6 ª. Un día para olvidar.
Los
dos prometidos miraron a su alrededor, habían aparecido los seis
rivales. Los dos chicos cerraron los ojos y soltaron un bufido de
resignación, negaron con la cabeza y al abrir los ojos estaban muy
furiosos. Tenían la sensación de haberlo vivido antes… la verdad era que
lo vivieron unos minutos antes.
-Tengo la sensación de estar en
una pesadilla- dijo Ranma- una pesadilla que se repite de forma cíclica,
siempre distinta, pero en el fondo la misma. Aunque creía que los
despistamos hace unos minutos.
-Si yo también la tengo, ¿Como llaman a eso? ¿Dejá vu? Pues ahora tengo uno. Esto lo hemos vivido antes… una y otra vez.
-Pero antes acababa fatal. Una de ella se lanzaba encima de mí y tú te enfadaba.
-O
aparecían una, dos o las tres y yo te abandonaba. Pero ahora es
distinto. Ahora sé que te molesta que te persigan… no te dejaré solo
contra esos…imbéciles.
Habían hablado muy bajo, en un cuchicheo que no lograron oír los otros chicos.
-Dejad
de hablar en voz baja… os tenemos que parar, se lo hemos prometido a
alguien… y cumpliremos. Hoy romperemos vuestra relación-decía Ukyo.
-Me tienen harto. Llevamos años con este cuento- le comentó con voz baja Ranma a su prometida.
-Si, siempre igual. La última vez no lo castigamos como debía ser.
-No. Esta vez los debemos retirar una temporada o dos.
Volvían a hablar entre susurros y sus rivales se empezaron a enfadar.
-¡¿QUERÉIS DEJAR HABLAR ENTRE SUSURROS?!- gritó Ryoga, pero no consiguió nada los dos chicos continuaban hablados bajo e ignorándolos.
Realmente
Ranma y Akane estaban disfrutando, de esa manera se vengaban de sus
rivales, parecía algo infantil… pero con esos seis chicos era muy
efectiva.
- ¡Airen! No está bien, él estar muy junto a chica
violenta- dijo Shampoo y fue cuando se fijó en una cosa que no había
reparado nadie- ¡Akane suelta a Airen! ¡Él ser mi hombre!
Akane
miró como su mano y la de su prometido se cogían y después lo miró a él y
le sonrió. Se giró a los seis chicos y una sonrisa traviesa se formó en
su boca.
- ¡NÓ! -gritó Akane- Ranma es mío y de nadie más- y
abrazó al chico- no os lo daré, ni os lo dejaré. Él sólo me quiere a mí,
y a nadie más. No os acerquéis a él, hacedlo y os mato. -miraba a los
seis chicos con una actitud desafiante y entonces notó que Ranma le
acariciaba el pelo.
-¡Que posesiva!-dijo el chico sonriendo-…pero,
me gusta que lo seas. -Él la abrazó y los dos chicos se miraron. -
¿nadie te ha dicho que eres preciosa? - le preguntó con un tono
seductor.
-Si… tú, …ahora… pero por la forma que me miras desde que nos conocemos… hace tiempo que me lo estás diciendo.
-Y
tanto… pero siempre me dejaba dominar por mi miedo al rechazo, mi
terror a que te hicieran daño, mi estúpida timidez… por qué soy un tonto
de remate. No me atrevía a decirte lo guapa que siempre te he visto.
Volvían
a hablar con susurros. Sin prestar atención al resto del mundo. Volvían
a tener la sensación de que eran los únicos habitantes de su… mundo,
los demás no existían.
-¡Basta! No te dejaré hacerle nada a Akane. Es demasiado buena para ti… - dijo Ryoga.
-
¡Me tienes harto Ryoga!, ¡harto…muy harto! ¡Siempre igual! - dijo Ranma
enfurecido- siempre echándome a la cara eso. Siempre despreciándome y
no considerarme digno de ella. Pero tú siempre has jugado sucio… muy
sucio. Quisiste pescar con aquella caña mágica a Akane y me pescaste a
mí por error- Ranma tuvo un escalofrío al recordar eso. -Colaboraste con
Ukyo para tener citas con Akane y separarnos, al menos lo hiciste dos
veces. Te colabas en su habitación. Tienes una prometida y persigues a
otras. Y me echas en cara que yo hago lo que tú haces. -paró de hablar
un rato. Y de golpe empezó a gritar- ¿QUIÉN TE PIENSAS QUE ERES? ¿QUIÉN COÑO TE HAS PENSADO QUE ERES? No eres nadie para opinar, ¡NADIE!
Tú opinión no cuenta… ni la tuya ni la nadie, ni la de mi padre o él de
Akane… sólo cuenta la mía y la de Akane…¡LA DE MI PROMETIDA! ¡Si, mi
prometida!, ¡ LA ÚNICA! Antes, ahora y siempre.
Los
dos chicos se miraron y se sonrieron. Hoy, con seguridad sería un día
pésimo… pero lo pasarían juntos, apoyándose mutuamente.
-Tú, plebeya deja a mi Ranma inmediata… ¡mente! - exclamó sorprendida Kodachi. Los dos prometidos se estaban besando.
-
¿Se puede saber que estás haciendo a Akane Tendo? -dijo espantado
Kuno-No tienes ningún derecho a besarla. Sólo puedo yo a ella y a la
chica de la trenza.
-Si que tiene ese derecho. Se lo he dado
yo-dijo Akane furiosa, cansada de que esos seis lo intentaran dominar-
es el único que puede hacerlo. Como yo soy la única que puede besar a
Ranma. Intentad besarme a mí o a él y no lo contaréis. Como vemos que
esta conversación es una inútil pérdida de tiempo nos vamos. Si queréis
algo de nosotros… madurar antes… y venir… de aquí unos años.
Los dos chicos empezaron a andar. Parecía que iba bien, los rivales se habían quedado parados. Cuando…
-No.
Os dejaremos pasar- dijo una Ukyo triste, no comprendía como Ranma
eligió…la peor candidata- No lo entiendo… ¿Por qué elegiste a Akane?
Según decías tú, no era guapa, es torpe, no sabe cocinar y es un
marimacho.
-Eso es lo que más me gusta de ella. No sabe cocinar…
pero no se rinde e intenta mejorar. No es torpe… pone en todo lo que
hace toda su fuerza, aunque a veces esa fuerza es excesiva. No es guapa…
es guapísima. Siempre me ha ayudado y no como otras por el interés… -
todas ellas captaron la indirecta-ella jamás me ha forzado a nada… como
habéis hecho vosotras… y os podía estar horas dando razones porque es
ella mi elegida, ahora salid del medio. Hace unas semanas ya os
vencimos… esta vez puede ser peor.
Ranma estaba furioso. Desde el
día que vencieron a esos seis habían pasado muchas cosas y pocas de
ellas buenas. Los dos chicos eran un poco distintos. Tenían mucho más
mal genio, si eran provocados las consecuencias podían ser desastrosas.
Pero esos seis chicos no hicieron caso a su instinto, que les decía que
no provocasen a esos dos.
Los seis rivales se prepararon para no
dejar pasar a los dos prometidos, y estos se prepararon para defenderse
y…pasar, ir a por todas, y acabar con esa prescución de una vez por
todas, y si en ellos debían dejar a sus rivales muy lesionados... lo
harían
-Venga Akane, no te controles. Puedes con esas tres, no son rivales para ti.
-Lo
mismo te digo- contestó su prometida- no me defraudes. Vamos bien de
tiempo… una cosa más. – se puso roja-te quiero, estaremos juntos
siempre.
-Si… yo también te quiero. Si, siempre juntos, ni la muerte nos separará. - contestó él.
Fue entonces cuando todo se torció… y fue mal para todos los chicos allí reunidos.
- ¡Qué bonita declaración! - dijo con sorna una voz de mujer- pero no creo en eso. Yo destrozaré esa relación.
Los dos chicos se giraron, por detrás llegaban Yuta y Mana. Akane al ver su prima se puso en tensión, y se abrazó a Ranma.
-Me quiere hacer daño… no se lo dejes… no permitas que me haga daño- dijo Akane aterrorizada por la presencia de su prima.
-No
te pasará nada. Yo te protegeré-dijo el chico, pero sabía que eso sería
difícil. Defenderse del ataque de esos ocho, contraatacar… y defender a
una Akane totalmente asustada… eso sería algo prácticamente imposible.
Akane
estaba aterrada, su prima la asustaba. No podía reaccionar, si seguía
en estado no sólo ponía en riesgo su vida… si no también la de su
prometido, el chico la protegería por encima de todo. Y en ella en ese
estado era una molestia.
-Ven conmigo Akane, y ya verás que pronto
acaba todo- invitó Mana a su prima- ven… y te llevaré con tu madre- y
sonrió siniestra.
