8ª. UN MOMENTO DE RELAX.
Horas
después de que Kasumi hubiera echado los chicos del dojo, en balcón de
un hotel ubicado dentro de un parque temático, dos jóvenes contemplaban
un espectáculo piro musical. Él la cogía por la cadera con un brazo y
ella lo cogía de igual forma y con la cabeza recostada en el hombro del
chico.
-No ha estado mal. No lo hemos pasado muy bien- dijo la chica.
-Y mañana continuaremos- contestó él.
Ella lo miró, estaba tan cambiado, no parecía él.
-
¿Cómo estarán Sayuri y Yuka? -preguntó Akane. Las dos amigas de Akane
compartían otra habitación. Los cuatro jóvenes habían pasado un buen día
en ese parque de atracciones de Kioto. Lejos de los seis locos. Lejos
de la familia Tanaka y de sus influencias. - me gustaría tener más días
así, me gustaría compartir contigo más momentos parecidos así, estar
contigo… pero no pasará eso…. ¡Ranma! Van a separarnos…- y se puso a
llorar- no quiero…no quiero separarme de ti.
-No pasará eso. Tú y yo estaremos siempre juntos, somos uno. Para nosotros ya somos marido y mujer.
-Pues formulemos de verdad esos votos… ¡Casémonos! -pidió la chica.
Ranma se puso rojo. Él ya lo había pensado, así pensaba que Akane se salvaría.
-No
sé Akane, yo también lo he pensado. Desde el primer ataque de tu
familia… pero…somos muy jóvenes, acabamos de cumplir dieciocho años…-
parecía que quería huir del compromiso.
- ¡Tú no me quieres! -
dijo ofendida la chica, separándose del chico. -Tienes mucha boca, pero a
la hora de la verdad te echas para atrás.
-No es eso… estoy
deseando dar ese paso…lo quiero dar desde poco después de conocerte,
pero somos muy jóvenes e inmaduros. Pero creo que lo haríamos bien. Al
menos no somos tan cabezas huecas como nuestros padres, a parte casarnos
nos traería problemas con esos seis… no lo aceptarían y ellas irían por
ti y ellos por mí. Además, esta Ranko por medio… mientras ella esté… no
poder hacerte… feliz. - acabó él con tristeza.
- ¡Eres idiota!,
¡te quiero a ti! Aunque cambies a Ranko, sigues siendo mi Ranma, el
chico a quien quiero. Me quiero casar contigo, siempre me importó poco
tu maldición, sólo me importabas tú, Ranma Saotome. Tuvieras la forma
que tuvieras. No temas a esos seis, ya conseguiremos que nos dejen en
paz. Siempre hemos salido de sus encerronas.
Ranma la, miró y sonrió. Si a ella no le importaba que se transformará, él no tenía por que preocuparse.
-De
acuerdo, cuando volvamos a Nerima hablaré…hablaremos con Kasumi. Pero
debemos mantenerlo en secreto. Nadie debe saber que nos casamos. Ni tu
familia, ni esos seis… y creo que no es conveniente que Nabiki lo sepa.
-
¿Y mi padre? - y lo miró con temor-… ¿o el tuyo? Si se lo decimos a
esos dos lo intentaran impedir. No me fio de ellos. Son un peligro. Ya
no son de fiar.
Ranma la cogió por los hombros. Y la miró a los ojos.
-Se hará como tú quieras. Nada ni nadie podrá separarnos.
Se quedaron mirando y se fueron acercando y sus labios se tocaron. Se besaron como si no hubiese un mañana, al separarse...
-Me estoy volviendo adicto a tus besos. Eres muy adictiva, no sabes el peligro que tienes. -dijo el chico riendo.
-Tú también eres adictivo. Ya no puedo vivir sin tus besos. Pero como sigas besándome vas a volverme loca.
El chico la miró y la besó en el cuello, ella soltó un chillido de placer.
-Ranma
no hagas es…so- él le acababa de besar de nuevo en el cuello- Ranma
pará ya. Y dejarme ver el espectáculo…- el chico la seguía besando.
-para ya, que Yuka… y …y… Sayuri… vendrán a buscarnos.
