendirnos. Lucharemos hasta el fin,
ni los Saotome ni las Tendo nos rendimos nunca y ahora no será la
primera vez. Rendirse no está en nuestra naturaleza.
-Pues bien, que mi padre y el tuyo…- dijo Akane esbozando una pequeña sonrisa.
-Esos dos no cuentan. - dijo Ranma serio. – para mi esos dos ya no son de nuestras familias.
Los
dos se sentaron en la cama y sus manos involuntariamente se cogieron.
Se miraron con curiosidad. No se soltaron, estuvieron así hasta la hora
de cenar. No necesitaban más compañía que la del otro. Estuvieron
tranquilos un rato. Sabían que su pesadilla no se había acabado, todo lo
contario, acababa de empezar.
Kasumi vio a los dos chicos entrar
en casa. Estaba desesperada, todo se había torcido. Akane y Ranma no
tenían una relación fácil. Se peleaban continuamente, aunque ella
últimamente pensaba que estas peleas eran un juego, una forma que tenían
ellos de divertirse, de rebajar tensión. Tenían que huir continuamente
de otros pretendientes y prometidas que los acosaban. Se encontraban
cada dos por tres con adversarios, pero ellos siempre salían adelante.
Siempre habían ganado, hasta la fecha.
La hermana mayor sabía que,
aunque lo negasen públicamente, los chicos se apreciaban, es más se
querían. Los dos se ayudaban mutuamente. Nada ni nadie lo separaría.
Ahora
habían vuelto su tío y sus primos, Kasumi los odiaba. En el pasado
hicieron mucho daño a Akane y ahora volverían hacérselo, ya se lo habían
hecho y a Ranma también, temía la reacción de este. Su tío y sus primos
iban a enfrentarse a su peor pesadilla. Toda la familia Tendo se vería
afectada por el enfrentamiento. La familia Saotome ya había estallado en
pedazos, Nodoka había pedido el divorcio a su marido y Ranma lo más
seguro se iría con ella, llevándose con él a Akane, no la dejaría sola
en el dojo a merced de Kyosuke y sus hijos. No veía un buen futuro para
sus seres queridos, había fracasado en la misión que le encomendó su
madre antes de morir, debía proteger a su familia, en especial a su
hermana pequeña. También veía que los dos más jóvenes de la familia
podría ser que no saliesen airosos de esa aventura.
La mesa estaba preparada para la cena. Mana, aunque era una engreída
de campeonato, era una excelente cocinera, pero ese día prácticamente no
había hecho nada, su disgusto por haberse quedado calva, la llevó al
borde de la depresión, ahora llevaba un pañuelo en la cabeza, para
ocultar la bola de billar que era ahora su cabeza.
Estaba controlando como preparaba la mesa Kasumi, y se fijó que había puesto un bol para Akane.
-Te he dicho…no, te ordenado que Akane no iba a volver a comer aquí, ni ahora ni nunca.
- ¡Y yo que nadie se quedará sin cenar! - la desafió Kasumi. -si alguien se debe quedar sin cenar debes ser tú.
-Antes
no has aprendido. No aprendes. Pues yo te enseñaré a obedecerme- dijo
Mana y levantó la mano para volver a abofetearla- no porque esté ese
tonto, te salvaras de mi castigo.
En ese momento notó que alguien le cogía el brazo, impidiéndole abofetear a Kasumi.
Se giró y vio a Ranma, el chico la miraba furioso.
-Tú
tampoco aprendes, te hemos dicho que no vuelvas a pegar a nadie. Antes
te hemos dejado calva. Si lo vuelves a intentar, me da igual a que
hermana Tendo golpees- puso una cara siniestra y de asesino- te arranco
tu fea cabeza y me hago con ella una bola de bolos.
Mana lo miró y vio detrás de él ocultándose a Akane.
-Mira
la pequeña asesina, detrás de su prometido. No te salvará, tu prometido
no podrá conmigo. No estarás siempre con él. Llegará un momento que no
estarás con él y yo aprovecharé ese momento para matarte y….
-Al
instante siguiente, te mandaré a hacerle compañía a mi prometida,
aléjate de mí y de ella, no me desafíes o conocerás el infierno.
Mana
calibró su poder de seducción, pensó que Ranma caería en su red y se
abrazó al chico… y por sorpresa el chico le devolvió el abrazo.
- ¿Lo ves? ¿Verdad que soy más guapa que Akane y esa prima tuya? - pregunto muy insinuadora Mana.
Ranma tragó saliva.