La recién llegada notó algo extraño. Alguien la
miraba mal, con mucho odio. Se fijó en Ranma y retrocedió un paso. Ese
chico no la dejaría acabar con su prima, debía deshacerse de él antes.
Se dirigió a los seis rivales.
-Quedamos que os desharíais de ese chico molesto.
-Antes
hubiera caído en nuestra trampa. Pero ha cambiado… nos odia. Es muy
diferente. - dijo Ukyo. Odiaba a Mana, los utilizaba para deshacerse de
Akane.
-Ya me ocupo yo. Viendo lo inútiles que sois. No sé cómo mi
padre confió en vosotros. No servís para nada- contestó la prima de
Akane. Y se lanzó al ataque.
Ranma vio llegar a la chica y se
interpuso entre esa repugnante mujer y su prometida. Oyó a Akane gritar
de miedo. Conocía ese terror, era él que tenía por los gatos. No dejaría
que esa chica matase a Akane. El golpe de Mana fue parado por Ranma. La
chica volvió a atacar y este se defendió. El chico no se dio cuenta que
había caído en la trampa de sus rivales hasta que fue tarde, y oyó
gritar a su prometida.
El joven se giró y vio como Kodachi atrapaba a Akane por el tobillo con una de sus cintas y la separaba de él.
-
¡Akane! - gritó, y dejó de pelear con Mana y se lanzó a defender a
Akane. Pero algo le golpeó por detrás y cayó de cuatro patas al suelo.
-Deja que mi hermana acabe lo que empezó hace doce años…- dijo Yuta.
-Eres
un idiota muerto- profetizó Ranma. - tú no volverás a tocarme. - Ranma
se levantó. Yuta no vio al chico como se le acercó. Ranma se movió muy
rápido, demasiado. Los otros chicos se asustaron, si Ranma por salvar a
Akane se movía así, si la mataban…
Nadie vio lo movimientos del
joven. Oyeron gritar a Yuta de dolor y lo vieron caer al suelo, estaba
muy dañado, tardaría tiempo en recuperarse. Ranma era capaz de matar por
salvar a su prometida. Los rivales se empezaron a plantear su alianza
con los dos hermanos.
- ¿Qué le has hecho a mi hermano? - preguntó
Mana. Parecía preocupada, pero pronto demostró que no lo estaba de
todo. - Bueno, lo que le pase a Yuta no me importa, sólo me interesa que
Akane…- entonces notó que Ranma no le hacía caso- ¡Oye tú! Que te estoy
hablando… no pases de mí. ¡Que me hagas caso! -gritó furiosa la chica, no consentía no ser el centro de atención.
Ranma
no escuchaba a esa insoportable chica. Le preocupaba Akane, seguía
atrapada por la cinta de Kodachi y no se defendía. Se dirigía a
salvarla, cuando se interpusieron las dos supuestas prometidas
restantes.
-Tú dejar a Akane. Ella estar… condenada. Airen…-
Shampoo no sentía lo que decía, no lo creía. Le dolía ver como sufría
Ranma por Akane… y ver el sufrimiento de Akane, aunque no lo reconocería
nunca- tú tener como esposa a Shampoo.
-Shampoo tiene razón, deja
Akane. Tienes otras novias mejores que ella- Ukyo tampoco creía en lo
que decía. Iban a tener problemas si se interponían entre Ranma y su
objetivo, ya no era el chico que conocían. Lo acababa de ver dejar muy
lesionando a un idiota- Ranma, deja Akane…si sigues así moriréis los
dos… si prefieres a Kasumi… - dijo con tristeza-no te diré nada…, no
podemos combatir contra ella. Pero haré todo lo posible para evitar que
mueras… incluso combatir contra ti.
-Apartaros del medio…-y
poniendo un tono cruel-… u os mato. Me importará poco que seáis mujeres,
ya eso me importa poco. No prefiero a Kasumi… ¡yo quiero a Akane!, nada
es más importante que ella. ¿Es que no lo entendéis? Estoy dispuesto a
todo por ella, incluso a seguirla si muere. – el chico negó con la
cabeza- ella lo es todo para mí. Me salvó. Antes de llegar aquí, mi
padre me llevó por el mundo, ya lo conocéis y lo loco que está. Me
sometió a mil entrenamientos inútiles. Pasé hambre y miseria por culpa
de un loco. Yo que tenía que haber crecido junto a mi madre, me alejó de
ella. Cuando llegué al dojo y conocí a Akane…todo cambió. Por fin tuve
una amiga que se preocupaba por mí. Que me apreciaba por quien soy, no
por lo que soy, una amiga con quien compartir buenos momentos…y malos,
alguien en quién confiar. Y ahora me la quieren quitar… ¡ME LA QUERÉIS
QUITAR!… - gritó- ¡pues no lo consentiré! ¡La salvaré… o caeré con ella!
Apartaros u os… apartaré yo. Y no seré para nada agradable.
Las
dos chicas lo miraron asustadas, les haría sufrir si le impedían salvar a
Akane. Pero debían cumplir con lo prometido con familia Tanaka, Pero
fue mayor el terror que sintieron por ese Ranma furioso y se apartaron
asustadas dejándole libre el paso.
Kodachi disfrutaba de la
tortura a esa plebeya que le quería quitar su Ranma…pero una parte de
ella le advertía que se estaba metiendo en un problema muy grande, pero
no le hizo caso y siguió torturando a Akane.
-Ahora Ranma será mío. Ya que tu desaparecerás… -dijo esa loca- no te preocupes… conmigo te olvidará en unos días. - y se rió.
- ¡No la toques! -gritó Mana- Es mía, debo ser yo quién acabe con ella.
A
Kodachi le daba igual quien acabase con Akane, la cuestión era librarse
de una rival. No tenía los problemas de conciencia de sus otras dos
rivales. Ella si mataría a esa chica idiota.
-Haz lo que quieras con esa Tendo idiota. Pero no te dejaré a Ranma… es mío.
-Te
lo puedes quedar- dijo Mana. Pero pensaba una cosa muy cruel- "No creo
que lo quieras cuando acabe con él… al menos que seas un poco necrófila…
cosas que no me extrañaría que lo fueses"
Las dos chicas se
miraron y se rieron con falsedad. Y miraron a Akane, que miraba a su
prima con el mismo terror que su prometido miraba los gatos. La chica
miraba como se acercaban sus dos rivales, sentía tanto miedo de Mana que
creía que le daría un colapso. Vio cómo su prometido era entretenido
por sus pseudo-prometidas y de golpe perdió la conciencia… o ella pensó
que paso eso.
Ranma había pasado sin problema por el acoso de las chicas. Cuando vio que ahora se interponían sus rivales.
-No pasaras Ranma, seré yo quien salve a Akane- dijo Ryoga.
-¡Yo la salvaré- contradijo Tatewaki- Déjate vencer y salvaré a ella y a la chica de la…
- ¡IROS A LA MIERDA!
-dijo Ranma enfadado- no sois más idiotas porque no os entrenáis. Esa
ramera matará a Akane… y vosotros y esas tres arpías seréis cómplices… y
yo os mataré. Salid del medio o acabo con vosotros ahora mis…- no pudo
seguir oyó un grito de horror se giró y lo que vio lo dejó petrificado,
Akane había sobrepasado su límite de miedo y al llegar a ese momento su
mente se cortocircuitó y entró en un estado parecido al que entraba
Ranma en Neko-ken.
La joven empezó a chillar, había dejado de
pensar como una chica, ahora era más un animal sin inteligencia que una
persona. Se soltó de la cinta de Kodachi. Y se escapó corriendo y
aullando como si fuera un alma en pena.
-No es la primera vez que
la pongo en este estado-dijo Mana orgullosa- pero si será la última… es
una lástima, jamás volverá a despertar de ese estado… porque la mataré
antes… yo quería acabar con ella mientras estuviera consiente y ver en
su rostro el terror al saber que le quedan pocos segundos de vida.
Y
esa chica empezó a seguir a Akane dispuesta a acabar con ella. No supo
hasta demasiado tarde que no era la única que perseguía a Akane. Y lo
que ignoraba era que esa otra persona le iba hacer pasar el peor día de
su vida… hasta ese momento.
Ranma y los otros tres chicos vieron
como salía corriendo Akane. Los cuatros se asustaron, esa chica
representaba un peligro para ella y para quién se cruzará en su camino.
Ranma empezó a correr en la misma dirección por la que huyó la chica. Pero en medio se topó con los tres chicos.
- ¡Dejadme pasar!
-gritó el chico, necesitaba encontrar a la chica y ayudarla y pobre del
que se pusiera delante… lo haría a un lado sin piedad. - no bromeo,
salid del medio… u os mato. No me importa vuestras míseras vidas, sólo
la de Akane…- y entonces cambió de estrategia-dejadme pasar… dejadme
salvarla… por favor… debo encontrarla ya. - suplicó el chico.
