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Chapter 57 - Episodio 57: Alumnos

En un lugar distante, donde la brisa acariciaba los campos y la luz del sol se filtraba a través de los árboles, Joel estaba sentado bajo la sombra de un gran roble, observando el horizonte. Junto a él estaba Jonathan, quien mantenía una expresión relajada, pero alerta, como si esperara que algo sucediera en cualquier momento. A su lado, José del futuro miraba el paisaje con una mezcla de melancolía y sabiduría, mientras Lixy jugaba con pequeñas energías luminosas entre sus manos, creando patrones y formas en el aire.

"Este lugar siempre ha tenido una calma extraña," comentó Jonathan, rompiendo el silencio. "Como si el tiempo aquí fluyera de manera diferente."

Joel asintió, cruzando los brazos. "Es uno de los pocos lugares que quedan sin ser tocados por el caos. Aquí podemos pensar con claridad, planear sin interrupciones."

José del futuro, con su voz grave y llena de experiencia, intervino. "Aún así, no podemos quedarnos aquí para siempre. Sabemos que hay algo grande por venir, algo que requerirá más que solo nuestra fuerza."

Lixy, jugando distraídamente con sus luces, se detuvo por un momento y los miró. "¿Y qué haremos entonces? ¿Seguir esperando hasta que nos alcancen los problemas?"

Joel suspiró, levantándose lentamente. "No estamos esperando, Lixy. Estamos recuperando fuerzas. El enemigo no espera, pero tampoco nos lanzaremos al vacío sin un plan."

Jonathan se levantó también, apoyándose en su lanza. "Aún así, necesitamos actuar pronto. Si dejamos que las cosas avancen demasiado, podríamos perder nuestra ventaja."

José del futuro cerró los ojos por un momento, como si estuviera recordando algo. "Hay algo que debemos considerar. El tiempo es un arma de doble filo. Ustedes todavía tienen el lujo de decidir su destino, pero yo... ya he visto lo que puede suceder si fallamos."

Lixy lo miró fijamente, dejando caer las luces que había creado. "Entonces cuéntanos, José. Dinos lo que sabes."

José del futuro suspiró profundamente y se puso de pie. "No puedo contarles todo, pero lo que puedo decirles es que nuestra próxima decisión definirá el destino de más que solo nosotros. Hay algo que debemos proteger, algo que el enemigo no debe alcanzar."

Joel miró a José con seriedad, su determinación reflejada en sus ojos. "Entonces hablemos de ese plan. No dejaremos que el enemigo tenga la última palabra."

Con esas palabras, los cuatro comenzaron a discutir, sus mentes trabajando juntas para encontrar una solución. La calma del lugar seguía intacta, pero la tensión en el aire indicaba que el tiempo de descanso estaba llegando a su fin. La batalla que se avecinaba sería crucial, y ellos estaban decididos a enfrentarse a ella, pase lo que pase.

Joel cruzó los brazos, su mirada fija en José del futuro mientras una ligera brisa movía su cabello.

—Así que tú, hijo de Víctor... —dijo con tono inquisitivo, aunque había una chispa de admiración y curiosidad en su voz—. Está claro que no solo heredaste su fuerza, sino también su maldita carga.

José del futuro asintió, su rostro tranquilo pero cargado de experiencia.

—Lo correcto sería decir que heredé más de lo que esperaba, Joel —respondió con voz profunda—. No solo su fuerza, sino también su lucha interminable. Pero créeme, esta misión que enfrentamos ahora no es algo que él o yo hayamos podido prever.

Joel frunció el ceño, dando un paso hacia él.

—Estamos atrapados en algo mucho más grande, ¿no? —continuó Joel, dejando caer sus manos a los costados con cierto cansancio—. No solo es derrotar algo caótico, sino lidiar con el hecho de que todo parece estar cayendo a pedazos.

José del futuro lo observó fijamente, sus ojos llenos de una sabiduría amarga.

—No estás equivocado. El caos que enfrentamos ahora no es algo común. Es un nivel que incluso Víctor, con todo su poder y experiencia, temía. Este lío no solo amenaza este tiempo, sino toda línea temporal, todo destino posible.

Lixy, que había estado escuchando en silencio, intervino con una mezcla de preocupación y determinación:

—¿Y cómo se supone que enfrentemos algo así? Apenas logramos mantenernos juntos con lo que hemos enfrentado hasta ahora.

José del futuro dejó escapar un suspiro profundo, mirando a cada uno de ellos con seriedad.

—Lo enfrentaremos como siempre lo hemos hecho: unidos. Porque aunque el caos es impredecible, hay algo que siempre ha sido más fuerte que él. Nuestra voluntad de seguir adelante, de proteger lo que importa.

Joel lo miró por un momento, evaluando sus palabras antes de asentir.