-Puede
ser… pero mi prima opina que eres feísima, que no vales la pena y que
eres idiota. Que estás locas y que como toques a Akane te matará-
titubeaba, pero no estaba sonrojado.
Las hermanas Tendo se
quedaron heladas. No la había alabado… y la había insultado sutilmente.
Akane estaba entre furiosa, por el abrazo que le dio el chico a Mana, y
desconcentrada. El chico no había rechazado a Mana… pero la había
insultado.
- ¿Y tú qué opinas? - preguntó Mana.
Ranma la miró muy serio y sonrió, pero la chica equivocó la razón de esa sonrisa.
-Eres
muy bella… pero eres una víbora…- y se apartó de ella- No vuelvas a
abrazarme, hazlo y te arranco los brazos. Opino igual que mi prima, eres
feísima y no vales la pena.
Mana se sintió utilizada, ese chico
la trataba con desprecio y se burlaba de ella. Se juró que caería en su
red, como pasaba con todos. Él no sería menos.
Akane miró a su
prometido, no abrazó por causalidad a Mana, tramaba algo y Mana sería su
víctima, fue la razón por la que no se enfadó con él. Juraría que
cuando soltó a esa loca, Ranma se escondió algo con disimulo en su
bolsillo, lo que era lo supo horas después.
-Kasumi, Akane y yo vamos al dojo, volveremos en un instante.
Cuando salieron al jardín y no los oía nadie.
-No vamos al dojo. ¿Poe qué has engañado a mi hermana?
-No podíamos decirlo delante de esa bruja, no quiero que nos moleste. Ni ella, ni tu familia.
Donde se ocultaron nadie lo supo. Nadie adivinó nunca el refugio secreto de los dos chicos.
Minutos después la familia se reunió para cenar, Mana cumplió su amenaza y no le puso plato a Akane.
-
¿Y la cena de Akane? - preguntó Ranma, parecía una pregunta
inocente…pero su prometida detectó en su voz enfado. Dependiendo la
respuesta que recibiera, actuaria en una forma u otra.
-Se ha decidido que Akane no volverá a comer… hasta que muera de inanición. - dijo Kyosuke.
Ranma miró al hombre de mala forma, le dieron ganas de acabar con ese energúmeno allí mismo.
-
¿Quién ha sido el idiota que ha tenido esa idea tan estúpida? Debe ser
un trozo de imbécil, esa idea es digna de un perturbado. - dijo Ranma,
sabía que lo habían decidido entre Kyosuke y sus hijos. - Sólo los muy
gilipollas tienen ese tipo de ideas tan… de locos imbéciles.
Kyosuke y sus hijos se levantaron ofendidos, dispuestos a atacar a Ranma.
- ¡Oye! Tú imbécil- comenzó Kyosuke- se ve que nadie te ha enseñado educación, pues yo te enseñaré.
-No
eres ni mi madre ni uno de mi maestros. No tienes derecho a opinar
sobre mi educación. - los tres personajes se pusieron en guardia-
¡Kasumi y tú tus hermanas desaparecer de aquí!
- ¿Qué va hacer? ¿No iras a hacer el golpe del tigre? - dijo Akane, sabía que era lo que haría el chico.
-Es lo que pienso hacer. - era un farol, si le salía bien la jugada los tres se acobardarían, y así fue.
Kyosuke
y sus hijos se sentaron y Ranma se relajó, en apariencia, esperaba un
nuevo ataque, había visto como lo preparaban… y tomó medidas en contra.
-Tú, Ranma- dijo Kyosuke con desprecio- puedes compartir tu cena con Akane…
-Eso
lo que iba hacer, no necesito que un trozo de burro como tú me dé
permiso. -el hombre se puso en pie y enfadado, estaba acostumbrado a que
le hicieran caso. Ranma lo desafió con la mirada- si me atacas sentirás
en tus carnes el golpe del tigre o mejor él de dragón… tienes cinco
segundos para sentarte… yo de ti no me sentaría… así podré destrozarte.
Ranma
estaba furioso, su aura lo rodeaba. Kyosuke lo miró, ese chico era un
adversario formidable. En la lucha no podía ganarle, debía encontrar
otra forma de destruirlo. Se lo dejaría a Mana, ella sabría cómo
vencerlo. El hombre se sentó. Pero vio que el chico no bajó la guardia,
todo lo contario la aumentó.
Y empezaron a cenar. Ranma se fijó
que Mana los miraba sonriendo siniestra. Él la miró y le sonrió con
maldad, como si la chica hubiera caído en su trampa.