-Pasa Ranma-dijo Ryoga- salva a Akane, sólo tú puedes hacerlo… ya te ajustaremos las cuentas un día… de estos.
Y
lo dejaron pasar. Los tres miraron como Ranma seguía Akane. Se dejaron
caer al suelo, se salvaron por muy poco. Si hubieran cometido la
estupidez de negarse a dejarlo pasar, el chico de la trenza los hubiera
matado…ahora sabían que el chico de la trenza haría cualquier cosa por
su prometida.
-Debemos seguir a Ranma- dijo Ukyo.
- ¿Por qué? Él se vale para salvar a Akane- Contestó Mousse.
-Si en eso estoy de acuerdo…pero…
- ¿Qué pasa? Ukyo- preguntó Ryoga alarmado.
-
¿No lo entendéis? No sólo salvará a Akane sino… matará a esa estúpida
chica que ha atacado a Akane. Se lo tiene merecido… pero la debemos
salvar… es algo que le debemos a Ranma.
El joven de la trenza corría asustado. Akane en su loca huida había
dejado un rastro, cubos de basura tirados, palos del tendido eléctricos
rotos. Pero él no necesitaba eso, lograba capta el aroma personal de su
prometida… y notaba en cada momento donde estaba la joven, notaba la
presencia de su prometida. Parecía que se dirigía a…
Mientras una
chica corría descontrolada. No sabía quién o qué era, sólo que algo la
amenazaba, sus instintos más primarios le decían que huyese, que la
perseguía un depredador dispuesto a eliminarla. Huía en una loca carrera
por salvarse, al parecer sin destino. Pero en realidad iba hacía un
sitio donde sentirse segura… notaba al depredador cerca, lo que no notó
fue que otro depredador la seguía. La seguía para salvarla, la seguía
para cazar al primer cazador.
En su loca carrera acabó debajo un
puente, el mismo donde la encontró Ranma semanas antes. Fue allí donde
la atrapó Mana, que sonrió contenta.
La chica que estaba en shock
quedó sentada en el suelo, al ver llegar a Mana retrocedió impulsándose
con las manos, sin levantarse. Veía a un enemigo que le haría mucho
daño. Retrocedió hasta uno de los pilares del puente y allí quedó
atrapada sin salida.
- ¡Por fin! Hoy acabaré contigo. Ya te puedes
considerar muerta, es algo que he deseado doce años y ya lo tengo al
alcance de la mano. – la futura asesina sonrió- primero tú y después ese
idiota que tienes por prometido. Y después si encuentro a esa prima que
tiene ese estúpido. Y ya nadie se meterá en medio de los planes de mi
padre.
Mana no se cansaba de parlotear. Hablaba sin parar, segura
que Akane no se enteraba de nada, y aunque se enterase no le iba a
servir de nada, moriría en pocos minutos.
- ¿Dónde está ahora tu
prometido? ¿Dónde está ahora su estúpida prima? No hay nadie que te
salve…Ja, ja, ja. Tu prometido caerá después que tú, como cayó ese niño
que tuviste por amigo cuando eras niña. Yo lo dejé lesionado… y nada me
pasó. Él desapareció para siempre. No volvió a estar contigo nunca… lo
mismo pasará contigo hoy desaparecerás y jamás volverán a verte.
La chica sacó un puñal.
-Primero
te mataré, luego te descuartizaré y luego te haré desaparecer. - dijo
la chica con sadismo, mientras se acercaba a Akane con malos fines, no
oyó que alguien se acercaba. No se percató que se acababa de volver una
presa. Y no se percató que la atacaban hasta que fue muy tarde.
Ranma
llegó al puente, durante el trayecto se mojó y se volvió chica, no
sabía dónde… no notó la transformación. Cuando llegó a su destino vio
una escena que le horrorizó. Akane retrocedía asustada y Mana avanzaba
como un león que acorrala a su presa.
Ninguna de las dos chicas lo vieron llegar. Cuando vio que Mana sacaba un puñal decidió intervenir…
La
chica pelirroja cogió un pedrusco del suelo y lo arrojó con fuerza a la
mano de la atacante, mano que cogía el puñal. La piedra dio en el
blanco. Se oyó un ruido de huesos rotos y la chica que portaba el arma
lanzó un lastimero grito de dolor y soltó el puñal que cayó al suelo.
Una segunda piedra alejó esta arma muchos metros de su dueña.
Mana
se giró y vio llegar un monstruo con forma de chica. Alrededor de la
chica pelirroja había un aura oscura. Sus ojos despedían rayos y estaban
cargados de un odio sin límites, su boca torcida en gesto cruel. El
aspecto de la chica era el de un ser monstruoso sin piedad. La chica
empezó a retroceder, por segunda vez en su vida conocía lo que era el
terror puro y por segunda vez la responsable de tal terror fue la misma
persona que la primera vez.
-Te lo advertí- de la boca de la chica
salió una voz monstruosa, ronca y profunda, como la de un monstruo en
una película de terror. - No te consiento que ataques a Akane, pagarás
todo el mal que hoy le has hecho. No olvidaras el día de hoy. A partir
de ahora cada vez que me veas huiras del miedo que te provocaré
Mana
retrocedió asustada. Jamás antes tuvo tanto miedo, durante años soñó lo
que pasó a continuación… cada noche. Y cada noche se despertaba
gritando de terror.
Ranma lanzó su aura en contra la chica y la lanzó a varios metros de distancia.
Mana se levantó asustada, pero con todo su orgullo.
-No
puedes tocarme. Mi padre acabará contigo. Nadie puede vencerme. Mi
padre puede arruinar a tu familia. No sería con la primera familia con
que acabamos.
- ¿Mi padre? Era un mal ejemplo…hace tiempo que no
me siento unida a él. ¿Mi madre? Madre… hace tiempo que no la veo. ¿Más
familia? -señaló a Akane- Ella y Ranma. Son los únicos que considero
familia. Mi primo y su futura esposa. ¡Y tú! Ramera consentida me los
quieres arrebatar…pues no te lo consentiré.
Y la chica de la trenza se concentró y lanzó una nueva versión de su Hiryu shoten ha. Concentró una bola de energía, la separó en cientos de partes, y la lanzó como si fuesen agujas que atravesaron las manos y las piernas de su víctima, que gritó de dolor.
-Ahora
toca el golpe de gracia- dijo Ranko con maldad y se acercó a la
indefensa Mana y esta al ver ese monstruo tan cerca suyo…se desmayó.
Pero ese desmayo no duró mucho, la despertó impresión que tuvo cuando
Ranko la lanzó al rio.
-Despierta idiota, no es hora de dormir, no
he acabado aún contigo. - dijo Ranko-hoy te espera tu peor pesadilla.
Te advertí que no te acercaras a Akane. Lo que le has hecho hoy lo
pagaras muy caro. No sé si aprenderás la lección, por tu bien… ¡hazlo!
Ranko
miró a Akane, la vio inconsciente en el suelo. Y suspiró aliviada,
mejor así podía darle una lección a esa chica… una lección que jamás
olvidaría.
Mientras la chica pelirroja miraba a Akane, Mana
aprovechó para huir. Cuando parecía que iba a escapar delante suyo
apareció Ranko y le dio un empujón, tirándola al suelo. Mana levantó la
vista asustada y vio a su rival de pie con los brazos cruzados,
mirándola con consideración. Mama se levantó y corrió en otra dirección.
Cuando parecía que estaba a salvó apareció de nuevo Ranko y la volvió a
empujar y volvió a dar con sus huesos al suelo.
Ranko estuvo
jugando con Mana a este juego durante unos minutos. Si la chica se
desmayaba, Ranko la lanzaba al rio para despertarla y al conseguirlo
seguía con su tortura. Mana se iba poniendo cada vez más nerviosa y más
asustada y acorralada, sabía que no escaparía y que la chica que tenía
delante no conocía la piedad… al menos con ella, estaba tan asustada que
incluso se meó, pero al ir totalmente mojada nadie lo notó. Ranko subió
el nivel de sus ataques, cuando la rival de Akane estaba en el suelo,
en lugar de quedarse mirándola, lanzaba cerca de ella algunos de sus
ataques, consiguiendo que Mana se fuera poniendo más y más histérica, se
volvió a orinar encima. Hasta que esa chica no lo pudo aguantar más y
salió gritando como una loca, en un estado idéntico al que ella sumió a
Akane.
En su loca carrera, Mana no se dio cuenta que perdió la
peluca que cubría su calvicie. Tampoco fue consiente que mientras corría
se iba desnudando, hasta que corrió totalmente desnuda por las calles
de Nerima, para espanto de los transeúntes. Tampoco vio el muro en el
que se estampó, del golpe cayó sin sentido al suelo y con algunos
dientes menos.
Ranko vio alejase a la chica a la que torturó, no
sintió remordimientos, esa chica se lo merecía. Se lo pensaría dos veces
antes de meterse con Akane, se lo había advertido miles de veces y no
le había hecho caso. Ranko suponía que después de ese castigo, esa chica
dejaría de meterse con Akane.