—Bien dicho, pero no te equivoques —replicó con una sonrisa desafiante—. Si sobrevivimos a este lío, más vale que tengas respuestas sobre cómo arreglar todo este desastre.

José del futuro esbozó una pequeña sonrisa, aunque su expresión seguía sombría.

—Eso haré, Joel. Pero primero, debemos asegurarnos de que haya algo que arreglar.

En un destello oscuro y profundo, Necross apareció en el lugar, su presencia pesada y llena de energía maligna. Ahora completo, su alma y cerebro habían sido restaurados por el demonio que lo había reclamado nuevamente, combinando sus fuerzas en un solo ser. Detrás de él, Ushibaa, con su semblante tranquilo pero firme, caminaba con pasos decididos, mientras Javier, el hechicero poderoso, canalizaba un aura mágica alrededor de sus manos. Sami, por su parte, observaba el lugar con cuidado, sus ojos brillando con una mezcla de intriga y determinación.

José del futuro giró la cabeza hacia ellos, sus ojos mostrando un destello de alivio.

—Llegaron justo a tiempo —dijo con seriedad—. Esto está a punto de escalar fuera de control.

Joel levantó una ceja, observando al grupo recién llegado.

—¿Y quién los invitó al caos? —preguntó con una ligera sonrisa, aunque su tono mostraba que estaba agradecido por el apoyo.

Necross lo ignoró, su mirada fija en el horizonte como si pudiera sentir la presencia del caos acercándose.

—Esto no es solo su lucha, Joel —respondió con una voz grave—. Este caos amenaza todo lo que conocemos, y tenemos cuentas pendientes con él.

Ushibaa asintió, ajustando sus guantes de combate con calma.

—Las fuerzas que enfrentamos aquí no son naturales —agregó—. Si no las detenemos ahora, su influencia se extenderá más allá de lo imaginable.

Javier, que parecía haber terminado un hechizo de protección, habló mientras sus manos aún brillaban con una luz dorada:

—Estamos aquí porque esta batalla no es solo de ustedes. El caos tiene raíces profundas, y si queremos ganar, necesitaremos todos los recursos posibles.

Sami dio un paso adelante, su rostro lleno de determinación mientras miraba a José del futuro y a los demás.

—Y también porque no planeamos quedarnos al margen mientras el universo se desmorona.

Lixy, que había estado observándolos con atención, dio un paso al frente, cruzando los brazos.

—Si están aquí para ayudar, será mejor que lo demuestren rápido. No estamos para discursos largos ni promesas vacías.

Necross esbozó una leve sonrisa maliciosa, el fuego oscuro ardiendo en sus ojos.

—Oh, lo demostraremos. Prepárense, porque esta será una batalla que definirá mucho más que solo nuestras vidas.

El grupo se preparó, sus energías comenzando a resonar mientras el aire alrededor se llenaba de tensión. La batalla contra el caos apenas estaba por comenzar, y todos sabían que no habría margen para errores.

En medio de la tensión creciente, un portal oscuro se materializó frente al grupo. La energía que emanaba de él era opresiva, como si todo el lugar fuera devorado por una sombra interminable. Dentro del portal, figuras de otros villanos se distinguían brevemente, sus siluetas difuminadas por el resplandor siniestro, hasta que el portal comenzó a cerrarse.

De entre la oscuridad surgió Dark Victor, vestido con una capa negra que rozaba el suelo y una capucha que cubría parcialmente su rostro. Una máscara ornamentada, con detalles afilados y crueles, ocultaba sus expresiones, pero sus ojos brillaban intensamente con un fuego de pura malevolencia. Su figura irradiaba una presencia imponente, un equilibrio perfecto entre poder y amenaza.

José del futuro sintió un escalofrío recorrerle la espalda. La energía que emanaba Dark Victor no solo era poderosa; era familiar. Lo observó detenidamente, buscando algo en su postura, en sus movimientos, en su mera presencia que explicara el extraño sentimiento que lo invadía.

Dark Victor se quedó inmóvil por unos segundos, observándolos con calma, antes de dar un paso adelante, su voz grave resonando con un eco aterrador.

—Veo que aún luchan contra lo inevitable —dijo, con un tono que era una mezcla de burla y desprecio—. Pero incluso juntos, no pueden detener lo que está por venir.

Joel apretó los puños, sintiendo el peso de las palabras.

—¿Quién demonios eres tú? —demandó, aunque en el fondo sabía que la respuesta no sería sencilla.

José del futuro entrecerró los ojos, sus sentidos agudizados, tratando de entender el presentimiento que lo envolvía. Finalmente, habló, su voz llena de duda.

—Hay algo en ti... algo que reconozco. No sé cómo, pero siento que te conozco.

Dark Victor inclinó levemente la cabeza, como si estuviera evaluando la declaración.

—Tal vez lo haces —respondió enigmáticamente—. Pero esa es una verdad que descubrirás solo cuando estés listo.