Pero para
el chico el cuello de su prometida era un manjar que debía catar. Un
dulce néctar como nunca había probado, era pura ambrosia, el manjar de
los dioses. Y quería más. No quería dejar nunca de comerlo, y para ella
fue descubrir un placer inconfesable, no quería que el chico parase.
Las
manos del chico fueron bajando por la espalda de ella hasta llegar a
las nalgas de la chica y las cogió con fuerza, ella se sorprendió.
-Ranma ¿Sabes lo que estás haciendo? - preguntó ella entre suspiros.
-Si, lo sé. Te estoy comiendo... y eres deliciosa.
-Y ¿Me tienes que tocar el trasero? - preguntó ella.
-
¿Quieres que pare? -preguntó él, no quería parar. -Ya te lo he dicho,
eres lo más dulce y delicioso que he probado. Eres un dulce bocado de
que no quiero saciarme nunca.
-No… no pares- dijo ella excitada- me estas volviendo una pervertida… ¡y me gusta!
Ella
le besó en los ojos, en la nariz y en la barbilla y cuando más
disfrutaban de esos placeres nuevos… picaron en la puerta de la
habitación.
-Akane, Ranma. Ya es hora de bajar a la discoteca- dijo Yuka.
Los dos se separaron de mala gana. Pero tuvieron tiempo de volver a besarse una vez más.
-Bueno, Akane salgamos. Y disfrutemos bailando. -dijo Ranma- que la noche es joven.
-
¡Si! - Respondió Akane. Estaba contenta, el chico de la trenza se
alegró de verla así, hacía muchas semanas que no la veía sonreír de
verdad.
Los dos jóvenes salieron de la habitación, y miraron a las
dos chicas con timidez. Las dos chicas los miraron con curiosidad, los
dos prometidos no se habían quedados quietos. Akane tenía unas marcas
sospechosas en el cuello. Y él estaba excesivamente nervioso y
sonrojado. Ocultaban algo y no serían ellas las que preguntasen.
Las
tres chicas iban juntas en dirección al ascensor, hablando y riendo.
Ranma las seguía. Se sentía excluido, se sentía un poco triste. Akane se
tenía que divertir con sus amigas, salir con ellas…reír y disfrutar de
su juventud y en lugar de eso… tenía que huir de sus pretendiente y
rivales. Tenía un problema con su familia… y lo peor… tenía por
prometido al ser más egocéntrico, presumido y borde del mundo. La vida
no era justa con la chica.
Akane lo miró alarmada, lo conocía lo
bastante para saber en qué pensaba el chico. Pero no le dijo nada, lo
miró y sonrió y él entendió lo quiso decirle la chica con esa sonrisa,
que se animase, que no se viniese abajo.
Llegaron al ascensor y entraron. El chico se apoyó en la pared y cerró los ojos.
- ¡Saotome! - dijo Sayuri- ¿Te aburres con nosotras? ¿Te gustaría estar solo con Akane?
Ranma abrió los ojos y la miró sorprendido… cerró los ojos y negó con la cabeza.
-No,
no es eso. Es agradable salir con gente… y que no te persigan para
vencerte, para deshacerte de ti o para lanzarte encima tuyo y abrázate.
Que no tenga que vigilar constantemente a Akane para que nadie le
ataque… Es agradable salir a divertirse sin que nadie nos presione, sin
miedo a quien encontrar al girar la esquina o de quien huir para no
tener problemas, es bueno salir a divertirse sin preocupaciones.
Las tres chicas lo miraron con extrañeza, era raro que el chico abriese su corazón, y dijera lo que pensaba.
-Pues
olvida todo eso y disfruta de la noche. - dijo Sayuri- Somos jóvenes y
debemos disfrutar de ello. Salgamos, vayamos a la discoteca. Y cuando
salgamos de ella, dormimos un poco, que hasta el jueves no tenemos
clase.
-Si. Ese loco del director Kuno… mira que darnos unos días
de fiestas porque él quería irse a Hawái, para disfrutar de esa fiesta
que se hace este fin de semana en esa isla. - concluyó Yuka.
-Se podría haber llevado a sus hijos y quedarse allí los tres a vivir. -dijo Akane y los cuatro jóvenes se rieron.
-No seas mala Akane ¿Qué mal te han hecho los habitantes de Hawái? - dijo riendo Ranma.
-Ninguno ¿Por qué? -preguntó extrañada la chica.