Ranko se acercó a Akane y la miró, seguía desmayada, tardaría un rato en despertar. Le acarició el pelo.
-Lo
siento preciosa ha sido fallo mío, no debí dejarte desprotegida delante
esa prima tuya. No volveré a tener un fallo como este.
Se llevó
la mano a la cartera escolar y cogió un termo, desde hacía meses siempre
llevaba uno cuando iba a la escuela. Dentro llevaba agua caliente y con
ella se volvía chico.
Una vez transformado, siguió cuidando a su prometida. Y al poco esta despertó. Ranma la miró con una sonrisa.
-
¿Esta bien Aka…no? - la miró preocupado. Ella estaba consciente, pero
aún seguía en ese estado de bloqueo. Le fue acariciar la cara, y la
chica se apartó y gruñó una advertencia. Ranma le empezó a hablar con
suavidad
- ¡Calma Akane!, no te haré daño. Nunca te haría daño.
Puedes confiar en m…-no pudo seguir, el chico lanzó un grito
espeluznante- ¡Aaaargh! -Akane se había lanzado encima
suyo y le mordió entre el cuello y el hombro. Ranma no la apartó, no
rechazó el ataque- ¡calma Akane…por favor! No quiero dañarte. Sólo
quiero… que vuelvas a ser tú.
Al cabo de un instante notó como
ella iba aflojando la presión de sus dientes hasta que lo soltó. La
chica lo miró, se estaba despertando de ese maldito estado. El chico la
tenía agarrada por las caderas y notó como ella empezaba a temblar, supo
al instante que lloraba.
-¡Ranma!. - ya estaba casi totalmente
consciente- ¿Qué me ha pasado? ¿Qué me han hecho? - y lo miró a los
ojos- ¿Cómo he llegado aquí? -la joven miraba a su alrededor
desconcentrada.
-Esto…Akane- le daba miedo decírselo. No quería que pasase por eso. - Akane…tú…
Ella lo miró a los ojos y supo lo que él le ocultaba.
-Me
he bloqueado…me ha pasado lo mismo que a ti cuando entras en shock. -él
la miró y giró el cabeza enrabiado. El silencio del chico fue muy
revelador para ella.
-Lo he hecho… no es la primera vez que me
pasa- dijo ella llorando- lo siento Ranma, siempre te preocupas por mí. Y
yo te meto en este lio tan grande- y lo abrazó, metiendo la cabeza en
el pecho del chico. Entonces oyó un quejido de dolor del chico. Y lo
miró enfadada- ¡oye! ¡Que no te he apretado tanto! - y le vio un
mordisco en el hombro al chico. Lo miró asustada- ¡Vaya mordisco! ¿Quién
te lo ha dado? ¿QUIEN HA SIDO? -exigió la chica.
-Esto… ha sido… un accidente- balbuceó el chico desviando la mirada, no quería decir nada.
-Seguro
que ha sido una de tus prometidas-dijo ella furiosa- seguro que…fue…-
sentía un gusto raro en la boca, se llevó uno dedo a los labios y se lo
miró. Lo que vio la horrorizó, tenía sangre en la boca y no era suya. Ya
sabía quién le dio el bocado. Se puso a llorar- He sido yo… yo te he
mordido… te he mordido, Ranma… lo siento… - lloraba abrazada al chico-te
he mordido. - estaba horrorizada por lo que había hecho.
El chico la cogió por los hombros y la miró con cariño. Y le acarició la cabeza.
-No ha sido culpa tuya. No eras tú. Estabas en un estado parecido a cuando yo me transformo en gato.
La chica bajó la cabeza, le avergonzaba mirarlo a la cara, se sentía culpable del daño que tenía Ranma.
-Te he mordido… me siento avergonzada… no sabes cómo me siento… yo no…
Ranma le levantó la cabeza y le sonrió.
-Sólo
es un mordisco, no te culpo de nada, no te lo voy a echar en cara, no
tengo porque hacerlo. Me has dado golpes peores… y me has hecho más daño
que ahora… este no es nada. Además, te equivocas si imagino como te
sientes, cuando te besé… como gato… Yo tampoco pude controlarme… cuando
desperté me sentí fatal… estabas enfadada conmigo, no sabía cómo
hablarte y pedirte perdón. Al final nos enfardamos y me mandaste a las
nubes- sonrió recodando ese golpe. - . A parte no es tan grande el
mordisco… si lo hubiera hecho con toda tu rabia… no tendría hombro.
-No es lo mismo… yo te he dejado una señal. Y aquel día me enfade. porque pensaba que podías besar… besar…
-
Me da igual tu marca- tuvo una idea loca-Me has marcado. Eso significa
que soy tuyo, que eres mi dueña- dijo el chico riendo. Ella le dio un
puñetazo muy flojo en la cabeza - ¿besar a cualquiera…? - el chico
sonrió y negó con la cabeza. - Ni loco, en aquella época sólo tenía
ganas de besar a una persona… a ti… lo deseaba con toda el alma, me
moría por hacerlo. Pero cada vez que lo imaginaba o tenía una
oportunidad de hacerlo… o me ponía nervioso o aparecía alguien. El gato
no encontró impedimentos, hizo lo que, a mí, la timidez me impidió,
cumplió mis deseos. Las demás chicas… tenían menos oportunidades que las
besase que a una olla hirviendo. ¿Ahora? No ha cambiado mucho, sigo
deseando apoderarme de tus labios y hacerlo míos … aunque ya los he
tenido… ¿las demás?... sigo pensando besar antes una olla hirviendo que a
ellas. No significan nada para mí, como mucho son amigas.
- ¿Y yo...? ¿Y yo que soy… para ti? ¿Solo una amiga? ¿O sólo me ves cómo unos labios que besar?
El chico se la acercó y la miró, le acarició la cara con una mano.
-Para
mí lo eres todo. Alguien a quien proteger y con quien me siento
protegido. A quien querer y con quien me siento querido. Eres el amor de
mi vida. Eres mi vida, la razón por la que vivo… la razón por la que
soy fuerte, solo soy fuerte para defenderte a ti.… sin ti ya hace mucho
que me hubiera rendido. Eres mi amiga, mi compañera, mi alma. Eres todo
lo que necesito, todo lo que quiero. Contigo cerca ya no necesito nada
más. Te podía decir que eres bella como la más bella de las flores… y te
mentiría…porque para mí son las flores quien se deben comparar contigo.
Eres mi alfa y eres mi omega.
La chica lo miró y le sonrió.
-
¡Y después dirás que no eres bueno con las palabras! - ironizó la
chica. - gracias Ranma. Para mi tú también eres lo que has dicho. Eres
con quien quiero compartir la vida… sin ti… yo no sería nada. Te has
metido tanto en mi vida que ya eres parte indisoluble de ella. Conocerte
es lo mejor que me ha pasado en la vida. Eres mi amigo, mi compañero,
mi alma…eres todo. No sabes cómo te amo. Haría cualquier cosa por ti,
sacrificaría mi vida por ti. - se abrazó al chico- prométeme que estarás
conmigo… junto a mi hasta que se resuelva esto…sea como sea.
Ranma la miró entre conmovido, alegre y con un extraño sentimiento de tristeza.
-No,
no te prometeré eso… porque estoy contigo desde que nos conocemos.
Estaré contigo, como ya te dije una vez, mi corazón siga latiendo. No
tengo nada que prometer. Te protegeré siempre.
Los dos chicos se
levantaron del suelo y se quedaron mirando. Se fueron acercando. Él la
cogió por la cintura y ella por el cuello. Acercaron sus labios, y por
segunda vez ese día se volvieron a besar. Al separarse, más por falta de
aire que por otra cosa, se sonrieron.
-Esto está muy bien… pero
debemos ir a la escuela. Aún es muy pronto… hoy hemos salido casi una
hora antes para no encontrarnos con esos… y no ha resultado bien- dijo
la chica.
- ¿Ir a la escuela? ¿No podemos quedarnos aquí?
Disfrutar del día- dijo el chico tentador-disfrutar solos de nuestra
mutua compañía. Sin que nadie nos moleste- le acarició la cara-
besarnos- le besó en el cuello, ella lanzó un suspiró sorprendida. Le
gustó ese beso. - jugar a juegos de adultos.
Ella lo miró
sorprendida. Le estaba pidiendo tener relaciones íntimas, aún no se
sentía preparada. Ese no era su Ranma. Entonces lo comprendió todo y se
entristeció.
-No, no podemos quedarnos… aunque es lo que queramos.
Debemos seguir adelante, ayer lo dijiste tú. - la chica le acarició el
pelo- ¡Ranma!, sé por qué lo haces, debemos seguir igual hasta el fin.