El grupo intercambió miradas de incertidumbre. Necross fue el primero en dar un paso adelante, con una sonrisa desafiante.

—Sea quien seas, no importa. Si vienes buscando caos, lo encontrarás... pero no en tus términos.

Dark Victor se quedó en silencio por un momento, antes de dejar escapar una leve risa.

—Muy bien —dijo con calma—. Demuestren lo que tienen, héroes.

Su figura comenzó a irradiar un aura oscura, el suelo temblando bajo sus pies mientras se preparaba para lo que vendría. La presencia de este nuevo enemigo llenaba el aire de tensión, y todos sabían que la batalla que se avecinaba no sería como ninguna otra.

Dark Victor dio un paso adelante, su voz resonando con una malicia que perforó el silencio:

—Así como maté a tu padre y madre, José... y a ti mismo.

Las palabras se clavaron como dagas en el corazón de José del futuro, quien quedó inmóvil, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar. El rostro de José, endurecido por años de lucha, se contorsionó en una mezcla de ira, incredulidad y confusión.

—No... —susurró, apenas audiblemente, mientras su mente luchaba por aceptar la revelación—. No es posible... Yo... tú... ¿Cómo puedes seguir vivo?

Dark Victor inclinó ligeramente la cabeza, su máscara brillando débilmente bajo el resplandor oscuro de su aura.

—El tiempo, José —dijo con una frialdad aterradora—. Es un recurso tan frágil, tan manipulable. Los errores de tu línea temporal no pueden deshacer lo que soy. Yo soy tu destino, el resultado de todo lo que decidiste ignorar.

El aire se volvió más pesado, y los demás en el grupo intercambiaron miradas inquietas. Joel, con el ceño fruncido, apretó los puños.

—¿De qué demonios estás hablando? —exigió, mientras daba un paso al frente—. ¿Qué clase de juego estás jugando aquí?

Dark Victor soltó una risa baja, resonante.

—No es un juego, pequeño guerrero. Esto es el desenlace de todo. —Hizo una pausa, sus ojos brillando detrás de la máscara—. José sabe exactamente de lo que hablo. Él lo siente.

José del futuro apretó los dientes, su cuerpo temblando de rabia.

—No puede ser... —murmuró, antes de alzar la mirada hacia Dark Victor—. ¡Te derroté! ¡Te aseguré que no pudieras regresar!

Dark Victor dio un paso más hacia él, y su voz se tornó aún más sombría.

—¿De verdad creíste que podías destruirme? —preguntó con desdén—. Soy más que una persona, José. Soy una idea. Soy lo que ocurre cuando pierdes todo lo que amas y decides abrazar la oscuridad.

José del futuro dio un paso atrás, su respiración acelerándose mientras las palabras de Dark Victor comenzaban a encajar en su mente. Este no era solo otro enemigo. Este era el espectro de un pasado que nunca debió regresar.

—Tú... eres yo, ¿verdad? —preguntó finalmente, su voz apenas un susurro.

Dark Victor asintió lentamente, su sonrisa maliciosa evidente incluso detrás de la máscara.

—Lo fui, una vez —dijo con calma—. Pero ahora, soy lo que deberías haber sido. Lo que serás, si no logras detenerme.

El impacto de sus palabras dejó al grupo atónito. La tensión en el aire era palpable, y todos sabían que el enfrentamiento que se avecinaba sería más que una simple batalla; sería una lucha contra el destino mismo.

Dark Victor soltó una risa burlona y se quitó lentamente la capucha, dejando que el resplandor oscuro de su máscara brillara aún más.

—¿De verdad crees que me importa quién o qué soy? —dijo, dando un paso adelante—. Lo que soy, José, trasciende cualquier línea de tiempo, cualquier cuerpo. ¿Que robé el cuerpo de tu padre? Claro. Pero no soy una sombra de él ni de ti. Soy algo que jamás podrás comprender.

Dark Victor extendió una mano hacia el vacío, y el aire a su alrededor comenzó a distorsionarse.

—Mi alma no necesita pertenecer a nadie. Soy la culminación del caos, del dolor, de todo lo que tu familia ha intentado destruir. Y sabes qué es lo mejor de todo esto, José... —se detuvo, su voz descendiendo a un susurro mortal—. Me encanta que pienses que puedes diferenciarme de ti o de tu padre.

José del futuro apretó los puños, tratando de mantener la compostura mientras su energía comenzaba a elevarse.

—No importa quién seas o qué seas —dijo con firmeza—. Si robaste el cuerpo de mi padre, voy a sacarte de él a golpes, aunque tenga que destruir cada célula de tu existencia.