-Mira
que desearles que se queden a vivir allí los Kuno… debes odiar mucho al
habitante de esa isla. Pobres, ellos no han hecho nada para merecerse
tal calamidad.
- ¿Qué calamidad? - preguntaron las tres chicas.
-Los Kuno. -dijo Ranma. Y los cuatro se rieron. Habían llegado al vestíbulo y abandonaron el hotel en dirección a la discoteca.
Durante el camino Akane cogió la mano de Ranma y caminaron delante de las dos chicas.
-Hacen una buena pareja- dijo Sayuri.
-Si, la mejor que he visto. No pueden negar que se quieren. - contestó su amiga.
-Pero… me dan pena… últimamente lo están pasando muy mal.
-Si,
extremadamente mal, cuando más unidos están es cuando le ponen las
cosas más difíciles. Y tengo un mal presentimiento- dijo Yuka. Y miró a
su amiga con pena- la vamos a perder. Vamos a perder a Akane… y Ranma se
irá con ella.
Sayuri miró a su amiga, ella tenía el mismo presentimiento.
-Si,
yo también tengo ese presentimiento. ¡Van a desaparecer! - y con
tristeza- no quiero que lo hagan. Akane es nuestra mejor amiga desde
hace años. Nosotras la apoyamos cuando murió su madre. Y Ranma fue el
primer chico que se preocupó realmente por ella… todos la acosaban para
ser su novio. Y él la cuidaba, aunque lo negase. Akane se encerró en su
mundo y Ranma la hizo salir. En estos dos años, desde que se conocieron
la ha cambiado, es más abierta… y menos gruñona.
-Si, él siempre ha estado allí, cuando ella lo necesitaba él estaba allí, sin atosigarla, y ella hacía lo mismo por él.
- ¿De qué habláis vosotras dos? - preguntó Akane sonriendo, algo le decía que hablaban de ellos dos.
-De
nada Akane, de nada- dijeron las dos chicas con una risa falsa en sus
caras. Las habían pillado en una mentira. Pero los dos prometidos no le
dijeron nada.
Siguieron andado y una de las amigas se paró y tuvo
una idea escalofriante, y con ella un escalofrío que le recorrió la
columna. Empezó andar repisa, adelantó a la pareja de prometidos y se
giró y los miró muy seria.
-Se que lo pasáis muy mal, que son
malos momentos para los dos… Saotome… prométeme que la cuidarás, que no
dejarás que nadie le haga daño, que nadie le hará sufrir…y que no
dejarás que nadie la haga mal-suplicó la joven.
Los dos chicos la miraron sorprendidos.
-No
tengo que prometerte nada, yo cuidaré de este marimacho, que siempre se
está metiendo en problemas- bromeó el chico. Pero notó que Akane se
enfurecía y se puso muy serio- Yo siempre protegeré a Akane, aunque me
cueste la vida. No tengo que prometer nada, para protegerla no tengo que
prometérselo a nadie, es algo que tengo grabado en mí. Es algo que me
dicta esto- y se señaló el corazón.
Las dos amigas lo miraron
sorprendidas, poca, por no decir nunca, Ranma se abría a los demás, pero
desde que Akane estaba en peligro, el chico había cambiado no tenía
vergüenza en demostrar su aprecio por Akane. Las dos amigas de Akane
supieron que Ranma seguiría a su prometida a donde ella fuese, incluso
al último viaje.
Durante un momento los chicos se miraron muy serios. Pero pronto esa discusión quedó olvidada, y el grupo volvió a sonreír.
Hacia algunos minutos que las tres chicas y el prometido de una de
ellas estaban en la discoteca, era la primera vez que acudían a una, y
se divertían. Habían olvidado por completo sus problemas. Nerima estaba a
horas de viaje…sus preocupaciones estaban muy lejos. Y eso les hizo
bajar la guardia.
-Voy a por algo para beber, ¿Quieres algo Akane? - preguntó el chico.
-Traerme
lo mismo que tú pidas. No me pidas algo con alcohol- dijo ella e
hicieron algo que no habían hecho durante semanas… separarse… penderse
de vista.
Al poco llegaron las amigas de Akane.
- ¿Qué Akane, quieres? – invitó Sayuri y le pasó el vaso, Akane bebió y al instante se lo revolvió a su amiga.