Igual que hasta hora. Yo tampoco quiero perderte. Te quiero mucho…pero
aún no podemos dar ese paso… aún no.- ella lo vio triste no por la
negativa de ella, si no por el miedo de él a perderla- vamos Ranma,
vamos a la escuela. Sin avergonzarnos de nada.
Él asintió y le tendió la mano… pero ella la rechazó y se agarró al brazo del chico.
-Así
voy mejor- dijo ella sonriendo. Ranma se puso rojo, un instante. Pero
en seguida adoptó en su cara una sonrisa pícara. Iba del brazo de la
chica más guapa del Furinkan.
Desde lejos, seis chicos vieron toda la escena, estaban rabiosos, y
más cuando los dos prometidos se besaron. Durante mucho tiempo quisieron
destrozar esa unión. Ahora ya no podían hacer nada. Sólo observar… pero
serían persistentes y seguirían hasta el fin… al menos cinco de ellos.
-Vamos a la puerta del Furinkan… allí acabaremos con esta relación- dijo Ukyo.
- ¡Dejadlos ya! - dijo Mousse… habéis perdido. No lograréis nada. - el joven se dejó caer en el suelo.
-A ti te conviene que sigan así- dijo Ryoga- pues yo no estoy de acuerdo. Akane se merece alguien mejor.
-
¿Alguien mejor? ¿Alguien como tú? ¿Alguien que juega a dos bandas… con
Akane y con esa novieta que tienes…? ¿Cómo se llama? ¿Akari? Eres
despreciable, no eres mejor que Ranma, todo lo contario, eres mucho
peor. Sabemos cómo utilizaste esa caña mágica para atrapar a Akane y
pescaste al Ranma- y sonrió irónico- cuando despertó del embrujo te dio
una merecida paliza. Has sido un traidor, has actuado según tu
conveniencia. -Siguió Mousse, Ryoga lo miró enfadado. - ¿No os habéis
fijado? Los sigue una sombra siniestra. ¿Os acordáis lo que dijo
Cologne? Están condenados. No pueden escapar a ese destino. ¡Dejadlos…
que disfruten de sus últimos días… juntos!
- ¡Nunca! No dejaré que Ranchan muera. Es mi amigo de la infancia. No puedo dejar que muera. -dijo con mucha tristeza Ukyo.
-Pero
si puedes dejar morir a tu competidora. Ya lo dijo Cologne, si cae uno
el otro también caerá. Ya es imposible separarlos. Esa bruja de Mana nos
está manipulando- Mousse no parecía contento con lo que hacía… -mañana
me vuelvo a China… me niego a ver cómo terminará todo… que no será bueno
para nadie, ni para esos dos ni para nosotros. -El chico se giró y se
iba.
-Mousse ser un cobarde… nosotros firmar un acuerdo con parientes de la chica violenta. Tú estar obligado a…
-Nadie
me obligará a seguir… ni tú ni nadie. Esta persecución está acabando
con todos. Hemos perdidos peso, no dormimos bien… es mejor dejarla… a
otros. Esto nos destrozará a todos.
-Nosotros no renunciaremos como tú- dijo Tatewaki- Akane Tendo será mía. Me la prometió su tío.
Mousse
se giró y se alejó de ellos. No creía lo que prometió Kyosuke. A ese
hombre le interesaba que Akane muriese… y que Ranma también lo hiciera.
Pasará lo que pasará sus aliados o tendrían jamás a los dos prometidos.
-Veo
que intentas abandonar a tus colegas, haces mal. Te puedes arrepentir.
Por el bien de la que quieres, yo de ti no lo haría, vuelve al grupo y
cumple con lo prometido- Mousse se giró y vio a Kyosuke. Mousse sabía
que ese hombre cumpliría sus amenazas. Bajó la cabeza y volvió furioso
con sus aliados que lo recibieron con burlas. Pero tarde o temprano ese
hombre pagaría por todo el mal que había hecho, y ese día estaba cerca.
Ranma y Akane iban en dirección al Furinkan. Ella lo cogía por el
brazo y tenía la cabeza recostada en el hombro del chico. Los dos
hablaban bajo y se reían.
Los estudiantes del Furinkan los miraba
asombrados. Verlos juntos, cuando siempre los dos chicos habían dicho
que no se querían. Yuka y Sayuri estaban hablando en la puerta del
colegio. Esperaban a Akane.
-Parece que hoy esos llegan un poco tarde. Llevaban mucho día llegando a la hora. - dijo Yuka.
-Si. Se deben haber dormido. Hemos hecho una porra, si hoy llegan tarde gano. - dijo la otra chica.
-Mañana podíamos ir con Akane al parque de atracciones… hace tiempo que no salimos juntas.
-Creo
que no vendrá… últimamente se lleva muy bien con Ranma… y con el
problema que tienen, ella a lo mejor quiere pasar el día con él.
-Si, pero no se llevan tan bien, ayer se pelearon. Aun me duelen los oídos… ¡como gritaban!
-Si…pero
fue una pelea extraña. Los dos parecían divertirse, se reían. Y cuando
se cansaron de gritar… se empezaron hablar con normalidad… como si esa
pelea no hubiese existido.
-Es más Akane le dijo que él no puso
todo su genio en la pelea, que en la próxima debe dar más de sí. Y él le
dijo que ella tampoco se empleó a fondo. Más que pelease parecía que
jugaban a pelease. No me gusta, esos dos ocultan algo.
-Diría que
estaban rebajando tensión, últimamente tienen peleas continuamente con
esos seis. Según rumores sus padres lo han metido en un lio muy gordo.
-Venga
no haga caso a las habladurías, -dijo Yuka- ya verás cómo en pocos días
tenemos a esos igual que siem….- la chica abrió mucho la boca y ojos.
Miraba hacía un punto sin creer lo que veía sus ojos. Al su alrededor se
hizo el silencio. Todos los demás estudiantes miraban, sin créeselo,
hacía donde ella miraba.
- ¿Qué te pasa Yuka? ¿Te encuentras bien?
-Sayuri miró a su alrededor todos los estudiantes estaban igual que su
amiga. Parados como si hubieran visto un extraterrestre, y fue eso lo
que preguntó riendo a su amiga. - ¿Has visto un marciano?
La otra
chica miró a su amiga, estaba en estado de shock, levantó la mano y
señaló a un punto. Sayuri se giró asustada y cuando vio lo que señalaba
su amiga entró en un estado parecido. No, no era posible, tenían una
alucinación colectiva.
Ranma y Akane agarrados del brazo se
dirigía hacia la puerta de la escuela. Pasaban entre estudiantes que los
miraban entre asombrados y espantados.
- ¿No hay demasiado silencio? Oigo los latidos de tu corazón- dijo el chico
-Si, mucho silencio. Ese director debe haber ideado otra imbecilidad. -le contestó su amiga.
-Es digno de sus hijos. Mira tú tío y sus hijos, también son iguales.
Los dos se rieron. Llegaron a la puerta y se pararon delante de las dos amigas de Akane.
-Hola chicas. ¿Cómo estáis? -preguntó Akane a sus asombradas amigas.
-Bien…estamos bien- respondió Sayuri- ¿Y vosotros? ¿Estáis bien?
-Si- contestó Akane y riendo- estamos de maravilla.
Yuka pareció salir de su ensoñación.
- ¿Quiénes sois? ¿Dónde están los auténticos Akane y Ranma? ¿Qué habéis hecho con ellos?
Los dos prometidos las miraron asombrados. Y se rieron.
-Somos los auténticos. - dijo Ranma- sólo que hemos…reconocido… lo que… sentimos.
-Ranma
dice la verdad. - colaboró su prometida- lo hemos hecho. Y ya nada no
hará volver atrás, aunque seguimos siendo los de siempre. Nos seguiremos
peleando por tonterías.
Y los cuatro jóvenes se rieron.
-Entremos que Ranma y yo debemos ir a la enfermería.
Las dos amigas de Akane los miraron asombradas y entonces vieron el mordico en el hombro del chico.
- ¿Quién te ha dado ese mordico? ¿Qué bestia te lo ha dado? -preguntó Yuka asustada.
Los dos chicos se miraron asustados, no podían decir la verdad. Akane se sonrojo
-Hemos tenido un poco de jaleo con nuestros rivales. Y en la refriega…- dijo Ranma, dejó en el aire la contestación.
Las dos amigas de Akane los miraron susceptibles, no se lo creían.
-La verdad es que…- empezó Akane, pero entonces vio que los esperaban los seis de siempre.
-
¡Mierda! ¡Han vuelto! ¿Es que no se rinde? ¿No pueden dejarnos en paz
de una vez? - dijo Ranma con cansancio. - estoy harto que me molesten a
toda hora. - miró a los seis rivales y decidió cambiar de estrategia. -
oye Akane hace un buen día… pero hay seis nubes molestas que quieren
descargar lluvia.
Akane lo miró sorprendida. Miró al cielo, hacía
un día esplendido sin una sola nube. Volvió a mirar a su prometido y
entonces comprendió lo que quería decir el chico.