Pasaron los minutos y la sonrisa de satisfacción de la chica iba en aumento.
-
¿Qué te pasa? - preguntó Ranma con falsa ignorancia, que sólo detectó
su prometida, ahora era seguro su prometido planeaba algo retorcido- ¿te
ha dado un ataque de locura? o ¿Tiene un calambre en la cara?
-Ya
es hora, dentro de unos segundos te retorcerás de dolor. Le he puesto a
tu bol un poco de laxante para elefantes, y lo has compartido con esa…
¿chica? como planeaba. Hoy aprenderéis a no meteros conmigo y…- el chico
la miraba con suficiencia… y se dio cuenta de algo. Empezó a buscar
algo en su bolsillo… y no lo encontró.
- ¿Busca esto? -dijo Ranma,
y le enseñó una botellita. La chica miró el objeto asustada. - cuando
te he abrazado te lo he quitado, te he abrazado sólo por eso. He visto a
escondidas como lo echabas en mi bol. Cuando has salido he aprovechado
para cambiar mi bol por otro.
Mana miró a ese chico asustada. No
era como los que encontraba siempre, este tenía muy mal genio y se olía
sus trampas. Oyó un ruido a su lado y se giró asustada. Sabía que
pasaba, ya sabía a quién le había cambiado el bol ese chico.
-
¡Yuta! -gritó Mana espantada, su hermano se retorcía de dolor.
Necesitaba un lavabo. Yuta se levantó y fue corriendo al lavabo.
-
¡De esta te acuerdas! - Mana acababa de descubrir que el chico repartió
la comida envenenada, ella se empezaba a encontrar mal. Necesitaba
también un lavabo.
-Te vi echar esto en mi comida. - y le enseñó
de nuevo el bote del laxante-Cuando saliste cambié mi comida por la de
tú hermano y te puse parte a ti. Serás tú quien aprendas a no meterte ni
conmigo ni con Akane… ni con mi prima. Somos las tres personas con peor
mal humor de Nerima y sobre todo cuando un imbécil nos desafía.
Mana salió corriendo al lavabo, no llegaría a tiempo.
-Te has pasado. No deberías haber hecho eso a mí hijos.
-Ellos
lo intentaron conmigo. Je, je, je- dijo Ranma, y se quedó mirando al
hombre, este lo miró y le cambió la cara… se le puso verde. Ya sabía
porque se reía el chico. Tampoco llegó a tiempo al lavabo.
Akane
miró a su prometido, ya se imaginaba que el chico planeaba algo, se dio
cuenta enseguida. Ranma comía con tranquilidad a su lado.
- ¡Esta vez te has pasado! - gritó enfurecido Genma- ¿Con que derecho has hecho eso?
-
¿Qué con qué derecho he hecho eso? - preguntó enrabiado Ranma- con el
mismo derecho que ellos lo han intentado conmigo… y con Akane- todos lo
miraron sorprendidos, no era normal que defendiera a su prometida
delante de todos.
- ¿Qué tiene ver Akane con tu… travesura? - preguntó Genma quería castigar a su hijo. Por lo que había hecho.
-
¡Todo!, ¡tiene que ver todo! Esa chica sabía que iba a compartir mi
comida con mi prometida. Y por eso la envenenó. Nos quería atacar a los
dos, sobre todo a ella. Suerte que la vi preparando su "travesura". No
dejaré que esa víbora… le haga daño a mi prometida.
-Ella ya no es
tu prometida. Puedes escoger entre Nabiki o Kasumi… pero no Akane…-dijo
Genma, no pudo seguir, tenía el bol de Ranma estampado en la cara.
El chico se levantó de la mesa. Y salía de la estancia.
- ¿Dónde vas? -preguntó su padre- soy tu padre debes obedecerme. Aún no he acabado.
-
Para mí si has acabado. Y al pedirte mi madre el divorcio… has dejado
de ser mi padre… nunca fuiste un buen padre. -Ranma iba sacar todo el
mal que le provocó su padre- me vendiste por comida, si yo la conseguía
me la quitabas. Por tus locuras sufrí hambre, frio, calor y demás
calamidades. Me sometiste a entrenamientos de los más idiotas… y para
nada. Me sometiste a torturas. Por ti tengo fobia a los gatos y una
maldición. Me hiciste avaro, tacaño, egocentrista, presumido. Me
prometiste en contra de mi voluntad, y no sólo una vez. Y ahora me
quieres separar de con quien prometiste…¡de quien yo aprecio!, pues me
niego, no te haré caso…Akane seguirá siendo mi prometida, y si me
impones cortar con ella, le pediré yo mismo que sea mi prometida.