-Lleva alcohol, no deberías beberlo, somos aún menores.
-Tenemos dieciocho años en algunos países seríamos ya mayores de edad. No seas tan remilgada. Bien que besas a Ranma.
-Eso
es distinto- se defendió la chica sonrojada-No quiero parecerme a mi
padre en eso. La gente borracha es patética. He visto a mi padre, al de
Ranma y al viejo verde…y no quiero ser como ellos.
Fue en ese
momento que se acercó un joven, había visto como Ranma se alejó de esa
chica que le llamó la atención y decidió actuar. Era joven, guapo, rico y
unos de los tres mejores en artes marciales… o eso pensaba muchos. La
chica se rendiría a sus pies, como hacían todas.
-Hola guapa, te
he visto y he pensado que podías salir conmigo, despídete de tus amigas y
ven conmigo, eres guapa y yo sólo salgo con chicas guapas. que estén a
mi altura. Nos lo pasaremos bien. Tus dos amigas pueden salir con mis
amigos… pero tú eres mi tipo. Tú te mereces a alguien de mi nivel. Que
salgas conmigo es un honor…para ti. - la forma de habla era orgullosa y
pretenciosa.
Akane miró al tipo. Era guapo, eso sí… pero no valía
nada. Aunque se vendía como el mejor, no daba la talla. Era un tipo
insoportable, en el breve momento que el chico le habló lo descubrió.
Era el mayor ególatra del mundo. A las tres chicas les cayó mal a
instante, les recordaba a Kuno. No, este era peor que Kuno.
-Lo
siento por ti. Pero mi prometido esta por volver, y como yo… es muy
celoso, por tu propio bien aléjate de nosotras…y no vuelvas a molestar-
lo miró y sonrió con maldad- no sé quién te piensas que eres, pero eres
tú él que no tienes nuestro nivel. Largarte y no molestes.
El joven desconocido las miró, las tres chicas lo ignoraban, ¡a él! ¡Al deportista más guapo y rico del Japón! ¡Al número uno!
-Me
parece que no me has oído. Nunca has visto un hombre como yo, tan bien
plantado, tan rico. Soy el mejor artista marcial del país… no, del
mundo… y te doy el honor de conocerme…- el chico paró de hablar, esa
joven lo ignoraba y seguía hablando con sus amigas. La cogió del brazo,
la chica se giró furiosa- te he dicho que vendrás conmigo y eso es lo
que harás.
-Déjame, te estás buscando un jaleo. - lo miró de
arriba abajo y le dijo con mucha ironía- no me pareces gran cosa. ¿El
número uno de Japón? Te has debido enfrentar a gente muy débiles.
Conozco a muchos a lo que no le durarías nada- lo miró con rabia- y
ahora suéltame o cuando venga mi prometido te hará una cara nueva. No
serás el primero al que da una lección por molestarme.
El chico se lo tomó como una chulería, y él no aceptaba que lo vacilasen, y menos una mujer.
-Te
lo he dicho antes. Vendrás conmigo lo quieras o no… en cuanto a tu
prometido, lo deberá aceptar- y con un gesto de autosuficiencia- mira no
estoy sólo- y señaló a su amiga que reían con petulancia- si no se
conforma puede tener problema…ya iras a verlo al hospital.
Akane
lo miró y sonrió irónica, cerró el puño del brazo libre, dejando
extendidos los dedos índice y corazón…. Y con esos dedos golpeó al chico
en el brazo con que la detenía. El joven la dejó aullando de dolor.
- ¿Qué me has hecho, bruja? Que dolor. Tú no eres normal. Sabes defenderte… pero conmigo no podas.
-
¡Campeón! No discutas con esa chica, no está a tu nivel- el
representante del chico se acercó, debía tener la edad del padre de
Akane- podemos conseguirte chicas mejores que esa.
-No quiero
otras, quiero a esa- dijo el joven señalando a Akane. Las tres amigas
vieron que era un caprichoso, un consentido. Se había obsesionado con
Akane y eso le podía provocar problemas… y algún que otro dolor.
El representante miró a Akane y asintió y se acercó a la chica.