Dark Victor inclinó ligeramente la cabeza, como si considerara las palabras de José, antes de responder con tono burlón:

—Eres todo lo que esperaba, José. Lleno de determinación, de arrogancia... de esa necesidad desesperada de "salvar". ¿Pero sabes qué? Esa misma desesperación es lo que te hará caer. Porque no puedes salvar a todos. Ni siquiera puedes salvarte a ti mismo.

La tensión aumentó cuando Dark Victor hizo un movimiento rápido con su mano, abriendo un pequeño portal oscuro del cual emergió una energía distorsionada, como si toda la maldad del universo se concentrara en ese punto.

—Y ahora... quiero que me demuestres lo contrario. Demuéstrame que no eres tan débil como creo, José. Hazme reír.

El grupo detrás de José se preparó para la batalla, sus energías encendiéndose mientras la sombra de Dark Victor envolvía el lugar como una amenaza ineludible.

Dark Victor soltó una risa escalofriante mientras lanzaba el dedo podrido al aire. Este giró lentamente, envuelto en una energía oscura que crepitaba con una intensidad aterradora. Al tocar el suelo, el dedo comenzó a expandirse y retorcerse, regenerándose rápidamente hasta formar un clon zombificado de Victor.

El clon tenía una apariencia grotesca: su piel grisácea estaba cubierta de venas oscuras que brillaban con un resplandor púrpura, y sus ojos vacíos emitían un brillo carmesí. Su musculatura se veía exageradamente desarrollada, como si fuera diseñado únicamente para la destrucción. Al regenerarse por completo, dejó escapar un rugido gutural que sacudió el ambiente, dejando claro que no era solo un clon, sino una aberración creada para el caos.

Dark Victor, con una sonrisa torcida bajo su máscara, cruzó los brazos y observó.

—¿Lo ves, José? No necesitas enfrentarme solo a mí. Te doy el honor de enfrentar a algo que jamás podrás destruir por completo.

El clon zombie dio un paso adelante, y su mera presencia hizo que el suelo comenzara a agrietarse bajo su peso. Su energía era abrumadora, una combinación de los poderes originales de Victor y la corrupción oscura que lo había transformado en esa monstruosidad.

José del futuro apretó los dientes, sintiendo cómo la presión aumentaba en el campo de batalla.

—¿En serio, Dark Victor? ¿Clones zombies? —dijo, tratando de ocultar su nerviosismo—. Eso solo demuestra lo poco creativo que eres.

Dark Victor soltó una carcajada, disfrutando del momento.

—Oh, José, no subestimes a mi creación. Este "poco creativo" será tu fin.

El clon zombie y Dark Victor elevaron sus energías al mismo tiempo, llenando el aire con una sensación sofocante. Las llamas púrpuras y negras que rodeaban a ambos parecían consumir el espacio, dejando claro que cualquier movimiento en falso podría ser fatal.

—Prepárate, José. Esta vez, no habrá segundas oportunidades.

El grupo se puso en posición, sus energías aumentando al máximo mientras la batalla contra Dark Victor y su clon zombie comenzaba a desatarse.

José del futuro se lanzó con una velocidad abrumadora hacia Dark Victor, y el impacto de sus piernas chocando resonó como un trueno ensordecedor. Ambos guerreros quedaron suspendidos en el aire por un instante, con sus energías en plena explosión, mientras el suelo oscuro bajo ellos se partía en grietas que revelaban un vacío blanco e inexplorado.

El entorno se sacudió violentamente, como si no pudiera contener el inmenso poder que ambos liberaban. Dark Victor, con una sonrisa malévola, empujó a José hacia atrás con un golpe feroz de energía oscura, pero José contrarrestó, estabilizándose rápidamente en el aire.

—¡No me vas a ganar tan fácil! —gritó José, lanzándose nuevamente con un puñetazo cargado de energía azul brillante.

Mientras tanto, en el otro extremo del campo de batalla, el Victor zombie rugió con fuerza, sus ojos brillando con una furia carmesí. Se abalanzó sobre Joel y Jonathan con movimientos bestiales, lanzando un combo de golpes devastadores que hacían temblar el suelo con cada impacto.

Joel, con reflejos rápidos, esquivó un golpe que podría haberle destrozado el cráneo y contraatacó con una ráfaga de energía dorada. La explosión impactó directamente en el torso del zombie, pero este apenas retrocedió, regenerándose casi al instante.

—¡Jonathan, esto no será fácil! —gritó Joel, mientras cargaba otro ataque.

Jonathan asintió, deslizándose por el suelo para evitar un barrido del zombie y lanzando una descarga de llamas azuladas desde sus manos. El zombie gruñó, cubierto de fuego, pero pronto contrarrestó con un rugido que liberó una onda expansiva, apagando las llamas y empujando a ambos combatientes hacia atrás.

—¡Este monstruo no se detiene! —dijo Jonathan, recuperándose rápidamente.

—¡Entonces lo mantenemos ocupado hasta que podamos desintegrarlo por completo! —respondió Joel, su energía dorada aumentando mientras se preparaba para el siguiente ataque.