-Yo
también estoy de acuerdo con tu padre- dijo Soun- sé que no quieres, y
comprendo tu dolor y motivos. Pero no puedes seguir siendo el prometido
de Akane. Ella no estará mucho tiempo con nosotros…
- ¡No! ¡Me
niego a que eso pase! ¿Me has oído? Me niego. No dejaré...que ella
muera- Ranma no podía controlar sus lágrimas. -Dejadla morir y… os
odiaré, os maldeciré… y la seguiré. Si ella muere yo iré tras ella.
Akane lo miró asustada.
-No.
No lo hará, no debes hacerlo. Tú debes vivir por los dos. Debes hacer
las cosas que deberíamos hacer tú y yo. Deberás ser feliz, así mi
espíritu descansará.
-Mi vida no tendrá sentido. Volverá a ser el
caos que fue antes de conocerte ¡No!, será mucho peor. No conoceré ni la
paz ni el reposo, y me hundiré en la amargura más oscura y amarga y
nadie me podrá sacar de ese pozo. Sin ti nada tiene sentido. - de
repente tuvo una idea- si yo fuera él que faltase ¿Qué harías tú?
-Si
tú faltases… intentaría deshacer mi vida. Pero sin olvídate…- Ranma la
tenía cogida por los hombros. Se imaginó su vida sin el chico-, no te
olvidaría, pero reharía mi vida- se puso a llorar- ¡no!, no podía
olvidarte… ni un instante. Mi vida. -hablaba entrecortada-… sería un
infierno. Desearía tenerte a mi lado a cada instante. Iría en… tu busca…
si tenía que ir al infierno iría… si tu muriese… yo… te seguiría. -Se
abrazó al chico llorando. Sabía lo que sentía el chico, porque ella
también lo sentía- ¿Por qué me lo haces tan difícil? ¡Aceptarlo!
- ¿Por qué me lo pones tú tan difícil? No lo acepto. Como tú tampoco lo harías.
Ella lo miró y pensó unos instantes.
-Tenemos unas pocas semanas para nosotros, cuando acabe los dos...
-Habremos vencido… no nos ganarán, de una forma otra no podrá con nosotros.
-
Eso... es lo que… vosotros… pensáis…- Kyosuke había aparecido en la
sala. Se apoyaba en la puerta, tenía un pésimo color de cara-, y le
costaba hablar. Debía estar pasando un mal momento-estas semanas serán
vuestra peor… pesadilla. Y al acabar ella o los dos estaréis muertos.
-No te lo permitiré- dijo Ranma- no volverás a tocar a mi prometida.
-No sólo a tu prometida… si no a ti… y a tu… prima.
-
Ni se te ocurra- dijo Akane estaba muy furiosa. Todos la miraron
sorprendidos, jamás se había revelado contra su tío- toca a Ranma … y te
mato… hazle daño, de alguna clase… y antes de morir, yo te cortaré a
pedazos.
-Mira los dos niños como se protegen… acabaré conti… contigo Akane- no pudo seguir salió corriendo al lavabo.
Toda
familia miró a los dos prometidos. Se habían declarado y jurado
protección el uno al otro. Pero los padres no estaban de acuerdo.
- ¡Akane! Te digo lo mismo que Genma a su hijo. No puedes seguir prometida a Ranma.
Akane se puso tensa y miro a su padre.
-Durante
más de dieciocho años me has protegido, fuiste un buen padre. Hace casi
dos años me prometiste al hijo de un amigo tuyo. Al principio, ese
chico y yo no nos caímos bien, nos peleábamos continuamente… pero
también nos ayudábamos y poco a poco nos fuimos haciendo amigos- miró al
chico y este asintió- nuestra relación de puerta para fuera no era
buena, pero los dos confiábamos el uno en el otro. Nos cubríamos la
espalda. Nos empezamos a apreciar. Y cuando más cerca estamos el uno de
otro… aparece ese que dice ser mi tío y nos quedéis separar. Pues me
niego. me niego, no te haré caso…Ranma seguirá siendo mi prometido. Él
me lo ha pedido… y yo acepto. Desde ahora somos prometidos por nuestra
propia voluntad. Si os negáis a aceptarlo… peor para vosotros.
Los dos prometidos se miraron y sonrieron.
-Nada me separa de ti.
-Ni a mí de ti.