-Mira
chica, nuestro campeón te ha elegido para que seas hoy su compañera, lo
pasaras bien con él. Ahora tiene un combate de exhibición. Pero después
te llevará al mejor restaurante de la región. Y para acabar pasaras la
noche con él. Pagamos bien, si le satisfaces te dejará una propina
enorme. Hoy puedes conseguir más dinero del que veras en tu vida.
Akane miró al hombre, la propuesta de ese hombre la dejó helada. Le estaba proponiendo que se prostituyera. Se fue enfadando.
-Di un precio y te lo pagaremos.
-Dejarme
en paz. Alejaros de mí, o tendréis problemas. Mi prometido está
volviendo y no le gustará que me acosen. - miró al campeón con
desprecio- nunca te has enfrentado a rivales de verdad. Si lo hubieras
hecho, no estarías aquí. Mi precio es este, le pediré a mi prometido
vuestras cabezas… y él al saber el motivo me las dará.
-La muy
zorra, no sé quién se piensa que es…- dijo el representante y notó que
una mano lo cogía por el hombro. Esa mano era un gancho que le apretaba.
Se giró y vio un joven debía tener la misma edad que las tres chicas.
Sería el prometido de la chica de pelo corto.
- ¿Se puede saber
qué pasa? - dijo el joven. El representante lo miró de arriba abajo, no
era un chico normal, eso era evidente...pero no tenía el nivel de su
representado.
- ¡Chaval esto no es asunto tuyo…esfúmate! - dijo el campeón.
-
¿Estas bien? - preguntó a su prometida ignorando al estúpido chulo que
molestaba a su prometido- ¿te han daño estos petulantes.?
-No, nada. - no quería decirle lo que le habían propuesto.
-
¿No oyes? O ¿estas sordo? ¡LARGARTE! - gritó furioso ese idiota que se
quería llevar a Akane. Pero cambió de estrategia- ¿cuánto?, ¿Cuánto
quieres?
Ranma lo miró extrañado.
- ¿Cuánto que…? – preguntó.
- ¿Cuánto quieres por ella? Te la compro- dijo el acosador. - te doy lo que me pidas.
A
Ranma le cambió el color de la cara. Ranma miró a su alrededor, vio los
acompañantes de ese idiota. Miró también a su prometida y las amigas de
esta…. Y a muchos inocentes. Allí no se podría enfadar y luchar contra
ese pedante. Torció la cara y puso una mirada siniestra, su aura se hizo
visible, era oscura, le dio al chico un aspecto demoniaco, Akane miró a
su prometido con orgullo, el chico siempre estaba dispuesto a
protegerla o ayudarla. El rival de Ranma retrocedió asustado, tuvo el
presentimiento que iba a tener problemas.
- ¡Sal de mi vista, idiota! - dijo Ranma en un tono siniestro- aléjate o te destrozo , ella no es un objeto, ¡ES MI PROMETIDA! ¡No está en venta!. Pero yo te puedo regalar gratis una cara nueva, lo estoy deseando.
Ranma
se preparó para reducir a ese chico a un amasijo de carne machacada,
pero llegó el dueño del local, y se dirigió al representante del chico.
-Me
prometiste que le pararías lo pies, que no provocaría a nadie. En
cuanto acabe la exhibición os quiero fuera del recinto… ¡no!, de la
ciudad.
-No sabes a quien te enfrentas- dijo el campeón.
-Si
lo sé, arruinaste mi vida. Violaste a mi prometida el día antes de
casarse conmigo- dijo el hombre- Se suicido, me alejaste de lo que más
quería. Sólo por ser famoso y rico te salvaste. Si no fueras mi hermano
pequeño estarías muerto, yo mismo te hubiera matado. No te dejaré que
moleste a mis clientes. Ni arruines más vidas. No te he perdonado nada.
Estás aquí porque me lo pidió mi padre… ¡el tuyo!, él que has olvidado.
Para mi estas muerto. Sólo acaba tu exhibición y largarte con esa basura
que tienes por amigos… y no vuelvas, o te mataré con mis propias manos,
sigo siendo mejor que tú. - miró a los dos jóvenes prometidos- no te
metas con ellos… no estás a su nivel. Te pueden dejar en ridículo. Hoy
puede acabar tu carrera.
El grupo de jóvenes se fue a preparar la exhibición. Y el dueño del local se giró a los cuatro jóvenes.