En el aire, José del futuro y Dark Victor continuaban intercambiando golpes con una velocidad tan extrema que sus movimientos apenas podían seguirse. Cada impacto creaba explosiones que iluminaban el cielo oscuro, y las grietas blancas en el suelo comenzaban a expandirse, amenazando con consumir todo el campo de batalla.

Dark Victor, con una sonrisa burlona, susurró:

—Eres fuerte, José. Pero te falta algo esencial: mi falta de compasión.

Y con eso, lanzó una ráfaga de energía oscura directamente al rostro de José, enviándolo hacia el suelo con un impacto demoledor. Pero José se levantó, sangrando, pero con una mirada decidida.

—No importa cuánto daño me hagas. ¡Voy a detenerte, sin importar el precio!

La batalla continuaba, cada vez más intensa, mientras el destino del grupo pendía de un hilo.

Lixy, con una velocidad ágil y feroz, lideró el ataque al Victor zombie, concentrando toda su energía en un golpe directo al pecho de la criatura. Ushibaa, maestro de las artes marciales, le siguió con precisión, combinando movimientos rápidos y contundentes que resonaban con cada impacto en el cuerpo regenerado del zombie.

Javier, el poderoso hechicero, elevó su mano y lanzó una explosión de energía arcana directamente al torso del zombie, debilitando su regeneración temporalmente. Sami, con su rapidez sobrenatural, apareció por el flanco derecho y descargó una patada imbbuida con energía, que resonó como un trueno al impactar contra las costillas de la criatura.

Finalmente, Necross, con un aura oscura que emanaba poder puro, utilizó su fuerza bruta para lanzar un golpe devastador al pecho del zombie, dejando una grieta profunda que dejó al descubierto una oscura energía interna.

El Victor zombie, aunque herido, lanzó un rugido atronador que resonó en todo el campo de batalla. Pero antes de que pudiera contraatacar, Joel y Jonathan aprovecharon la apertura creada por los demás.

Joel, envuelto en una energía dorada ardiente, se impulsó hacia adelante, conectando un poderoso puñetazo directo al rostro del zombie. La explosión de energía lanzó chispas por todas partes. Al mismo tiempo, Jonathan, cargado con una energía azul brillante, golpeó el otro lado del rostro del zombie con un gancho devastador, desorientando completamente a la criatura.

El impacto combinado de ambos golpes lanzó al Victor zombie volando lejos, rompiendo el suelo mientras rodaba fuera del área principal de combate.

—¡Buen trabajo, equipo! —gritó Joel, mientras ajustaba su postura para prepararse para el siguiente movimiento.

Necross, con una mirada seria, observó cómo el zombie comenzaba a regenerarse lentamente en la distancia.

—Esto no será suficiente —dijo con voz grave—. Necesitamos algo más contundente para acabar con él definitivamente.

Lixy, limpiando un rastro de sudor de su frente, respondió:

—Entonces será mejor que lo pensemos rápido, porque esa cosa no va a detenerse.

Mientras el Victor zombie comenzaba a levantarse nuevamente, su cuerpo regenerándose con una velocidad inquietante, el grupo se preparaba para el próximo asalto, sabiendo que necesitarían trabajar juntos y al límite para derrotarlo por completo.

José del futuro inhaló profundamente mientras una luz resplandeciente comenzaba a emanar de su cuerpo. Su sonrisa denotaba confianza absoluta, incluso frente al caos que lo rodeaba.

—Resplandor eterno —dijo con una voz firme, mientras adoptaba el mudra chin con ambas manos, concentrando su energía al máximo.

Una explosión de luz blanca y dorada emergió de él, expandiéndose rápidamente en todas direcciones. El dominio se manifestó como una vasta extensión de un cielo interminable, lleno de estrellas brillantes y auroras que danzaban con gracia. Dentro de este espacio, el tiempo parecía detenerse, y una sensación de paz se mezclaba con una tensión aplastante.

El Victor zombie y Dark Victor, atrapados dentro del dominio, observaron a su alrededor con cautela. Dark Victor, con su máscara y capucha, sonrió de manera burlona.

—Así que este es tu as bajo la manga, ¿eh? Veamos qué tan perfecto es este "resplandor eterno". —susurró con desdén.

Mientras tanto, los amigos de José del futuro —Joel, Jonathan, Lixy, Ushibaa, Javier, Sami, y Necross— miraron con asombro la magnificencia del dominio. Sin embargo, pronto comprendieron que también estaban atrapados dentro de él.

José del futuro levantó la mano, señalando a cada uno de ellos.

—Este dominio no es solo mío, es de todos nosotros. —dijo con solemnidad—. Aquí, yo decido las reglas. Solo los que posean una voluntad inquebrantable podrán mantenerse en pie.