-Entremos deprisa, e ignoremos a esas nubes molestas. Ya se cansarán de dar vueltas y no lograr mojar a nadie.
Las dos amigas de Akane los miraron sorprendidas. Que esos seis lo provocasen y ellos los ignorasen era nuevo.
Pero los dos chicos no lograrían escapar secos del todo.
-Nosotros
no estar de acuerdo en vuestra relación- dijo Shampoo… pero la pareja
la ignoró. - nosotros ver como Akane morder a Ranma. Chica violenta
merecer una paliza. Y ver como ella besar a Airen, ella merecer la
muerte por desafiar a Shampoo.
Ranma se paró y se enfureció.
-Nosotros
ver el futuro- el chico usó el mismo tono que Shampoo- nosotros ver el
funeral de seis idiotas. Matar Ranma por meterse en su vida. -los miró
con rabia-Ahora dejarnos pasar… o ese futuro se cumplirá.
Shampoo
miró a Ranma sorprendida, su Airen jamás se había burlado de ella de esa
forma, y después miró a Akane con odio. Pero sintió una inmensa
hostilidad. Miró a Akane, la vio diferente. No era la chica de siempre,
se había vuelto muy peligrosa… pero parte del peligro no venía de ella.
Se fijó en Ranma y se aterrorizó, ese chico no era su Airen, ese chico
era un ser extremadamente peligroso. Un ser que la destrozaría si tocaba
a Akane. Pero si se atrevía a tocar a Ranma… sería Akane quien la
destrozaría.
Pensamientos parecidos tuvieron los otros cinco
chicos, pero estaban obligados a interponerse entre los dos chicos.
Ahora se arrepentían de haberse aliado con ese hombre. No era la primera
vez que lo hacían… y no sería la última vez.
Ranma se fijó en sus rivales, a pesar de la rabia que sintió hacía ellos, le preocuparon.
-Akane-llamó
en bajo a su prometida- ¿No lo ves extraños? Parecen cansados, como si
no durmiesen o no lo hicieran bien. Y juraría que esos ojos- los ojos de
los seis estaban extraños- yo diría que… tienen resaca.
Akane los
miró y supo que su prometido tenía razón. Había visto a su padre y al
de Ranma varías veces con resaca para reconocer los síntomas.
-Tienes razón- dijo ella-creo que ellos tampoco lo pasan muy bien con esto. Y beben para acallar sus problemas de conciencia.
-Parad de murmurar delante nuestro. - dijo Ukyo- ¿Cómo te dejas morder por Akane? Deberías haberle pegado, se lo merecía.
-No
se merecía nada. Akane no era consciente cuando me lo hizo. Pasó lo
mismo aquella vez que la besé creyéndome un gato. No tenía por qué
castigarla. A parte es su marca, la de su dentadura. Estoy marcado como
propiedad de Akane, soy suyo… ¡En exclusiva! Y no me comparte con nadie.
Y yo estoy de acuerdo de ser de ella… y sólo de ella.
Los seis lo miraron espantados.
-Y
no sólo eso- dijo Akane- yo soy de Ranma y sólo de él, y no me
comparte. Estoy de acuerdo de ser suya. Tal vez penséis que nos vemos
como objetos. Os equivocáis así es como nos veis vosotros, siempre nos
habéis visto como objetos. Y es algo que no soportamos. Somos libres de
elegir, y ya lo hemos hecho. Debéis aceptarlo… si no lo hacéis... peor
para vosotros.
-Nosotros destrozaremos vuestra relación. Akane Tendo será mía- dijo Tatewaki. - y la chica de la trenza también.
-Kuno…querido.
Akane nunca será tuya. Y esa otra chica… es mía, y ella no te quiere. Y
¿sabes por qué? Porque esa chica…-Ranma fue a una fuente y se mojó
transformándose en chica-... soy yo. Lo siento, pero soy un chico que se
transforma en chica. No me tendrás nunca. - cogió el termo de su
mochila y con el agua caliente se trasformó en chico-lo sabía toda la
escuela menos tú… y tu hermana. Y ahora dejarnos en paz o pondremos una
denuncia por acoso, por chantaje y amenazas.
-Es una alucinación no me lo creo-dijo Kuno- te has hecho pasar por mi diosa. - dijo Kuno furioso- y sólo por eso te mataré.
Ranma miró a sus rivales muy serio. Ya estaba harto de ellos, les pararía los pies como fuese.
Akane
volvió a coger por el brazo a su prometido y le dijo algo al oído y los
dos entraron en la escuela. Los seis chicos se quedaron mirándolos
asombrados, Ranma los había amenazado, y los había vencidos sin luchar.
-Esto no acabará aquí, no se rendirán aun- dijo Akane a su prometido.
-Lo
sé preciosa, volverán una y otra vez. Pero siempre ganaremos…pero hay
algo que me preocupa… no actúan por ellos mismos, no están a gusto
haciéndolo. Tu tío los presiona y los amenaza. Acabe como acabe… esos
seis no van a tener un buen final. No saldrán indemnes de esta aventura.
En el fondo también son víctimas de tu tío, pero no me da pena lo que
les pase, ellos mismos se lo han buscado.
Los chicos se miraron preocupados.
En
las taquillas Ranma se cambió de camisa, siempre tenía ropa de
repuesto. No era la primera vez que se le rompía la ropa en una
refriega.
Antes de ir a clase debían pasar por la enfermería. La
herida de Ranma podía infectarse y era algo que Akane no quería que
pasase, se sentía culpable, era ella quien se la causó.
Las clases se realizaron con normalidad. Ranma notaba todas las
miradas clavadas en él, al principio se sintió incómodo, pero después ya
no le dio importancia. Sólo a dos les dio importancia. La de su
prometida, Akane no le quitaba un ojo de encima, la comprendía, seguía
asustada y necesitaba verlo para tranquilizarse y él no iba decir nada.
La
otra mirada a la que le dio importancia era la del Ukyo, la chica se
sentía traicionada por Ranma. No comprendía como había elegido a Akane,
era la peor opción de las cuatro. No sabía cocinar, era torpe y con muy
mal humor. Ranma notaba su mirada clavada en él. La miró la vio triste y
enfadada, pero el chico no sentía lo mismo que ella, por lo tanto, no
le debía nada. También notó que esa chica miraba mal a su prometida, y
la miró furioso, no le consentiría que hiriese a Akane.
En un
descanso el chico fue al lavabo, dejando a su prometida con sus amigas,
no le pasaría nada, sus rivales no eran tan tontos de atacarla en
público y que saliesen dañados inocentes. Al volver, Akane seguía
hablando con sus amigas… pero no vio a Ukyo y se preocupó, eso podía
significar problemas. Se acercó a sus amigos.
-Hiroshi, Daisuke… ¿Habéis visto a Kounji? - no le gustaba la ausencia de la chica.
-Salió hace un momento. La llamó Kuno- dijo Hiroshi.
-A lo mejor quería una cita con ella- colaboró Daisuke- Kuno vino muy serio.
Los dos amigos de Ranma se rieron, pero él no, que Kuno quisiera hablar con Ukyo sólo podía significar una cosa, problemas.
-
¡Ranma! -sintió que lo llamaba Akane. El chico se giró y la vio con sus
amigas- ¿puedes venir? - ¿te acuerdas de lo que hablamos para mañana? -
se refería a lo de salir a divertirse- Yuka y Sayuri me han propuesto
lo mismo, ¿podíamos ir?-Akane lo miraba ilusionada, se le notaba que
deseaba ir.
Él se lo pensó, si algo salía mal las dos chicas estarían en peligro.
-Sabes que últimamente somos un peligro, que podemos ponerlas en peligro.
-No pasa nada, os hemos visto pelear, hemos asistido a varias peleas tuyas con rivales muy peligrosos.
-Queremos pasar un día con Akane, no puedes evitarlo ni negárnoslo, ¡por favor!
Ranma
se lo estaba pensando. No quería meter en problemas a nadie. Él y Akane
se habían vuelto un peligro para los demás. Si iban a cualquier sitio
con las amigas de Akane… y aparecían esos seis,o peor si aparecían los
miembros de la familia Tanaka … no quería pensar en lo que podía
ocurrir.
- ¡Ranma!, por favor. Vamos con ellas- suplicó Akane. Él
la miró, vio que la chica lo miraba con los ojos brillantes. Y
comprendió por qué la chica quería ir con sus amigas. Si algo fallaba en
la lucha contra los locos que los seguían…quería pasar un buen día con
sus amigas antes del final de todo.
-De acuerdo… pero nadie debe saber nada. No debemos decir dónde vamos- y en tono de advertencia- ¡a nadie! Ni siquiera a Kasumi.
-Pero ella se preocupará- dijo Akane tristona- y más como están las cosas.