-Disculpen
las molestias causadas por ese…energúmeno. Siento que se hayan visto
arrastrados a una pelea que no han querido empezar. Permítame que los
invite a una mesa lejos de esa exhibición, que supongo que no quieren
ver.
-Tiene razón no nos gustaría ver esa exhibición.
-Todo por complacer a los herederos del dojo Tendo. - dijo el hombre.
- ¿Nos… nos conoce? - preguntó Ranma.
-Me
muevo en un mundo en que debo conocer mucha gente. Y hasta mí me han
llegado rumores de los dos prometidos del dojo Tendo, que ahora se
enfrentan al clan Tanaka, por aquí tenemos mucha rabia a los de ese
clan. Aquí ustedes son bienvenidos. Sabemos que estaban aquí desde que
llegaron a la ciudad. Mientras estén aquí estarán protegidos.
-Se
lo agradecemos mucho- dijo Akane- pero hemos venido a pasar unos días,
lejos de los problemas, que nos siguen desde que nos conocemos. Queremos
pasar desapercibidos como un grupo de jóvenes más.
-Haremos todo lo posible que eso sea así, no volverán a tener problemas. Nadie los volverá a molestar.
Los
chicos se lo agradecieron y fueron llevados a una mesa lejos del
bullicioso… pero ni allí lograron escapar de la encerrona de ese campeón
impertinente.
Hacía un rato que los cuatro jóvenes estaban en la
mesa, como prometió el hombre nadie lo molestaba, y empezó la
exhibición. Nadie en esa mesa prestaba atención, los combatientes en esa
competición no eran muy fuertes… no valía la pena mirarla.
El representante del campeón estaba hablando en el ring.
-…
Hoy nuestro campeón, el que representará Japón en el torneo
internacional hará una demostración ante ustedes… nuestro campeón
desmotará que es el número uno, el mejor de Japón.
Los allí
reunidos aplaudieron y corearon a ese pretensioso número uno. Pero los
cuatro amigos lo ignoraron, sabían que era un farsante.
Y el presunto campeón y su equipo subieron al tatami, y se enfrentaron a un grupo de luchadores.
-Esos
son solos unos sparings- dijo Ranma, y su prometida asintió- se ve que
no saben luchar, los utilizaran para darse publicidad.
-Eso es lo
que necesitan, publicidad- opinó Akane- me gustaría saber quien los
entrena, entre las revistas que mandan al dojo, no nos han llegado
ninguna con noticias de equipo nacional de artes marciales.
El
representante de ese chico seguía disertando sobre lo bueno que era su
campeón. Los cuatros chico llegados de Nerima bostezaron, ese hombre era
muy aburrido hablando y la exhibición que darían los del equipo japonés
también o sería, y no se equivocaron. Después de ver como se dejaban
vencer los primeros del grupo de luchadores perdieron el interés en ese
combate y empezaron a hablar entre ellos. Para los cuatro era un combate
muy malo, incluso las amigas de Akane estaban acostumbradas a combates
mejores.
Cuando acabó esa burla de combate el campeón fue entrevistado por un locutor que parecía un forofo más de ese farsante.
-¿Pensáis ganar el mundial?- preguntó ese sucedáneo de presentador.
-¡Y tanto que lo pensamos ganar! Somos los mejores nadie nos ganará.
-Ya han escuchado-dijo el presentador- el mundial ya es nuestro, ya podemos hacer un sitio a la copa.
El grupo de Ranma se rió, sabían que ese equipo volvería pronto a Japón y sin ningún trofeo.
-Sabemos que lo entrena un gran entrenador y que su hijo está también en el equipo de Japón.
- Su hijo es nuestro líder, se llama Tanaka…
Los dos prometidos se miraron.
- ¿Tanaka?, ¿Yuta Tanaka? - preguntó Ranma, iban a tener problemas.
El presentador hizo la misma pregunta que Ranma.
-Si, el mismo, y con él venceremos.
Todos
aplaudieron a ese farsante, menos el grupo de Ranma que se rió de él.
ahora era seguro que el equipo japonés haría el ridículo mas grande.