El Victor zombie, intentando avanzar hacia José, se encontró con una barrera invisible que lo detenía en seco. Cada paso que daba parecía consumir su fuerza regenerativa. Su cuerpo comenzaba a desmoronarse lentamente bajo la luz abrasadora del dominio.

Por otro lado, Dark Victor se cruzó de brazos, evaluando cuidadosamente.

—Interesante... pero una ilusión de control no significa victoria. —murmuró, mientras una oscura energía comenzaba a emanar de él, intentando corromper el dominio.

José del futuro, sin perder la calma, respondió:

—No puedes corromper lo que está hecho de pura voluntad. Este dominio es una extensión de mi alma, y no tienes poder sobre él.

Con esas palabras, José levantó ambas manos y decidió los detalles finales del dominio:

1. Regla 1: La luz eterna debilitará continuamente a los enemigos mientras fortalece a los aliados.

2. Regla 2: Las heridas dentro del dominio sanarán a los aliados más rápido de lo que los enemigos pueden infligir daño.

3. Regla 3: Nadie puede abandonar el dominio hasta que José del futuro lo desee.

El grupo, ahora envuelto en una energía renovada, se preparó para lanzar un contraataque definitivo.

—¡Es hora de acabar con esto! —gritó José del futuro, mientras una espada hecha de luz pura se formaba en sus manos, listo para enfrentarse a Dark Victor y liberar a todos de su amenaza.

Dark Victor y Victor zombie, sonrientes y confiados, se lanzaron hacia sus enemigos con una velocidad vertiginosa. Victor zombie, impulsado por su fuerza bruta, alcanzó primero a José del futuro, pero este no se dejó intimidar. Con un rápido movimiento, José golpeó el estómago del zombie con un puñetazo cargado de energía solar.

—¡Destello Solar! —exclamó mientras cerraba su puño y lanzaba el ataque directo al pecho de Victor zombie, enviándolo a volar con una explosión que iluminó momentáneamente todo el dominio.

Mientras tanto, Dark Victor aprovechó la distracción para lanzar una lluvia de ataques de energía, moviéndose con una rapidez abrumadora. En un instante, se posicionó detrás de Joel, buscando aprovechar el momento, pero Joel reaccionó con rapidez.

Con una precisión impecable, Joel giró, golpeando el pecho de Dark Victor con un impacto contundente, seguido de un fuerte puñetazo al rostro que lo desestabilizó. Con un último giro, Joel lanzó un golpe devastador a las costillas de su enemigo, enviándolo a volar varios metros.

Antes de que Dark Victor pudiera recuperarse, Lixy y Necross intervinieron, atacándolo con una serie de golpes rápidos y bien coordinados. Sus movimientos eran una danza perfecta de fuerza y precisión, culminando en un ataque combinado que dejó a Dark Victor tambaleándose.

Mientras Dark Victor intentaba estabilizarse, Sami, Javier, y Ushibaa se unieron a la ofensiva. Los tres concentraron toda su fuerza en un golpe sincronizado al pecho de Dark Victor, logrando enviarlo aún más lejos con un estallido de energía.

De repente, un portal se abrió detrás de ellos, y de él emergieron Emi y Josué, enviados por Rigor para reforzar al equipo. Sin perder tiempo, ambos lanzaron un puñetazo directo a la espalda de Dark Victor, aprovechando su momento de vulnerabilidad.

—¡Esto apenas comienza! —gritó Josué mientras Emi asentía con determinación.

La llegada de los nuevos aliados elevó los ánimos del grupo. Unidos, comenzaron a rodear a Dark Victor y Victor zombie, preparando su próximo ataque en equipo, mientras la luz del dominio brillaba más intensamente, marcando la ventaja de los héroes sobre sus enemigos.

De un portal cercano resonó un sonido profundo, como un eco que anunciaba el caos. La figura de Victor emergió del resplandor, con una sonrisa desafiante y una energía imponente que hizo vibrar el ambiente.

—¿Listos para ver cómo se hace? —dijo con voz firme mientras su mirada se centraba en Victor zombie.

Sin perder tiempo, Victor se lanzó hacia su clon zombi con una velocidad imposible de seguir a simple vista. En un movimiento perfectamente calculado, su golpe cargado de energía cortó al clon a la mitad, dividiéndolo horizontalmente mientras una onda expansiva sacudía el terreno.

—¡Blaster Solar! —exclamó mientras concentraba su energía en un ataque monumental. Una gran ráfaga de energía pura salió disparada de sus manos, abarcando un amplio rango del dominio. La explosión resultante iluminó el lugar y desintegró por completo a Victor zombie, borrando cualquier rastro de su existencia.

Sin detenerse a celebrar, Victor abrió otro portal con un gesto decidido.

—Esto aún no termina. Hay un poder descomunal en este lugar, y no voy a quedarme de brazos cruzados.