-Lo
sé…lo sé. Pero…- se quedó callado. El chico estaba mirando por la
ventana y de golpe se puso tenso, se fue enfureciendo. - ¡MIERDA!
Akane
sorprendida se acercó a la ventana y miró se puso rígida. Abajo en el
patio estaban sus seis rivales hablando con los dos hermanos de la
familia Tanaka. Ya sabían por que Ukyo se fue con Kuno.
Los dos chicos iban a tener problemas… ese día se iba a complicar mucho.
Era la hora del almuerzo y Ranma estaba preparándose para desayunar,
últimamente Kasumi se esmeraba mucho en la preparación del desayuno de
él y de su prometida. El chico sospechaba la razón, pero no quería
preguntarle a la mayor de las Tendo. La había oído llorar cuando pensaba
que no había nadie en casa… esa situación los estaba destrozando a
todos.
Empezó a comer y aparecieron las tres rivales de su
prometida. Le llevaban comida, el chico las miró con furia… pero ellas
no entendieron el mensaje.
- ¿Cómo comer eso? Ser comida para
cerdos- dijo Shampoo, le arrebató la fiambrera al chico y tiró el
contenido a la basura, Akane notó la furia de su prometido, la chica iba
a pasar un mal momento. - tú comer comida de Shampoo, ser mucho mejor
que bazofia preparada por Akane.
-Él no se comerá tu comida, a
Ranma le gusta más mis okonomiyakis. Pero tienes razón en una cosa. Mi
comida es mejor que la que ha traído hoy Ran-chan.
-A mi Ranma le encantaran mi plato, un suculento plato extranjero que… - paró de hablar, Ranma las miraba con rabia.
-Esa
comida la preparó Kasumi, estuvo horas. La habéis insultado al
despreciar su talento cocinando y su comida, que es mayor que él
vuestro. Y os lo haré pagar muy caro. Cogió el plato de Shampoo- tu
plato lleva demasiadas especies, como coma muchos acabaré con problemas
de estómago o corazón, sólo sirve para esto- y lo lanzó a la basura. La
chica lo miró sorprendida y se puso a llorar, pero Ranma no se apiado de
ella- y no es lo peor que puedo hacerte.
Cogió el plato de Ukyo.
-Ahora
toca tu plato Kounji-todos se sorprendieron, la había llamado por su
apellido, lo que eso significaba quedó muy claro. -No quiero comer del
tuyo. Tú quieres que comas siempre okonomiyakis, y eso no puede ser,
necesito una alimentación más variada. No me comeré lo tuyo. -y lanzó el
plato a la basura. Ukyo se quedó perpleja, Ranma había renunciado a
comer lo suyo… y peor, a su amistad. Fue un duro golpe para ella- y no
es lo peor que puedo hacerte.
Le tocó el turno al plato de Kodachi.
-No
comeré el tuyo. Siempre le metes algo, somníferos, para ser exactos. Tu
comida es peligrosa-y lanzó la comida a la basura y repitió por tercera
vez- y no es lo peor que puedo hacerte.
Se acercó a su prometida y se sentó en la mesa de la chica, y miró a las chicas.
-Vamos
a establecer un orden nuevo. Mi padre ha renunciado a mí, en favor de
mi madre. Conservo mi apellido. Pero mi único pariente es mi madre.
Todas promesas que hizo mi padre…carecen de valor, menos la de Akane. Es
como si la hubiesen hecho mi madre y el padre de Akane.
Las tres chicas se miraron y sonrieron.
-Pues
visitar a madre de Airen… y convencer de romper compromiso. - dijo
Shampoo desafiante y miró a Akane, esperaba verla insegura, pero se
llevó una decepción. La chica de pelo corto la miraba desafiante. No se
dejaba intimidar.
-Yo de vosotras no lo haría – dijo Akane- si os presentáis en su casa ateneos a las consecuencias.
Las tres chicas la miraron sorprendidas. Preguntándose por qué había intervenido.
- ¡Akane, tú no tienes derecho a hablar, no eres nada de Ranma, solo amiga tal vez. Pero no lo que tú crees. -dijo Ukyo.
Akane se levantó de su asiento y se acercó a Ranma y mirándolas les preguntó.
-
Vosotras no sois nadie para decirme que tipo de relación debo tener con
Ranma- les dijo Akane furiosa- ¿Y vosotras creéis que una que sólo sea
amiga puede hacer esto a su amigo? - preguntó, se giró hacía Ranma. Y se
sonrojó- ¿Puedo? -preguntó con timidez.
El chico la miró, sabía lo que se proponía su prometida y sonriendo dijo.
-Adelante, soy todo tuyo. Estos labios son de tu propiedad y para tu disfrute.
Akane
lo abrazó por el cuello y él a ella por las caderas y para asombro de
todos se besaron. Fue un beso largo y pasional. No era su primer beso,
pero si él que más pasión pusieron.
Al separar sus labios.
-Te quiero, te amo. Eres mía y yo soy tuyo.
-Yo también te quiero, te amo. Y desde luego que eres mío…desde el día que me conociste.
- ¡Que prepotente! -dijo él con ironía.-pero tienes razón.
- y tanto que soy prepotente. He tenido un buen maestro- contestó ella riendo.
Los
dos sonrieron, sabían que no estaban solos, que los observaba toda la
clase, pero no por eso iban a ocultar lo que sentían, ya no lo harían.
-Tú,
plebeya ¿cómo se te ocurre besar a mi Ranma?… seguro que lo has
embrujado. Los has besado en contra de su voluntad. - dijo Kodachi
furiosa
Ranma la miró y sonrió.
-Si piensa que me ha besado
en contra de mi voluntad mira esto- y el chico besó a su prometida. Los
dos volvieron a poner toda su pasión en el beso. -Como ves nos besamos
porque queremos, no nos obliga nadie.
-La chica violenta pagará su osadía. Desafiar a mejor guerrera amazona, ella morirá.
-Tú
y tus aliadas la dejaréis en paz. No me desafiéis, no me controlaré si
la dañáis. Lo deberíais saber, no sería la primera vez que me vengó de
quien daña a Akane. Y no sabéis hasta qué punto puedo enfadarme. Tirar
vuestra comida no es lo peor que puedo haceros, no me enfadéis, puedo
ser terrible.
El chico había cambiado, no era el mismo que ellas
conocían. Antes hasta podían controlarlo un poco, ahora era
incontrolable y algo les decía que se había vuelto muy peligroso… para
ellas.
Akane miraba la escena tranquila. Siempre había visto a
esas chicas como mejores que ella, ahora las miraba sin miedo. No
podrían con ella. Pero entonces empezó a temblar, se acercaba un peligro
a ella. Algo que le haría daño. Ranma notó el miedo de la chica, él
también notó que algo se acercaba. Le cogió las manos y la miró a los
ojos.
-No pasará nada. Yo te protegeré. Como he hecho siempre- dijo tranquilizándola.
-Pero viene…- dijo ella, sabía quién venía.
-Sé quién viene… pero yo sé lo que ella teme. Hoy ya se ha llevado un disgusto y está a punto de llevarse el peor de todos.
Momentos después entró Mana en clase y miró a las tres rivales de Akane.
-
¡Sois unas inútiles! No lograr ganar a la idiota de mi prima. Ahora os
enseñaré como conquistar a ese chico. -Miró al chico y se acercó. Se
agachó para la enseñarle lo mucho que dejaba ver el escote-Mira, mira,
estoy muy bien hecha y esto puede ser tuyo- y se llevó las manos a los
pechos- si renuncias a Akane y te comes mi comida.
Ranma miró la chica, miró la comida que llevaba esa chica, y sé carcajeó.
-Ni
te quiero a ti… ni quiero a tu infecta comida. No me gustas, en pocas
palabras me caes fatal, te odio desde el primer momento, es algo que no
entiendo. - notaba el terror de Akane hacía su prima. - Aléjate de Akane
y de mí, estás en zona de peligro. Si intentas algo te puede pasar lo
mismo que esta mañana.
Mana retrocedió asustada. Tenía muy
presente el terror que le inspiró esa condenada chica de la trenza. Pero
pensó que podía controlar al chico.
-No soporto a Akane… ni a esa repelente prima tuya. Tú serás mío. Te lo prometo, antes de una semana comerás en mi mano.
-Ni
en mis peores sueños. No me conseguirás. Tienes algo que me pones en
guardia contra ti. Ni a Saffron lo odié tanto como a ti y a tu familia.
Ya te lo he dicho te odio, desde el primer momento quiero acabar
contigo, no logro aguantar las ganas de destrozarte. Toca a Akane y te
destrozo. ¿Comer en tu mano? Querrás decir que me comeré tu mano.
-Pues entonces estas condenado, al igual que esa perra que tienes a tu lado.
-Te
equivocas. Yo no tengo a mi lado una perra. Es una chica, mucho más
guapa qué tú. Las has llamado perra y mona. No es ni lo uno ni lo otro.