-Antes de empezar la exhibición nos han informado que tuvo un tropiezo con un grupo de jóvenes, nos puede explicar que pasó,
El
campeón se asustó, no podía explicar eso. Ya veía los titulares, los
periódicos se cebarían con él. Se arruinaría, y su carrera se iría
abajo, tendría que volver al negocio familiar y su padre no lo recibiría
muy bien, lo emplearía como chico de limpieza. Por eso no contó nada y
al poco se fue del local. Pero al salir se encontraron y acosaron al
equipo de judo de una Universidad y estos les dieron una soberana
paliza, pero eso no fue publicado por la prensa.
Ranma y Akane miraron como se iban esos chicos, pronto los olvidaron , y se divirtieron como unos chicos más de su edad.
los cuatros jóvenes volvieron al hotel cuando ya había amanecido, los
cuatro iban cantando y riendo. Habían pasado una buena noche, quitando
el tropiezo con aquel joven que acosó a las tres chicas. Llegaron al
hotel y se retiraron a sus habitaciones. Se levantarían unas horas
después y seguirían disfrutando del parque temático.
Aunque en la
habitación de los dos prometidos, tenían dos camas individuales, sólo
usaron una. Se acostaron juntos y ella se pegó a él y le cogió por la
chaqueta del pijama, le gustaba dormir así, se sentía protegida y
relajada. Volvió a desear dormir con él siempre.
-No voy a huir
Aka- chan- dijo é sonriendo, le acarició la cara y la miró con ternura-
no me voy a mover de tu lado. No quiero hacerlo
-Es la primera vez
que me llamas así y me gusta- dijo ella, la chica tenía los ojos
cerrados y cara de felicidad. -Se duerme tan bien en tus brazos. Eres
calentito. Y tengo la sensación de sentirme protegida y querida.
¡abrázame! Quiero sentir tu presencia. Quiero que esta noche no se acabe
nunca.
-No te preocupes, yo te protegeré y te daré calor. Es
agradable tenerte abrazada. Yo también me siento protegido contigo y
querido. - ella abrió los ojos le sonrió, y le dio un beso rápido. Cerró
los ojos y al instante siguiente dormía tranquila en brazos de su
prometido. - ¡será… ¡ya se ha dormido! Con las cosas que quería decirle.
Duerme preciosa que yo te cuidaré, aunque esté dormido.
Se levantaron a las pocas horas. Les costó separarse, pero lo hicieron, las amigas de Akane los estarían esperando fuera.
Salieron
al pasillo y cuando estaban cerrando la puerta de la habitación. Se
abrió la puerta de la habitación de al lado y… salieron las dos amigas
de Akane.
-Corre Sayuri, que Akane y Saotome nos deben estar
esperan…do- y miró a los dos prometidos. Y sonrió- creo que los cuatro
nos hemos dormido- dijo la chica riendo.
Llegaron al ascensor,
ninguno de los cuatro tuvo reparos en bostezar, habían dormido muy pocas
horas. Desayunaron y una vez en la calle todo el cansancio y sueño
desapareció.
Volvieron al parque temático y pasaron un buen día… los problemas quedaban lejos… muy lejos.
Pasaron
dos días. Ranma y Akane se despedían de las dos chicas en el
aeropuerto. Los cuatros jóvenes se lo habían pasado muy bien, aunque
tenían el presentimiento que no volverían a tener un día asi.
-Pasado mañana se reanudan las clases, estaremos allí. - les comunicó Akane.
-Podéis volver ahora con nosotras- dijo Sayuri con pena.
-No, es peligroso. Nuestros rivales os pueden atacar. No queremos que corráis riesgo.
-Pero…-
empezó Yuka. Miró a los dos chicos. Sabía lo tercos que eran y que no
cambiarían de idea. - de acuerdo mañana llegaréis vosotros a Nerima. –
los miró y se abrazó a Akane- prométeme que no te pasará nada – miró a
Ranma- los dos prométeme que regresaréis con nosotras.
-Tienes nuestra palabra- dijo Akane- en dos días estaremos de nuevo en el Furinkan.
Las
dos chicas partieron hacía Nerima, no muy convencidas, tenían un mal
presentimiento. Partieron hacía la tormenta que otros habían invocado.
Esas dos chicas inocentes serían los peones principales de un juego al
que no querían jugar. Un juego que podría poner a Ranma y Akane en la
picota.