Sin esperar respuesta, voló hacia la fuente de aquel poder con una velocidad abrumadora, dejando tras de sí un resplandor que se desvanecía lentamente en el dominio. Sus compañeros lo miraron con una mezcla de admiración y sorpresa, conscientes de que una nueva batalla estaba por comenzar.

Todos quedaron en silencio por un momento mientras observaban cómo Victor se marchaba, su figura perdiéndose en la distancia tras su acto heroico. José del futuro se permitió una sonrisa al darse cuenta de que, incluso después de todo, su padre había llegado para apoyarlo en el momento más crítico.

Sin perder tiempo, José del futuro se concentró en Dark Victor, liberando su propio dominio con un gesto decidido. Su energía estalló en el aire, y con un movimiento veloz, se lanzó hacia su enemigo.

—¡Esto es por todos los que lastimaste! —gritó mientras concentraba su fuerza en un golpe devastador dirigido al plexo solar de Dark Victor. El impacto fue tan fuerte que el villano salió disparado en línea recta, atravesando el espacio como un meteoro. En ese instante, un portal se abrió frente a él, enviándolo directamente al lugar donde Nyx'thoran lo esperaba, cerrándose tras su paso.

Los demás, Necross, Lixy, Ushibaa, Javier, Sami, junto con Joel y Jonathan, observaron el resultado con sonrisas llenas de satisfacción. El peligro inmediato había sido superado, y aunque sabían que aún quedaban desafíos por delante, sentían que una pequeña victoria les pertenecía.

—Creo que ganamos esta vez, al menos por ahora, —dijo Joel con una risa suave, mirando a los demás.

Sin más palabras, todos comenzaron a retirarse, regresando a sus respectivos hogares. Había mucho que reflexionar y preparar para el futuro, pero en ese momento, la esperanza parecía más fuerte que nunca.

Victor aterrizó con firmeza en aquel lugar extraño, un vasto vacío donde las sombras parecían tener vida propia. Frente a él, un paisaje que desafiaba la lógica: Rigor y Dariel encerrados en cubos cristalinos que brillaban con una luz oscura. Sin embargo, algo en ellos no era correcto. No sentía el calor de las almas que conocía, sino una energía fría y artificial, casi como si fueran reflejos distorsionados.

A lo lejos, otros dos cubos contenían figuras igualmente imponentes: Karla'k, el dios del caos, y Xal'Azar, ambos atrapados pero aún exudando un poder que hacía vibrar el aire. Victor frunció el ceño. Esto no era una coincidencia, y el lugar, aunque desconocido, emanaba una sensación abrumadora de peligro.

El sonido de un portal rompiendo la realidad llamó su atención. Dark Victor apareció, su cuerpo regenerado tras el impacto de José del futuro. Su risa resonó mientras caminaba con calma, observando a Victor con ojos llenos de desafío.

—Vaya, vaya, el gran héroe ha llegado. Justo a tiempo para presenciar el caos. —Dark Victor señaló los cubos.

—¿Qué demonios es este lugar? ¿Qué estás haciendo aquí? —respondió Victor, tensando sus músculos mientras su energía comenzaba a fluir.

Antes de que pudiera recibir una respuesta, una presencia lo hizo girar de golpe. Allí, emergiendo del vacío mismo, estaba Nyx'Thoran, una entidad que parecía coexistir con el cosmos desde el inicio de los tiempos. Su forma era cambiante, un torbellino de oscuridad y luz, con un núcleo que parecía contener galaxias enteras.

—Victor, campeón del momento, finalmente nos encontramos, —dijo Nyx'Thoran con una voz que resonaba en todas las direcciones, más un pensamiento que un sonido.

—¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí?

—Soy Nyx'Thoran, aquel que observa desde el principio y que guiará hasta el final. Este lugar no es más que una pieza en un tablero mayor, y tú, como todos aquí, eres una simple ficha.

Victor observó a su alrededor, notando cómo el vacío mismo parecía distorsionarse ante la presencia de la entidad. Dark Victor no perdió la oportunidad de sonreír.

—¿Entiendes ahora? No soy yo a quien debes temer, sino a aquello que siempre ha estado por encima de nosotros.

Victor apretó los puños, sus ojos brillando con determinación. Fuera quien fuera esta entidad, y sin importar el caos que Dark Victor pretendiera desatar, él estaba listo para luchar.

Victor dejó escapar una risa eufórica mientras su energía comenzaba a envolverlo como un aura imponente. Su postura desbordaba confianza, casi rozando la arrogancia.

—¿En serio? ¿Este es el gran desafío que tienen para mí? Tomar el cuerpo de dos amigos míos, usar mi propio cuerpo como un títere y encima traer a un trapo sucio como tú, Dark Victor.

Victor caminó unos pasos hacia adelante, señalando a Dark Victor con desprecio y luego dirigiendo una mirada burlona hacia el Victor Zombie, encerrado en el cubo.