Pero tú eres una víbora y a veces una zorra. - la acababa de llamar
ramera, pero la chica no se dio por aludida.
Mana aún se sentía
ganadora. Ella que siempre había ganado, perder con un chico, y además
uno que consideraba idiota, era para ella un insulto.
-Vez despidiéndote de tu amiga, porque hoy desaparecerá. - e intentó atracar a Akane.
-Yo
de ti no lo haría. Si atacas a mi prometida, saldrás dañada, seriamente
dañada… y puede que se hiera a inocentes. Sus padres querrán saber por
qué una loca se ha colado en el colegio… por que ha atacado a unos
estudiantes. Y por qué el padre de esa chica, un comisario de la
policía, no sólo no le ha parado los pies a su hija, si no que la ha
incentivado.
-Eso no me preocupa. La vida de los demás… no es
problema mío. Si hay heridos…- y dejó pasar unos segundos-el problema es
de ellos por estar en medio.
Ranma se levantó. Akane lo cogió por la manga de la camisa, él la miró y le susurró.
-No te preocupes. Vuelvo enseguida.
Él
chico salió de clase. Akane se asustó, estaba a merced de su prima y
sus rivales. Mana miró a la chica con instintos asesinos. Las tres
rivales sonrieron por fin ese obstáculo desaparecería.
-Por fin ese chico a recapacitado, te ha abandonado… ha hecho bien- dijo Mana.
Akane
miró a su prima asustada. Ranma la acababa de traicionar, todo lo que
dijo que la protegería era mentira. su prometido era tan cobarde como su
padre. La había abandonado.
Y entonces…
-¡Hola guapa!, -
oyeron que Ranma decía a alguien- me alegró que hayas venido. Te dejo
todo a ti, confío que sabrás actuar bien. No le hagas sufrir mucho…
¡hazle sufrir del todo!
-No te preocupes Ranma, la castigaré como he hecho esta mañana. -Era Ranko y parecía haber quedado en acuerdo con su primo.
Ranko
entró en el aula y miró con rabia a Mana. Mana retrocedió asustada. La
prima de Akane empezó a temblar de miedo. Se intentaba alejar de esa
chica, la temía.
-Te lo advertí. Y no sólo una vez. Nunca me has
hecho caso. No te acerques a Akane… no te acerques a mi primo. Esta vez
no te lo perdonaré. - dijo la chica con un tono sádico.
A los
pocos minutos Mana salió corriendo y chillando de horror. Cuando llegó a
la reja de salida de la escuela, volvía a correr desnuda.
La chica de la trenza se acercó a su amiga y le preguntó.
- ¿Esta bien Akane?
-Si. Gracias. Creía. creía que me habías abandonado- dijo Akane.
Ranko miró a su amiga y le sonrió, en otro tiempo se hubiera enfadado.
-No
Akane, jamás te abandonaría… pero no podía actuar como Ranma, un chico
no le pega a una mujer. Y tampoco podía dejar que esa supiera quien es
Ranko realmente.
-No, no debe saberlo- dijo Akane. La chica notó
algo extraño. Pero no se lo explicaría aún al chico. Debía estar segura
del todo antes.
Ranko miró a las rivales de Akane. Estas la
miraban aterradas, Ranko le había hecho a Mana algo terrible. Ahora esas
chicas temían por sus vidas, si intentaban algo contra Akane, Ranma las
atacaría sin piedad.
-Lo que habéis visto es lo peor que puedo
haceros. Ahora sabéis que no me cortaré por defender a Akane. - y con un
tono siniestro- no me desafiéis. Y ahora esfumaos, estoy de mala luna,
tengo hambre y me habéis tirado mi comida. No os quiero cerca mío… ni de
Akane. - las tres chicas lo miraron, Kodachi y Shampoo, se giraron para
irse. Y entonces Ranko se giró a Ukyo- ¡Kounji!, pide que te cambien de
clase. No te quiero cerca mío. Me has defraudado como amiga. Has
destrozado nuestra amistad, no lo esperaba de ti, ni de ti ni de Ryoga,
esperaba que os pusierais de mi lado... y el de Akane. No sé si te
perdonaré esta vez.
Ukyo lo miró. La joven tenía lágrimas en los ojos, se giró cogió sus cosas y salió corriendo de clase.
Ranko
se quedó mirando donde un instante antes estuvo la chica de la
espátula. Salió de clase y al poco volvió como Ranma. El chico se sentó
en su pupitre y estuvo en silencio. Estaba destrozado moralmente. Entre
el terror que le producía la posibilidad de perder a Akane y ahora tener
que destrozarle el corazón a su amiga de la infancia, estaba muy
chafado. Esta guerra de los Tanaka, tenía demasiado víctimas, debían
acabarla pronto.
Akane lo miró y sintió pena. Desde que lo conocía
se sintió unida al chico. Recordaba el momento, creyendo que era una
chica, le pidió que si querían ser amigas, y eso habían sido. A pesar de
estar siempre enfadados y peleándose, siempre habían sido amigos. Iban
siempre juntos, tenían gustos parecidos. Nunca la abandonaría ni ella a
él.
Ahora el chico estaba metido en un problema grave, se metió de
cabeza por ella. Se había alejado de sus prometidas, las había
amenazado. No quería volver a saber nada de Ukyo, la prueba es que ahora
la llamaba por su apellido.
El resto del horario escolar pasó con normalidad. Pero lo dos chicos sintieron la tormenta cercana, muy cercana.
Era de noche Akane y Ranma estaban en un bosque, delante una hoguera.
Akane miró a su prometido, no recodaba como llegó allí, él chico le
devolvió la mirada y ella comprendió, él tampoco lo sabía.
Había
mucha tranquilidad, se oían los ruidos normales del bosque… pero había
algo muy extraño. ¡Estaba lloviendo! pero en el claro donde ellos
estaban no caía ni una gota.
Ranma echó una ramita al fuego y
oyeron un ruido y se giraron. Lo que vieron los asustó. Delante suyo
aparecieron un grupo de niños y niñas de muy corta edad. Los dos chicos
se miraron y miraron los niños, aunque llovía no iban mojados.
- ¿Quiénes sois? ¿Y vuestros padres? - preguntó Akane.
Ellos
los miraron y se adelantaron dos niños., una niña y un niño. Los dos
prometidos se asustaron… se parecían a ellos… eran idénticos a ellos.
-Somos… vuestros hijos, nietos y demás. Nos ponéis en peligro a todos- dijo la niña enfadada.
- ¿Cómo que os ponemos en peligro? ¿Qué haremos para poneros en peligro? - preguntó Ranma alarmado.
-Nada.
No haréis nada. Os dejaréis matar por los Tanaka. - dijo el niño. Y los
miró con pena- si vosotros morís… nosotros no naceremos. Por eso hemos
venido. Debéis vivir. -y ese niño cogió un trozo de rama ardiendo de la
hoguera y con ella quemó la cadera de Ranma, este gritó de dolor-así no
os olvidaréis lo importantes que sois. Nosotros queremos nacer… no nos
falléis.
Dicho esto, los niños desaparecieron como si no hubieran existido. Los dos siguieron un rato en el prado. Y…
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Akane
se sentó en la cama, miró a su alrededor, todo había sido un sueño,
pero parecía tal real. Incluso aun olía a la leña quemada. A su lado
Ranma dormía, esa noche volvían a dormir juntos, pero él se despertó
poco después que ella y también se sentó en la cama. Miró la chica e
hizo un gesto de dolor. Se levantó la camisa, y allí donde el niño del
sueño lo quemó tenía una quemadura.
- ¿Cómo es posible si sólo fue un sueño? - dijo el chico. En ese momento Akane descubrió que los dos soñaron lo mismo.
- ¿Ranma?... ¿Eso fue…un sueño? ¿O un aviso? - preguntó asustada la chica.
-No
lo sé… sólo sé que regularmente los sueños no se comparten, ni el daño
se trae al mundo real. Esos niños tienen razón, debemos vivir por ellos…
por nuestra familia, por ti y por mí. Si no rendimos, fallaremos a
muchos.
Los dos chicos se quedaron mirando, él miró el despertador.
-Debemos
levantarnos. Hemos quedado con tus amigas. - dijo el chico. No tenía
ganas de salir de la cama y separarse de Akane, como dijo el día
anterior, ya la consideraba su esposa y que harían vida de esposos.
Los
dos chicos se levantaron. Él fue a su habitación y cogió ropa limpia y
bajó al baño a cambiarse. Ella esperó para que saliese del baño para
entrar ella. Cuando acabó ella, desayunaron, lo hicieron todo en
completo silencio. Durante el almuerzo se miraban y sonreían. Al acabar
de desayunar, lavaron los platos y subieron a sus habitaciones cogieron
sus cosas y salieron del dojo, y desaparecieron de Nerima. Kasumi no se
enteró de nada, y Nabiki menos.