Miraron
a sus padres con rabia y subieron a sus habitaciones. Esa noche Ranma
cerró la puerta con llave. Genma durmió en el suelo del comedor.
Había pasado horas desde la fallida cena. Kyosuke se fue del dojo. Sólo salieron a despedirlo Soun y Genma.
Kasumi
puso la excusa de tener que limpiar los platos, en realidad no tenía
ganas de ver a esas personas, sentía que la iban hacer sufrir mucho. No
quería perder a su hermana pequeña… ni al que hacía tiempo que
consideraba su hermano, tenía el presentimiento que perdería a los dos
pronto. Se sintió muy deprimida, tanto que se puso a llorar. No podía
deprimir las lágrimas que fluían de sus ojos.
Nabiki tampoco quiso
despedirse de su familia. Le caían fatal, su prima era más manipuladora
que ella misma y su primo era idiota, aunque ella dudaba que lo fuera
tanto. Veía que su hermana pequeña iba a desaparecer pronto. No olvidaba
la promesa que les hizo prometer su madre antes de morir, a ella y a
Kasumi, proteger a Akane… y no sabía cómo lo debía hacer.
Ni
Kyosuke ni su familia olvidarían la humillación recibida por Ranma. Se
iban furiosos, cuando volviesen ese chico lo pagaría con creces.
Los
prometidos los vieron partir desde el tejado. Los dos sabían que no
había acabado nada, sólo habían sonado los primeros compases de la
canción. Pero serían ellos lo que marcasen el ritmo, o eso pensaban
ellos...
Un coche circulaba a gran velocidad hacía la residencia de los Tanaka, sus ocupantes un padre, sus dos hijos y el chofer.
Casi
nada había salido como esperaban. Aún tenían dolor de barriga y… todo
por culpa de ese chico entrometido y de la prima de este.
-Creía que podías controlar al chico- dijo Kyosuke furioso- ¿Qué te pasó Mana? ¿Cómo no pudiste controlarlo?
-Yo…
no sé… - titubeó, realmente no lo sabía- no es como lo demás. Usé todos
mis trucos y… fallé. Puede ser que no le gusten las chicas.
-O puede ser que ya esté totalmente enamorado de una chica. -dijo Yuta.
Los otros dos lo miraron como si estuviera loco.
-
¿Qué estás diciendo? Siempre diciendo tonterías. Tarde o temprano caerá
en mi red, como todos. ¿No me dirás que está enamorado de la tonta de
Akane?
Yuta miró a su hermana, bajo esa mascara de imbecilidad, el
chico engañaba a su hermana. Él había visto como Ranma miraba a Akane, y
esta al chico de la trenza. Era seguro que estaban enamorados. Pero no
diría nada, seguiría con su papel de tonto. Mana y su padre se estaban
cavando sus propias tumbas… pero con eso lo obligaban también a él a
cavase su tumba.
-Yo opinaba que...- titubeaba. Sabía que no le harían caso, por eso no lucharía por defender lo que creía saber…- pensaba que…
- ¿Pensar? ¿tú? ¿es que lo has hecho alguna vez? -dijo Mana riéndose.
-Si,
alguna vez que otra-a Kyosuke con falsa ignorancia, le costaba mantener
su papel de idiota, simularía enfadarse- ya sé que tú es la que piensas
y ahora como tienes una bola de billar por cabeza... pensarás mejor.
La
chica se enfadó. Pocas veces lograban enfadarla. Tenía tanto ego que no
vio cómo su hermano la manipuló, su padre tampoco se dio cuenta de cómo
el chico hizo enfadar a su hermana. Los dos pensaban que el chico no
era capaz de pensar con claridad, sólo servía para las artes marciales. Y
para machacar a cualquier tonto.
- ¡No vuelvas a mencionar eso! - dijo ella exaltada. - ¡Como vuelvas a repetir eso… te…!
-
¡Callad ya!-ordenó gritando Kyosuke- Debemos deshacernos de Ranma y de
esa… ¿Cómo se llamaba? Ranko, son un peligro, siempre defendiendo a
Akane. Y debemos acabar con Akane o mis planes… se irán a la porra. - se
fijó en el chofer. - ¿has reunido la información que te pedí?
-Si señor, la tiene en la guantera.
Kyosuke
cogió el sobre y sacó los documentos y los leyó. Sonrió ya sabía cómo
vencer al chico, dejaría todo en manos de su hija. Lo que no sabían que
esa información no estaba actualizada, que había quedado desactualizada
esa misma tarde, cuando él llegó al dojo Tendo.