—¿De verdad creen que eso será suficiente? ¡Esto es patético! Jajaja, ni siquiera sabía que necesitaban tanto de mí para intentar vencerme.

Nyx'Thoran, observando desde el vacío, dejó escapar una sonrisa que parecía resonar en todo el lugar. Su voz, profunda y omnipresente, respondió con calma.

—Tu arrogancia es fascinante, mortal. Pero no confundas orgullo con fuerza. Este lugar es mi dominio, y aquí, tu destino ya está sellado.

Victor se cruzó de brazos, con una sonrisa burlona en el rostro.

—¿Perder? ¿Eso lo dice una cosa que ni siquiera tiene cuerpo físico, solo un montón de humo y luces? Jajaja, por favor.

Dark Victor apretó los dientes, furioso por la actitud de Victor, mientras Nyx'Thoran observaba con una mezcla de curiosidad y paciencia infinita.

—¡Tienes demasiada confianza, Victor! Eso te destruirá. —gruñó Dark Victor, comenzando a concentrar energía oscura en sus manos.

Victor levantó un dedo como si estuviera corrigiendo a un niño.

—No, amigo, lo que me destruirá es aburrirme con esta pelea tan desigual. Pero no te preocupes, porque voy a disfrutar cada segundo mientras los destruyo a todos.

Victor estiró los brazos, haciendo que su energía estallara como un torbellino de fuego y luz que iluminaba todo el lugar. Señaló a un lado, riéndose de Victor Zombie, y luego miró directamente a Nyx'Thoran.

—Nah, yo ganaré. Siempre lo hago. Así que, ¿por qué no empezamos? ¡Estoy listo para romperles la cara a todos!

El ambiente se cargó de tensión. Nyx'Thoran sonrió nuevamente, fascinado por la osadía de Victor, mientras Dark Victor y el cubo de Victor Zombie comenzaban a temblar por la energía creciente de todos los presentes. La batalla estaba por comenzar, y Victor estaba decidido a demostrar, una vez más, por qué era el guerrero más temido y arrogante del universo.

Victor permanecía inmóvil mientras el Cubo Divino Sellador se dirigía hacia él. No mostraba miedo, ni siquiera una pizca de preocupación. Nyx'Thoran, con una sonrisa de satisfacción, extendió sus brazos y pronunció sus palabras con una voz que resonaba en todas las dimensiones.

—Cubo Divino Sellador.

El cubo se abrió en múltiples direcciones, liberando una energía que comenzó a rodear a Victor. Este simplemente observaba el proceso, como si estuviera evaluando el poder de la técnica. Pero a medida que el cubo se cerraba lentamente, incluso Victor sintió la presión creciente.

—Nos veremos dentro de diez... no, un año. —declaró Nyx'Thoran, con una mezcla de burla y desafío en su voz—. Esto será tu final. Espero que logres entretenerme.

El cubo finalmente se cerró, encapsulando a Victor en su interior. Nyx'Thoran lo tomó con ambas manos, pero inmediatamente sintió cómo el cubo comenzaba a volverse insoportablemente pesado. Una grieta masiva se formó en el espacio, como si la existencia misma estuviera tratando de rechazar el objeto.

Desde el interior del cubo, el poder de Victor hacía que todo el espacio-temporal vibrara. Aunque estaba atrapado, su esencia era tan descomunal que el cubo parecía estar al borde de colapsar por la inmensa energía contenida.

Nyx'Thoran, ahora con una expresión más seria, apretó los dientes al sentir el peso del cubo.

—Increíble. Incluso sellado, sigue siendo una amenaza. Este poder trasciende todo lo que he enfrentado antes.

Mientras tanto, el cubo flotaba en el vacío, irradiando un brillo cegador. Aunque parecía que escapar desde el interior era imposible, Nyx'Thoran sabía que incluso la prisión más perfecta tenía sus límites cuando se trataba de alguien como Victor.

—Debo reforzar la barrera externa. Desde afuera es vulnerable. No puedo permitirme subestimarlo, o todo esto habrá sido en vano.

Concentrándose, Nyx'Thoran comenzó a rodear el cubo con múltiples capas de energía, cada una más resistente que la anterior. Pero en el fondo, incluso él sabía que el tiempo no estaba a su favor.

Mientras tanto, dentro del cubo, Victor sonrió para sí mismo. Aunque la presión era inmensa y sus movimientos estaban completamente restringidos, sus pensamientos seguían llenos de confianza.

—¿Un año, eh? Perfecto. Será más que suficiente para mostrarte lo que soy capaz de hacer.

El cubo flotaba en el abismo, como un sol oscuro lleno de potencial, mientras Nyx'Thoran observaba con atención, preparándose para lo que sabía que sería una batalla sin igual.

Fin.